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Cuando debes más de lo que tienes

Cavando tu propia tumba

Cavando tu propia tumba

Poco a poco van aflorando las consecuencias últimas de la crisis, por si hubieran salido pocas hasta ahora, y se acaba de publicar un estudio elaborado en base a los datos del Instituto Nacional de Estadística, o sea que no es muy sospechoso, el cuál revela un dato demoledor como es el hecho de que casi un 10% de las hipotecas activas están por encima del valor del inmueble sobre el que fueron constituidas.

Esto se debe a la tremenda caída del precio de la vivienda durante estos años de crisis lo que ha provocado que las hipotecas firmadas hace cuatro o cinco años, sobre un valor de mercado claramente inflado por la burbuja inmobiliaria, ahora se hayan quedado por encima del valor de mercado de estas viviendas.

¿Qué consecuencias tiene este hecho?

Sin duda, el empobrecimiento de estas familias, que ahora mismo tienen una deuda por encima del valor de la vivienda que poseen, es decir, aunque vendieran la vivienda por el valor de mercado que se pudiera determinar en una negociación de compraventa seguirían manteniendo una deuda con la entidad financiera.

Ello les condena a una situación de estrangulamiento financiero que les evitará salir de la crisis aún cuando ésta se aleje del panorama de las cifras macroeconómicas, porque nada parece indicar que el precio de la vivienda pueda llegar a subir a valores de antes del estallido de la burbuja y comienzo de la actual crisis.

Este hecho se está dando principalmente en las viviendas adquiridas en los últimos seis años, es decir, durante el período de estallido de la crisis y posterior evolución, ya que fue en ese justo momento cuando las viviendas alcanzaban su máximo valor, totalmente alejado de la realidad del mercado y de la economía española.

El problema es que hay poca solución plausible a esta situación más allá de que estas familias tengan que sufrir la consecuencia de sus actos y de la actuación de la burbuja inmobiliaria, con lo que cerca de 600.000 familias han quedado condenadas a vivir endeudadas durante los próximos años y con ello a empobrecerse de manera importante.

Aquí no compra un piso ni el Tato, y sé que me repito

A la rica vivienda, oiga!!!

A la rica vivienda, oiga!!!

Cualquier día de estos volveremos a ver a De Guindos en una televisión amiga vendiéndonos la moto de que la recuperación está en ciernes, de que no tenemos nada de lo que preocuparnos y de que en breve España comenzará a crear empleo, pero visto lo visto, y a juzgar por los datos que nos llevamos a la boca un día sí y otro también, me da la impresión de que toda esa palabrería de grandes cifras no son más que paparruchas.

Porque la clave para la ciudadanía no está en las grandes cuentas, en la macroeconomía que se luce en los manuales de economía, nada de eso, los ciudadanos necesitamos la economía del día a día para subsistir y es en ella en la que encontramos que, bien lejos de estar iniciando una recuperación, estamos inmersos en la mayor de las depresiones.

Y el ejemplo más claro con el que nos podemos encontrar es el de compra-venta de viviendas. Es evidente que si la economía estuviera yendo bien, si los ciudadanos tuviéramos confianza en el futuro y seguridad en nuestro puesto de trabajo, nos enfrentaríamos al futuro con seguridad, viviríamos en un mundo de certezas que nos permitiría comprar una vivienda, y más con las rebajas con las que nos estamos encontrando en este comienzo de año.

Pero nada de eso. El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar los datos relativos a noviembre (siempre a la última) y en ellos comprobamos que durante el undécimo mes del año pasado solo se cerraron un total de 21.847 operaciones, lo que supone una caída del 15,9% con respecto al año anterior, aunque es cierto que ese porcentaje está inflado por el fin de la desgravación por vivienda. Sí que se puede comparar claramente con los datos del mes anterior, y ahí observamos que con respecto a octubre de 2013, noviembre supuso una caída del 4,12%, y en el acumulado anual nos encontramos con un descenso del 2,1%.

¿Qué significan todos estos datos?

Pues blanco y en botella, que por mucho que nos vendan la moto aquí no compra un piso ni el Tato y que todos estamos aferrándonos a nuestro puesto de trabajo como si nos fuera la vida en ello, como para ni tan siquiera empezar a plantearnos el comprar una vivienda en un futuro próximo.

