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Se acabaron las hipotecas multidivisas

Nulidad o seguir cayendo, he ahí la cuestión

Nulidad o seguir cayendo, he ahí la cuestión

En los años más importantes de la burbuja inmobiliaria, los que fueron de 2005 a 2007 se popularizaron las hipotecas multidivisas porque ofrecían unas condiciones más que interesantes, en el sentido en el que la cuota se pagaba en una moneda distinta al Euro, y siempre con un tipo de cambio muy favorable a éste.

Lo cierto es que en aquellos años todos los que contrataron una hipoteca multidivisas parecían las personas más inteligentes y avispadas. Sin embargo, con elpaso de los años y el estallido de la burbuja inmobiliaria parece que la cosa fue cambiando de manera drástica.

Los mismos que unos años antes se beneficiaban del juego del tipo de cambio y del tipo de interés, ahora se veían abocados a cuotas inasumibles porque el Euro salía perdiendo contra las monedas de referencia de estas hipotecas, generalmente el Yen.

Sin embargo, ahora vuelven a estar de enhorabuena ya que la jurisprudencia española permite anular los contratos de las hipotecas multidivisas por vicio en el consentimiento, es decir, porque se trata de un producto financiero complejo que no debería de estar dirigido al conjunto de la sociedad, sino solo a expertos financieros que conocen perfectamente los riesgos.

El problema es que los bancos y las entidades financieras se han cuidado muy mucho de dar publicidad a este hecho y nadie se ha enterado de que ya ha habido varias sentencias al respecto garantizando el derecho de las personas que firmaron estas hipotecas.

Pero ahora que ya se ha hecho público a través de el periódico El Mundo llega el momento en el que todos los afectados puedan ir a su banco y reclamar la nulidad de su hipoteca multidivisa, aunque con una salvedad, ya que para poder solicitarla se debe de estar dentro de los cuatro años posteriores a la firma del contrato.

Las personas que firmaron sus hipotecas en 2005, por ejemplo, ya estarían fuera de esta posibilidad y tendrán que seguir sufriendo las consecuencias de un mal asesoramiento y de un querer ver la gallina de los huevos de oro antes que nadie. Unos huevos que ahora han explotado dejando un verdadero estropicio en su economía doméstica.

Las cláusulas suelo serán válidas sólo si son transparentes

Palabra de Tribunal Supremo

Palabra de Tribunal Supremo

El Tribunal Supremo ha fijado jurisprudencia y ha resuelto de un plumazo todas las dudas que se habían venido suscitando a medida que el Euríbor seguía bajando y los consumidores nos íbamos dando cuenta de que habíamos firmado una cláusula suelo sin saberlo y no hacíamos otra cosa más que llevarnos las manos a la cabeza.

Desde ahora en adelante, tras la sentencia del Tribunal Supremo, que fija jurisprudencia dentro del ordenamiento jurídico español, las cláusulas suelo serán válidas jurídicamente siempre y cuando se le comuniquen al usuario antes de la firma del contrato hipotecario.

Sin embargo, yo sigo encontrando una clara laguna legal en este apartado, ya que es evidente que el ciudadano que quiera comprar una vivienda tendrá que aceptar la cláusula suelo, por muy transparente que ésta sea o por muy claro que la entidad financiera le recuerde su existencia, pero el Tribunal Supremo no dice nada de la posibilidad de abuso que se puede producir, y de hecho se produce de manera habitual.

El principal problema de la cláusula suelo es su brecha insalvable con respecto a la cláusula techo. Una proporcionalidad entre ambas cláusulas no es solo aconsejable sino también necesaria, para conseguir cierta estabilidad en la cantidad a pagar a través de las cuotas mensuales por parte de los hipotecados.

En estos momentos nos encontramos con hipotecas en las que la cláusula suelo puede ser todo lo transparente que se quiera, pero que comparada con la cláusula techo es claramente ofensiva al sentido común. Así, por ejemplo, tenemos cláusulas suelo que se encuentran fijadas en el 3% mientras que la cláusula techo puede estar por encima del 10%, algo inalcanzable a todas luces, con lo que “la banca siempre gana”.

Bien haría, por tanto, el Tribunal Supremo en sentar jurisprudencia sobre este apartado también, y las asociaciones de usuarios y consumidores no deberían de alegrarse tanto porque su lucha continúa y debe de continuar, hasta que se consiga una aproximación relativamente asumible a la igualdad de fuerzas entre las entidades financieras y los consumidores a la hora de negociar las condiciones y claúsulas de los contratos hipotecarios.