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¿Cuándo tocaremos fondo?

Más caída, es la guerra

Más caída, es la guerra

Lo malo de las estadísticas es que si quieres que sean fiables tardan en llegar, cosas del rigor, supongo, y ahora nos encontramos con que acabamos de conocer los datos de las hipotecas contratadas durante el pasado mes de julio y no tenemos que otra que llevarnos las manos a la cabeza al encontrarnos con la certificación de que todo lo que pensábamos se había hecho realidad.

Durante el séptimo mes del año se firmaron un total de 13.777 préstamos únicamente, lo que supone un caída del 42,7% con respecto al mismo período de hace un año, es decir, que en apenas 12 meses se han firmado la mitad de hipotecas, en un momento en el que se suponía que se empezaba a vislumbrar la recuperación nos damos cuenta de que no solo estamos muy lejos de ello, sino que seguimos cayendo en picado y sin solución de continuidad.

Para que podamos tener los datos en perspectiva hay que recordar que el máximo durante la burbuja inmobiliaria, allá por enero de 2007, fue de 124.826 hipotecas, una auténtica barbaridad de caída, un desplome que no hay economía que pueda llegar a aguantarlo por muy fuerte y sólida que ésta sea.

Y es que uno de los problemas con los que se está enfrentando la economía española a la hora de replantearse una posible recuperación se centra precisamente en esta falta de crédito, de financiación, que nadie parece estar dispuesto a resolver. Y no solo eso, porque además de haber poca financiación esta es artificialmente cara.

En un escenario en el que nos encontramos con un Euríbor por los suelos, a punto de cerrar el mes de septiembre ligeramente por encima del 0,5% tenemos que el importe medio del tipo de interés de las hipotecas se disparó en el mes de julio al 4,4%, es decir, un diferencial de casi 4 puntos porcentuales, un auténtico robo a mano armada.

En definitiva, hasta que el sector financiero español no empiece a comprender que debe de iniciar la rebaja del coste de la financiación y a conceder préstamos con naturalidad no podremos empezar a plantearnos la recuperación de una manera seria.

La morosidad de las familias, el gran problema de la banca

Las cuentas siguen sin salir

Las cuentas siguen sin salir

A pesar de que la banca se las prometía muy felices con la morosidad de los promotores inmobiliarios, la cuál les había llevado a perder mucho dinero, no hay duda, pero que parecía últimamente controlada, ahora llega otro gran problema de dimensiones siderales y de muy difícil consideración.

Se trata de la morosidad de las familias españolas en sus préstamos hipotecarios. Como consecuencia del incremento persistente y pertinaz de la tasa de desempleo, cada vez hay más familias que no tienen capacidad real para poder pagar sus hipotecas, y acaban, por tanto, por dejar de pagar sus cuotas.

Esto provoca que las entidades financieras acumulen un agujero negro sin solución, más allá del embargo de la vivienda, algo que acaba por repercutir de manera negativa sobre las propias entidades, con lo que acaba por convertirse en la pescadilla que se muerde la cola.

Desde las asociaciones de consumidores, donde se reconoce este problema y las dificultades que puede crear al sistema, abogan por una solución pactada, de manera que las entidades financieras encuentren alternativas para que los propios clientes puedan seguir pagando sus cuotas y ellos no pierdan mucho dinero.

Se trataría de profundizar en el campo de la renegociación hipotecaria, ampliando cuotas y reduciendo tipo de interés, lo cuál provocaría una reducción de beneficios para bancos y cajas en el corto plazo, no hay duda, pero en el medio-largo plazo permitiría mantener un volumen adecuado de ingresos.

Además, de esta forma las familias españolas podrían seguir manteniendo sus viviendas sin problemas, a pesar de su situación económica de extrema dificultad, a la espera de que llegaran tiempos mejores que les permitieran afrontar el futuro con mayor optimismo.

Ya hay Comunidades Autónomas, como el País Vasco, donde el gobierno regional está abogando por este tipo de soluciones, convencidos de que es la única fórmula adecuada para intentar salir todos juntos de la crisis, más allá de hundir el sistema a costa de bancos y familias.

Lo único seguro, eso sí, es que el desempleo seguirá creciendo en los próximos meses, y con él las dificultades de todos los agentes relacionados con toda la economía en general.

