Comercio justo y contabilidad de costes (mal matrimonio)

Hay mucho fntasma con necesidad urgente de un exorcismo

Hay mucho fntasma con necesidad urgente de un exorcismo

Como creo que ya vais viendo que no escribo aquí para caer simpático, voy a abordar hoy un tema que suele darme problemas cada vez que lo explico. Se trata del comercio justo, y su particular entendimiento de lo que es la política de costes y la fijación de precios

 

  Suele entenderse por comercio justo aquel que paga un precio superior por las materias primas al que habitualmente suelen pagarle las grandes multinacionales al productor.

 En principio, la idea es encomiable, y si se pagasen mejores precios en origen se lucharía con más eficacia contra la producción de drogas, por ejemplo, porque es un hecho innegable que en algunas partes del mundo se cultiva coca o amapola para la heroína porque es lo único que deja un margen para la subsistencia a los agricultores locales.

O sea, que hasta ahí, muy bien, y tres hurras por la idea.

La cuestión viene luego, y si me lo permitís, ponemos el café como ejemplo.

Un paquete de café molido de 250 g. cuesta en el Corte Inglés 1,65 €, y como todos sabéis, este establecimiento se distingue por otras cosas, pero no por tirar los precios.

Un paquete de café molido de 250 g., en una tienda solidaria de comercio justo (Intermon, por ejemplo), cuesta 2,20€ . La diferencia es de 55 céntimos, un 33 %, o lo que es lo mismo, de 2,2 € en kilo de DIFERENCIA.

Esto, de momento, no ofrece ningún problema, pues estamos colaborando a que se le pague un precio justo al productor. Vayamos ahora al origen de la cadena.

Según datos del gobierno colombiano, el precio del café en origen en agosto de 2009 era de 2,15 $ por kilo. Eso, para que nos entendamos, equivale a 1,53 € por kilo, aproximadamente.

Según los datos que hemos podido recabar, porque no es fácil, las organizaciones de comercio justo pagan 2,53 $ por kilo, lo que son 1,81 € por kilo.

Ahora, analicemos: las organizaciones de comercio justo pagan un 17,67 % más por el café a los productores, y nos consta que en algunos casos llegan a pagar hasta el 20 % más del precio de mercado. Nuestro aplauso por ello.

Y entonces, después de aplaudir, nos frotamos los ojos, y pensamos un momento:   ¡Pero coño!, ¿aquí qué está pasando?

Si pagan un 20 % más en origen y nos cobran un 33 % más en destino, ¿quién se está forrando aquí?  Pagan 28 céntimos más en kilo, y nos cobran 2,2 € más en kilo. ¿qué cachondeo es este?

¿Será que también pagan más a los camioneros, los tostadores, los almacenistas y las tiendas de distribución?, ¿pagarán más también por el alquiler de sus locales o por el recibo de la luz? Me temo que NO.

¿A qué se debe entonces esa diferencia? Se debe, simplemente, a que los promotores del comercio justo son justos con los productores, pero le atizan de lo lindo a los consumidores.

Esa modalidad de comercio justo, por tanto, es justa de un sólo lado, y justa únicamente a nuestra costa, que pagamos, pero no a costa suya, que mantienen e incrementan notablemente los márgenes comerciales, obteniendo así un beneficio de explotación por unidad muy superior al de las grandes multinacionales. 

¿Cómo justifican ese incremento de precio? Supongo que como donativo para una buena causa. Para otra cualquiera que se les ocurra.

Pues si ellos lo dicen pues vale. Pero está bien que sepamos cómo funcionan las cosas, porque a veces, al hacer cuentas, o por no hacerlas, nos dejamos en el tintero demasiadas cosas.

Y se calla demasiado. Se calla por ejemplo que pagar más al productor no impide tener más beneficio a costa del consumidor bienintencionado.

