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Buscador de viviendas malas

A ver si el banco malo va a ser el Banco de España

A ver si el banco malo va a ser el Banco de España

¿Cuánto hace que llevamos oyendo hablar del Banco Malo? ¿Y cuánto tiempo lleva efectivamente funcionando? ¿Y no es sorprendente que en este tiempo a nadie se la haya ocurrido todavía lanzar un buscador online para sacar al mercado los activos tóxicos o inmuebles malos, por llamarlos de alguna manera? Pues parece que no, que hasta ahora no se ha podido hacer, ¡qué país!

En cualquier caso, bien está lo que bien acaba, o casi, y lo cierto es que en las próximas semanas se lanzará al mundo online un buscador con toda la base de datos de los activos acumulados por el banco malo o SAREB, de manera que las personas que estén interesadas podrán acceder a toda la información de interés a golpe de un solo click.

Pero no te relamas todavía, porque de momento las viviendas seguirán a buen recaudo ya que la intención de los dirigentes del Banco Malo es sacar primero a la venta o al alquiler los activos no residenciales, es decir, las oficinas, los hoteles, las naves, los locales, etc., porque, evidentemente, son los que más valor tienen y los que, por tanto, más lastran las cuentas.

No hay una fecha aproximada pero no se calcula que antes de finales de este año 2014 podamos tener acceso a la oferta de inmuebles en posesión de la nueva entidad financiera creada a modo de cajón de sastre, con el único objetivo de limpiar las cuentas y balances del resto de entidades financieras y así fingir todos que en España todo va bien.

Sin embargo, los expertos no se muestran especialmente optimistas ante la eficacia de este buscador, ya que aunque pueda haber cierta demanda ante este tipo de inmuebles no parece que esta demanda pueda ser efectiva, a juzgar por la ausencia de financiación que sigue padeciendo la sociedad española a todos los niveles, por muchas motos que nos vendan.

Al menos, eso sí, es un paso adelante que debemos apreciar a la vez que apremiar para que la próxima vez no se demoren tanto decisiones de este tipo ya que con ello lo único que se consigue es dilatar todo en el tiempo.

La decepción del banco malo

Papel mojado

Papel mojado

A pesar de que la semana pasada nos congratulábamos de la creación del banco malo bajo el prisma de que con ello se conseguiría una importante rebaja en el precio de las viviendas, ahora nos tenemos que despertar del sueño a tenor de las informaciones que han venido apareciendo en estos últimos días.

Según diferentes expertos, que citan fuentes del Ministerio de Economía, el banco malo dispondrá principalmente de suelo en lugar de viviendas. Es decir, que el número de viviendas que este banco malo podrá poner a disposición de los ciudadanos será muy limitado, en contraposición al suelo que pondrá en manos de los promotores y constructores.

Es decir, nos encontramos, una vez más, con la injusticia de una medida que beneficiará a los constructores en detrimento del ciudadano de a pie, que tras frotarse las manos con la promesa inicial ahora se encontrará con que todo quedará en agua de borrajas.

Podemos intuir entonces que el Gobierno busca dinamizar el sector inmobiliario poniendo en manos de promotores y constructores solventes el suelo de otros que no lo fueron a precios altamente competitivos.

Sin embargo, mucho me temo que esto no resuelve el problema, ya que los pisos seguirán con precios artificialmente elevados, beneficiando a la vez a la banca, pero perjudicando a los ciudadanos y a la economía en general.

Porque no podemos perder de vista el hecho de que necesitamos que el precio de la vivienda toque suelo de una manera definitiva para que podamos empezar a hablar de una recuperación.

Por tanto, el Gobierno se vuelve a equivocar en la dirección de sus medidas, bajo la ceguera de devolver favores debidos y manteniendo sus intereses creados, perjudicando, de nuevo, a los ciudadanos que somos los que les hemos votado.

En definitiva, nos enfrentamos de nuevo a la ceguera general de los políticos europeos, en general, y españoles, en particular, en función de la cual priman los intereses de las grandes corporaciones y de las grandes empresas en detrimento de los ciudadanos, sin percatarse de que sin unos ciudadanos que puedan consumir todo lo demás carece de ningún sentido.

¿Bajará el precio de la vivienda?

La verdadera realidad del sector

La verdadera realidad del sector

A pesar de que en un principio el Gobierno español había negado por activa y por pasiva la opción de la creación del banco “malo”, algo que se le había venido recomendando durante largo tiempo, su recapitulación en favor de esta opción puede generar un importante vuelco en el mercado inmobiliario español con una más que esperada caída de los precios de la vivienda en nuestro país.

