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La levitación existe. Deuda, hipotecas y bancos.

¡¡¡Arriba las manos!!!

¡¡¡Arriba las manos!!!

La prima de riesgo española se está relajando, lo que hace que los intereses que pagamos por la deuda emitida sean muy inferiores a los que tuvimos que sufrir el año pasado, cuando el rescate se daba por cosa hecha. Esto, a primera vista, parece una buena noticia, pero como soy de esa clase de gente (rara, muy rara) a la que le gusta hurgar en los datos en vez de lanzar maldiciones, resulta que la buena noticia no es para tanto, o al menos deja un poso de preocupación si se mira con detenimiento. ¿Y por qué?

Porque estamos demostrando que la levitación existe. Por estamos demostrando que el pintor que se cae de la escalera mientras pinta un techo podría haberse agarrado de la brocha para no golpearse con el suelo. ¿Estoy de coña? Ojalá. Atentos a la jugada:

Según las estadísticas de deuda del Estado, publicadas por el Banco de España,  las entidades financieras españolas habían suscrito nada menos  que 224.378 millones de euros, que supone un 33,7% del total de la deuda viva y bate todas las plusmarcas hasta la fecha. Por si esto fuera poco, esta cifra representa un incremento de más de un 8,2% respecto a los 207.300 millones del mes anterior.  O sea, que los bancos sí que tienen dinero, y lo prestan, 17.000 millones de euros en un mes, pero no para nuestras hipotecas, sino todo y hasta el último céntimo para deuda pública.

Por tanto, levitamos. El Gobierno rescata a los bancos, y los bancos a su vez rescatan al Gobierno, de modo y manera que si un día se nos pasa por la imaginación dejar de pagar la deuda. lo primero que saltará por los aires será nuestro sistema financiero, llevándose por delante los ahorros de los españoles, sin fondo de garantía ni remisión posible.

Y es que el mecanismo sería de chiste si no estuviese detrás nuestra tragedia. Lo describo en pocas palabras:

– Los bancos piden dinero prestado al BCE a un tipo de interés del 0’5%, y ofrecen como garantía ante elkl BCE la deuda pública del Estado.

– Con ese dinero que obtienen del BCE a un 0,5%, los bancos compran deuda pública de España al 4% de interés. Ese 4% l0 pagamos todos.

-Los bancos, sin mover un dedo, sin dar una sola hipoteca y sin correr riesgos, se embolsan un 3’5% por su cara bonita.de lo comprado.

– Y como han comprado deuda pública, que el BCE acepta como garantía, vuelven al BCE y piden más dinero para comprar más deuda.

¿Lo veis? Perfecto.

Un negocio glorioso y sin riesgo. Paga el Estado, y encima, para más recochineo, cuando los bancos tienen problemas son rescatados por ese mismo Estado, que para eso está y para eso debe el favor de no haber tenido que aceptar las condiciones de Bruselas.

Se trata, amigos, del mayor atraco de todos los tiempos.

Por eso me cabreo tanto cuando la gente gasta sus energías en hablar de pufos de cuatro perras, que en el fondo son el cebo con que nos mantienen entretenidos, mientras el dinero de verdad se lo llevan a la vista, por la cara, y por la puerta grande…

Ya está bien de chorradas y vayamos de una vez a lo grande, a los sustancioso. Como hacen ellos…

Hipoteca y cajas rurales. Sociología del fracaso.

Los que andan con espigas entienden de estas cosas

Los que andan con espigas entienden de estas cosas

Hemos hablado ya, y mucho, del cúmulo de situaciones y de la conjunción de intereses que ha conducido a que a la banca y los hipotecados se encuentren en la situación presente.

Hemos hablado del enorme interés de los directores de sucursales y de zona por cobrar bonos a costa de unos resultados que eran artificiales, de la imprudencia de los que compraron una vivienda sin pensar que el contrat0 iba a ser para treinta años y podía, en todo ese tiempo empeorar la situación, de la imprudencia y avidez de las sociedades tasadoras, que cobraban a porcentaje, de la vista gorda de los notarios, que cobraban también a porcentaje, y de la habilidad de la administración para apagar el fuego con gasolina siendo que cobraba, que casualidad, sus impuestos a porcentaje.

Pero hay un dato del que hemos comentado muy poco todavía y que me parece sintomático: la actuación de las Cajas Rurales.

En España hay registradas setenta y tres cajas rurales, que son cooperativas de crédito muy del estilo de las cajas de ahorro, pero centradas en dar liquidez y préstamos al sector rural. ¿Y sabéis una cosa? Resulta que de las setenta y tres cajas no se ha intervenido aún ninguna. ¿Por qué?

Por una cuestión sociológica: en el campo, la gente está echa de otra pasta, para bien y para mal. En el campo se encuentra a veces gente cerrada, mal comunicada, con una cultura académica escasa y muy apegada a tradiciones y modos de pensar que hoy nos parecen con frecuencia arcaicos.

Pero en el campo no se endeudan si no es absolutamente imprescindible. En el campo no se hacen castillos en el aire, porque se sabe, desde que el mundo es mundo, que mañana puede venir un pedrisco o una helada que acabe con todo. En el campo se sigue, por el puñetero libro, el principio de prudencia, y por eso, ni clientes ni directores de sucursal ni nadie en absoluto que pertenezca a ese mundo ha caído de forma masiva en la tentación de pedir hipotecas cuando no la se puede pagar ni de darlas a quien no las va a devolver.

Puede haber y hay excepciones, por supuesto, pero se trata de eso: excepciones, y no de la norma de lo que ha sido el despelote de las cajas de ahorros y la orgía monetarista de los bancos, esa que acabaremos pagando todos.

