La hipoteca inversa y el abuelo ganador

Yo también me troncharía.

Yo también me troncharía.

Una de las virtudes de este blog es que se ha mantenido mucho tiempo en lugar de ser uno más de los que se publican una temporada para desaparecer luego, o peor aún para quedar ahí como almas en pena sin actualizar.

Allá por 2009 hablábamos aquí de la hipoteca inversa, y comentaba Mburuvicha, mi compañero de entonces (un saludo si me lees), que la hipoteca inversa era una buena salida para garantizarse las pensiones en un momento en el que la demografía y las finanzas no parecían dejar muy claro lo que íbamos a cobrar cuando llegasemos a viejos.

La hipoteca inversa, en resumen, consiste en convertir la vivienda en dinero o en una renta vitalicia de modo que en el momento del fallecimiento sea el banco el que se la quede. Si los herederos quieren la casa, simplemente devuelven el dinero que se ha gastado y ponen el que falta, y todos contentos. Y si no, la persona mayor que la firma disfruta en sus últimos años del patrimonio acumulado a lo largo de su vida.

El asunto parecía interesante, sobre todo para los que preferían gastarse la casa en vez de dejar el dinero a los sobrinos, y alguna gente firmó esa hipoteca.

¿Y qué ha sucedido ahora? Que los abuelos tienen la pasta, en billetes contantes y sonantes, y el banco tiene un inmueble que se ha depreciado terriblemente desde el momento de la venta hasta ahora. O sea, que los viejos le han metido un gol a la banca justamente con uno de esos productos enrevesados que la banca inventó en los momentos en que áun creían en el mantra aquel de “la vivienda nunca baja”.

La cara negativa del asunto es que a día de hoy no hay modo de encontrar un banco que firme este tipo de hipoteca, con lo que los ancianos que tenían previsto recurrir a esta fórmula para complementar sus pensiones, o los que no cotizaron lo suficiente pensando en esta salida, se han encontrado con que la puerta ya está cerrada.

Malos tiempos para la alquimia financiera…

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Acerca de Ladríllez

Javier Pérez Fernández (Zamora, 1970) Director durante 10 años de la revista universitaria dela Universidad de León, ha participado en casi todos los foros asociativos y juveniles de la ciudad. Escribe desde los 14 años en periódicos y revistas, especialmente Bedunia, como satírico, y en el diarioLA CRÓNICA-EL MUNDO, donde realizó un suplemento dominical sobre historia militar leonesa. Profesionalmente, se especializó en marketing y economía agraria. Trabaja como comercial de publicidad para medios de comunicación y dirige una casa de turismo rural en la montaña leonesa. En cuanto a trayectoria literaria, empezó por el verso satírico, estudió métrica y composición clásica y es autor de más de mil poemas, aunque jamás se consideró poeta. Más constante ha sido su dedicación al columnismo de prensa, medio en el que ha publicado más de ochocientos artículos en los últimos veinte años. Como autor de relatos cortos, ha tratado de conciliar la temática escabrosa con el estilo irónico, lo que le ha valido más reconocimientos que amistades. En total tiene escritos más de doscientos relatos y ha recibido casi una veintena de premios en este campo. Pero el género donde considera que mejor se desenvuelve es el de la novela. Escribió su primera obra de más de doscientas páginas a los dieciocho años, aunque afirma que sólo permitiría su difusión bajo amenaza a punta de pistola. Desde entonces, ha escrito una enorme epopeya espacial de más de dos mil folios, y cinco novelas, una de las cuales,la Crin de Damocles, le valió el premio Azorín 2006. La espina de la amapola, Ed. Planeta 2008. El Gris. Ediciones B. 2010 -La crin de Damocles, Ed. Planeta 2006. Premio Azorín de novela. -Viento Divino. Caja Murcia. Instituto Castillo Puche. -Antología poética Antonia Pérez Alegre. Fundación Espejo 2005. -Apagar el sol. Ayuntamiento de Toledo. Premio narrativa femenina 2005 -Historias para catar. Tropo Editores 2007 -Diversas antologías y colecciones de cuentos.