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Habló Trichet de los tipos de interés….

Y parece que sus palabras nos pillan en mal momento...

Y parece que sus palabras nos pillan en mal momento...

Los que lleváis algún tiempo leyendo este blog, sabéis que para nosotros no es una sorpresa: el Presidente del Banco Central Europeo ha declarado que dadas las actuales tensiones inflacionistas no hay que descartar una subida de los tipos de interés a corto plazo.

O sea, y resumiendo: que en vez de esperar a septiembre para subir los tipos, es muy posible que veamos esa subida en el mes de abril.

Cada cual tiene su hipoteca y cada hipoteca su herida (vengo poético), pero por término medio, cada medio punto que suban los tipos de interés nos va a costar 60 € más nuestra hipoteca.

Sobre las consecuencia de esta previsible subida de tipos iré hablando en otros artículos, pero por lo pronto, además de lo que nos va a doler, dadas las circunstancias y las presentes estrecheces, tenemos que tener en cuenta que ese dinero, esos 60 €, desaparece de la renta disponible de los ciudadanos y por tanto desaparece de la calle, porque dejar de ir al consumo, al comercio y a cualquier actividad.

¿La consecuencia? Más paro, por supuesto. Pero para eso no hace falta ser economista.

Más paro y posiblemente más morosidad, lo que seguramente acabe deponer al borde del abismo a los bancos españoles, que tienen que refinanciar su deuda con las entidades financiera foráneas. Pero de eso, como digo, ya iré hablando. Por ahora, basta la noticia o notición: que en abril nos suben los tipos casi con total seguridad.

Que cada cual vaya echando un ojo a cuándo le revisan la hipoteca.

Hipoteca y precariedad económica

Vieja estética para nuesvas herramientas

Vieja estética para nuesvas herramientas

Hace tiempo que  estamos aquí hablando de los pros y contras de unas y otras hipotecas, pero me parece que lo que no hemos analizado nunca es el hecho de que el contrato hipotecario, por su propia naturaleza, empieza a a ser un producto obsoleto y peligroso para ambas partes, tanto para la banca que lo conoce como para el particular que lo pide.

Quizás os haya sonado raro esto que he dicho, pero trataré de explicarme:

La hipoteca es un contrato a muy largo plazo en el que el banco presta un dinero a cambio de la garantía de un inmueble y, en España, de todos los bienes presentes y futuros del deudor.

El problema sobrevenido con la modernidad es que el plazo es excesivo. Cuando la sociedad era estable, tanto desde el punto de vista laboral como económico, era justificable que se firmasen contratos a treinta años. ¿Pero sigue siendo eso normal en los tiempos en los que todo cambia a la velocidad que cambia y nadie puede, realmente, medir los riesgos del  largo plazo?

Muchas veces hemos oído hablar de que la sociedad actual cambia a toda prisa. Hemos oído comentar que en en 1992, en la Expo de Sevilla, nadie mencionaba siquiera internet en sus expositores, de que poo aquella época prácticamente no existían los teléfonos móviles y todas esas cosas. Sabemos que los cambios sociales y de tecnología han provocado gigantescos cambios económicos, que se han deslocalizado empresas, que se  y ha globalizado el mundo económico hasta el punto de que competir por un producto, o un salario, no es siquiera parecido a lo que era hace diez años….

Bien, pues seamos sinceros entonces: Con este ritmo y esta incertidumbre, ¿ prudente para cualquiera de las dos partes firmar un contrato a treinta años? Da la impresión de que no. Da la impresión de que la hipoteca, con sus plazos imposibles, tendrá que ser sustituida más pronto que tarde por algún otro producto que se adecue mejor a la nueva realidad.

No podemos seguir creyendo que es lógico hablar de plazos de treinta años cuando la historia, la vida y los cambios se han acelerado hasta el punto de que muchos d los que tenemos treinta y tantos o cuarenta años nos reconocemos completamente obsoletos en gran parte de las cosas que dominan nuestro mundo. Todo envejece deprisa. Todo se va rápidamente a la obsolescencia por unos cambios que no parecen detenerse. Y sien embargo pretendemos aún decir que un contrato a treinta años tiene los riesgos medidos.