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Acerca de Ladríllez

Javier Pérez Fernández (Zamora, 1970) Director durante 10 años de la revista universitaria dela Universidad de León, ha participado en casi todos los foros asociativos y juveniles de la ciudad. Escribe desde los 14 años en periódicos y revistas, especialmente Bedunia, como satírico, y en el diarioLA CRÓNICA-EL MUNDO, donde realizó un suplemento dominical sobre historia militar leonesa. Profesionalmente, se especializó en marketing y economía agraria. Trabaja como comercial de publicidad para medios de comunicación y dirige una casa de turismo rural en la montaña leonesa. En cuanto a trayectoria literaria, empezó por el verso satírico, estudió métrica y composición clásica y es autor de más de mil poemas, aunque jamás se consideró poeta. Más constante ha sido su dedicación al columnismo de prensa, medio en el que ha publicado más de ochocientos artículos en los últimos veinte años. Como autor de relatos cortos, ha tratado de conciliar la temática escabrosa con el estilo irónico, lo que le ha valido más reconocimientos que amistades. En total tiene escritos más de doscientos relatos y ha recibido casi una veintena de premios en este campo. Pero el género donde considera que mejor se desenvuelve es el de la novela. Escribió su primera obra de más de doscientas páginas a los dieciocho años, aunque afirma que sólo permitiría su difusión bajo amenaza a punta de pistola. Desde entonces, ha escrito una enorme epopeya espacial de más de dos mil folios, y cinco novelas, una de las cuales,la Crin de Damocles, le valió el premio Azorín 2006. La espina de la amapola, Ed. Planeta 2008. El Gris. Ediciones B. 2010 -La crin de Damocles, Ed. Planeta 2006. Premio Azorín de novela. -Viento Divino. Caja Murcia. Instituto Castillo Puche. -Antología poética Antonia Pérez Alegre. Fundación Espejo 2005. -Apagar el sol. Ayuntamiento de Toledo. Premio narrativa femenina 2005 -Historias para catar. Tropo Editores 2007 -Diversas antologías y colecciones de cuentos.

65 pensamientos en “Comercio justo y contabilidad de costes (mal matrimonio)

  1. Camila

    El ejemplo es muy bueno y nos da idea de quien se queda con el dinero sin haberlo trabajado nada. Este mismo ejemplo puede servir para la politica que estan llevando a cabo las Grandes Superficies o Distribuidores, pagan una miseria por las materias primas a los agricultores y ganaderos y después en sus Hiper ponen los precios que les da la gana con lo que el resultado es que los que cuidan de los productos en origen se arruinan, los consumidores pagan un montón (en las marcas blancas los Hiper le meten un 40 % de margen de beneficio a sus productos) y ¿quien se forra? pues muy sencillo, ellos que no han hecho más que trasladar los productos (cuando lo hacen) y colocarlo en sus estanterías. Buen negocio ¿verdad?

    1. Leandro

      No conozco el sistema del llamado Comercio Justo, pero sí el de los hipermercados. Coincido contigo, Camila, en que ponen los precios que les da la gana, pero también es lógico que ellos busquen negocio y saquen un buen margen de beneficio, ¿no? Tiene delito en el caso del Comercio Justo porque se trata de ayudar a los más necesitados y ahí el negocio debería estar más restringido en favor de un supuesto ideal.

      1. Tere Vega

        En cualquier negocio pasa eso. A ver si os creéis que el óptico, el dentista o el del taller de coches no se saca un buen porcentaje subiendo los precios tanto como quiere. Es algo que, como consumidores, debemos tener asumido

      2. Sofía

        Pues “porque se trata de ayudar a los más necesitados” el precio debe ser algo superior. Es evidente que pagando los precios del “hiper” de turno no vamos a favorecer que los productores en origen perciban un sueldo minimamente digno.

        1. Rural

          Pero la jugada está en que es MUCHO más superior que lo que se paga de más a los productores.

          O sea, que con un pretexto como ese, nos la meten doblada. Dos veces.

  2. Ademar

    Hombre, Ladríllez, no sé hasta qué punto eso significa forrarse… Quizá tengas razón, pero habría que analizar bien esa política de precios para ver si realmente es un cachondeo.

    Según tengo entendido, no se trata sólo de pagar justamente al productor, sino de que importadores, distribuidores y vendedores reduzcan sus márgenes.
    Pero eso no quiere decir que vayan a trabajar gratis, ¿no?

    Y la propia ONG o lo que sea que gestione el asunto también tendrá que mantenerse y a lo mejor todo eso lo sacan de ese porcentaje.