¿Por qué bajará el precio de la vivienda?

Hasta ahora nos encontrábamos con un mercado de la vivienda artificialmente dirigido por las entidades financieras que mantenían el precio de los pisos que tenían en cartera demasiado alto, aprovechando el monopolio de financiación del que disfrutaban y siguen disfrutando ante los ciudadanos que quieren lanzarse a la compra de una vivienda.

De esta forma, para no perder dinero en sus balances valoraban las viviendas que habían embargado por su precio de adquisición en lugar de por su precio actual de mercado, con lo que, si tenemos en cuenta que la tendencia del precio de la vivienda ha sido claramente a la baja en estos últimos años generaba un desfase importante.

Ello hacía que los particulares que quisieran vender su vivienda no bajaban tampoco el precio tanto como deberían, ya que se movían en un escenario de precios altos, convirtiendo la situación en la pescadilla que se mordía la cola.

Entonces, con la creación del banco “malo” las viviendas comenzarán a valorarse por su precio de mercado de una manera definitiva produciéndose un vuelco evidente en el precio de los inmuebles de nuestro país, claramente a la baja, permitiendo así la adecuación general a la realidad que estamos viviendo en estos momentos.

Esto es importante porque es la única manera de que se pueda iniciar la recuperación del sector inmobiliario en España, porque se necesita, ante todo, que el precio toque fondo de una manera definitiva. A partir de ese momento podemos empezar a plantearnos la lenta y paulatina mejora del sector en favor de precios más competitivos y de ausencia de chantaje, en virtud del poder de la financiación, por parte de las entidades financieras.

La maldades del banco malo

Que viene el banco malo... (dibujo de joserico.com)

Que viene el banco malo... (dibujo de joserico.com)

Todos los bancos son malos.

Vale, bien, una vez he pagado mi tributo correspondiente al templo de las obviedades tontas, ¿qué tal si nos preguntamos qué es eso de un banco malo, de lo que tanto se habla últimamente?

Un banco malo es una vieja solución técnica que permite que las entidades financieras se deshagan de sus activos devaluados pasándoselas a un banco, normalmente de carácter estatal, de tal manera que los balances de estas entidades queden limpios y toda la “porquería” se concentre en un sólo lugar, que ejerce de cloaca financiera donde van a parar todos los desechos. Su principal utilidad es acabar con la incertidumbre de qué activos problemáticos tiene cada entidad y cual es su nivel real de solvencia.

Como ya sabéis algunos de los que me leéis habitualmente en este blog, no estoy radicalmente en contra de la idea de crear un banco malo, aunque sólo sea para despejar un poco el panorama. Nuestra crisis es sobre todo de credibilidad y cualquier medida que ayude a aclarar el panorama no parece, en principio, desacertada.

Lo que ocurre es que hay bancos malos bien montados y bancos malos que nacen ya chapuceros, contrahechos y a medida de los peores chorizos, con lo que se consigue que más que una ayuda sean una prolongación del chanchullo.

Un banco malo montado como es debido, obliga a loa bancos a amortizar todo lo que le pasan a este banco, de modo que se ve en qué situación están se nacionalizan, se liquidan o se sanean.

Un banco malo chapucero se dedica simplemente a comprar los activos chungos de los bancos, pero al valor que e les dio en su momento. Y ahí esta de nuevo el mal: un activo sobrevalorado que se convirtió en un agujero, sigue sobrevalorado, pero ahora en manos de todos, comiéndonos a escote la diferencia entre el valor contable y el valor real.

En España, pro lo pronto,  ya hemos visto dos señales terriblemente alarmantes:

-Que el banco malo no se hará cargo de deudas y créditos inferiores a los 250.000 euros.

-Que el banco malo, en el caso de las viviendas e hipotecas, no se hará cargo de los inmuebles valorados en menos de 100.000 euros.

¿Qué significa esto? Que los bancos están perdiendo el trasero para engordar las valoraciones y conseguir así meter todos estos pufos en el banco malo. Osea, incentivos para que todo cueste más, y encima, que el dinero lo ponga otro.

Genial.

¿Bajarán los pisos con el banco malo?

¿Seguimos con el agua al cuello?

¿Seguimos con el agua al cuello?

Curiosa metamorfosis la que ha sufrido nuestro Ministro de Economía que ha pasado de negar una y mil veces la posibilidad de la creación de un banco malo para la maltrecha situación financiera de muchas entidades nacionales a valorar positivamente todo lo que puede generar para la economía en su conjunto, especialmente de cara al descenso del precio de la vivienda, cosas de la política, supongo.

