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Certificado de eficiencia energética: otro clavo a la vivienda.

Tipos de eficiencia. Lo pagas. Te lo dan. Lo ves. Y todos sigue como antes...

Tipos de eficiencia. Lo pagas. Te lo dan. Lo ves. Y todo sigue como antes...

Hace algún tiempo corrió el rumor de que se iba a obligar a realizar la ITV de las chimeneas, de modo y manera que cada vivienda o bloque de viviendas que tuviese uno de estos artefactos tecnológicos, tuviese que pasar cada dos o tres años la correspondiente revisión de su estado, limpieza y emisión de gases. En aquel entonces, según se dijo, la cosa se paralizó durante un tiempo (estas cosas nunca se aplazan para siempre) por estar el asunto entero sospechosamente relacionado con las actividades de uno de los hijos de Pujol.

El asunto era terriblemente jugoso, pues hay millones de chimeneas en España, y se trata, como en el caso de la ITV de los coches, de cobrarte por mirar, sin responsabilizarse de nada. Los arquitectos, aparejadores y demás gremlins del sector se frotaban ya las manos multiplicando la tarifa por el número de clientes obligados, cautivos y forzosos.

Así que cuando la cosa falló, montaron en cólera y se fueron al Gobierno a pedir un nuevo filón. Y así surgió el certificado de eficiencia energética, obligatorio para poder vender o alquilar la vivienda. Y obligatorio ya desde el 1 de junio, nada de futuribles o posibilidades para más adelante.

Desde esa fecha, y para los inmuebles construidos con anterioridad a 2007 (lo que equivale a decir casi todos, porque en 2008 terminó esta crisis que no va a acabar nunca, será obligatorio incluir en la publicidad de cualquier alquiler o venta la letra correspondiente del certificado de eficiencia energética, tal y como aparece en el gráfico que ilustra el artículo de hoy.

Los propietarios que no cumplan con la obtención y publicidad de este certificado incurren en una infracción contra la legislación de consumo y se exponen a sanciones de entre 300 y 30.000 € según sea la gravedad de la infracción.

Como siempre, los únicos que se salvan son los que alquilan su vivienda en negro, pues ni pagan impuestos por lo que ingresan ni tienen tampoco la obligación de cumplir con este certificado, bastante rechazado pro los propietarios al tratarse de un papel que no les aporta nada y que puede costar entre 300 y 500 €.

Así las cosas, estamos ante un nuevo ataque del monstruo burocrático que nos devora, lanzando una vez más sus dentelladas contra los bienes reales, es decir, contra aquellos que en teoría no se pueden escapar llevándose los fondos o las acciones a otro lado con un click.

A quien lo hayan trasladado y espere pagar la hipoteca de la antigua vivienda con el alquiler de la nueva, más le vale ir sumando también este nuevo coste…

Desgravación por reformas en vivienda habitual. IRPF 2010

Hacienda siempre con sus dos caras...

Hacienda siempre con sus dos caras...

Si no se echan atrás, que visto lo visto no se puede asegurar nada, parece ser que el Gobierno aprobará para el año que viene una nueva desgravación por obras en la vivienda habitual, lo que es una manera fina de sustituir al plan E, pero metiendo el gasto a los particulares en vez de levantar aceras a lo bobo. Ya que la gran obra del sector de la construcción parece congelada, y es posible que siga así mucho tiempo, se trata de reactivar este grupo productivo, tan intensivo en investigación y desarrollo, como todos sabemos.

La idea, para no enrollarme, es la siguiente:

Se permitirá desgravar hasta un 10% de los invertido en las obras, hasta un tope máximo de 3.000 euros al año. El total de lo desgravado por las obras, sumando los distintos ejercicios, no podrá ser superior a 10.000 euros, o lo que es lo mismo, todo lo que pase en la reforma de 100.000 euros, no se puede desgravar. Y no deja de ser normal: si metes más de 100.000 euros en un areforma, la cosa se acerca más a una obra nueva que a una verdadera reforma.

Además, no se puede desgravar cualquier obra, sino que tendrán que ver necesariamente con la eficiencia energética, el uso del agua o la adaptación para personas con problemas de movilidad. Este es un aviso necesaroio para lso que creen que puede ser buena idea meter un jacuzzi y que le paguemos a escote el diez por ciento. Se puede hacer, como todos sabemos, pero no a la cara y con todo el morro.

Y por supuesto, porque siempre hay alguno que se pasa de listo, es forzo decir que  sólo se pueden desgravar las obras de las que se conserve la factura correspondiente.

Por mi parte, un consejo práctico, que para eso estoy aquí: si necesitáis hacer la obra, tratad de desgravarla (si os conviene), pero pensar que puede interesar hacer la obra por las desgravaciones una locura, porque será tal el cúmulo de papeles que soliciten que va a ser mejor el viejo método de toda la vida y no desgravar. Basta con que penséis en los permisos municipales y los proyectos de arquitecto que se requerirán para que echéis vosotros mismos las cuentas.

Y no me pidáis que explique más, que se me entiende de sobra.

No es lo mismo trabajo que riqueza.

 

Esto es crear trabajo.               Viñeta: J.G.Villanueva

Esto es crear trabajo. Viñeta: J.G.Villanueva

Perdonadme que venga aquí con la osadía de tratar de enseñar nada. No se trata de dar conferencias sino de hablar juntos unos cuantos temas que creo que son de la máxima importancia, a juzgar por las cosas que leo en los comentarios, escucho en lo bares y me encuentro cada vez más repetidas.

Creo que hay una listas de asuntos que conviene dejar claros, aunque sólo sea para que no nos la sigan metiendo doblada aprovechándose de nuestra ignorancia, de lo difusos que tenemos los conceptos y, en resumen, de que no nos enteramos de cómo funcionan las cosas de las que dependemos.

La primera cuestión es la diferencia entre trabajo y riqueza. A todos se nos llena la boca diciendo que hay que crear trabajo, y eso es una solemne majadería. No se trata de eso, sino de crear riqueza. Y es imprescindible que se nos meta de una vez entre ceja y ceja que no hay nada más fácil que crear trabajo. ¿Os lo demuestro? Prohibiendo los tractores y obligando a que toda la producción agrícola tenga que hacerse a mano. Se crea una cantidad de trabajo de la leche. Y prohibiendo los camiones para hacer el transporte de mercancías en burro, ni os cuento. Y suprimiendo los telares industriales para tener que producir todo el textil a mano, ya se baten plusmarcas. ¿Queda claro? Pues vale.

Por tanto, no hay que crear trabajo, sino riqueza. La riqueza se crea cuando somos capaces de producir todo lo que necesitamos en menos tiempo y de modo más barato, de manera que nos sobren horas y recursos para otras actividades, ya sean industriales, comerciales o simplemente de ocio.

¿Os lo resumo más? Ser tonto da mucho trabajo, pero ninguna riqueza.

Y quizás vayan por ahí los tiros de nuestra falta de competitividad: empresarios que no saben llevar sus empresas y trabajadores que no saben desempeñar sus puestos. Los primeros quiebran, los segundos revientan, y no se produce ninguna riqueza.

Sólo ruina y mala leche.