Archivo de la etiqueta: diferenciales

¡Qué llega lo bueno!

diferencial hipotecario

Ya llevamos unas semanas hablando de la guerra de hipotecas que venimos observando entre las entidades financieras, una guerra que tiene como objetivo captar a las familias solventes, cada vez menos, pero una tabla de salvación para los bancos ya que las hipotecas son la mejor forma de obtener clientes a medio-largo plazo.

Pues bien, esta guerra por fin está teniendo consecuencias positivas para los bolsillos de las familias españolas, y es que los diferenciales, aunque siguen siendo claramente abusivos a todas luces, por lo menos han comenzado a descender y ya se empiezan a observar diferenciales por debajo del 3%.

Esto marca claramente una tendencia que puede llevar a que estos diferenciales sigan bajando, ya que los clientes con cierto grado de solvencia son los que, en definitiva, tienen la sartén por el mango, son pocos y los bancos se los rifan.

Y es importante obtener un diferencial bajo porque ahora mismo nos encontramos en una situación en la que el Euríbor está por los suelos, con lo que puede que no se note tanto, pero poco a poco el indicador se irá incrementando de manera paulatina y empezaremos a sufrir los diferenciales que se han venido firmando durante estos meses.

Porque basta con hacer una pequeña cuenta para darse cuenta de hasta donde podemos llegar. Si nos planteamos un Euríbor normalizado sobre el 2%, que viene a ser lo que determina la estabilidad, según la mayoría de los expertos, si le añadimos un diferencial por encima del 3%, nos estaríamos yendo a un tipo de interés superior al 5%, claramente insostenible con los precios de hoy en día.

Por lo que si no queremos caer de nuevo en el estallido de una nueva burbuja inmobiliaria que nos lleve a hundirnos aún más en el fango en el que nos encontramos ya recluidos es conveniente apostar por esta caída de diferenciales que nos lleve a una situación aceptable en el futuro.

En definitiva, todos los indicadores parecen marcar una tendencia de mejora de la situación y la ligera caída de los diferenciales no hace sino ahondar en esta tendencia observada por la que debemos alegrarnos sin duda alguna.

La letra pequeña de la eliminación de las cláusulas suelo

La banca siempre gana

La banca siempre gana


La banca siempre gana, es un dicho popular que tiene su claro fundamento en el hecho de que las entidades financieras nunca pierden, siempre ganan o, al menos, empatan, como se ha demostrado en esta crisis financiera-inmobiliaria en la que todavía estamos inmersos. A pesar de haber causado verdaderos destrozos en la economía mundial, las entidades financieras están saliendo con igual o mayor fuerza de la que tenían originalmente.

De la misma forma está sucediendo con la debacle de las cláusulas suelo. Tras la alegría inicial de los consumidores con el hecho de que casi todos los tribunales les dieran la razón sobre lo abusivo de su existencia, ahora se están tirando de los pelos porque puede que esté siendo peor el remedio que la enfermedad.

Las cláusulas suelo solo afectaban a un momento circunstancial de la vida de la hipoteca, que era cuando el Euríbor bajaba por debajo de ese límite que se había fijado por contrato. Sin embargo, las entidades financieras están compensando este riesgo de no tener un suelo en las cuotas que cobran a sus clientes con diferenciales mucho más elevados.

Esto provoca que en lugar de que los hipotecados nos viéramos perjudicados unos años ahora nos vemos perjudicados permanentemente. Un perjuicio que irá a más a medida que el Euríbor vaya creciendo, y ya lo ha hecho. Hasta ahora estos diferenciales tan elevados no están causando mayor perjuicio porque el bajo nivel del indicador está permitiendo enmascararlo, pero, ¿qué sucederá cuando el Euríbor se dispare al 5%. Pues que volveremos a tipos de interés más propios de los primeros 80.

En definitiva, hay un dicho que recuerda que hay que tener cuidado con lo que se pide, porque puede llegar a cumplirse, y algo así pueden estar pensando todas las organizaciones que en su día lucharon, con todo el derecho del mundo, por la eliminación de las cláusulas suelo y que ahora se encuentran con que, en el fondo, han terminado por perjudicar a sus propios usuarios.

