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El crédito sigue cayendo sin parar

No hay quien llegue a conseguir crédito

No hay quien llegue a conseguir crédito

Está claro que de esta no saldremos pronto a juzgar por los datos macroeconómicos que escuchamos un día sí y otro también, y por supuesto, por la gran lacra de nuestra crisis como es el crédito hipotecario y el sector inmobiliario en general.

Nos encontramos con que cada nuevo dato publicado es peor que el anterior, y así ya llevamos cuatro años, con lo que uno la verdad es que ya no puede esperar nada bueno, sólo ir a peor, lo cuál es bastante triste se mire por donde se mire.

Lo último ha sido el saldo vivo del crédito hipotecario que publica periódicamente la Asociación Hipotecaria Española (AHE) y que ha vuelto a demostrar que las entidades financieras tienen el crédito totalmente congelado y sin solución de continuidad hacia una mejora inminente.

Concretamente, y en lo que se refiere a los datos del mes de abril, nos encontramos con una descenso del 13,95% en el saldo vivo mantenido por las entidades financieras, es decir, el crédito que mantienen los clientes con estas entidades, una caída similar a la del mes de marzo, cuando el descenso fue del 13,99%.

El problema es que parece que la caída no tiene fondo ya que por mucho que caemos un mes, al siguiente volvemos a caer lo mismo o incluso más, lo cuál nos demuestra que todavía hay camino para la caída sin que podamos hacer nada al respecto, al menos eso es lo que parece.

Si hablamos en cifras absolutas, en dinero, tenemos que el descenso en el mes de abril, en comparación con abril de 2012, la caída fue de 134.868 millones de euros, mientras que en términos intermensuales, es decir comparando los datos de abril con los de marzo, el descenso fue de 7.132 millones de euros.

En definitiva, que lejos de iniciar la recuperación seguimos ahondando en la depresión, en la recesión, en la caída libre o como lo quieras llamar, sin que ningún gobernante de la zona Euro parezca tener la varia mágica para conseguir solucionar el problema, y mientras tanto los grandes perjudicados, los que seguimos pagando el pato, somos los ciudadanos de a pie.

El saldo hipotecario sigue cayendo en barrena

En caída libre

En caída libre

Según los datos facilitados por la Asociación Hipotecaria Española (AHE) durante el día de hoy, 19 de julio, el saldo de las hipotecas concedidas por las entidades financieras españolas se redujo en un 7,7% en tasa interanual, durante el pasado mes de mayo situándose en los 970.757 millones de euros.

Con esta caída ya son 48 meses de caídas consecutivas, es decir, cuatro años de pozo sin fondo que parece no tener fin y del que nada hace pensar que podamos recuperarnos en un futuro próximo, a no ser que todo cambie de una manera tan drástica que no nos lo podemos ni plantear.

En lo que se refiere a la comparación intermensual nos encontramos con un descenso del 0,65%, lo que viene a certificar que la situación no está yendo a mejor, sino más bien al contrario, ya que cada vez el saldo de hipotecario se va reduciendo más y más.

Recordemos que el saldo hipotecario es el volumen total de las cantidades que los ciudadanos y las empresas adeudamos a las entidades financieras en forma de hipotecas, y que éste va variando en función de las amortizaciones y cancelaciones hipotecarias, así como por la constitución de nuevas hipotecas.

Pues bien, durante estos cuatro años, las cancelaciones hipotecarias han superado de manera notable a la constitución de nuevas hipotecas, lo que ha propiciado el continuo decrecimiento del saldo hipotecario, el cuál no parece tener un fin cercano.

Desglosando por entidades financieras, nos encontramos que, como es habitual, los bancos y las cajas de ahorros concentran la inmensa mayoría del saldo hipotecario de nuestro país con un total de 890.246 millones de euros, con una caída interanual del 7,90%.

Les siguen las cooperativas de crédito, que acumularon un total de 65.735 millones de euros, con un descenso interanual del 5,33%, y los establecimientos financieros de crédito con unas hipotecas que ascienden hasta los 14.776 millones y un descenso interanual del 6,12%.