De ahí, para mí, viene gran parte del problema. De que seguimos manejando con herramientas viejas problemas absolutamente nuevos. De que nos hemos ido a Marte y seguimos consultando la predicción del tiempo de la Tierra.

Tarde o temprano habrá que hacerse a la idea y reconocer que, hoy por hoy, una hipoteca a treinta años es casi una quimera.

Euribor al 1,7 % (y no va a bajar…)

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Asesor económico del gobierno

De tanto como nos acostumbramos aver las gráficas de la izquierda en esta web acabamos por considerarlas elementos decorativos, como la casita del logo, pero lo cierto es que no se trata de un dibujo arbitrario en plan optimista, de esos que aparecen en todos los manuales sobre bolsa y en los que las acciones siempre suben.

Esta gráfica, la del Euribor, es el indicador de nuestra temperatura, de la fiebre que sufriremos y del esfuerzo que nos va a costar llegar hasta fin de mes. Y la gráfica del Euribor no deja de subir.

La interpretación, por supuesto, depende del gusto de cada cual. Se puede decir, siendo optimista, que en el último o año el EURIBOR sólo ha subido medio punto, o menos incluso, y que eso e smuy poco para un año. Y sería verdad. Pero se puede decir , y también sería cierto, que el Euribor, en un año, se ha disparado un 40 %, que es lo que hay de diferencia relativa entre su valor en febrero del año pasado y el de este. Y n estos casos, me temo, la diferencia porcentual es más importante que la absluta, proque la diferencia porcentual es la que marca la tendencia y hasta la pendiente de la curva, así que si nos fijamos en esa variable debemos temer que el aumento suba.

¿Y cuánto? ¿Alguno sabe estadística?

Yo, una poca. Y pronostico que subirá cada vez más en términos absolutos y menos en términos relativos, pero que no se va a detener hasta superar el 2 o el 2,3 % en este año. Eso es apreciable para quienes tenga una hipoteca antigua, y bastante más que aprciable para los pocos que han conseguido formalizar una hipoteca en los últimos meses.

Mientras la inflación no frene, y es imposible que frene con las subidas de la luz y los carburamntes que nos meten, no se puede pensar que los tipos de interés se moderen. Así que agarrémonos, que aún hay curvas por delante.  Muchas.

Y precipicios para los dos lados…

Antes de comprar e hipotecarse: inspección de vivienda

Lo cierto es que no puedo evitarlo...

Lo cierto es que no puedo evitarlo...

Como él mercado inmobiliario está hundido en lo abisal, o aún más profundo, todo el mundo trata de echarle imaginación para sacar adelante su venta o su alquiler, y una de las figuras que ha aparecido en esta carrera es la Inspección Profesional de Vivienda.

La inspección de vivienda sirve para que un técnico independiente emita un informe del estado completo de la vivienda antes de la operación, ya sea de venta o de alquiler. De este modo, el vendedor puede obtener una ventaja sobre los dueños de otros inmuebles al dar una prueba del buen estado que anunciaba, y el comprador recibe la garantía de que la vivienda se encuentra en buenas condiciones. Lo de garantía no lo toméis al pie de la letra: se trata de un informe, no  de una póliza…

¿Y en qué consiste una inspección? Se comprueban los niveles de acústica, la luminosidad, la humedad ambiental, las resistencias estructurales a ruido y vibración, las instalaciones de agua, luz y gas,  se revisa el estado de los suelos, las paredes, los techos, los alicatados y los zócalos, y hasta se incluyen los muebles, abriendo y cerrando puertas, ventanas, persianas y cajones, manillas y todas esas cosas que rara vez miramos y tanto nos fastidian luego cuando están estropeadas.