Las migajas del pobre

Cada vez somos más pobres, pero hay menos viviendas

Cada vez somos más pobres, pero hay menos viviendas

Hoy mismo, jueves, día 17 de enero, se firmará el Fondo Social de Viviendas, un convenio firmado por la Asociación Española de la Banca (AEB), la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) y el Gobierno, en virtud del cuál se cederán un total de 6.000 inmuebles por parte de las entidades financieras destinadas a las familias que han sido víctimas de un desahucio y que se encuentran en riesgo de exclusión social.

Las entidades han hecho públicas sus aportaciones y destaca la de Bankia que aportará 1.000 viviendas, seguida de BBVA, con 899, CaixaBank 850 y el Grupo Santander que cederá un total de 590 inmuebles. En menor medida tenemos a Banco Mare Nostrum, con 180 inmuebles, Ibercaja, con 105, Banco Ceiss, con 100, Kutxabank, con 150, Catalunya Bank, 355, Unicaja, 98, Liberbank, 96, Caja 3, 20, Caixa Pollençá, 1, y Caixa Ontinyent, que aportará 14 viviendas.

El problema, una vez más, con este gobierno, es que las condiciones de acceso para las familias serán muy restrictivas, de forma que el colectivo de ciudadanos que se podrán beneficiar de este fondo de viviendas será muy limitado. Según las fuentes del gobierno esta iniciativa está dirigida a familias numerosas, familias monoparentales con dos hijos a cargo, familias con un menor de tres años, aquellas con un miembro en situación de dependencia (con discapacidad del 33%), en las que el deudor hipotecario esté en desempleo y sin prestación y las familias en las que haya víctimas de violencia de género.

Pero eso no es todo, porque aparte de este condicionamiento, llamémoslo social, también existe una restricción económica. De manera que la unidad familiar debe de tener unos ingresos tres veces inferior al Indicador Público de Rentas (IPREM), lo que situaría los ingresos familiares en unos 1.597 euros mensuales, la carga hipotecaria debe de haber crecido al menos 1,5 veces desde el año 2008 y la cuota hipotecaria mensual debe de superar el 50% de los ingresos familiares. ¡Casi ná!

Una vez superados estos condicionamientos la familia tendrá derecho a acceder a una vivienda de este Fondo Social en la que tendrá que abonar un alquiler que oscilará entre los 150 y los 400 euros, durante un período de 2 años, prorrogable uno más. Y el límite máximo de la renta, en todo caso, será el 30% de la renta neta familiar.

En definitiva, se trata de una iniciativa interesante, que queda en agua de borrajas como consecuencia de las dificultades de acceso pero que al menos servirá de tabla de salvación para muchas familias. Es triste, pero ¡mejor esto que nada!

La decepción del banco malo

Papel mojado

Papel mojado

A pesar de que la semana pasada nos congratulábamos de la creación del banco malo bajo el prisma de que con ello se conseguiría una importante rebaja en el precio de las viviendas, ahora nos tenemos que despertar del sueño a tenor de las informaciones que han venido apareciendo en estos últimos días.

Según diferentes expertos, que citan fuentes del Ministerio de Economía, el banco malo dispondrá principalmente de suelo en lugar de viviendas. Es decir, que el número de viviendas que este banco malo podrá poner a disposición de los ciudadanos será muy limitado, en contraposición al suelo que pondrá en manos de los promotores y constructores.

Es decir, nos encontramos, una vez más, con la injusticia de una medida que beneficiará a los constructores en detrimento del ciudadano de a pie, que tras frotarse las manos con la promesa inicial ahora se encontrará con que todo quedará en agua de borrajas.

Podemos intuir entonces que el Gobierno busca dinamizar el sector inmobiliario poniendo en manos de promotores y constructores solventes el suelo de otros que no lo fueron a precios altamente competitivos.

Sin embargo, mucho me temo que esto no resuelve el problema, ya que los pisos seguirán con precios artificialmente elevados, beneficiando a la vez a la banca, pero perjudicando a los ciudadanos y a la economía en general.

Porque no podemos perder de vista el hecho de que necesitamos que el precio de la vivienda toque suelo de una manera definitiva para que podamos empezar a hablar de una recuperación.

Por tanto, el Gobierno se vuelve a equivocar en la dirección de sus medidas, bajo la ceguera de devolver favores debidos y manteniendo sus intereses creados, perjudicando, de nuevo, a los ciudadanos que somos los que les hemos votado.