    1. Ximo Rovira

      Coincido contigo, Ademar, en que el margen debe de quedar repartido entre los otras partes del proceso, además de en la producción.
      Supongo, que las organizaciones que promueven el comercio justo no dispondrán de las mismas facilidades técnicas (ni la misma cara dura) que una multinacional. De modo que es comprensible el precio final de esos productos. Otra cosa es que queramos pagar lo que valen.

      1. Rural

        ¿Y por qué tiene entonces un margen superior?

        Porque lo que se demuestra en el artículo es que el margen es superior…

    2. Ladríllez Autor

      veamos: y si los demás reducen sus márgenes, ¿cómoe s posible que el precio final sea superior, cuando, como se ha dicho, la diferencia pagada al productor no cubre esa subida de precio?

      1. Julia

        Pues supongo que el transporte será más caro que para las multinacionales. Los hipermercados compran a gran escala y tienen acuerdos para que les salga más barato, incluso algunos tienen medios propios para abaratarlo más si cabe. Estas organizaciones imagino que no tendrán las mismas facilidades.

        1. Mariano

          Por supuesto, en este caso podemos protestar todo lo que queramos; pero la realidad es que nadie nos obliga a comprar este tipo de productos ni ningún otro. Si nos parece que no valen lo que cuestan, pues se compra otra cosa y listo. Aunque en el caso del café, he de decir que es cierto que el precio es bastante más alto, pero también la calidad es mucho mejor (yo soy un amante del café y he encontrado pocos tan buenos como el de Intermon Oxfam).

          1. Esperanza

            En eso tienes razón: comprar en los sitios de comercio justo es una elección, no una obligación. Prefiero pagar más a sabiendas de que el productor sale mejor parado y encima obtener un producto de calidad. Yo también he probado el café de Intermón y es muy bueno.

  3. Currito del Tajo

    A mí me preocupa mucho más que eso saber cuál es la política de precios de las grandes corporaciones. No me refiero ya al hecho de que sea más caro o más barato, sino a saber cuál es la distribución de los márgenes. Cuánto se queda el productor, cuánto el distribuidor, cuánto el vendedor..

    Hay precios que no se justifican por ningún lado.

    1. Carlos_Los

      Cierto. Los productores de leche se quejan de que normalmente les pagan a precio de coste, si no por debajo, pero luego la leche llega a la tienda y, hala, un euro y medio. ¿Dónde se queda todo el mogollón entre medias?

      No entiendo la política de reducir costes a base de matar a tu proveedor, pues en el fondo te estás suicidando.

      1. Namatra

        Desgraciadamente, las multinacionales (al igual que los bancos) actúan como parásitos: absorben todo lo que pueden de un organismo vivo (persona o colectivo) y cuando éste queda moribundo se van en busca de otro para repetir la operación. Y así sucesivamente.
        En consecuencia, es lógico que puedan mantener esos enormes beneficios de los que tanto presumen a final de año, mientras millones de personas no saben que es llegar a final de mes.

        1. Rural

          Sois geniales: leña a la multinacional, proque te rioba. Y ni una palabra de la ONG que te roba MÄS AUN.

          O yo no me he enterado, o el artículo, cojonudo, por cierto, va de que las ONG aún dan sablazos más gordos que las multinacionales, pero eso no lo comenta ni Dios…

          1. Currito del Tajo

            A ver si lo entiendes, Rural, que no es muy complicado. Se trata de que puede ser que haya gente a la que no le importe que le robe una ONG, pero sí que le robe una multinacional. Puestos a que te roben, mejor elige al ladrón que te caiga bien. ¿Te ha quedado claro?

          2. Jerry

            Evidentemente no es lo mismo. Si el gran margen de beneficios que obtienen las ONGs sirvenpara algo, aunque también se enriquezcan los que las organizan (recordemos que la Iglesia es la primera ONG que ha recaudado illones durante toda su existencia), yo me doy por satisfecho. Por lo menos no sirve solamente para que algunos se compren yates; seguro que los delas ONGs también se los compran, pero los productores del tercer mundo también se llevarán su parte.

