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Hipotecas postelectorales

 

En busca del chollo perdido

En busca del chollo perdido

La gran pregunta que se hizo Rajoy, según un periódico satírico, era por qué demonios tenía ganas de llorar después de haber ganado las elecciones.

Luego, cuando se reunió la ejecutiva del PP, resultó que ni eso: el tío que ni pincha ni corta, ni rompe ni mancha, ni siquiera tenía ganas de llorar, y mucho menos de hacer autocrítica o pensar en cambiar algo para no encadenar un monumental estacazo con otro.

A esto es a lo que a veces los entrenadores, ya sea deportivos o empresariales, llaman riesgo psicológico: a la incapacidad de enfrentarse a los problemas, o lo que todavía es peor, a la pérdida del deseo de ganar.

Cuando tus comerciales ya no salen a vender y tus futbolistas no salen a ganar, es el momento de tomar medidas. Pero aquí lo que tenemos es a un Presidente que hace años que no sale a Gobernar. Un Presidente al que no le interesa la política y ha dejado, hace años, de tomar medidas políticas para preocuparse solamente de que las patas del andamio, las verdaderas patas que lo sostienen, no sufran daño alguno. Por eso nos suben la luz, nos maltratan los bancos y se ríen de nosotros las gasolineras: porque esos, esos sí, están protegidos por al fuerza y el  aparato del Estado. Y para otros sustos, aquí puedes encontrar el teléfono , pero de momento basta con lo que hemos contado.

Las medidas que va a tomar Rajoy ante la derrota electoral van a consistir en llamar al presidente de Repsol y al de Iberdrola, entre otros, para preguntarles qué puesto le tiene reservado. Los demás, los que estaban con él en el Partido Popular y han visto o van a ver estos días como los pasan a cuchillo uno a uno, no le importan un pimiento. Los demás, los que se van a ir a casa por haber tragado, por haber consentido y por haber preferido salir en la foto antes que enfrentarse a un presidente inútil, cobarde, holgazán e ineficiente, ahora ya no le importan un pimiento a nadie.

Por lo demás, para los que creen que la hipoteca es hoy un tema irrelevante, ya lo han visto: se puede pasar de la plataforma de afectados pro la hipoteca a la alcaldía de Barcelona. Eso demuestra, creo yo, que el tema que aquí tratamos es algo más que pura y simple economía: es el caballo de batalla entre libertad, propiedad privada, sociedad y bandolerismo.

Ya iremos hablando…

 

Y de momento, la hipoteca sigue, también como parábola

Los primeros de una larga lista

Los primeros de una larga lista

No es normal que dedique yo estas líneas a temas políticos, pero hoy voy a hacer una excepción, aprovechando que estamos en año con múltiples elecciones y que el domingo se celebraron las andaluzas, que quisieron ser primeras y lo consiguieron pro aquello de que aquí, como en la granja de Orwell, todos somos iguales, pero unos más iguales que otros..

¿Y por qué me parecen a mi tan importantes estas elecciones, al fin y al cabo? porque dicen más de nuestra sociología y de lo que hay detrás del telón de lo que muchos interpretan.

Dicen, por ejemplo, que en España se pueden gobernar treinta y siete años, y quitarle el récord a Franco, sin que a nadie le suene rara la cosa. No juzgo aquí la legitimidad de las elecciones ni la decisión de los ciudadanos, pero no me negaréis que la cosa da para pensar un rato, y más en un blog en el que siempre hablamos de que tomar una decisión a treinta años, como una hipoteca, es un riesgo demasiado elevado.

Dicen también estas elecciones que los sociólogos del PP viven en una burbuja de cristal, y que su ilusión de que a la gente se le pase el cabreo a fuerza de repartir los mismos sueldos entre más gente no se les va a arreglar ni de cachondeo. Si Rajoy esperaba que su partido aguantase el embate, ha visto que el batacazo que se ha dado cotiza por todo lo alto, y más que cotizará si lo fían todo a la economía y la recuperación y nada la política.

