El Euríbor parece estabilizarse en mayo

El Euríbor nos da un respiro

El Euríbor nos da un respiro

El Euríbor, principal índice de referencia de las hipotecas españolas hasta que el IRS empiece a tomar fuerza de una manera definitiva, parece que ha estabilizado su caída en los últimos días de cotización algo que ha dejado sorprendidos a la inmensa mayoría de los analistas.

Si el indicador empezó el mes de mayo en el 1,303% y a partir de ahí empezó a bajar en la primera semana de cotización hasta cerrar el 9 de mayo en el 1,277%, es decir, en apenas 10 días 0,03 puntos porcentuales de descenso, realmente importante.

Sin embargo, a partir de ese momento, se ha estabilizado de manera casi absoluta cerrando el 16 de mayo, a mediados de mes, en el 1,268%, es decir, apenas 0,009 puntos porcentuales, con lo que se nota la estabilización y el control de la caída del Euríbor.

Por tanto, podríamos encontrarnos con que la caída del Euríbor ha pasado a mejor vida y que nos empezamos a encontrar con el fondo del Euríbor, algo en lo que parecen coincidir, de manera generalizada muchos analistas, que no ven posible un Euríbor por debajo del 1,2%.

Tenemos que recordar que con un tipo de interés para la zona Euro en el 1%, es lógico pensar que el Euríbor debe de estar ligeramente por encima de ese valor, ya que el Euríbor recoge la media del tipo de interés al que se prestan las entidades financieras entre sí, que debe de ser necesariamente superior al tipo de interés que tienen que pagar por el dinero que toman prestado.

Aún así, todo apunta a que a final de este mes de mayo nos encontraremos, sin duda, en un entorno del 1,25%-1,26%, lo cuál comparado con el 2,147% con el que se cerró en el mes de mayo de 2011 nos arrojaría una diferencia de unos 0,9 puntos porcentuales, que traducido a cuota podría suponer una rebaja de más de 50-60 euros mensuales.

Una rebaja que, como siempre, dependerá mucho de la cláusula suelo que se pueda tener firmada desde el momento de constitución de la hipoteca, la cuál, como siempre decimos, limitaría ese descenso, dejándolo en agua de borrajas perjudicando claramente a las familias hipotecadas españolas, que se tendrían que conformar con el valor mínimo fijado.