  4. Gómez Roberto

    El comercio justo sirve para aliviar conciencias. Es como el dinero que se da a una ONG para apadrinar a un niño. De poco sirve que expliquen que el dinero no está destinado a ese niño en concreto, sino a la comunidad. Al final lo que importa es mirar la foto del niño que tienes en la nevera, sentirte una buena persona y ya está.

    1. Fiumicino

      Gómez Roberto, si con un mecanismo que utilizo para aliviar mi conciencia de primermundista se puede garantizar a un tercermundista que le van a pagar más por su trabajo (que no es una limosna), bienvenido sea ese alivio.

      Ten en cuenta, además, que para un cafetero de Nicaragua un 17% más de precio en el café supone una fortuna, mucho más que lo que a ti te supone pagar un 33% más.

        1. Ignatius

          Tienes toda la razón, Rural. El problema es que a mí tampoco me da la gana de pagar un dineral en intermediarios, comisiones y pijadas similares a todo tipo de negociantes (promotores, notarios, cajas de ahorro y bancos, mantenimiento de tarjetas de créditos, distribuidores de tomates…), pero me tengo que aguantar porque si no no podría comprar absolutamente nada. Y la respuesta es: sí, somos gilipollas. ¿O qué?

    2. Ladríllez Autor

      El que tiene mala conciencia él sabrá pro qué. Yo en eso no entro.

      Trataba solamente de hacer un desglose de contabilidad de costes. En mi opinión, la solidaridad es una marca, como puede serlo otra cualquiera, y vende caro proque de algún modo se lo pued epermitir, quizás por esa mala conciencia de la que hablas. Peor no tiene nada que ver con los costes.

      1. Pedrow

        Pues claro que la solidaridad es una marca, y encima es un juego bastante sucio en el que algunos se aprovechan de las buenas intenciones de la gente para inflar sus beneficios, a costa de aquéllos que lo están pasando peor por vivir en países del tercer mundo. Y a pesar de todo lo dicho aquí, yo debo ser un imbécil, porque aún así, prefiero pagar a esta gente si por lo menos se consigue que los por esos lugares tengan un trabajo y un sueldo decentes. Debe ser por eso que decís de la mala conciencia…

    3. Rubio

      Yo no sé porque tenemos que tener mala conciencia los “primermundistas”. Los poderosos nos han lavado el cerebro y nos hacen sentirnos mal porque “disfrutamos” de sus migajas. En teoría somos los que mejor estamos porque hay otros que están mucho peor. Pero como decía mi abuelo: mal de muchos, consuelo de tontos. Los que tienen que tener conciencia son los que dirigen el cotarro, los que nos quitan calidad en nuestras condiciones de trabajo y vida y se quedan una plusvalía abusiva. Primero arreglemos nuestra casa y luego la del vecino.

  5. Marta Sube

    Está claro que, en este mundo, nadie da duros a pesetas, y todo lo que está inventado, por muy altruista que parezca, está enriqueciendo los bolsillos de alguien. Es triste, pero es así. Yo ya no me fío ni de mi sombra.

  6. K De Kilo

    Cuando yo compro en el comercio justo es porque quiero, como último fin, que el productor no salga perjudicado. Lo demás me importa bien poco y si alguien se dedica a estafarme pues qué le vamos a hacer. También creo que un viaje en Metro debería valer menos de un euro y no dejo de utilizar este transporte público, a pesar de saber que Esperanza Aguirre se está enriqueciendo a mi costa.

    1. Música En Directo

      Pues a mí sí que me importa que me mientan, faltaría más. No se puede jugar con la ingenuidad de las personas, con quien cree que está realizando una buena obra y lo que está haciendo, de paso, es enriquecer a unos cuantos. No me parece ético.

      1. África y América

        Es responsabilidad de todos ayudar a los países con menos recursos. Al fin y al cabo, muchos de esos países están como están por culpa de la explotación de nuestro mal llamado “primer mundo”.
        Por ello, no considero tan escandaloso el aumento de precio, sino que lo veo como una forma de devolver parcialmente lo que les hemos estado quitando durante siglos.

        1. Rural

          Es que no va a ellos. Es que a ellos les dan uno de cada diez céntimos que suben. Es que e sun puñetero pretexto para darnos el palo a los de aquí, que es lo que cuenta.