Dicen también que el ser catalán ya no es una cosa que suene tan desagradable en el sur, y así lo muestran los Ciudadanos de Albert Ribera, y que con tal de acabar con los de siempre hay mucha gente dispuesta a acabar también con los prejuicios de siempre.  Este punto sería esperanzados para una tierra como Andalucía si no fuese por el punto primero…

Dicen también que el fenómeno emergente de Podemos se comió al fenómeno declinante de Izquierda Unida, pero sin conseguir, ni juntos ni por separado, salir de la puñetera irrelevancia, esa a la que conduce ganarlo todo y que no te sirva de nada. La cuestión será ver si avanzan en otros lugares, pero de momento no han podido vencer a la “casta” ni de lejos.

¿Y cual es la suma de tanta sociología?

Estabilidad. O calma. O aguas estancadas.

A esos juicios ya no llego.

Buscando el crédito desesperadamente

La que se me viene encima

La que se me viene encima

Jamás una victoria fue tan exigente como la que consiguió este pasado domingo el Partido Popular en las elecciones generales, con una mayoría absoluta que le da margen de maniobra suficiente para tomar todas las medidas que necesite, sin hipotecarse por la necesidad de la consecución de apoyos, lo cuál, a su vez, le genera una elevada exigencia de responsabilidad.

Y es que hasta ahora el Partido Popular se ha movido en la indefinición como estrategia política, una ambigüedad que le ha llevado al poder, pero de la que no podrá hacer uso ahora que está en el, sino que tendrá que tomar decisiones, dolorosas la mayoría, si quiere ayudar a España a salir de la crisis.

Medidas que deben comenzar por la recuperación inminente del crédito, tanto a particulares como a empresas, de forma que pueda servir de base sobre la que construir una economía sólida y en recuperación, alejando los fantasmas de la recesión.

Un crédito que se ha ido perdiendo a medida que las entidades financieras perdían liquidez por los embargos hipotecarios y se enfrentaban a la sequía de los mercados internacionales, que al no fiarse de España se negaban tajantemente a conceder préstamos a las entidades financieras españolas.

Por ello, el Partido Popular se enfrenta a dos objetivos fundamentales ahora que se encuentra en el poder. Por un lado tendrá que conseguir que los mercados internacionales vuelvan a confiar en España, y, por otro lado, tendrá que propiciar la absorción del stock de viviendas vacías que sigue lastrando al sector financiero.

Porque hasta que no se consiga liberar los balances de las entidades financieras éstas seguirán restringiendo el crédito de manera dura, sabedoras de que tienen que mantener su liquidez y no exponerla ante la elevada tasa de morosidad que sigue golpeando a la economía española.

En definitiva, nos enfrentamos a un comienzo de la legislatura que promete con ser apasionante, con un partido nuevo en el poder que ya no se podrá ocultar nunca más y con todos los agentes económicos a la expectativa por las nuevas medidas que éste pueda llevar a cabo en pos de la recuperación económica.

Zapatero y la dación en pago, ¿insinuación electoral o promesa velada?

Tú me das el piso y yo te cancelo la hipoteca

Tú me das el piso y yo te cancelo la hipoteca

Todos sabemos que los mítines electorales son muy dados al exceso, al histrionismo y al prometer todo lo que se pueda prometer, que de cumplirlo ya veremos. Pues bien, en uno de sus últimos mítines electorales, Zapatero insinuó la posibilidad de incluir la dación en pago en la legislación hipotecaria actual.

No pronunció el concepto maldito, a ello no se atrevió, pero sí dijo que el Gobierno estaba trabajando para solucionar el problema de los embargos hipotecarios, y descartadas las opciones de nuevas modalidades de moratorias, habida cuenta del nefasto resultado de la ya planteada por el gobierno, y sin margen por parte de las entidades financieras para incluir nuevos períodos de carencia, todo apunta a la aparición de la dación en pago en nuestra legislación hipotecaria.

Ahora bien, si lo había pensado antes de las elecciones, está claro que después de la debacle que ha sufrido el partido socialista, puede que Zapatero haya decidido guardar esta opción en el cajón ya que ante la debilidad con la que se presenta ante el año de legislatura que le queda, no creo que se atreva a echarse encima a todo el sector financiero, contrario a la dación en pago.

Otra opción es que el PSOE, no ya Zapatero, se guarde la bala de la dación en pago en la recámara para la campaña electoral de las elecciones generales, ante las que tendrá que presentar, sin duda, un programa revolucionario y claramente progresista, al menos si quiere amortiguar la caída.