Aún así, no podemos negar que De Guindos tiene razón. Uno de los principales lastres de la economía está siendo que las viviendas no están descendiendo tanto como deberían ya que las entidades financieras se niegan a depreciar el valor de sus activos, de todas esas viviendas que han estado embargando durante todos estos años de crisis.

Ello ha provocado un desajuste claro en el sector con lo que no ha podido lograr la recuperación que debió de haberse producido ya hace unos meses, porque las entidades financieras han estado manteniendo precios desorbitados en un momento de coyuntura económica que pedía precisamente lo contrario, aprovechando su capacidad para mantener clientes cautivos gracias a su monopolio en concepto de financiación para los clientes.

Según los expertos en la materia, con la creación de una entidad financiera “mala” los bancos y cajas podrán derivar hacia ella sus activos tóxicos, aquellas viviendas que han perdido gran parte de su valor, y éstos serán vendidos al precio que corresponde en el mercado, con lo que se beneficiarán las propias entidades, que aunque sufrirán pérdidas, al menos se desharán de sus activos tóxicos, y los propios ciudadanos que podrán acceder a viviendas mucho más económicas.

A pesar de que ya se han lanzado pequeños trazos de como se orquestará este banco malo lo cierto es que todavía no tenemos clara la letra pequeña con lo que no podemos pronunciarnos sobre su viabilidad futura en un escenario de recesión económica como la actual. Sin embargo, todo apunta a que podemos estar ante la solución menos mala para conseguir que las entidades financieras solventes no se contagien de la situación que han generado el resto de entidades, especialmente las Cajas, gobernadas en su mayoría por políticos caprichosos y guiados por los intereses creados.

¿Qué es eso de un banco malo? Hipoteca, política y demagogia.

Mr. Scrooge detesta los bancos malos.

Mr. Scrooge detesta los bancos malos.

Como estamos en precampaña electoral, parece ser que un banco malo es una cosa con dinero y cuernos que azota a los honrados trabajadores para repartir el dinero de los pobres entre los ricos y comprar tartas de manzana a Mister Scrooge, mientras los niños hambrientos miran los escaparates.

Sin embargo, cuando leemos un poco, resulta que la figura del banco malo la utilizan por primera vez gobiernos tan reaccionarios como las socialdemocracias de Finlandia, Suecia y Noruega en los años noventa, aunque hubo algún experimento anterior con las savings and loans norteamericanas en el periodo de Reagan. Se trata, pues, de una herramienta conocida y no adscrita a ninguna ideología en particular.

La necesidad de un banco malo surge como solución a una crisis de confianza, cuando las entidades financieras dejan de prestarse dinero entre ellas o de prestárselo a los particulares por miedo a la situación de solvencia de las otras entidades financieras. En esos casos se crea un banco que absorba los activos tóxicos de todas las entidades de modo que, al aflorar los activos peligrosos, todo el mundo tenga muy claro cual es la situación, dónde estamos, quién es es solvente y quien no, y a partir de esa transparencia vuelva a fluir el crédito y se reactive la economía. O sea, que se trata de aclarar el panorama para que la desconfianza no estrangule el crédito ni las hipotecas y el mercado pueda reactivarse.

Generalmente, es el Estado quien forma este banco malo y se queda con esos activos tóxicos, comprándolos a las entidades financieras a un precio muy inferior al de mercado y quedándose con una parte de las acciones del banco como garantía. Por tanto, la creación de un “banco malo”, es un proceso de nacionalización total o parcial de la banca, y por eso es la banca la que más duramente suele resistirse a este proceso que convierte al Estado en accionista.

En el caso de España, la idea progre de que se está dando el dinero de los contribuyentes a los banqueros es particularmente estúpida, ya que la inmensa mayoría del dinero necesario para el rescate de entidades financieras irá a parar a las Cajas de Ahorros, que son bancos públicos, gestionados por políticos. O sea: eso que tanto les gusta pedir a esos mismos progres como solución a la crisis.

El banco malo, por tanto, es una solución con la que habitualmente los bancos pierden dinero y los contribuyentes lo ganan, como sucedió en EEUU con los rescates de los bancos, donde las arcas públicas tuvieron un beneficio de alrededor de 12.000 millones de dólares sólo en la venta de su participación en Citigroup. En España quizás lo tengamos más crudo, repito, porque lo que rescatamos ya son bancos públicos, ese rescoldo colectivista de otros tiempos que algunos, con otro collar, siguen considerando mejores.