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Escraches: Presión u Opresión

¿Hasta donde se puede llegar?

¿Hasta donde se puede llegar?

La polémica está servida y excede ya el condicionamiento jurídico que cualquier debate sobre el mercado hipotecario lleva asociado, se trata de valorar en que lugar se coloca la línea divisoria entre el desempeño laboral de un político y su vida privada, entre sus decisiones más o menos acertadas, casi siempre menos, y la libertad a la privacidad. ¿Dónde está la línea?

Pues barajamos dos opciones claramente diferenciadas. Para la plataforma “Stop Desahucios” esa línea excede el despacho profesional y llega hasta la puerta del domicilio de los políticos que, en las últimas semanas, están sufriendo el acoso por parte de diferentes grupos vinculados a esta plataforma con el objetivo último de que se consiga una legislación más benevolente con los impagos hipotecarios.

Para los políticos, por otra parte, y fundamentalmente para aquellos que están padeciendo los escraches, esta línea debería de estar situada justo en el semáforo que cruzan al abandonar su Parlamento o su despacho profesional, permitiendo un espacio de privacidad para ellos y su familia dentro de su entorno familiar y vecinal.

¿Tú que opinas? ¿Es honesto y ético acudir al domicilio de un político para presionarle en uno u otro sentido?

Desde mi punto de vista, aunque no me lo hayas preguntado, no. Se trata de un ataque directo contra la privacidad que toda persona merece, independientemente del cargo público que ostente en un momento determinado. La plataforma “Stop Desahucios” tiene todo el derecho a manifestarse tantas veces como quiera y con la agresividad que consideren oportuna ante la sede de Parlamentos o Partidos Políticos, pero llegar hasta el domicilio particular me parece excesivo.

Sin duda, nadie puede estar en contra de su lucha ni del objetivo último que están buscando, pero flaco favor le están haciendo a su causa ya que están consiguiendo que en la opinión pública estemos hablando más de lo ético o no que pueda ser la actuación que están llevando a cabo antes que de su propia reivindicación.

En definitiva, presión, sí, toda la que quieran, opresión, no, y manifestarse a la puerta del domicilio de político es opresión, se mire por donde se mire.

Cuidado con la dación en pago

La eterna balanza

La eterna balanza

Todos nos hemos llenado de júbilo al comprobar que la Iniciativa Legislativa Popular sobre la dación en pago será debatida en el Parlamento, después de 4 años de lucha, abriéndose una pequeña luz en el futuro más inmediato de la sociedad española, sobre todo, de la más desfavorecida que puede ahora plantearse un futuro más halagüeño.

Sin embargo, no podemos confiar todo en la dación en pago, y más si con ello nos estamos perjudicando a nosotros mismos. Hay que estar muy seguros de mantener esta figura jurídica para los hipotecados con verdaderos problemas económicos como consecuencia de la crisis y no generalizarla para todas las hipotecas.

Una dación en pago generalizada provocaría un incremento inmediato de los diferenciales aplicados por las entidades financiera, sí, más todavía, ya que tendrían que repercutir en el cliente la mayor asunción de riesgo que les supone la aceptación de la dación en pago.

No podemos olvidar que durante los años de burbuja inmobiliaria todos nos beneficiamos de tipos de interés ínfimos, sobre todo en comparación con los del resto del mundo, a la hora de hipotecarnos, por la sencilla razón de que la entidad financiera no corría riesgos ante una eventual devaluación del precio de la vivienda.

Si acepta la dación en pago, el riesgo pasaría a ser de la entidad financiera, ya que el cliente se podría deshacer de la deuda entregando la vivienda en un contexto, por ejemplo, de precios a la baja. Ello haría que todas las hipotecas se encarecieran, y puede que no fuera tan buena noticia.

Una dación en pago limitada, para familias con graves problemas económicos y siempre para la primera vivienda de la unidad familiar podría ser una solución intermedia, que evitaría el gran número de desahucios que seguimos sufriendo en nuestra sociedad y a la vez no encarecería demasiado las hipotecas.

Lo que sí debemos de tener en cuenta es que cualquier logro tiene unas consecuencias inmediatas en las relaciones financieras con las entidades, por lo que debemos de saber muy bien lo que pedimos antes de llenarnos la boca con nuestras peticiones. ¿Queremos dación en pago o tipos de interés bajos?