En definitiva, seguimos en un escenario depresivo, no ya sólo para el conjunto de la sociedad, sino también para el sector hipotecario, origen y ahora parece fin de la crisis, ya que del sector hipotecario surgió y al sector hipotecario sigue perjudicando.

Seguimos en caída libre en lo que a hipotecas se refiere

Al menos tú llevas paracaídas

Al menos tú llevas paracaídas

En lo que supone la mayor caída de la historia de esta serie estadística, el saldo hipotecario de las entidades financieras cayó este pasado mes de abril en un 7,05%, en tasa interanual, según los datos aportados por la Asociación Hipotecaria Española, hasta situarse en los 966.514 millones de euros.

Pero no sólo eso, ya que en tasa intermensual también nos encontramos con una caída del 0,9%, importante por las cifras que se manejan, y que dejan en entredicho la viabilidad de las tasas por encima del 20% de crecimiento interanual a la que asistíamos un mes sí, y otro también, durante los años de bonanza económica.

En términos absolutos se produjo una reducción de 73.264 millones de euros en comparación con los datos de abril de 2011, y de 8.780 millones de euros con respecto al mes de marzo de este mismo año

Siguiendo con la valoración absoluta nos encontramos con que del total del saldo hipotecario vivo sostenido por las entidades financieras españolas, 887.416 millones de euros pertenece a los bancos y cajas de ahorros (lo que supone una caída del 7,64%), 65.409 millones de euros a las cooperativas de crédito (con una reducción interanual del 4,95%) y 13.689 millones de euros a establecimientos financieros de crédito, los grandes beneficiados de la crisis.

Y es que estos establecimientos, fuera del cauce habitual de entidades que ofrecen hipotecas, incrementaron su saldo hipotecario en un 35% durante el mes de abril, y en comparación con el mes de abril de 2011, lo que certifica, en cierto modo, la existencia de demanda hipotecaria.

Porque los clientes que acaban acudiendo a estos establecimientos financieros de crédito son ciudadanos que han acudido previamente a su banco o caja habitual y han recibido un no por respuesta, lo que les lleva a apostar por esta nueva alternativa.

Con ello no podemos por menos que redundar en la idea generalizada de que los bancos y cajas españoles están haciendo mucho daño a la economía con su incapacidad de participar en la economía real y su obcecación en enrocarse en sus propias necesidades y dificultades financieras, lo cuál está repercutiendo en el bloqueo generalizado de todos los sectores de producción y de consumo.

El saldo hipotecario sigue a la baja

El dinero sigue candado a cal y canto

El dinero sigue candado a cal y canto

Según los datos que ha publicado esta semana la Asociación Hipotecaria Española, el mes de marzo registró la mayor caída interanual en el saldo hipotecario de toda las serie estadística, lo que certifica las dificultades con las que se sigue encontrando el sector.

Concretamente, el saldo hipotecario durante el tercer mes del año quedó fijado en 975.293 millones de euros, lo que supone un descenso del 6,68%, una caída que se confirma también con el descenso que se ha producido, de manera oficiosa, en abril, con una caída del 6,26%.

Aunque no hay duda de que la reducción del saldo hipotecario es esencial para que podamos empezar a recuperar la economía española, lo cierto es que la velocidad a la que se está produciendo es preocupante, tanto como la velocidad a la que crecía durante los años de burbuja inmobiliaria, cuando nos encontrábamos con crecimientos por encima del 20%.

Una reducción de este calibre viene a significar que la velocidad a la que se constituyen nuevas hipotecas es menor que la velocidad a la que se amortizan las ya constituidas. Unas amortizaciones que, en la mayoría de las ocasiones, tienen su fundamento en el embargo y posterior desahucio producido por la falta de pago de las cuotas hipotecarias mensuales.

El problema es que nada hace pensar que en un futuro próximo podamos empezar a plantearnos una recuperación del sector inmobiliario que pueda ralentizar la caída, más bien al contrario, por lo que deberíamos de abandonar la idea de reconstruir nuestra economía sobre la base del “ladrillo” e intentar apostar por nuevas alternativas.

