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La crisis aprieta, pero no ahoga

Muchas, pero cada vez menos

Muchas, pero cada vez menos

Según los datos del Ministerio de Fomento el stock de viviendas nuevas sin vender cayó, por primera vez desde el inicio de la crisis, en 2010 un 1,7%, quedándose en los 684.958 viviendas, por las 686.143 viviendas nuevas sin vender acumuladas en el año 2009.

Pero tampoco es cuestión de lanzar las campanas al vuelo, porque esta ligera reducción nada tiene que ver con el incremento por el lado de la demanda, sino más bien a la reducción casi total por el lado de la oferta, donde se produjo una reducción del 33,4% en 2010, con respecto a 2009, para sumar un total de 257.443 nuevas viviendas construidas.

Por el lado de la demanda se produjo una caída en compras del 17,3%, acumulando un volumen total de 258.628 inmuebles, en el año 2010, y tomando como referencia el año 2009, por lo que se comprueba, claramente, que el ajuste se realizó por el lado de la oferta, y no de la demanda.

El Ministerio de Fomento, a través de su Secretaría de Estado de Vivienda, calcula que la bolsa de pisos sin vender es un 65,2% superior a la que había en el año 2007, momento de inicio de la actual crisis e inicio del parón generalizado de las compras.

Por tanto, las conclusiones que se pueden extraer son claras. Parece evidente que el sector de la construcción ha comprendido, a la fuerza, que ya no puede construir más viviendas, es decir que tiene que contraer al máximo la oferta, y con ello se está consiguiendo absorber parte del stock, a pesar de que la demanda sigue en horas bajas.

Porque los datos de demanda de 2010 son ciertamente relevantes si, además, añadimos el hecho de que el 1 de enero de 2011 se produjo la eliminación de la desgravación fiscal por compra de vivienda, con lo que se debería de haber producido una anticipación de la compra de vivienda que debía de haber incrementado, artificialmente, la demanda de viviendas.

En definitiva, poco a poco el sector se va ajustando, aunque, eso sí, a un ritmo mucho menor del que debería para ofrecer una salida airosa y eficiente de la crisis, por lo que todo apunta a que nos quedan varios años de crisis inmobiliaria.