          1. Jerónima

            Ni tanto, ni tan calvo, Sr. Ladríllez. Vd. no le habrá quitado nada a nadie, desde luego, pero si viviera en alguno de esos lugares y en las mismas condiciones que esas personas, sentiría exactamente lo mismo que ellos: la injusticia de un mundo donde los que viven en una parte muy pequeña tiran la comida, mientras que los que viven en el resto se matan por ella.

    2. Rural

      Pues yo antes de que alguien explote mi buena fe prefiero que exploten mi avaricia y dejarle un duro al Corte Inglés.

      Que me hagan pagar por mis vicios, me parece bien, pero que mis virtudes enriquezcan a los jetas me parece muy poco edificante.

    3. Ladríllez Autor

      Hola K de Kilo.

      Yo, en cambio, cuando compro en en Carrefour o en el Corte Inglés, es porque me llevan a punta de pistola.

      😀

  7. Master Nine

    Ladríllez, el tema levanta ampollas porque es un tema que toca las conciencias. Ser bueno sigue siendo sinónimo de ser tonto, y tener una idea basada en la solidaridad debe ser sinónimo, por lo que parece, de ser demasiado listo.

  8. Irene

    Nunca había analizado este tema y me parece que Ladríllez ha hecho un buen cálculo de los porcentajes. Es triste que nos den semejante clavada a los que encima pretendemos no abusar de los productores. Si los precios fuesen más asequibles seguro que más gente se haría consumidora de productos de comercio justo.

    1. Julita

      El tema de los precios es el eterno debate en torno al comercio justo. Es carísimo, escaso y difícil de encontrar si no vives en una gran ciudad o cerca de algún establecimiento donde lo vendan.

      Yo me he planteado varias veces comprar artículos de comercio justo (hay muchos, no solamente café) pero al final siempre lo he descartado porque, aun siendo solidaria, no me compensa hacerle el juego a las ONG y pagar más dinero.

      1. Rural

        Pagar más dinero que no tiene nada que ver con lo que se paga a los productores. Porque si fuese para los productores, hablaríamos de otro tema….

      2. Ladríllez Autor

        Y además hay algo mucho más dañino, Julita: se da a entender al consumidor que los productos de esos lugares son más caros, cuando no es cierto, lo que perjudica la posible salida comercial de sus productos.

        No es cierto que los pobres no sean competitivos. Se los hace no competitivos a fuerza de políticas aparentemente solidarias que en el fondo son dañinas en muchas ocasiones.

  9. Romántico

    Quizás soy un poco tonto por comprar en sitios de comercio justo y ahora voy a serlo aún más por seguir haciéndolo aun sabiendo que me están cobrando más de la cuenta. A mí, personalmente, me compensa seguir haciéndolo, quizás por conciencia, como apuntais algunos. Es un tema complejo y Ladríllez ha metido el dedo en la llaga.

    1. Single

      Claro que es complejo pero solo para que unas personas cobren lo que supuestamente merecen, no voy a pagar yo mucho más pudiendo pagar menos por un producto de la misma calidad. ¡Que se arregle el sistema!

      Antes que mirar por la estabilidad económica de los demás debo mirar por la mía, la caridad bien entendida empieza por uno mismo.

  10. Pedrito

    A ver, a ver,… antes de lanzar acusaciones al aire… si el negocio fuese tan bueno, ya habría veinte ONG de Coemrcio Justo por España, y como que no. Has de comparar calidades de café, el precio que sacas de lo que pagan los “normales” a los que pagan las ONG es el mismo café, la misma variedad, la misma calidad, la misma cantidad de humedad? Hya miles de tipos de café, cada uno con su precio… Además, no es lo mismo tener una empresa tuya (Nestle) tostanto café 24 horas que tostar unas toneladas, ni contratar un barco entero que te traiga café que no que te traigan un container solo…

    1. Miriam

      Exacto, Pedrito. Me gusta mucho cómo lo analizas. Hay que ver muchos factores, incluso los imprevisibles, para hacer unas buenas cuentas. Yo seguiré prefiriendo comprar café de Comercio Justo. Irá menos a los productores de lo que yo pensaba, pero por lo menos cabe la posibilidad de que lo cobren, o no sé, a lo mejor se produce un milagro y cobran un poquito más.