También se comprueba el buen funcionamiento de los electrodomésticos, la calefacción, la ventilación, los sanitarios, los grifos, los sifones, los desagües, el saneamiento y la higiene general de la casa.  En total, el estándar de estas revisiones incluye 400 puntos de inspección que aparecen luego, con fotografías, reflejados en un informe final.

Aunque, como ya dije arriba, este informe no es ninguna garantía judicial ni sustituye a los informes de arquitectos y aparejadores, sí suele ser muy útil tanto para el comprador como para el vendedor de la vivienda, e incluso para el banco, que sabe que la vivienda que incluye en su cartera de hipotecas se encuentra en buen estado.

En el caso de los alquileres la utilidad es evidente: se puede hacer un informe al inicio del contrato y otro al final, para determinar si la casa se ha conservado adecuadamente.

O sea que ya sabéis: por papeles que no quede… Lo difícil es encontrar comprador y pasta, pero papeles….

El Euribor se asusta (o se cabrea)

Tranquilos, que esto es un circo...

Tranquilos, que esto es un circo...

El Euribor comió el turrón, se tomó unas copas y descansó unos días, para alivio de todos, sentado en su cómodo uno y medio. Allí se quedó a pasar los Reyes, y mucho me temo, a tomar fuerzas para un camino ascendente.

Porque después, poco a poco, ha despertado, para ir moviéndose de 1,5 % al 1504 y después al 1508, y sólo en cinco o seis días. De momento la cosa no preocupaba, pero después, en tres jornadas, poco antes de que concluyese la reunión del  BCE, escaló desde el 1,508% al 1,513%.

Y parece que ha cogido fuerza y confianza, porque la aceleración continúa, porque el Euribor ha pasado luego en un solo día del del 1,513 hasta el 1,536%.  La verdad es que en términos absolutos parece cosa de miseria, y quizás lo sea, pero si lo miramos desde otro punto de vista, el de la evolución, se trata del mayor avance en más de tres meses.

En realidad, no se trata de una enfermedad, sino un síntoma, y posiblemente el peor síntoma del que podamos hablar:  que si la inflación persiste, y el hecho es que el IPC ha aumentado mucho más de lo previsto, los bancos centrales pueden subir los tipos de interés, con todo lo que eso implicaría de tragedia para muchas economías familiares.

Así que ahora ya veis qué clase de consecuencias puede tener el alza del precio de la electricidad o los combustibles: que el alza de precios se generalice, que eso dispare la inflación y que, en consecuencia, el Euribor y el interés comiencen a ponerse nerviosos, camino de una subida que sería mortal para muchas hipotecas.

Atentos a las próximas semanas, porque van a ser decisivas.

El interés de la deuda se come el ahorro.

Ojo a este, que nos la prepara...

Ojo a este, que nos la prepara... ¿Adivina alguno quién es?

No estamos en fechas para pronósticos negativos, pero se acaba de saber que la subida de los intereses de la deuda pública española en 2010 ya supera los 1.500 millones que el Estado esperaba obtener de congelar las pensiones en 2011.

Sin maquillajes, la cosa viene a significar que cuando se debe mucho, las fluctuaciones en el tipo de interés que se está pagando pueden destrozar cualquier previsión, y eso lo sabemos muy bien los hipotecados, que miramos el Euribor cada poco para saber en qué parará nuestra hipoteca y tememos que una subida nos apriete aún más la soga. Calcular una hipoteca es eso también y sobre todo: saber lo que pagaremos y si lo podremos pagar con un tipo de interés distinto al actual.

La credibilidad de España baja, las medidas que solicitan (con razón o sin ella) no se toman y eso que para muchos significa una gracieta o un reflejo más de la incapacidad del Gobierno, para los mercados internacionales significa, ni má s ni menos, que pretarnos a nosotros tiene que dar más rendimiento, o es mejor irse a otro lado.