Así que en el futuro mejor será que partamos de la base de que la banca siempre gane y que intentemos aclimatarnos a estas reglas de juego, en lugar de quemarnos con peticiones que a la larga nos son claramente perjudiciales.

¿Giro de 180 grados en los diferenciales?

La nueva milonga de la banca

La nueva milonga de la banca

Bankinter fue la entidad que inició las hostilidades a finales del año pasado lanzando su hipoteca con un diferencial del 1,95%, y parece que la cosa ha cuajado porque otras entidades están queriendo entrar en la refriega con el objetivo de captar a los pocos aventureros que se atreven a embarcarse en nuevas hipotecas.

De hecho, algunos analistas empiezan ya a hablar de que en este 2014 los diferenciales podrían empezar a bajar y colocarse en valores mucho más competitivos, algo que choca frontalmente con la realidad que nos encontramos en la mayoría de las hipotecas que siguen ofreciendo las entidades.

Sí es cierto que pudieran aparecer determinados productos hipotecarios con un diferencial bajo, tratando de captar la atención de los clientes, pero lo cierto es que al final el poder acceder a este tipo de productos será muy complicado por los requisitos excesivamente rigurosos que se necesitarán.

Por ejemplo, y sin irnos más lejos, la hipoteca Sin Más de Bankinter, con un diferencial al 1,95%, exige un elevado grado de vinculación a la vez que unos ingresos que superen los 3.000 euros mensuales, una cantidad de la que hoy en día pocas familias pueden presumir, habida cuenta de la caída generalizada de los salarios.

En definitiva, todo apunta a que se trata más de un ejercicio de marketing que de realidad efectiva, de esa que un ciudadano se encuentra cuando acude a su entidad financiera a solicitar una hipoteca.

Porque lo único cierto hasta ahora, y los hechos no lo están contradiciendo, es que sigue siendo muy difícil, casi imposible, lograr la concesión de una hipoteca y cuando se consigue ésta es a unos diferenciales muy elevados, a no ser, claro está que se apueste por una de la viviendas de los bancos.

Así que no hay que dejarse engañar por la publicidad revestida de estructura y formato de noticia, porque no deja de ser más que publicidad con el objetivo de que los consumidores entren en una entidad determinada, y una vez allí conseguir que se apueste por un producto que interese más a la entidad. Es la misma estrategia que utilizan las grandes superficies de alimentación, tres o cuatro productos a un precio muy competitivo, para que luego el cliente acabe comprando otras cosas. ¡Está todo ya inventado!

Hacia un negro horizonte hipotecario

Origen y fin de toda nuestra existencia

Origen y fin de toda nuestra existencia

Parece que el futuro no es nada halagüeño para las familias españolas que se planteen en el futuro la posibilidad de la compra de una vivienda a juzgar por la opinión de los expertos hipotecarios que se están manifestando en estas últimas semanas.

Todo apunta a que los diferenciales hipotecarios se incrementarán en los próximos años para que las entidades financieras puedan compensar los riesgos y las malas perspectivas de la economía española en el futuro más inmediato. Las altas tasas de desempleo y la recesión en la que estamos instalados hará que los bancos quieran evitar riesgos.

Ello hará que las hipotecas se conviertan en prohibitivas para la inmensa mayoría de los ciudadanos, ya que de poco servirá que el Euríbor esté por los suelos si luego el diferencial aplicado por las entidades financieras o las cláusulas del articulado son demasiado estrictas.

En este sentido, hay una corriente de opinión que sostiene que el hecho de que tengamos hipotecas más caras es una buena noticia para el conjunto de la economía española, ya que de esta forma existe un filtro y sólo las familias que efectivamente se pueden permitir la compra de una vivienda pueden acceder a ella.

Aunque bien es cierto que se puede sostener esta posición, la verdad es que ello provoca una gran segmentación de la sociedad entre las familias con vivienda en propiedad y las familias que no se lo pueden permitir.

Entre los dos extremos siempre hay un punto medio, y si durante los años del boom inmobiliario la compra de viviendas fue claramente excesiva, tampoco podemos dirigirnos hacia un escenario en el que nadie, o casi nadie, se pueda permitir adquirir una vivienda en propiedad.

