Y seguimos cayendo, y cayendo, y volviendo a caer

Y las hipotecas siguen cayendo

Y las hipotecas siguen cayendo

El Instituto Nacional de Estadística ha vuelto a certificar la paupérrima situación en la que nos encontramos con una concesión de hipotecas que pone de manifiesto donde tenemos el verdadero problema de nuestra economía, que pasa por la falta casi absoluta de crédito.

Así, según los datos que publica periódicamente el INE nos encontramos con que durante el mes de mayo se constituyeron un total de 17.508 hipotecas, lo que supone una caída de un 18,1% en tasa interanual, es decir, comparando la cifra con el mismo mes de un año antes.

Con esta caída, el indicador ya acumula un total de 36 meses de caídas consecutivas, lo que es un auténtico récord y debería de poner la voz de alarma en todas las administraciones a la hora de exigir de las entidades financieras cierto rigor a la hora de conceder hipotecas o, al menos, de financiar a las pequeñas y medianas empresas.

Como único dato positivo, cabe mencionar que la caída interanual es algo inferior a la que se sufrió durante el mes de marzo, cuando la caída fue del 34,1%.

Por otro lado, en cuanto al importe medio de las hipotecas nos encontramos con un valor de 94.023 euros, realmente bajo si lo comparamos con los años de bonanza económica cuando la hipoteca media superaba ampliamente los 150.000 euros, lo que demuestra la situación en la que nos encontramos.

Y otro de los indicadores que deja bien a las claras la situación en la que nos encontramos es la del diferencial aplicado por las entidades financieras sobre el Euríbor, que en abril, y según los datos del INE, llegaron hasta el 4,75%.

En definitiva, nos encontramos con una situación a la deriva, en la que las entidades financieras no conceden ningún tipo de crédito y cuando lo hacen aplican unos diferenciales realmente abusivos que no hacen sino condenar a las pequeñas familias ahorradoras que quieren plantearse la compra de una vivienda.

Esta situación está acabando por condenar al sector inmobiliario que no es capaz de vender sus inmuebles vacíos, en parte porque no hay compradores, pero en gran parte porque no hay crédito para los compradores que pueda haber.