Si los inversores y la banca extranjera consideran a España como un riesgo, el dinero que presten a nuestros bancos será cada vez más caro y eso, sin dudarlo, se reflejará más pronto que tarde en el Euribor, que es el tipo de interés al que los bancos se prestan entre sí.

O sea que tenedlo claro: si la marca España se devalúa, las hipotecas se encarecerán. Tanto las que ya están concedidas como las pocas que se concedan en el futuro.

Estas son las consecuencias, las consecuencias reales y cotidianas, de no conseguir dar una imagen de solvencia. O peor aún, de no ir muy sobrados de ella.

 

 

Euribor más vete a saber…

Comprad, malditos...

Comprad, malditos...

El Euribor nunca lo fue todo, y cada día que pasa, menos. Seguramente se deba a que el Euribor es una variable más o menos transparente, que podemos conocer todos, y los bancos han visto que donde hay mucho conocimiento hay mucho dolor, y donde hay mucha ciencia hay mucho sufrimiento. Para ellos.

Cosas de leer la Biblia, vaya…

Así las cosas, el tipo de interés medio aplicado en septiembre a las hipotecas recién constituidas fue del 3,75%, lo que es una mejora frente al año pasado pero un empeoramiento respecto a meses anteriores de este 2010.

En cuanto al plazo de las hipotecas, la media se sitúa en 23 años, y casi todas ellas se han concedido a un interés variable. El tipo de interés fijo sigue siendo prohibitivamente caro y tanto los bancos como los clientes se resisten a asumir el riesgo de la falta de riesgo, más que nada porque la póliza a pagar por escapar de ese riesgo es demasiado costosa.

Lo difícil, dadas las circunstancias, es una vez más leer al letra pequeña. A medida que las condiciones bancarias se estabilizan, los bancos, en lugar de competir con los diferenciales, tratan de centrar su competencia en eso que llamo yo a veces los daños colaterlaes: seguros, exigencias de tarjetas, comisiones de apertura y cancelación anticipada y toda esa pirotecnia que tanto nos molesta leer una vez que por fin hemos conseguido que nos concedan una hipoteca.

Por eso, una vez más, hay que hacer hincapié en que no vale sólo centrarse en el Euribor y el diferencial, sino fijarse en esas otras condiciones añadidas.

Un dato más, ante de terminar: parece que, según los datos publicados, el importe de las hipotecas concedidas ha subido un 4,2 % de media, lo que seguramente sea una buena forma de medir la evolución de los precios de los pisos que realmente se venden. Porque no se venden mejor los más baratos, sino los mejor financiados. Y los mejor financiados no son los más baratos, sino los que quiere comprar la gente con más facilidades para conseguir la hipoteca.

Parece un trabalenguas, pero es fácil: los pisos baratos son para gente con poco dinero, pero la gente con poco dinero no consigue ninguna hipoteca, ni grande, ni pequeña. Esto hace que finalmente las hipotecas que realmente se conceden no sean para pisos del todo baratos, sino para la clase de piso que desea el que puede pagarlo.

¿Cómo lo veis?, ¿qué clase de piso creéis que tiene mejor salida en estos momentos?

Hipoteca, diferencial y grifo cerrado

Vista aérea de nuestra economía financiera

Vista aérea de nuestra economía financiera

Yo es que ya no sé en que mundo vivimos: se supone que los bancos son entidades que recogen el dinero de los ahorradores y se lo prestan a aquellos que pretenden hacer una inversión, pero ahora resulta que el grifo se ha cerrado y los bancos no prestan. Vale. Y si no prestan, ¿a qué se dedican?

La respuesta, creo, es que se dedican a cobrarnos comisiones por servicios que han convertido en casi imprescindibles a fuerza de burocracia y a otra cosa: a prestar, pero no a nosotros.

Los diferenciales de las hipotecas no han hecho más que crecer en los últimos meses. Antes era posible encontrar fácilmente una hipoteca con un tipo de interés, del Euribor más medio punto. Luego ese medio punto subió a seis décimas, siete, ocho, y ayer mismo, en una operación que conozco por razones familiares, le pidieron a una persona Euribor más dos puntos.