Unas nuevas alternativas que sólo tendrán razón de ser desde el fundamento de la financiación como fórmula necesaria para conseguir proyectos de inversión viables y sostenibles, proyectos que puedan permitir que las empresas busquen productos y servicios de alto valor añadido con los que generar empleo de una manera directa.

Sin embargo, las políticas de los gobernantes parecen ir encaminadas en la dirección de la austeridad absoluta, sin alternativas de crecimiento reales, con lo que la crisis que ya dura demasiado, puede acabar durando aún más, castigando a las familias en peor situación económica y social.

Todas las estadísticas siguen siendo negativas

Una de las mayores caídas de la historia del saldo hipotecario

Una de las mayores caídas de la historia del saldo hipotecario

Siguiendo con la tendencia que se había adivinado durante el pasado año 2011, y durante los años anteriores, el saldo hipotecario ha seguido a la baja en el comienzo de este 2012, y así según los datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), durante este pasado mes de enero se produjo un descenso del 6,26% en tasa interanual.

Un descenso que llevó el total del crédito hipotecario de las entidades financieras españolas, incluyendo todo tipo de créditos, a la cifra de 988.313 millones de euros, una cifra que se sigue reduciendo cada año sin que parezca que pueda haber una solución en el corto-medio plazo.

Para poner de relieve la importancia de este descenso del saldo hipotecario cabe recordar que durante los años de burbuja inmobiliaria se experimentaron unos incrementos de hasta el 20%, lo que demuestra lo agudo de la actual crisis y las pocas perspectivas reales de que la situación se vaya a revertir de manera inmediata.

Una vez más, estas cifras ponen de manifiesto que el volumen de concesión de nuevas hipotecas no es lo suficientemente rápido como para cubrir la amortización de las mismas, ya sea por el pago de los propios clientes o a través de los embargos de las entidades financieras.

A esta falta de cobertura también hay que añadir que las hipotecas que quedan canceladas disponían de un capital más elevado que las nuevas hipotecas concedidas, lo que también genera una diferencia negativa en cuanto al saldo hipotecario.

De la misma forma, los créditos al consumo han desaparecido en su práctica totalidad de los registros, ya que las entidades financieras siguen huyendo claramente de estos productos con escasas garantías y grandes probabilidades de impago.

Por otro lado, el hecho de que el saldo hipotecario se esté reduciendo no deja de ser algo positivo, si tenemos en cuenta que el exceso de endeudamiento privado de las familias españolas durante las fases previas de la crisis es una de las causas principales de la crudeza actual de la misma.

Sin embargo, como todos los analistas coinciden en afirmar, el problema no es tanto la reducción en sí, que puede ser positiva, como la velocidad de la misma, excesiva para poder ser digerida.

Por mucho que nos empeñemos seguimos en caída libre

Esto no lo arregla ni el Espíritu Santo

Esto no lo arregla ni el Espíritu Santo

A pesar de los pesares y por mucho que nos empeñemos, lo cierto es que ésto no lo arregla ni el PP ni el PSOE, ni el espíritu santo, con perdón de la blasfemia, porque el saldo hipotecario sostenido por las entidades financieras españolas sigue en caída libre y sin que se le pueda encontrar límite.

En 2011 se ha producido una caída del 6% con respecto al año 2010, y con apenas 1,009 billones de euros en créditos hipotecarios nos hemos situado en las cifras de 2006, justo antes de que nos adentráramos en la marabunta de la actual crisis hipotecaria, económica, financiera, social, …, de todo lo que tú quieras.

Un descenso tan brutal del saldo hipotecario viene a significar de una manera clara que no se están concediendo nuevos créditos, ya que se trata de una medición que nos ofrece el saldo neto de los préstamos hipotecarios, es decir, que si se produce un descenso es porque la velocidad de concesión de nuevos préstamos no es suficiente para cubrir las amortizaciones o los embargos que se producen.