Mirad, por tanto, si lo que ha sucedido es solamente económico o hay también una componente social y de mentalidad e la gente en el problema.

Como siempre, hay que recordar que el sistema lo hacen las personas, y sus problemas no son más que un reflejo de nuestras costumbres, nuestras virtudes y nuestros vicios. Capitalismo, deuda y banca también las hay en el medio rural, pero parece que allí significan otra cosa.

Hipoteca, diferencial y grifo cerrado

Vista aérea de nuestra economía financiera

Vista aérea de nuestra economía financiera

Yo es que ya no sé en que mundo vivimos: se supone que los bancos son entidades que recogen el dinero de los ahorradores y se lo prestan a aquellos que pretenden hacer una inversión, pero ahora resulta que el grifo se ha cerrado y los bancos no prestan. Vale. Y si no prestan, ¿a qué se dedican?

La respuesta, creo, es que se dedican a cobrarnos comisiones por servicios que han convertido en casi imprescindibles a fuerza de burocracia y a otra cosa: a prestar, pero no a nosotros.

Los diferenciales de las hipotecas no han hecho más que crecer en los últimos meses. Antes era posible encontrar fácilmente una hipoteca con un tipo de interés, del Euribor más medio punto. Luego ese medio punto subió a seis décimas, siete, ocho, y ayer mismo, en una operación que conozco por razones familiares, le pidieron a una persona Euribor más dos puntos.

Me diréis lo mismo que yo le dije a esa persona: que se puede encontrar más barato. Y es verdad. Pero en los sitios en los que te lo dan un poco más barato te lo encarecen con comisiones diversas, obligaciones de seguros y tres abanicos de hojas de palmera para abanicar al sursum corda. Si no lo pagas por un lado lo pagas por otro: el encarecimiento de las hipotecas que se conceden está siendo descomunal y no tiene visos de detenerse.

La razón, quizás, está en que ya no interesamos al banco como clientes. Y no exagero. Pensadlo: ¿por qué nos va a prestar a nosotros el banco a un tipo del 2 % si puede prestarle al Estado al 3 o al 4% y con la garantía absoluta de que se lo devolverán?

¿Por qué nos van a dar a nosotros una hipoteca cuando ese dinero se puede meter en Bonos del Estado, en Bonos, Obligaciones y Letras del Tesoro que pagan mayor interés y tienen menos riesgo?

Para mí, está claro. No nos prestan porque mientras haya entidades públicas dispuestas a seguir endeudándose, somos clientes de segunda que creamos riesgos, pagamos mal, podemos aumentar su parque de pisos invendibles y además dejamos menos a ganar.

El ciudadano de a pie, para conseguir un duro, ya no está compitiendo sólo con otro ciudadano un poco más solvente que él, sino con el propio Estado que es, a través de su deuda, el que marca el interés que nos acabarán cobrando.

Por eso se cierran los grifos. Por eso estamos tan secos

El bono español se paga ya al 4 % (y el desastre que eso significa)

Verdadera identidad de quien llegó al poder asegurándonos que era el rey de copas.

Verdadera identidad de quien llegó al poder asegurándonos que era el rey de copas.

¿Parece una buena noticia, verdad? Pues no: es un desastre, y creo que espacios como este tienen la obligación de explicar lo que significa semejante noticia.

La rentabilidad del bono español subió del 3,73 % al 4 % en sólo un mes, y eso no significa que seamos más rentables, sino que confían menos en nosotros, porque la rentabilidad del bono es el precio que nos cobran por prestarnos dinero. Por prestárselo a nuestro gobierno, concretamente.Es una rentabilidad ajena; que quede claro eso.

Si los intereses que nuestro país debe pagar por la deuda pública son cada vez mayores y esta deuda se agranda, el encarecimiento real, lo que vamos a tener que pagar, se dispara hasta convertirse en una losa, una más, en este cementerio económico que no deja de crecer.

Esta noticia ha pasado de puntillas por todos los medios, pero sus consecuencias son devastadoras, y no sólo a nivel macroeconómico, sino también para nuestros bolsillos. Pensemos:

Imaginad que sois un banco, uno cualquiera. Ni más amable ni más cabrón que el resto. Llega alguien y deposita en su cuenta trescientos mil euros, procedentes de exportar azulejos a Holanda, por ejemplo. ¿A quién prestaríais esos trescientos mil euros, a un autónomo para montar una empresa, cobrándole el euribor más dos puntos, a una familia para una hipoteca, cobrándole el euríbor más cero con setenta y cinco, o al Gobierno, en deuda pública?

La cuenta real nos abrirá a todos los ojos:

-Si el banco le cobra al autónomo euribor más dos puntos, tenemos que le cobra 1,24 +2 igual a 3,24 %

-Si el banco le presta el dinero a una familia para una hipoteca, tenemos que obtiene 1,24 + 0,75 igual a 1,99 %

-Si el Banco le presta el dinero al gobierno, cobra un 4 %.

Y el Estado no quiebra (en principio, vaya) ni deja de pagar sus cuotas, así que la cosa está clara: rentabilidad máxima y riesgo mínimo.

¿Comprendéis ahora por qué los bancos no prestan?, ¿comprendéis por qué no se conceden hipotecas?, ¿entendéis por qué se ha estrangulado a las Pymes cerrándoles las líneas de crédito?, ¿os dais cuenta de por qué no hay modo de abrir una empresa ni de conseguir financiación para ello?

El gobierno no sólo derrocha y nos endeuda, sino que además acapara los recursos que deberían ir a recuperar la economía de la calle.

Nos ahorca y además exige que la cuerda la paguemos nosotros.