Tú no pagas, yo no te doy

Un trabajo con salida

Un trabajo con salida

Esta semana hemos conocido los datos relativos a la tasa de morosidad del pasado mes de enero, y en ellos, el Banco de España pone de manifiesto la preocupante situación en la que nos seguimos encontrando, con un porcentaje del 7,91% de impagados, lo que nos acerca a valores de 1994, todavía lejos del 9,15% que se registró en febrero de aquel año, pero acercándonos peligrosamente.

Unos porcentajes realmente insostenibles por cualquier sociedad, y más en un momento en el que la tasa de desempleo está por encima del 20%, lo cuál hace pensar que la tasa de morosidad, lejos de recuperarse, va a ir a más en los próximos meses y seguir con la tendencia de la segunda mitad de 2011 y lo que llevamos de 2012.

El problema es que las entidades financieras deciden, con razón, que si sus préstamos no van a ser devueltos en tiempo y forma, mejor es que guarden el dinero para cuadrar sus balances a la espera de tiempos mejores, y no arriesgarlo en operaciones que poco o nada bueno les va a ofrecer.

Y ello repercute directamente en las opciones de recuperación de la sociedad, que sin un flujo natural del crédito queda condenada a tener que seguir viviendo en el día a día, asfixiada por las deudas y sin opciones claras de mejora en el corto-medio plazo.

Por otro lado, los datos del Banco de España ponen de manifiesto la preponderancia del sector inmobiliario en estos datos de morosidad, ya que casi el 60% de los créditos impagados o en riesgo de convertirse en impagados corresponden precisamente a este sector, principalmente a promotores y constructores, ya que las familias hipotecadas están manteniendo su índice de manera más o menos controlada en algo menos del 3%.

En definitiva, que lejos de iniciar la senda de la recuperación que nos siguen prometiendo a cada poco, nos encontramos cada vez más hundidos en nuestra propia miseria, sin que parezca que nada nos pueda ayudar a salir de una manera cierta y con garantías de recuperar valores anteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria.

Sólo nos queda, por tanto, seguir remando contra corriente, a la espera de que el viento cambie de dirección.

Hipoteca y valor de tasación

Solicitantes de hipoteca convenciendo al banco...

Solicitantes de hipoteca convenciendo al banco...

Todos sabemos que para conseguir una hipoteca hay que saber hacer el pino puente y cantar Una Furtiva Lácrima, de Donizetti, en la oficina bancaria, pero ahora los datos del Banco de España vienen a confirmar lo que ya sabíamos. Y está bien, proque es uno de los pocos casos en que nos podemos creer los datos oficiales: cuando confirman lo obvio.

Según los datos aportados por el Banco de España en su último informe de Supervisión Financiera, el valor medio de los préstamos hipotecarios si sitúa en estos momentos en el 62% del valor de tasación de los inmuebles que sirven de garantía. Esto supone un ahondamiento en la reducción de esta variable, que ya venía descendiendo desde que estallara la crisis subprime.

Aún así, hay que señalar también que un 19%  de los préstamos hipotecarios sigue constituído por un importe superior al 80 % del valor de tasación del inmueble, y estas son precisamente las hipotecas que más quebraderos de cabeza causan a los bancos, pues al haber disminuido el valor de mercado de los pisos, estamos en que en muchos casos se encuentran con pérdidas latentes. Pero de eso ya hablamos otro día.

En ese sentido, y valorando el riesgo inmmobiliario que sufre el sector financiero,, El Banco de España advierte que el avance de la morosidad en la actividad bancaria en España sigue muy asociada a las actividades de construcción y promoción inmobiliaria. La tasa de dudosos en el crédito concedido para la construcción y promoción inmobiliaria es del 14% , o lo que es lo mismo: uno de cada siete préstamos concedidos para promoción de viviendas son dudosos, y no son de poco dinero.

En comparación, la tasa general de morosidad, que es sólo del 5,9 % parece una buena noticia. En el caso de crédito para adquisición de vivienda, la mora de particulares se limita al 2,4%, frente al 2,8% de un año antes. Eso tampoco es una gran noticia, proque todo el mundo sabe (y una vez más el Banco de España nos lo confirma) que todo el mundo deja de pagar cualquier cosa excepto la hipoteca.

En la criosis del 93, con unos tipos de interés muy superiores y un paro del 24 %, la tasa de morosidad hipotecario no superó tampoco el 3,2 %.
O sea, qeu aguantamos. Y mientras aguantemos, el chiringuito se sostiene.

Alegrémonos y tal…