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El año de la asfixia crediticia

Sin créditos no hay vida, económica se entiende

Sin créditos no hay vida

Muchos se las prometían muy felices con la llegada del PP al poder y su fama de grandes gestores, algo que ha quedado desmentido de manera casi absoluta al ver como no sólo no han conseguido reflotar la economía española sino que, más bien al contrario, la están hundiendo cada vez más por culpa de sus medidas de austeridad absoluta.

Una austeridad que está recortando a marchas forzadas la renta disponible de las familias españolas y con ello se está provocando la contracción del consumo y de la inversión, entrando en un círculo vicioso del que no parece fácil salir ya que se trata de vasos comunicantes que acaban de retroalimentarse hasta el infinito.

A ello tenemos que añadir la incapacidad de obtener financiación de los bancos y cajas por parte de las empresas y los ciudadanos. Las sucesivas reformas financieras que han obligado a éstas a incrementar sus provisiones y la falta de una fuerza coercitiva real sobre el dinero prestado a estas entidades, está provocando que los bancos y cajas se estén dedicando a sanear sus balances antes de plantearse la posible concesión de nuevos préstamos y créditos.

Ello está repercutiendo directamente en la economía productiva, en la economía del día a día, ya que si las empresas no tienen acceso a financiación no tienen capacidad para iniciar nuevos proyectos, ello provoca que se resienta el empleo, al resentirse el empleo se resiente el consumo y los ingresos de la Hacienda Pública, que ingresa menos por cotizaciones y gasta más por prestaciones, y todo ello provoca que la producción se resienta aún más.

La única salida posible es que el Gobierno obligue a las entidades financieras a abrir el grifo del crédito o bien que se plantee la posibilidad de orquestar un entidad crediticia de carácter estatal, por ejemplo dotando de mayor capacidad al ICO, que en lugar de trabajar a través de las entidades financieras podría hacerlo de manera autónoma, y con ello conseguir romper el círculo vicioso en el que nos hemos introducido sin solución de continuidad aparente, con un futuro más que negro a poco que echemos un vistazo a los datos económicos.

Se nos acaba el año 2011, un año perdido

El 2011 se nos ha perdido sin darnos cuenta

El 2011 se nos ha perdido sin darnos cuenta

Ahora que ya sabemos lo que gana realmente el Rey de España podemos empezar a analizar desde la transparencia lo que ha dado de sí el año 2011 que este sábado termina, y la verdad es que las perspectivas no son nada halagüeñas, porque a pesar de que se trataba del año llamado a iniciar la recuperación definitiva, nos hemos encontrado con que todo sigue como estaba, o todavía peor.

El sector inmobiliario sigue paralizado, con miles de casas vacías y sin vender, y con el sector financiero incapaz de devolver a la sociedad todos los favores realizados por las administraciones públicas en forma de avales e incluso créditos blandos para que pudieran afrontar sus momentos de mayor dificultad.

Además, y como si no hubiéramos aprendido nada de los años precedentes, el nuevo Gobierno de Rajoy amenaza con recuperar todas las medidas que nos han traído al lugar en el que estamos ahora, con incentivos claros al sector de la construcción y apoyo a la compra de vivienda.

Por ello, el 2012 es un año como para echarse a temblar. Con la tasa de desempleo creciendo aún más, con pérdida de derechos sociales añadida, con las entidades financieras preparándose para superar los tests del BCE, y con los mercados acechando cualquier debilidad de la deuda soberana de los países de la Unión Europea, no nos queda otra que cruzar los dedos y ponernos a rezar, el que crea, o a llorar, el que no crea.

Por tanto, si situamos el inicio en los finales de 2007 y, siendo optimistas, podemos situar el inicio de la recuperación a finales de 2012, nos encontraremos con 5 años de rigurosa crisis que ha empobrecido a los ciudadanos occidentales y nos ha hecho darnos cuenta de todos los excesos que cometimos.

Sin embargo, debemos de ser optimistas ante el futuro y obtener la lectura positiva de la crisis que nos ha permitido aprender que no se puede vivir por encima de nuestras posibilidades y que debemos siempre ajustarnos a lo que tenemos, sabiendo que no es por ello por lo que se nos juzga, porque lo importante, por mucho que los grandes centros comerciales lo quieran negar, es lo que somos, no lo que tenemos.

Feliz Año Nuevo.

Tropezando con la misma piedra

A vueltas con la hipoteca

A vueltas con la hipoteca

Está claro que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, eso ya lo sabíamos, pero lo que desconocíamos era que las entidades financieras, esas deidades incapaces de equivocarse, en su contra, al menos, también podían tropezar otra vez con la misma piedra.

Si esta crisis que aún nos sigue golpeando comenzó por la irresponsabilidad de las entidades financieras, que antepusieron la venta de productos financieros a la responsabilidad corporativa, y por su empeño en conceder hipotecas por encima del 100% de valor de tasación de las viviendas, lo cuál estalló en cuanto la burbuja inmobiliaria comenzó a desinflarse, ahora todo apunta a que están volviendo a cometer el mismo error.

Una forma de actuar que ya veníamos meses viendo cuando se trataba de viviendas en posesión de las entidades financieras, como consecuencia de procesos de embargo hipotecario, pero que ahora comenzamos a ver para clientes en general.

Son varias entidades, como Ibercaja, por ejemplo, las que han comenzado a lanzar sus hipotecas por el 100% del valor de tasación. Eso sí, las restricciones que ahora exigen son mucho mayores que las previas a la crisis.

Están compensando el riesgo en el que incurren con esos 20 puntos porcentuales de financiación adicionales, con un tipo de interés más elevado, generalmente en los primeros períodos, o bien con una mayor vinculación con la entidad.

De esa manera intentan generar los ingresos suficientes al inicio de la vida del préstamos que les pueda compensar en caso de que se produzca un embargo en situación de pérdida patrimonial.

En definitiva, las entidades financieras están tropezando con la misma piedra, pero ésta es ahora más pequeña y hará menos daño, aunque sorprende que se estén planteando una solución hipotecaria que ha colapsado el sistema financiero y económico internacional, algo que todavía hoy estamos sufriendo los ciudadanos anónimos con una hipoteca a nuestras espaldas.

Porque, si bien es cierto que lo están haciendo con alguna restricción adicional, también es cierto que están comenzando a conceder hipotecas por el 100% del valor de tasación, olvidándose ya del 80% que parecía ser el límite hasta ahora.