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Alquiler, venta, o lo que sea

Cualquier opción es válida

Cualquier opción es válida

En un contexto como el actual en el que la venta de vivienda sigue por los suelos, en parte por la crisis económica, pero también en gran parte por la especulación y el miedo, cada vez es más difícil que los ciudadanos que se han visto encorsetados con una vivienda comprada durante la burbuja inmobiliaria puedan ahora deshacerse de este cargo mensual.

Por ello, cada vez más habitual encontrarnos con diferentes alternativas a la venta, de forma que muchas veces parece que el vendedor está esperando que el comprador ofrezca una forma viable, cualquiera, para poder deshacerse de la misma y de los pagos mensuales.

Lo más habitual está siendo intentar utilizar el alquiler como vía de escape más rápida. De esa forma el dueño de la vivienda puede conseguir unos ingresos regulares que, aunque en muchos casos no llegan a cubrir el pago mensual de la hipoteca sí que permite reducir la carga de la misma facilitando así el sobrevivir mes a mes.

Otra de las alternativas que se está utilizando es el alquiler con derecho a compra, una opción que gana adeptos día a día. Con ello, el dueño de la vivienda consigue los mismos ingresos mensuales que con el alquiler y el comprador consigue mantener viva la cultura española de la compra y evitar ese concepto erróneo de que el alquiler es una manera de tirar el dinero.

Los expertos inmobiliarios consideran que esta opción del alquiler con derecho a compra acabará sustituyendo a la compra habitual ya que dota de flexibilidad al sistema de compra-venta, de forma que el comprador tiene la libertad de poder marcharse antes de ejercer el derecho a compra, con lo que todo habría sido un alquiler habitual, mientras que se guarda la opción de mantener una opción de compra de la vivienda, con lo que ganaría una vivienda reduciendo la totalidad, o parte, de las cuotas ya pagadas vía alquiler.

En definitiva, en un escenario de dificultad el ingenio se agudiza hasta el punto de encontrar las vías de escape a la situación actual para el bien de compradores y vendedores.

O alquiler con opción a compra o nada

El alquiler con opción a compra se convierte en la solución

El alquiler con opción a compra se convierte en la solución

Mientras las entidades financieras sigan empeñadas en no conceder nuevas hipotecas los pisos nuevos seguirán estancados y no habrá forma de que tengan salida ya que nadie, o casi nadie, dispone del dinero necesario para poder pagar una vivienda sin necesidad de financiación.

Por ello los pisos con opción a compra, es decir, con alquiler con opción a compra, están comenzando a proliferar ya que suponen una clara salida al bloqueo de la situación, con vendedores que quieren vender, compradores que quieren comprar, pero bancos que no quieren dar el dinero.

El alquiler con opción a compra da la facilidad de que el comprador no necesita disponer del dinero en el primer momento, sino que empieza a ocupar la vivienda en régimen de alquiler, pagando, por tanto, una renta, y haciéndose con una opción de poder comprar el piso en el futuro, descontando una parte de la renta pagada.

El porcentaje de la renta pagada que se descuenta del precio final del inmueble dependerá del momento en el que se formalice la compra, de forma que en los primeros años es mayor, reduciéndose con el paso del tiempo, aunque siempre manteniéndose como una opción atractiva e interesante.

De esta manera se consigue una vivienda ahora, con la seguridad de que con el paso del tiempo la situación se debería de normalizar, y de que las cantidades que ahora los bancos no conceden, sí que serán ofrecidas en el futuro, con lo que el comprador podrá hacer frente a la compra.

De la misma manera, el vendedor con dificultades para vender su vivienda se encuentra con una renta mensual con la que, al menos, puede hacer frente al pago de su propia hipoteca, como sucede en la mayoría de las ocasiones, para pisos que no vienen directamente de las promotoras.

Por tanto, el alquiler con opción a compra se está convirtiendo en la modalidad preferida de compradores y vendedores, ya que aporta claras ventajas para ambas partes, facilitando que unos, los vendedores, puedan obtener ingresos por su vivienda, y otros, los compradores, puedan disponer de una vivienda.