Ello no es sino un fiel reflejo de la realidad que todos intuimos, en la que las entidades financieras no están por la labor de conceder préstamos hipotecario a las familias ante el riesgo de morosidad como consecuencia de la alta inestabilidad laboral.

Es cierto, sin embargo, que el elevado endeudamiento privado, en su mayoría como consecuencia de los préstamos hipotecarios, fue una de las causas fundamentales del agravamiento de la crisis de la burbuja inmobiliaria, con lo que no es del todo malo que se vaya reduciendo, aunque, eso sí, no a ritmos del 6%.

Habrá que aguardar a ver si las medidas aprobadas por el Gobierno en su reforma financiera comienzan a surtir efecto, pero los analistas ya se han apresurado a recordarnos que nada empezará a funcionar hasta que, al menos, se cumplan los tests de estrés ante el Banco Central Europeo, que darán una medida exacta de la solvencia de las entidades financieras.

A partir de ese momento se podría empezar a pensar en un inicio de la recuperación económica, en función del crédito, aunque todo dependerá del comportamiento de la economía real.

Cuando parecía que nada podía ir a peor, el sector de la construcción sigue a la baja

El balancín de la crisis inmobiliaria sigue a la baja

El balancín de la crisis inmobiliaria sigue a la baja

A pesar de que muchos analistas se las prometían muy felices con respecto a los datos con los que nos podríamos encontrar en este año 2011, lo cierto es que la realidad ha echado por tierra cualquier pronóstico y nos ha dejado realmente preocupados ante la situación que nos avecina.

Tras tres años de crisis inmobiliaria, con la burbuja pinchada y repinchada, todos esperábamos que a partir de este año 2011 podríamos comenzar a atisbar ciertos visos de recuperación, pero nada más lejos de la realidad, porque la crisis financiera internacional y el tremendo colapso de la deuda soberana están provocando que el sector de la construcción siga estancado y sin que parezca que nada puede cambiar.

Esta misma semana el Banco de España ha publicado los datos del saldo vivo de crédito hipotecario sostenido por las entidades financieras españolas para el mes de octubre, y éstas reflejan una caída del 5,69% en tasa interanual, lo que hace prever a la Asociación Hipotecaria Española (AHE), que el saldo vivo hipotecario pueda cerrar 2011 un 6% por debajo de 2010.

Pero lo que todavía es más preocupante es que se puede producir un descenso del 30% en el nuevo saldo hipotecario, es decir en el saldo neto de nuevas hipotecas concedidas, con respecto al año 2010. Si tenemos en cuenta que ya 2010 fue un año pésimo en este sentido, nos podemos dar cuenta del estado en el que se encuentra el sector.

La única buena noticia que parece haber recibido el sector de la construcción en nuestro país en los últimos años es la llegada al poder del Partido Popular, ya que durante toda la campaña electoral Rajoy y su equipo han venido anunciando a los cuatro vientos que su política económica pasa, principalmente, por conseguir recuperar al sector inmobiliario, por las sinergias que genera en el resto de sectores.

Por ello, todos apuestan por la recuperación de la universalidad de la desgravación fiscal por compra de vivienda, amén de otros incentivos fiscales por descubrir que apoyen tanto a constructores y promotores, como a los compradores para que se dinamice así la demanda.

Por tanto, 2012 podría ser el año del inicio de la recuperación del sector. Otra cosa es que a España, en su conjunto, le interese esta recuperación.

El saldo hipotecario sigue cayendo en picado

El crédito está bien amarrado por las entidades financieras

El crédito está bien amarrado por las entidades financieras

El saldo hipotecario es uno de los parámetros que determinan la buena o mala salud del sistema hipotecario español, ya que en condiciones normales debería de incrementarse, tal vez no en valores como en los previos al estallido de la burbuja inmobiliaria, pero sí de manera estable.

Sin embargo, durante todo este año 2011 se ha venido reduciendo en tasa interanual, y desde abril también en tasa intermensual, lo que pone de manifiesto que lejos de empezar la recuperación nos encontramos de lleno dentro de la crisis, sin que parezca que haya una solución cercana.