En cualquier caso, esta insinuación de Zapatero ha hecho saltar las alarmas del sector financiero, que ha vuelto a poner de manifiesto las consecuencias negativas que, en principio, tendría la implementación de la dación en pago en el articulado de los contratos hipotecarios.

Estas consecuencias negativas se centran en la reducción del porcentaje sobre el valor de tasación de la vivienda que concedería el banco, reduciéndose al 60-70%, y al incremento del diferencial sobre el Euríbor que tendría que pagar el cliente mes a mes.

Ello reduciría el número de familias con posibilidad de adquirir una vivienda, aunque, a su vez, serviría de filtro para evitar las situaciones dramáticas que hemos vivido durante la crisis.

Hipoteca y elecciones

Preparémonos para el asalto

Preparémonos para el asalto

Durante todos estos días han puesto al máximo la licuadora de sesos de la campa a electoral, y estamos un poco cansados del asunto, pero creo que es el momento de comentar aquí la influencia que vana tener estas recientes elecciones en el tema hipotecario.

No creo arriesgarme demasiado si afirmo que muchas administraciones han echado los restos en estos últimos meses, tratando de mantener una imagen de normalidad y hasta de soltura con el gasto y el desempeño de sus funciones, pero a partir de hoy eso se va a acabar. A partir de hoy es muy posible que desde Europa nos aprieten un poco más las clavijas exigiendo las reformas que debían haberse realizado hace años y que sólo muy tímidamente comenzaron a realizarse hace unos meses, convertidas en aguachirle edulcorada al menor signo de protesta.

A partir de hoy los bancos pueden endurecer de nuevo las condiciones de las hipotecas y no es descartable que se les empiecen a pedir nuevas ratios de solvencia. A partir de hoy se habrá terminado la tregua para hablar abiertamente de ciertos asuntos, como quién va a mandar en las cajas, cuales sobrevivirán y cuales se irán a pique con el capitán saludando en proa y la banda de música tocando en cubierta.

A partir de hoy, amigos, y durante un tiempo, comienza el enfrentamiento con la realidad. Nos salvará que hay elecciones generales en breve y que tienen que intentar mantener a flote no sólo el barco, sino la ilusión de los marineros, pero la pólvora para cohetes se ha terminado.

En la administración, para todos, y en los bancos para las hipotecas. Pero como dije aquel sargento inglés en las trincheras de la Primera Guerra Mundial: “bueno, chicos, ¿no esperaríais vivir para siempre, no?

Tomémoslo con humor.

La hipoteca en 2011

Guardiua regulando atasco de solicitantes cabreados

Guardia regulando atasco de solicitantes cabreados

A estas alturas de año unos se ponen a hacer resúmenes de lo que fue el año que salió, y otros preferimos los vaticinios, aunque sólo sea porque supone más uso de la inteligencia y menos de la memoria.

En 2001 se acabarán las desgravaciones por hipoteca en la compra de primera vivienda, los bancos tratarán de colocar como puedan su maravilloso excedente de pisos en cartera y la Unión Europea, lo pronostico, se pondrá cada vez más dura con nuestras cuentas públicas y privadas.

En cuanto a las públicas, está por ver aún que efecto surten los rescates de Grecia e Irlanda, pero mucho me temo que periódicamente los mercados nos aprieten un poco más la soga para obligarnos a realizar de una santa y buena vez todas esas reformas que llevan siendo urgentes quince años y nunca nos ponemos a realizar en serio: educación, trabajo y administración del Estado.

Respecto a las cuentas privadas, nuestros bancos no han tenido que valorar, de momento, a precio de mercado los inmuebles que figuran en su balance, pero me temo que poco a poco se les vaya pidiendo cuentas sobre ese particular y la situación se complique.

Por tanto, 2001 va a ser un año duro para las hipotecas: desaparece la desgravación y los bancos tendrán que mirarlo todo con lupa. En la primavera hay elecciones, municipales y autonómicas, y hasta entonces, a cualquier precio, el Gobierno tratará de mantener en pie el chiringuito.

Después, veremos.

Suerte.