En definitiva, nos enfrentamos de nuevo a la ceguera general de los políticos europeos, en general, y españoles, en particular, en función de la cual priman los intereses de las grandes corporaciones y de las grandes empresas en detrimento de los ciudadanos, sin percatarse de que sin unos ciudadanos que puedan consumir todo lo demás carece de ningún sentido.

Un rayo de esperanza o la antelación de la subida del IVA

A la rica vivienda, oiga

A la rica vivienda, oiga

Según los datos que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística sobre la compraventa de viviendas nos encontramos con que, ¡al fin!, los datos son algo positivos, con un crecimiento del 3% durante este pasado mes de agosto, en tasa interanual, hasta totalizar un volumen de 27.708 operaciones de compraventa de las que un 49,8% se ejercieron sobre viviendas de segunda mano y un 50,2% sobre viviendas nuevas.

Estos datos que podrían tomarse como un rayo de esperanza, deben de ser tomados en perspectiva para comprobar que, en realidad, no aportan ninguna solución plausible a la actual situación, ya que puestos en contexto nos encontramos con que se produjeron durante el mes inmediatamente anterior a la subida del IVA.

Por tanto, es lógico pensar que muchos compradores adelantaron el momento de la compra para poder ahorrarse así el incremento impositivo que tuvo lugar a partir del 1 de septiembre, relativizando, por tanto, la importancia de la subida de compraventa de viviendas, quedándose ésta en nada.

Los expertos de la cuerda del gobierno confían, por otro lado, en que este incremento del mes de agosto se convierta en tendencia durante los próximos meses basándose en la creación del banco malo que debería de ayudar a rebajar los precios de la vivienda en nuestro país, al hacer que las propias entidades financieras empiecen a valorar las viviendas que tienen en cartera por su precio real de mercado y no por el precio de adquisición.

Pero retornando a los datos presentados por el INE, nos encontramos con que en tasa intermensual, es decir, en la comparativa entre los datos del mes de agosto y los de julio, tenemos que se produce un incremento del 1,2%, muy inferior al repunte que habíamos observado en el mes anterior, ya que julio con respecto a junio supuso un crecimiento del 7,8%.

Y en el desglose regional, tenemos que el mayor número de compraventas por cada 100.000 habitantes, La Rioja lidera el ránking con 106, seguida de Baleares, con 101 y Comunidad Valenciana, con 99. En términos absolutos, más del 60% de las compraventas se realizaron en Andalucía, 5.526, Valencia, 4.073, Cataluña, 3.835 y Madrid, 3.343.

En definitiva, datos que no invitan precisamente a la esperanza en cuanto se hurga un poco en la noticia, más allá del titular.

Todas las estadísticas siguen siendo negativas

Una de las mayores caídas de la historia del saldo hipotecario

Una de las mayores caídas de la historia del saldo hipotecario

Siguiendo con la tendencia que se había adivinado durante el pasado año 2011, y durante los años anteriores, el saldo hipotecario ha seguido a la baja en el comienzo de este 2012, y así según los datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), durante este pasado mes de enero se produjo un descenso del 6,26% en tasa interanual.

Un descenso que llevó el total del crédito hipotecario de las entidades financieras españolas, incluyendo todo tipo de créditos, a la cifra de 988.313 millones de euros, una cifra que se sigue reduciendo cada año sin que parezca que pueda haber una solución en el corto-medio plazo.

Para poner de relieve la importancia de este descenso del saldo hipotecario cabe recordar que durante los años de burbuja inmobiliaria se experimentaron unos incrementos de hasta el 20%, lo que demuestra lo agudo de la actual crisis y las pocas perspectivas reales de que la situación se vaya a revertir de manera inmediata.

Una vez más, estas cifras ponen de manifiesto que el volumen de concesión de nuevas hipotecas no es lo suficientemente rápido como para cubrir la amortización de las mismas, ya sea por el pago de los propios clientes o a través de los embargos de las entidades financieras.

A esta falta de cobertura también hay que añadir que las hipotecas que quedan canceladas disponían de un capital más elevado que las nuevas hipotecas concedidas, lo que también genera una diferencia negativa en cuanto al saldo hipotecario.

De la misma forma, los créditos al consumo han desaparecido en su práctica totalidad de los registros, ya que las entidades financieras siguen huyendo claramente de estos productos con escasas garantías y grandes probabilidades de impago.

