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Aquellos tiempos desgravables

Cualquier tipo pasado fue mejor

Cualquier tipo pasado fue mejor

Muchos responsabilizaron a la desgravación por vivienda de la burbuja inmobiliaria, ya que ese 15% que todos nos desgravábamos en nuestra declaración de la renta los constructores y promotores lo repercutían directamente sobre el precio generando así un sobrecoste que poco favor ha hecho a la evolución de la economía española.

Y basta con echar un vistazo a cualquier modelo económico para comprobar que, efectivamente, esto es así, y que si no hubiera existido esta desgravación los precios no se hubieran disparado tanto. Pero la ocurrencia de Rodrigo Rato para rescatar a nuestra economía también ayudó a que viviéramos los años de mayor bonanza de nuestra economía, años que ahora estamos todavía pagando.

Pues bien, parece que tras unos momentos de titubeo, la desgravación se ha marchado de nuestras vidas de manera definitiva y ya en esta campaña de la declaración de la renta 2013 nos encontramos con que todas las viviendas adquiridas durante dicho año no podrán beneficiarse de ese 15%, algo que sí mantienen las viviendas adquiridas con anterioridad. En este concepto el Gobierno no ha querido quebrantar las reglas de juego con una retroactividad que tanto daño ha hecho a otros sectores.

La incógnita está en saber con exactitud cuál será el efecto que la desaparición de la desgravación producirá sobre el mercado de vivienda. Los analistas económicos consultados coinciden en afirmar que este tipo de medidas deben de tomarse en épocas de crecimiento, en lugar de en épocas de crisis para evitar producir un colapso que ahora sí se puede decidir.

Sin embargo, cuando las cosas iban bien ningún gobierno pareció atreverse a meterle mano al sector inmobiliario, y de aquellos polvos estos lodos, ahora estamos pagando todos las consecuencias sin que parezca que nadie nos pueda ofrecer una salida, una salida que, por supuesto, nada debería tener que ver con la retirada de la desgravación por compra de vivienda habitual.

En definitiva, una medida que en principio es positiva tornará en negativa por el momento en el que se está produciendo, un momento más dañino que otra cosa para nuestra economía, y el tiempo dará y quitará razones.

¿Desaparecerá la desgravación por primera vivienda?

Deliberación presupuestaria

Deliberación presupuestaria

En la larga colección de globos sonda que padecemos todos los años, destaca en esta ocasión el comentario, reiterado y preocupante, de que el Gobierno planea eliminar la deducción por compra de vivienda habitual, y esta vez con carácter retroactivo.

No cabe duda que, de confirmarse, este sería un gran golpe para las economías familiares, muy castigadas ya por la crisis, pero analicemos el asunto más de cerca:

Retroactividad: este es uno de los mensajes favoritos de los españoles: nada puede ser retroactivo, porque supondría cambiar a media partida la reglas del juego, con lo que no se puede llevar adelante esta medida. Desde mi punto de vista, se trata de una idea absolutamente falsa, y además interesada, que generalmente se utiliza para exigir que yodo quede como estaba y no se hagan reformas. En el caso de las hipotecas, que es el que abordamos aquí, no se puede cambiar retroactivamente las condiciones de la hipoteca, pero sí su tratamiento fiscal, pues todos los años, con la Ley de Presupuestos Generales del Estado, se modifican los tributos. Decir que la desgravación no puede eliminarse por ser esto una medida retroactiva es como decir que no se pueden subir los impuestos de la gasolina, porque cuando yo compré el coche, valía el litro a 90 pesetas. La ley de Presupuestos Generales es anual y cambia los impuestos, y las desgravaciones, de un año para potro.

Impacto económico: Eliminar esta subvención, porque se trata de una subvención directa a la compra de vivienda, supondría la recaudación de unos 4.000 millones de euros para el Estado. Hablamos, por tanto, de una subida de impuestos, una más, de un Gobierno que llegó al poder prometiendo justamente todo lo contrario. Por otroa parte, es muy difícil de comprender que se sigan subiendo los impuestos al trabajo y se defienda a los propietarios de piso, cuando un trabajador que vive en alquiler lo está pagando absolutamente todo. Desde el  punto de vista político la medida es muy discutible, tanto desde la derecha como desde la izquierda.

-Efectos colaterales: La desaparición de la desgravación por compra de vivienda habitual podría representar la puntilla para el mercado inmobiliario y, peor aún hacer que los bancos se queden por los siglos de los siglos con las carteras inmobiliarias en sus balances. Esto, y no otra cosa, es lo que está haciendo dudar al Gobierno. Si desaparece la desgravación, los pisos vacíos serán más difíciles de vender, los bancos tardarán más en sanearse, y el Sareb, el banco malo, que es de todos, recuperará aún menos de lo se preveía, con lo que nos encontramos con que a lo mejor perdemos  más pro ahí de lo que ganamos con la recaudación de IRPF.