    2. Ladríllez Autor

      El negocio es bueno, pero el número de los que están dispuestos a a pagar más pro lo mismo, muy limitado.

      Por eso no proliferan más esas tiendas.

      1. Nita

        El problema es precisamente ese, que creemos que pagamos mas por lo “mismo”.
        Los productos de Comercio Justo además son productos ecológicos o biólogicos o como lo queramos llamar.
        Los productos ecológicos que se venden en Carrefour también son un 33% más caros y no son de Comercio Justo. Si miras las etiquetas de los productos ecológicos y de los productos “normales”, los de siempre, los baratitos, verás que en las primeras solo hay alimento, mientras que en los segundos hay muchas otras cosas que nadie se pregunta que son, nadie se siente engañado ni indignado, por que? Porque son más baratos.
        Solo nos indignamos cuando nos tocan el bolsillo. No podemos comparar los precios de dos productos diferentes. La panela es mas cara que el azucar refinado, los huevos ecologicos son mas caros que los “normales” y un piso de 90 metros es mas caro que uno de 50 metros, porque todas estas cosas son diferentes entre ellas.

  11. Salvaje Mente

    Siempre he estado en contra del mal llamado comercio justo. ¿Por qué tengo que dar donativos donde las ONG digan? Hay mucho negocio y mucho sinvergüenza alrededor de todo esto, algunas cosas serán verdad pero no me lo creo todo.

    No me creo que todo lo que pago a precio de oro por el café llegue al productor e, insisto, si quiero dar un donativo ya elegiré yo dónde darlo, no soporto que me digan dónde y cómo tengo que hacer las cosas.

    1. J.P.G.

      Es muy gracioso esto de que pagamos el café “a precio de oro” cuando es de comercio justo. Hay muchos establecimientos donde venden cafés supuestamente maravillosos que sí que cuestan a precio de oro, y he de decir que muchos ni siquera son tan buenos como los de Comercio Justo. Ahí sí que se sacan beneficios.
      Es como el negocio de la cosmética: el otro día, un afamado dermatólogo decía que pagar por una crema hidratante de mujer más de 15 euros es un despropósito. Vamos, que las cremas de 200 euros son un timo, y fabricarlas vale lo mismo que las de 15. Eso sí que tiene delito…

      1. Paula

        Jajajajaja. Qué razón tienes, J.P.G., pagar 200 euros por una crema es un delito y sí, es verdad, el otro día me enteré de que existen cremas cosméticas por ese precio. Increíble, con eso me saco yo de encima el alquiler. Al margen de bromas, coincido contigo en que hay café carísimo y encima no es mejor que el que puedas comprar en el Comercio Justo. Lo tengo comprobadísimo porque soy una verdadera amante del buen café.

  12. Leman

    Está bien conocer este tipo de información, pues aporta transparencia a un sector que necesita expandirse y competir en el mercado, a pesar de tener una motivación altruista. No basta con quedarse al margen, sino que se deben utilizar las reglas del juego (mercado) para demostrar aquello en lo se cree. Sólo así el comercio justo podrá convertirse en un modelo a seguir y podrá abandonar el terreno simbólico al cual está actualmente relegado.

    1. Roberto

      Estoy totalmente de acuerdo contigo en que esta información aporta transparencia a este sector, Leman. Se echa de menos que no se difunda más. Si conocemos en profundidad cómo se gestionan los márgenes somos nosotros, los consumidores, los que decidimos con libertad si comprar o no este tipo de producto. Es una estrategia, además, que considero fundamental para posicionarse en el mercado.

  13. Beni

    Interesante el artículo. Hasta ahora nunca había comprado en estos establecimientos de comercio justo, precisamente porque no sabía como se repartía el dinero que yo como consumidor pudiera pagar. Ahora por lo menos comprendo un poco mejor como funciona esto, aunque sigo pensando que el precio podría ajustarse un poquito más.

  14. Domenech

    Tampoco es un drama que las organizaciones intermediarias (Intermon en este caso) se queden un mayor margen de beneficio, aunque eso pueda suponer un incremento sobre el precio final.
    Lo interesante, amigo Ladríllez, sería conocer dónde va a parar el dinero de los beneficios.