Por otro lado, el hecho de que el saldo hipotecario se esté reduciendo no deja de ser algo positivo, si tenemos en cuenta que el exceso de endeudamiento privado de las familias españolas durante las fases previas de la crisis es una de las causas principales de la crudeza actual de la misma.

Sin embargo, como todos los analistas coinciden en afirmar, el problema no es tanto la reducción en sí, que puede ser positiva, como la velocidad de la misma, excesiva para poder ser digerida.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra

Las grandes inmobiliarias se ponen nerviosas

Las grandes inmobiliarias se ponen nerviosas

Llegados a este punto no nos queda más que pensar que toda la crisis que hemos padecido, todos los sufrimientos que se nos han acumulado y todas las dificultades que están por venir, no nos han servido de nada, porque seguimos encallados en los mismos errores del pasado y parecemos dispuestos a volver a cometerlos.

Ahora que todos los analistas y expertos económicos coinciden, sin excepción, en culpar a la burbuja inmobiliaria de la actual crisis, poniendo el acento en la política de incentivos a la compraventa de viviendas ejecutada por el Partido Popular de José María Aznar, y que luego no supo atajar Zapatero en sus ocho años de gobierno, resulta que el G-14, el grupo que aúna a las principales inmobiliarias de este país, apuesta por recuperar los errores del pasado.

Angustiados, como están, por el tremendo stock de viviendas vacías que acumulan sin que parezca que pueda haber una solución en el corto-medio plazo, no han dudado en solicitar al gobierno la extensión de las medidas que promueven la compra de primeras viviendas, a las segundas viviendas.

De esta manera, el G-14 ha solicitado que se amplíe el IVA superreducido y la desgravación fiscal por compra de vivienda a las segundas residencias, con lo que podría tener una reducción del stock que acumula, no hay duda, pero, a la vez, provocaría que la especulación inmobiliaria regresara a nuestras vidas.

Y es que si aceptamos que los incentivos fiscales para la compra de vivienda pueden tener un sentido social y económico cuando se trata de una primera vivienda, esta faceta desaparece directamente cuando se trata de la segunda residencia, la cuál se compra, o bien por pura especulación, o bien por disponer de la capacidad económica suficiente como para no necesitar estas ayudas del gobierno.

Por ello, esperamos que el Gobierno de Rajoy haga oídos sordos a esta propuesta del G-14, y que prime la responsabilidad de gobierno antes que los favores debidos o las convicciones económicamente liberales y mal encauzadas, porque lo único que puede provocar es que en 10 años volvamos a tener que hablar de una nueva crisis económica.

Las subastas extrajudiciales, la nueva estratagema de los bancos

Los bancos quieren ser el único postor

Los bancos quieren ser el único postor

Está claro que echa la ley echa la trampa, y para trampas “legales” no hay nadie mejor que las entidades financieras que saben adentrarse en las entrañas de los textos jurídicos para obtener su beneficio permanente en cada situación, le pese a quien le pese.

Y así está sucediendo con las subastas extrajudiciales, que es una manera de esquivar las subastas tradicionales que se vienen realizando en los tribunales, para poder conseguir las viviendas a unos precios mucho más económicos, compensando así sus pérdidas patrimoniales.

Una subasta extrajudicial se realiza ante notario, y exige que el primer precio de salida del inmueble sea el 100% del valor de tasación del mismo, pasando, en caso de que no haya ningún comprador, al 75%, en segunda subasta, quedando, entonces, en precio libre para las siguientes pujas.

De esta manera, se puede dar el caso, y de hecho se ha dado, de entidades financieras que se han quedado con una vivienda en propiedad por el módico precio de 1 euro, gracias a que no había otros pujantes y la subasta se resuelve por esa cantidad antes de quedar desierta.

No podemos olvidar que en una subasta judicial el precio por el que la entidad financiera se queda el inmueble es el 50% del valor de tasación del mismo, con lo que la diferencia es notable y explica la voluntad de las entidades financieras de apostar por las subastas extrajudiciales como una manera de resolver sus problemas de balance, a costa de los intereses de sus antiguos clientes.

El problema radica en la laxa moralidad de esta práctica, ya que no está muy claro hasta que punto puede ser ético el quedarse con una vivienda por un euro, por mucho que la ley lo permita, aunque el nulo interés de las entidades financieras por las cuestiones éticas y morales es sobradamente conocido, y respetable, por otra parte, porque no dejan de ser entidades con pleno ánimo de lucro.