Así las cosas, veremos en qué para el asunto, pero mi apuesta es que no se atreverán a tocar nada.

¿Quién apuesta en contra?

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra

Las grandes inmobiliarias se ponen nerviosas

Las grandes inmobiliarias se ponen nerviosas

Llegados a este punto no nos queda más que pensar que toda la crisis que hemos padecido, todos los sufrimientos que se nos han acumulado y todas las dificultades que están por venir, no nos han servido de nada, porque seguimos encallados en los mismos errores del pasado y parecemos dispuestos a volver a cometerlos.

Ahora que todos los analistas y expertos económicos coinciden, sin excepción, en culpar a la burbuja inmobiliaria de la actual crisis, poniendo el acento en la política de incentivos a la compraventa de viviendas ejecutada por el Partido Popular de José María Aznar, y que luego no supo atajar Zapatero en sus ocho años de gobierno, resulta que el G-14, el grupo que aúna a las principales inmobiliarias de este país, apuesta por recuperar los errores del pasado.

Angustiados, como están, por el tremendo stock de viviendas vacías que acumulan sin que parezca que pueda haber una solución en el corto-medio plazo, no han dudado en solicitar al gobierno la extensión de las medidas que promueven la compra de primeras viviendas, a las segundas viviendas.

De esta manera, el G-14 ha solicitado que se amplíe el IVA superreducido y la desgravación fiscal por compra de vivienda a las segundas residencias, con lo que podría tener una reducción del stock que acumula, no hay duda, pero, a la vez, provocaría que la especulación inmobiliaria regresara a nuestras vidas.

Y es que si aceptamos que los incentivos fiscales para la compra de vivienda pueden tener un sentido social y económico cuando se trata de una primera vivienda, esta faceta desaparece directamente cuando se trata de la segunda residencia, la cuál se compra, o bien por pura especulación, o bien por disponer de la capacidad económica suficiente como para no necesitar estas ayudas del gobierno.

Por ello, esperamos que el Gobierno de Rajoy haga oídos sordos a esta propuesta del G-14, y que prime la responsabilidad de gobierno antes que los favores debidos o las convicciones económicamente liberales y mal encauzadas, porque lo único que puede provocar es que en 10 años volvamos a tener que hablar de una nueva crisis económica.

Desgravación por reformas en vivienda habitual. IRPF 2010

Hacienda siempre con sus dos caras...

Hacienda siempre con sus dos caras...

Si no se echan atrás, que visto lo visto no se puede asegurar nada, parece ser que el Gobierno aprobará para el año que viene una nueva desgravación por obras en la vivienda habitual, lo que es una manera fina de sustituir al plan E, pero metiendo el gasto a los particulares en vez de levantar aceras a lo bobo. Ya que la gran obra del sector de la construcción parece congelada, y es posible que siga así mucho tiempo, se trata de reactivar este grupo productivo, tan intensivo en investigación y desarrollo, como todos sabemos.

La idea, para no enrollarme, es la siguiente:

Se permitirá desgravar hasta un 10% de los invertido en las obras, hasta un tope máximo de 3.000 euros al año. El total de lo desgravado por las obras, sumando los distintos ejercicios, no podrá ser superior a 10.000 euros, o lo que es lo mismo, todo lo que pase en la reforma de 100.000 euros, no se puede desgravar. Y no deja de ser normal: si metes más de 100.000 euros en un areforma, la cosa se acerca más a una obra nueva que a una verdadera reforma.

Además, no se puede desgravar cualquier obra, sino que tendrán que ver necesariamente con la eficiencia energética, el uso del agua o la adaptación para personas con problemas de movilidad. Este es un aviso necesaroio para lso que creen que puede ser buena idea meter un jacuzzi y que le paguemos a escote el diez por ciento. Se puede hacer, como todos sabemos, pero no a la cara y con todo el morro.

Y por supuesto, porque siempre hay alguno que se pasa de listo, es forzo decir que  sólo se pueden desgravar las obras de las que se conserve la factura correspondiente.

Por mi parte, un consejo práctico, que para eso estoy aquí: si necesitáis hacer la obra, tratad de desgravarla (si os conviene), pero pensar que puede interesar hacer la obra por las desgravaciones una locura, porque será tal el cúmulo de papeles que soliciten que va a ser mejor el viejo método de toda la vida y no desgravar. Basta con que penséis en los permisos municipales y los proyectos de arquitecto que se requerirán para que echéis vosotros mismos las cuentas.

Y no me pidáis que explique más, que se me entiende de sobra.