Me diréis lo mismo que yo le dije a esa persona: que se puede encontrar más barato. Y es verdad. Pero en los sitios en los que te lo dan un poco más barato te lo encarecen con comisiones diversas, obligaciones de seguros y tres abanicos de hojas de palmera para abanicar al sursum corda. Si no lo pagas por un lado lo pagas por otro: el encarecimiento de las hipotecas que se conceden está siendo descomunal y no tiene visos de detenerse.

La razón, quizás, está en que ya no interesamos al banco como clientes. Y no exagero. Pensadlo: ¿por qué nos va a prestar a nosotros el banco a un tipo del 2 % si puede prestarle al Estado al 3 o al 4% y con la garantía absoluta de que se lo devolverán?

¿Por qué nos van a dar a nosotros una hipoteca cuando ese dinero se puede meter en Bonos del Estado, en Bonos, Obligaciones y Letras del Tesoro que pagan mayor interés y tienen menos riesgo?

Para mí, está claro. No nos prestan porque mientras haya entidades públicas dispuestas a seguir endeudándose, somos clientes de segunda que creamos riesgos, pagamos mal, podemos aumentar su parque de pisos invendibles y además dejamos menos a ganar.

El ciudadano de a pie, para conseguir un duro, ya no está compitiendo sólo con otro ciudadano un poco más solvente que él, sino con el propio Estado que es, a través de su deuda, el que marca el interés que nos acabarán cobrando.

Por eso se cierran los grifos. Por eso estamos tan secos

Ampliación de hipoteca

Cuando las cosas nos quedan pequeñas, hay que hacer algo...

Cuando las cosas nos quedan pequeñas, hay que hacer algo...

Esta operación, que no era tan común en otros tiempos, se está convirtiendo poco a poco en la estrella del mercado hipotecario a medida que las familias ven estrecharse su margen de maniobra.

La modificación de hipoteca es el cambio de las condiciones firmadas, ya sea para ampliar el número de años, el diferencial de interés que se paga, o incluso aumentar la cantidad que se debe.

Esto último puede pareceros una locura o un imposible en las condiciones actuales, pero no es tal. Si el banco tiene razones de peso para creer que en unos años el cliente volverá a ser solvente, puede prestarle algo más de dinero y ampliarle el plazo de devolución, con unas consecuencias muy interesantes: la cantidad que el banco presta puede servir para pagar las cuotas durante treinta o cuarenta meses, de modo que pasado este tiempo y aliviada la situación del momento, el hipotecado pueda devolver más dinero y en más años, con el consiguiente aumento de la cantidad percibida por el banco en concepto de intereses. Por eso lo normal es que en el caso de aprovechar esta opción se planetee un trato equilibrado: te doy cuarenta mil euros más para que aguantes esta temporada, subimos diez años más la hipoteca, y subimos medio punto el diferencial respecto al Euribor. O sea que es una solución, pero cara.

En todo caso, la modificación de hipoteca, al ser con el mismo banco, es una alternativa a la subrogación con otra entidad. En esencia son lo mismo: un cambio en las condiciones de la hipoteca, pero en la modificación se hace con el mismo banco y en la subrogación el banco es diferente.

Y desde el punto de vista de los gastos, hay que tener en cuenta que la modificación de la hipoteca suele ir acompañada de una nueva escritura pública, con todo lo que eso supone de impuestos, gastos, y demás sangrías para el ya de por sí depauperado bolsillo del hipotecado.

Pero por exponer opciones que no quede.

 


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Los prestamistas privados

Versión antigua de un tebeo de los hermanos Dalton.

Versión antigua de un tebeo de los hermanos Dalton.