Son las administraciones públicas las que deberían de tomar cartas en el asunto y evitar que se produjeran estos abusos a todos los niveles si quieren, como dicen, defender los intereses de los ciudadanos.

Ni un buen dato para empezar el año

Aquí no vende un piso ni el tato

Aquí no vende un piso ni el tato

Aunque en el pasado mes de noviembre se contabilizaron un total de 5.000 operaciones de compraventa más que en el mes anterior, es decir, más que en octubre, en términos interanuales nos encontramos con un descenso del 14,4%, lo que no hace más que seguir con la tendencia que habíamos venido observando en los últimos meses.

De esta manera, el Instituto Nacional de Estadística, certifica que la situación del sector inmobiliario español está todavía muy lejos de iniciar la recuperación y aún se encuentra en proceso de caída libre sin solución de continuidad, y sin que parezca que pueda haber una solución en el corto-medio plazo.

El total de las operaciones de compraventa realizadas ascendió a 27.549, aunque, como siempre, debemos de relativizar los datos, ya que no se refieren a operaciones que se cerraran en el mes de noviembre, sino que son operaciones realizadas, en su plena totalidad, durante el mes de septiembre, y la estadística del INE sólo las recoge una vez que han sido registradas por el Colegio de Registradores de la Propiedad.

En cualquier caso nos encontramos con una serie negativa que ya acumula un total de 9 meses consecutivos de descensos, con el más marcado en agosto, con una caída del 38%, seguida de julio, con el 34,8%, abril, con el 29,7%, septiembre, con un descenso del 28,2%, junio, con una caída del 22,9%, mayo, con el 18,3%, octubre con el 18% y marzo, con un descenso del 11,9%.

En definitiva, que el nuevo gobierno del Partido Popular tendrá que realizar un gran cambio en la política inmobiliaria y de vivienda si quiere relanzar el sector que se encuentra bajo mínimos, y que necesita, de manera urgente, una ayuda global que le permita iniciar la senda del crecimiento económico, para lo que requerirá, sin duda, de la activación del crédito.

Un crédito que seguirá paralizado, al menos, hasta la segunda mitad del año 2012, una vez que las entidades financieras superen, las que puedan, los tests de solvencia y de liquidez impuestos por las autoridades europeas. A partir de ese momento se espera una cierta recuperación al no verse obligadas las entidades financieras a guardar liquidez para protegerse ante los estrictos requisitos financieros.

El banco malo, cada vez más cerca…

Un banco malo, en una playa...

Un banco malo, en una playa...

En cosa de tres semanas tendremos nuevo gobierno y vuelven a sonar rumores de que una de sus primeras medidas será la creación de un banco malo, que absorba todos los activos dudosos que  hasta este momento esconden las entidades financieras.

Igual que en el resto de los temas, de momento el Partido Popular no ha concretado gran cosa, pero parece ser que la idea es que el riesgo de ese banco lo lleven a medias el sector privado y el público, y la idea última, por supuesto, es que de una santa vez deje de haber desconfianza en el mercado interbancario y pueda fluir el crédito.

¿Y qué son esos activos dudosos? Pues fundamentalmente hipotecas. La vuestra, la mía, y muchas otras que por alguna razón se han convertido en un riesgo y nadie quiere reconocer como tal para no tener que aumentar provisiones y reservas.

Ya hemos discutido en alguna otra ocasión la utilidad de un invento de este tipo, y ya sabéis que a mí, en principio me parece bien: la desconfianza puede ser tan cara o más que la insolvencia, y últimamente hemos tenido ocasión de comprobarlo a través de la famosa prima de riesgo que pagamos por lo que pedimos en el exterior. Por tanto, y en principio, parece buena idea hacer cualquier cosa que haga aflorar toda la porquería que hay debajo de las alfombras para que, acto seguido, vuelvan a concederse hipotecas y vuelvan  concederse créditos a las empresas.

Lo que ya no me parece bien, y eso tenemos que vigilar con atención, es que eso salga gratis a los bancos y lo ponga el contribuyente: los bancos tienen que pagar por su porquería escondida debajo de la alfombra, y tienen que pagar con parte de sus acciones o con lo que sea, como sucedió en Estados Unidos.

En todo caso, lo que no me parece de recibo, y eso vamos a ver a mansalva en cuanto se hable del tema, es responder a razonamientos económicos con argumentos éticos, del tipo  “es injusto”, “es insolidario” o cualquier golpe de catecismo semejante. Si es bueno para la gente, hay que hacerlo. Y si es malo, no hay que hacerlo.