    1. Ladríllez Autor

      Intermon es sñolo un ejemplo, y sale de ejemplo precisamente porque habla con cierta claridad.

      Lo difícil es encontrar a quien dé datos al respecto, y eso es también un poco mosqueante, ¿no?

  15. Belén

    Más que comercio justo habría que llamarlo comercio injusto: injusto con los productores a los que se deja en mal lugar con estas políticas paternalistas de las ONG; injusto con otras marcas, a las que se tacha de estúpidas e insolidarias; e injusto con las personas que pensábamos que comprar comida o cosas con la etiqueta de comercio justo estaba bien y era una forma de ayudar a equilibrar el mercado.

  16. Entrometido

    También hay que tener en cuenta que detrás de las organizaciones de comercio justo hay gente que tiene familias a las que mantener. El mercado del comercio justo es muy reducido, si no ponen un margen mayor de beneficios no obtienen ningún beneficio.

    1. Leandro

      El mercado del comercio justo es muy reducido, como dices tú, Entrometido, pero pervive porque hay gente como yo que prefiere comprarles a ellos ciertos productos aunque pague un poquito más. El ampliar mercado debería ser su objetivo y ahí es donde yo veo que hay fallos: O falta de información o falta de transparencia. El objetivo de cualquier producto es llegar al máximo posible de potenciales consumidores.

  17. Desentendido

    ¿Y por qué el mercado es tan reducido? Porque se pasan con los precios. Si los precios no fueran tan sangrantes, ten por seguro que mucha más gente se concienciaría y compraría. Lo que no puede ser es que vayan de hermanas de la caridad y se rían de nosotros.

  18. Entrometido

    Aunque aplicarán el mismo porcentaje, el precio final del producto sería siempre más alto que el convencional. Y la gente no piensa en los pobres que no puede ver, si se puede ahorrar para su familia unos eurillos lo hará. Dejan la solidaridad para el vecino (para que el vecino sea el solidario). A más precio, menos demanda.

  19. Cecilia

    Hola, es importante tener en cuenta que existen diferentes calidades de cafe, entonces es importante comparar precios cuando se esta hablando del mismo tipo de cafe, porque no es lo mismo un cafe 100% arabica, organico, con origen Colombia, centro America, Etiopia etc, que crece bajo sombra…donde las organizaciones de comercio justo, dan capacitacion a los grupos productores sobre calidad y mejores tecnicas de produccion y ademas del precio pagado dan una prima, que es reinvertida en las comunidades.

    Por otra parte los cafes de menor precio, no son organicos, es cafe tipo robusta, origen Asia o Africa, generalmente torrefacto…en fin una calidad muy inferior (gama baja), entonces no tiene ninguna compracion es como comparar peras con manzanas.

    Si el compartivo es sobre el mismo tipo de cafe, del mismo origen y la diferencia sigue siendo 33% superior, es posible que se pueda hacer una critica, por esto sugiero que se analice bien lo que se esta comparando.

  20. Julio

    La comparación sólo puede hacerse con la relación calidad-precio. No se puede comparar un precio del café del Corte inglés, que no sepas qué clase de café es, ni si es de cultivo biológico.
    La aprente objetividad del precio es un engaño. Siempre ha habido dos formas de encarecer un producto: una subiéndole el precio, y la otra es bajando la calidad. En estos tiempos de crisis, las marcas blancas se vuelven cada vez más opacas. precios bajos, pero ¿qué estamos metiendo en el cuerpo? ¿De dónde proviene? ¿Cómo se ha elaborado? Todo esto son incógnitas para el consumidor.
    Los productos de calidad son más caros, pero muchas veces son más saludables. Quien pruebe los tomates , o las patatas, o la carne de producción biológica, volverá a comprobar a qué saben esos productos. No se trata de consumir mucho a bajo precio, la salud requiere consumir menos cantidad y más calidad. Los precios bajos nos han llevado a consumir alimentos inflados, llenos de agroquímicos… De esto también trata el comercio justo.
    Así que invito a Ladrillez a que antes de hacer números se entere bien de todas las repercusiones y planteamiento que hace el Comercio Justo, que invita al consumo responsable.

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