Hipoteca de reina y peones muertos

Elige bando

Elige bando. El otro mueve primero

Hoy vamos de ajedrez, el juego de los grandes indiferentes. Para jugar al ajedrez hace falta algo más que cálculo, análisis y capacidad de concentración: hace falta ante todo frialdad, sentido lógico, y esa indiferencia de que hablaba Borges.

L0s jugadores de ajedrez, incluso los malos como yo, sabemos que no hay ninguna acción sin c0nsecuencia, y que al final de la partida te encuentras con la posición que te has labrado, movimiento a movimiento, sin que nadie que no se haya vuelto loco (o tonto) pueda decir que ha perdido porque ha tenido mala suerte.

Una compra de al importancia de la vivienda, el lugar en que se compró y la hipoteca que se eligió, con su tasa de interés y su diferencial, tiene algo de movimiento de ajedrez: lo haces una vez, no te puedes echar atrás y tendrá consecuencias hasta el final de tu vida.

Lo cierto es que muchos movieron mal. Lo cierto es que llegados a este ataque de la crisis haya demasiada gente con las defensas abiertas y a punto del desahucio. Lo cierto es que la decisión fue responsabilidad suya y sólo suya, tanto cuando se equivocaron como cuando les engañaron. El engaño sólo es disculpa cuando no existe información ni fuentes alternativas, cosa que sobra hoy en día.

Pero lo cierto también es que un país o una sociedad juega el mismo color, y la actual normativa de perder la casa, conservar la deuda y permanecer marcado como moroso es una pérdida intolerable de peones para nuestro sistema económico. Cada desahucio no es sólo una tragedia personal y familiar, sino que es también un grupo de personas que queda fuera de la opción de convertirse en autónomos, en consumidores y casi hasta en ciudadanos que puedan levantar cabeza a nivel económico.

¿Podemos permitirnos excluir a toda esta gente de un sistema que necesita cotizaciones, consumidores y pequeños empresarios? Yo creo que no.

Es necesario buscar un término medio, el que sea, entre asumir las responsabilidades propias y quedar fuera del sistema económico de por vida.  El error de ciertos sectores, a mi entender, es tratar de abrir huecos para el escaqueo, la picaresca, o la simple inseguridad jurídica. La dación en pago, por ejemplo, no puede ser una opción, porque encarecería los intereses una manera alarmante. La deuda eterna tampoco lo es, porque como vengo diciendo, saca del tablero a esos peones, empujándolos a la economía sumergida, otro de nuestros males más preocupantes.

Seguramente no es le momento de buscar esa fórmula, dada la situación de nuestros bancos y el peligro que supondría ahora su hundimiento, pero hay que ir buscando, poco a poco, una salida para todos los que quedan fuera del mercado,  y no sólo por razones éticas, morales y de solidaridad.

Tenemos que buscar una solución, sobre todo, porque son de los nuestros y porque los necesitamos.

Mentalidad de ajedrecista…

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Acerca de Ladríllez

Javier Pérez Fernández (Zamora, 1970) Director durante 10 años de la revista universitaria dela Universidad de León, ha participado en casi todos los foros asociativos y juveniles de la ciudad. Escribe desde los 14 años en periódicos y revistas, especialmente Bedunia, como satírico, y en el diarioLA CRÓNICA-EL MUNDO, donde realizó un suplemento dominical sobre historia militar leonesa. Profesionalmente, se especializó en marketing y economía agraria. Trabaja como comercial de publicidad para medios de comunicación y dirige una casa de turismo rural en la montaña leonesa. En cuanto a trayectoria literaria, empezó por el verso satírico, estudió métrica y composición clásica y es autor de más de mil poemas, aunque jamás se consideró poeta. Más constante ha sido su dedicación al columnismo de prensa, medio en el que ha publicado más de ochocientos artículos en los últimos veinte años. Como autor de relatos cortos, ha tratado de conciliar la temática escabrosa con el estilo irónico, lo que le ha valido más reconocimientos que amistades. En total tiene escritos más de doscientos relatos y ha recibido casi una veintena de premios en este campo. Pero el género donde considera que mejor se desenvuelve es el de la novela. Escribió su primera obra de más de doscientas páginas a los dieciocho años, aunque afirma que sólo permitiría su difusión bajo amenaza a punta de pistola. Desde entonces, ha escrito una enorme epopeya espacial de más de dos mil folios, y cinco novelas, una de las cuales,la Crin de Damocles, le valió el premio Azorín 2006. La espina de la amapola, Ed. Planeta 2008. El Gris. Ediciones B. 2010 -La crin de Damocles, Ed. Planeta 2006. Premio Azorín de novela. -Viento Divino. Caja Murcia. Instituto Castillo Puche. -Antología poética Antonia Pérez Alegre. Fundación Espejo 2005. -Apagar el sol. Ayuntamiento de Toledo. Premio narrativa femenina 2005 -Historias para catar. Tropo Editores 2007 -Diversas antologías y colecciones de cuentos.

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