¿Cómo lo veis vosotros?, ¿saldríamos ganando o perdiendo?

La CAM no quiere más clientes, por lo que se ve

El juego del despiste financiero

El juego del despiste financiero

La CAM nos ha demostrado una vez más que nunca terminaremos de verlo ni de escucharlo todo, con una medida que ha levantado ampollas en el sector financiero por tratarse de algo que va en contra del sentido común y de cualquier política anterior.

Y es que la caja valenciana ha decidido ofrecer un 10% de descuento en la compra de las viviendas que comercializa su filial inmobiliaria a todas aquellas personas que traigan una hipoteca contratada con otra entidad diferente, o que, en su caso, paguen al contado.

Se trata de una medida desesperada en tiempos desesperados, ya que pretende dejar de ofrecer hipotecas y que, a cambio, la venta de las viviendas que acumula en su cartera por culpa de los embargos y desahucios no se vea afectada de manera negativa. Y es que la CAM no puede apalancarse más, y concediendo más hipotecas caería en esa condena del medio-largo plazo.

La consecuencia negativa, sin embargo, es que la concesión de hipotecas es uno de los negocios fundamentales de las entidades financieras y el decidir no utilizarlo nunca más no es sino una muestra de rendición ante los mercados y ante las circunstancias.

En este escenario no sería descabellado pensar que la CAM acabara saliendo de las reglas del juego en breve, condenada por su mala gestión previa, porque una entidad tendrá muy difícil mantenerse en el mercado si no cuenta con las herramientas de beneficio habituales.

Por otro lado, en el juego de la venta de viviendas también lo tendrá complicado, ya que los compradores que quieren lanzarse, y pueden hacerlo, a la compra de una vivienda lo que necesitan es financiación y no un descuento del 10%, así que esta medida acabará por pasar factura, sin duda.

Además, la actitud de la CAM coincide con las palabras del director de estudios de la Caixa, que ha afirmado que para poder salir de la crisis como país se necesitará que algunas entidades financieras queden en el camino, y me temo que la CAM tiene casi todas las papeletas compradas, en una clara muestra de que la gestión política de una entidad financiera es algo nefasto a todas luces.

Los bancos necesitan deshacerse de sus pisos

A la rica ganga

A la rica ganga

Durante el primer semestre del año 2011 las entidades financieras más importantes, descontada el Banco Santander, de la que no se tienen datos reales, sólo se ha podido deshacer del 3% del stock de viviendas que acumula en sus balances, debido, principalmente, a que la oferta que ha colocado en el mercado era de baja calidad y a precios poco competitivos, y todo ello a pesar de contar con el monopolio de la financiación.

Ello ha provocado que todavía tengan en sus balances una cantidad ingente de viviendas de las que tienen que empezar a deshacerse para evitar el bloqueo de liquidez absoluto, realmente importante ante el nuevo escenrio financiero que se plantea con el proceso de recapitalización bancario iniciado con la quita de deuda griega.

Por ello, las entidades financieras tienen previsto la rebaja de hasta un 50% en el precio de los pisos puestos en el mercado para conseguir deshacerse de ellos de la manera más rápida y, lo que es más importante, sacarán al mercado sus mejores viviendas, no como hasta ahora que habían venido ofreciendo sólo aquellas de las que se querían deshacer.

Esto es una buena y una mala noticia. Es una buena noticia para los compradores porque ahora tendrán más oportunidades en el mercado, y a mejores precios, pero es una muy mala noticia para los vendedores que, si ya tenían competencia desleal por parte de las entidades financieras, ahora ésta va a ser aún más notoria, ya que las entidades financieras competirán tanto en precio como en financiación.

Según los analistas hipotecarios en lo que queda de 2011 se debería de esperar una guerra de precios por parte de todos los canales de venta, en este caso, particulares, agentes inmobiliarios, promotores y entidades financieras, con lo que es probable que el precio de la vivienda se desplome antes de que finalice el año.

Este previsión coincide en el tiempo con la que han realizado los promotores y constructores españoles que creen que en estos dos meses que quedan se podrían perder hasta 60.000 nuevos empleos en el sector de la construcción, por lo que todo apunta a que estamos aún muy lejos del inicio de una recuperación definitiva, muy, pero que muy lejos.