Así, según los datos de la Asociación Hipotecaria Española, el saldo hipotecario se redujo durante el pasado mes de septiembre en un 5,12% con respecto a septiembre de 2010, para totalizar algo más de 1,03 billones de euros, con un descenso intermensual del 0,26%.

Ello significa que las nuevas constituciones hipotecarias no son suficientes como para compensar las amortizaciones que se van produciendo por parte de los titulares hipotecarios o para cubrir los embargos realizados por las entidades financieras, que reducen al 50% la deuda mantenida.

En este escenario es muy complicado plantearse una recuperación del sector inmobiliario español, porque a nadie se le escapa que el crédito hipotecario es fundamental para intentar plantearse una recuperación en lo que a compra-venta de viviendas se refiere.

Por tanto, el primer objetivo que debe plantearse Mariano Rajoy en cuanto tome posesión de su cargo será, sin duda, la normalización del flujo crediticio por parte de nuestras entidades financieras, de forma que el crédito llegue definitivamente a los particulares y pequeñas y medianas empresas.

Una vez que el crédito pueda recuperarse nos encontraremos con una mejora en las inversiones y en el consumo, porque a pesar de la incertidumbre generalizada que impera en nuestra sociedad en estos momentos, especialmente en lo que se refiere a temas económicos, la liquidez que genera el crédito sirve para dinamizar estos parámetros.

Sin embargo, de momento Rajoy ha preferido no decir nada y mantener todas las incógnitas abiertas hasta que llegue a tomar posesión de su cargo, lo cuál está siendo recibido con cierto nerviosismo por parte de los mercados financieros que quieren acciones más rápidas.

Los brotes verdes siguen marchitos

El sector financiero y el de la construcción siguen condenados a galeras

El sector financiero y el de la construcción siguen condenados a galeras

Según los datos que ha publicado la Asociación Hipotecaria Española (AHE), el saldo hipotecario en el mes de abril cayó en un 3,42% con respecto al mismo dato de abril de 2010, lo que supone quedarse en 1.056.000 millones de euros, 558.634 en manos de los bancos, 412.319 en manos de las cajas de ahorros, y el resto en manos de cooperativas de crédito y entidades de crédito y emisión de tarjetas.

Esta caída pone de manifiesto que el sector hipotecario español está muy lejos de recuperarse y que todavía sigue inmerso en un proceso de reestructuración que no parece tener fin, a juzgar por los datos que cada poco nos van ofreciendo los diferentes emisores de los mismos.

La reducción del saldo hipotecario puede tener muchas causas, pero rápidamente las encontramos en el hecho de que cada vez se concedan menos hipotecas, porque las entidades financieras, sin liquidez para ello, prefieren guardar el dinero a buen recaudo y no estropear, aún más, sus balances.

También es importante la caída de precios de la vivienda. Lógicamente, al haber bajado el precio de los inmuebles, las hipotecas se conforman por menos dinero, con lo que el saldo hipotecario es menor de lo que era antes, incluso teniendo el mismo número de hipotecas.

Y, por último, la caída del saldo hipotecario también está relacionado con los embargos hipotecarios, ya que cada vez que se produce un embargo se cancela la hipoteca, quedando una deuda pendiente por la diferencia entre el precio de venta del inmueble, en subasta pública (generalmente, el 50%) y la hipoteca no amortizada.

La única buena noticia con la que se ha encontrado el sector, por otro lado, es el buen comportamiento de la tasa de morosidad de los préstamos hipotecarios, que con un fantástico 2,42% se encuentra muy por debajo de la tasa de morosidad del resto de préstamos, rozando el 6,5%.

En definitiva, el sector hipotecario en su conjunto, englobando al sector de la construcción y al sector financiero, está muy lejos de iniciar una recuperación real, y sigue condenado a galeras a remar, hasta que el crédito se consiga normalizar gracias a la liquidez de las entidades financieras.