Las ventas de viviendas se hunden en el primer trimestre

Seguimos de mal en peor

Seguimos de mal en peor

Cuando el Gobierno anunció la eliminación de la universalidad de la desgravación fiscal por compra de vivienda, todos intuimos que produciría un efecto adelantamiento de la compra que, efectivamente, se ha producido si nos atenemos a las cifras que conocimos ayer.

Y es que el Ministerio de Fomento publicó los datos relativos a las ventas de viviendas durante el primer trimestre del año 2011, y éstas son claramente esclarecedoras. La caída del 30,4% con respecto al primer trimestre de 2010 pone bien a las claras que muchos compradores se decantaron por adquirir su vivienda en los últimos meses del año pasado, y aprovecharse así de la desgravación fiscal.

De hecho, si se repasan bien las cifras, se comprueba que la mayor caída se produce en el mes de enero, para recuperarse ligeramente en los meses de febrero y marzo, acercándose a los valores del tercer trimestre de 2010, lo que da a entender que la caída se debe a la acción del Gobierno.

Bien es cierto, sin embargo, que hasta que no conozcamos los datos del segundo y tercer trimestre no podremos afirmar que toda la culpa fue de la eliminación de la desgravación fiscal para todos, aunque todo apunta hacia ello.

Pero, retomando los datos, hay que reseñar que el número total de operaciones fue de 74.540, de las cuáles el 64,8% fueron sobre vivienda usada, quedando el resto 35,20% para vivienda nueva, con lo que se demuestra que la vivienda usada ha ajustado mejor el precio, en parte por la necesidad imperiosa de los vendedores.

Y es que el precio de una vivienda viene determinado por las circunstancias del mercado, pero también por la necesidad de comprador y vendedor, de forma que si un vendedor necesita vender su vivienda de manera urgente lo hará al precio que sea, y, de igual forma, si un comprador se encapricha de una vivienda no le importará pagar un poco más por ella.

En definitiva, seguimos hundidos en el pozo en el sector inmobiliario español, con una falta de dinamismo alarmante y una ausencia, casi absoluta, de perspectivas de recuperación en el corto-medio plazo, a no ser que los bancos quieran abrir el grifo del crédito en los próximos meses.

Balones fuera, las medidas del Gobierno para liberar vivienda libre fracasan en Madrid

Las medidas del Gobierno no funcionan en Madrid, ¡y nadie tiene la culpa!

Las medidas del Gobierno no funcionan en Madrid, ¡y nadie tiene la culpa!

“No es culpa mía, sino tuya, o del otro, y si no ya buscaremos a alguien para echarle la culpa, pero que quede claro que quiero que me vendas mis viviendas, pero a buen precio y sin que yo tenga que hacer nada”.

Eso parecen estar diciendo las empresas constructoras y promotoras de la Comunidad de Madrid a las Administraciones, que les han puesto sobre la mesa varias opciones para dar salida al stock de viviendas (más de 50.000 pisos vacíos en la Comunidad de Madrid) y ellos no se están aprovechando de ninguna.

Ahora la polémica está servida, porque los constructores echan la culpa al Gobierno central por no poner soluciones a su situación, el Gobierno central echa la culpa al Gobierno autonómico por no adaptar las normativas estatales, y el Gobierno autonómico echa la culpa a los constructores por no aprovecharse de las opciones que se les ofrecen.

¿Quién tiene la culpa? Al final la tendremos nosotros, los ciudadanos de a pie, por no comprar los pisos, ya verás.

El caso es que el Gobierno de Zapatero lanzó hace un par de años una medida que se está mostrando como muy efectiva en otras Comunidades como, por ejemplo, en Valencia, Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León.

La medida permitía a los constructores clasificar como protegidas todas aquellas viviendas que llevaran más de un año sin ser compradas. A cambio de ello, el precio se tenía que amoldar a unos máximos fijados por el Gobierno.

Sin embargo, la Comunidad de Madrid no adaptó esa medida hasta hace un par de meses, y de momento ningún empresario se ha adherido a esa solución. El problema está en que se han perdido casi dos años en los que se podía haber estado funcionando con esta solución.

Una vez más, vemos como las disputas entre Administraciones provoca un perjuicio evidente al ciudadano, ya que los habitantes de Madrid podían haber adquirido viviendas a precios más económicos durante los dos años pasados.