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La hipoteca regresa a sus vicios. Hipotecas por más del 100 % de la tasación

Una película que ya hemos visto...

Una película que ya hemos visto...

Dicen que la necesidad agudiza el ingenio, pero me temo que en este país nuestro la necesidad agudiza la torpeza, o eso hay que pensar al saber que de nuevo, una vez más, los bancos están dando hipotecas por encima del 100% del valor de tasación de los pisos, quizás con la esperanza de que si las cosas salen más seamos todos los que paguemos el pufo. Esta práctica irresponsable, dirigida  de momento de manera exclusiva a los compradores de los pisos que los bancos tienen en stock,  está siendo aplicada por BBVA, Popular y Sabadell, entre otros, y va dirigida a que los compradores puedan hacer frente a toda la serie de gastos que apareja la compra de un piso, como impuestos, notarios, registradores. Por tanto, y resumiendo, están vendiendo pisos a gente que no tiene ahorros y que no ha demostrado, hasta el momento de la compra, la capacidad de generar un excedente económico, ya sea por falta de renta o por exceso de gasto. La idea, para los bancos, es captar nuevos clientes y sacar de su balance el peso  muerto de esos pisos. En mi opinión, se trata de una simple jugada de probabilidad: tenemos estos pisos porque colocamos hipotecas a los que no podían pagarlos. Volvemos a intentarlo, y los nuevos que lo cojan pagarán o no. Si pagan, salimos ganando, y si no pagan, el pufo ya lo teníamos. Estamos ante uno más de los muchos casos que vemos a diario de incentivos perversos, donde todo se coordina para hacer las cosas mal. El comprador piensa que se puede hacer con una vivienda, y que luego, si no puede pagarla, ya llorará a quien sea para que no lo desahucien. El vendedor piensa que puede quitarse ese muerto del balance y que luego, si se repite al insolvencia, ya aparecerá quien sea para hacerse cargo del marrón. Y ese quién sea somos todos, me temo. La banca se defiende de todo esto diciendo que si no hay clientes solventes, en loas parámetros habituales, hay que buscar liquidar las viviendas con clientes que no cumplan todos los parámetros pero sean los mejores p0sibles. La respuesta cabal parece no contemplarla nadie: si no hay clientes solventes, no hay mercado y es mejor dedicarse a otra cosa. Lo contrario es vivir en el fraude y del fraude. Fácil de entender pero difícil de asumir, me temo.

Vivir por encima de las propias posibilidades (un análisis)

Imagen que nos hacemos de nosotros mismos. Y luego, claro, hay cosas que no cuadran....

Imagen que nos hacemos de nosotros mismos. Y luego, claro, hay cosas que no cuadran....

Somos muchos los que decimos que el verdadero origen de esta crisis se encuentra en la alegría con que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Sin embargo, tengo la impresión de que cuando repito esa frase la gente de este foro entiende algo muy distinto de lo que realmente quiero decir, o al menos, algo de un alcance menor.

Aprovecho que soy el que debe explayarse en explicaciones para profundizar en ello.

Cuando digo que vivimos por encima de nuestras posibilidades me refiero a que compramos lo que no podemos comprar, nos vamos de vacaciones a a donde no nos podemos ir y sostenemos costumbres y caprichos de ricos, cuando en realidad no lo somos. Me refiero a eso, sí, pero también a algunas cosas más.

Cuando digo que vivimos por encima de nuestras posibilidades me refiero a que disponemos de unos servicios sociales que no nos podemos pagar, nos permitimos libertades como condonar deudas a otros países y atendemos a todo el mundo en nuestra sanidad o nuestra educación, aunque el nivel real de ingresos de nuestra sistema no llegue realmente para ello. Quizás necesitemos una cura de humildad para recordar cuales son las realidades estruycturales de este país, al margen de fondos europeos y explosiones temporales de algunos sectores como el de la construcción, la vivienda y la hipoteca.

Cuando digo que vivimos por encima de nuestra posibilidades me refiero a que exigimos unos salarios y nos exigen unos precios por lo que compramos, ya sean pisos u otros bienes, en nada acordes a nuestro nivel real de producción o a nuestro nivel real de renta. Los precios de la vivienda no tenían nada que ver con los salarios del español medio, y los salarios de muchos, muchísimos españoles, no tienen nada que ver con lo que en el mercado mundial de la mano de obra se paga por ese trabajo.

Cuando digo que vivimos por encima de nuestras posibilidades me refiero a que tenemos diecisiete comunidades autónomas, cuarenta y cuatro diputaciones y más de tres mil ayuntamientos, porque nos gusta que nos quede el papeleo cerca y porque nos gusta decir que somos muy nuestros. Me refiero a que tenemos docenas de universidades, muchas de ellas con muy pocos alumnos, me refiero a que nos parece más cómodo bajar la ratio de alumnos por profesor antes que imponer orden y disciplina en las aulas. Me refiero a que abrimos un aeropueto en cada capital de provincia, sea rentable o no, porque el erario público asume las pérdidas. Me refiero, en suma, a que preferimos el gasto al esfuerzo, porque somos ricos, y los ricos mejoran las cosas con gasto, no con inteligencia.

A todo eso me refiero. Y seguro que a vosotros se os ocurren más ejemplos.