Lo primero, y para que quede claro el asunto: no conozco a nadie a quien hayan llevado a punta de pistola al despacho de un prestamista privado, así que si la gente es mayor de edad para votar, que sea mayor de edad para no dejarse engañar. Puedo ponerlo en letra más gorda, pero no sé decirlo más claro.

Establecido esto, conviene tener en cuenta esta posible fuente de financiación en casos de extrema necesidad. Si estamos en un registro de morosos, o por la razón que sea no podemos justificar nuestros ingresos ante el banco, el prestamista privado puede ser una opción para un caso de emergencia. Una opción real y que nos saque del agujero.

En cualquier circunstancia, hay que tener siempre en cuenta que los prestamistas privados van a cobrar un tipo de interés mucho más alto que otros productos financieros, y ante todo, sobre todo, e insoslayablemente, hay que entender muy bien las cláusulas de lo que se firma, porque el mayor peligro de los prestamistas privados no reside en lo mucho que te cobran, sino en la posibilidad de que su intención no sea cobrarte, sino quedarse con el bien que se ponga de garantía.

En algunos casos, el prestamista no tiene interés alguno en que se le devuelva el dinero, sino que quiere quedarse directamente con el piso, el coche, o lo que se aporte como garantía de la cantidad prestada, y eso es lo que hay que vigilar, pues para ello el prestamista podría intentar que la devolución de lo prestado sea imposible.

Para esta clase de lides, os proponemos algunas normas básicas:

-Leer detalladamente todo lo que se nos propone y hacer un resumen en un papel aparte. No basta con que creamos entenderlo: tenemos que ser capaces de explicarlo nosotros por escrito, y si es al notario, mejor, para que él nos diga si lo que hemos entendido es efectivamente lo que se firma.

-El tipo de interés es muy elevado, y lo sabemos, pero NUNCA debemos aceptar que se consigne en la escritura una cantidad menor a la que efectivamente nos dan. Jamás se debe aceptar que quede “en negro” ninguna parte de lo prestado, nos digan lo que nos digan, y si nos indican que firmamos veinte mil y se nos dan quince mil porque el resto son intereses, no debemos aceptarlo. Que figure todo por escrito.

Los prestamistas privados no están sujetos a regulación ni control por parte del Banco de España ni por ninguna otra entidad. Eso, en sí mismo, no es ni bueno ni malo (porque el Banco de España es como un tío en Granada, para el que sepa el refrán, y la CNMV parece el ejército de Pancho Villa, para el que sepa el otro ) pero conviene estar al tanto de que entramos en territorio comanche.

-El notario sólo puede dar fe de lo que está escrito. Si hacéis algo que sea distinto a lo que dice la escritura, lo que cuenta es lo escrito, así que ajustaos al pie de la letra a lo pactado, y ni una coma más allá.

-En caso de que surjan problemas graves, hay que intentar detener el embargo de los bienes. La mejor forma es ampararse en la Ley de la Usura. Os pongo en enlace a ella, como veis, pero a lo mejor también os dice algo su denominación jurídica. Es la ley de 23 de julio de 1908. O sea, actual como la vida misma, vaya. Tenemos un gobierno capaz de legislar hasta sobre el color de los condones, pero no es capaz de actualizar una ley de hace más de cien años. Y es normal: si la actualizan, lo mismo podría salir beneficiado algún ciudadano, y eso no está en el guión.

Para casos aún más graves, había en otro tiempo un partido político que tenía una oficina destinada a ayudar a los ciudadanos a enfrentarse a los problemas originados por esta clase de contratos, pero cerró en 1945 por causas de fuerza mayor.

¿Acudirías a un prestamista privado?, ¿con qué criterio lo elegirías?, ¿Crees que aceptarían hoy en día una libra de carne como garantía? Si los buitres son necesarios para el mantenimiento de un ecosistema, ¿por qué no los prestamistas? ¿Realizan una labor social, como dicen ellos, con buena lógica, o simplemente se aprovechan de la desgracia ajena?, ¿debe ir la libertad acompañada necesariamente de responsabilidad?