La clave está en que las entidades financieras parecen haber aprendido la lección y no están dispuestas a volver a conceder el beneficio de la duda a la sociedad con hipotecas demasiado fáciles. Lo que no comprenden, o no quieren comprender, es que ellas mismas tienen una deuda pendiente con la sociedad que les está ayudando a salir adelante a través del rescate.

En cualquier caso, nos pongamos como nos pongamos, en los próximos años no nos quedará otra que “atarnos los machos” y ver las hipotecas como una quimera inalcanzable.

Los bancos avalan con hipotecas

A la rica hipoteca, oiga

A la rica hipoteca, oiga

Una vez más se demuestra que el mundo real no tiene nada que ver con la banca, y viceversa. Las entidades financieras españolas viven en su propio universo paralelo y poco o nada quieren saber de lo que está pasando en el día a día de los ciudadanos, protegiéndose en la obtención de sus propios beneficios y apuntando a su propia recuperación.

Vamos por partes. En un escenario en el que las entidades financieras están siendo rescatadas de manera permanente por parte de los gobiernos europeos, éstas siguen dando beneficios a sus accionistas, menos que antes, es verdad, pero beneficios al fin y al cabo, y ahora resulta que se están aprovechando de sus clientes para obtener liquidez.

Te cuento, resulta que las entidades financieras están presentando las hipotecas privadas, la de las familias, como aval ante el BCE para obtener liquidez. Es decir, mientras que por un lado niegan las hipotecas por activa y por pasiva, y cuando las conceden lo hacen a tipos de interés claramente prohibitivos, por otro están presentando un activo claramente seguro ante las autoridades financieras europeas para obtener beneficio propio.

Y es que en un mundo en el que la morosidad no hace sino incrementarse de manera permanente encontrarse con un activo financiero con un 3,4% de morosidad (según el dato de septiembre de 2012, último disponible) es una bicoca que el BCE sabe apreciar y la banca española utilizar.

Sin embargo, los ciudadanos pedimos desde el pleno derecho que las autoridades españolas impongan un cierto nivel de exigencias a las entidades financieras para que todo el beneficio que obtienen de la buena voluntad de los ciudadanos, buena voluntad que tiene que ver con aceptar los abusos habituales que se están produciendo, sea revertido en la propia sociedad.

Por ejemplo, se debería de fijar por ley un máximo para los diferenciales que se aplican en las hipotecas, de manera que el tipo de interés que acabe por afectar al ciudadano hipotecado sea menor. De esta manera se facilitaría el acceso de los ciudadanos a la financiación hipotecaria, porque la baja morosidad de estos préstamos justificaría claramente unos diferenciales mucho menores.

El futuro del Euríbor

Una carga para toda la vida

Una carga para toda la vida

Todos sabemos que estamos viviendo un cuento de hadas con el Euríbor, un cuento que, como todos, está condenado a terminar aunque mucho me temo que nada tendrá que ver con el tradicional “y comerán perdices”, más bien con el “acabarán condenados al infierno”, que me acabo de inventar con motivo de este post.

Y es que a poco que hagamos una aproximación al futuro más inmediato que nos espera nos encontramos con unos diferenciales realmente elevados para todas las hipotecas firmadas a partir de 2010, ya que en esos momentos y a pesar de que el tipo de interés estaba realmente por los suelos y las entidades financieras podían hacerse con dinero barato, para compensar las pérdidas generales que estaban sufriendo las pocas hipotecas que se concedieron tenían unos diferenciales prohibitivos.

Por ello, en cuanto el Euríbor suba a un valor “normal”, que entendemos que sería el que ronda el 2,5-3%, si le aplicamos el diferencial medio de 2,5 que se ha venido aplicando en todas las nuevas hipotecas nos estaríamos situando en un tipo de interés del 5% que trasladado en cuota supone un golpe más que duro para las ya deterioradas economías domésticas españolas.

En este escenario, ya poco importa que las familias comiencen a recuperar algo su estabilidad económica, ya que incluso en una situación de trabajo estable se tendrán que enfrentar a un incremento artificial de sus cuotas hipotecarias, absorbiendo ésta toda la mejora económica que se pudiera estar planteando en el ámbito familiar.

Por tanto, aunque pareciera que los que han obtenido una hipoteca en estos años de crisis son afortunados ante la sequía general de financiación que se ha venido observando, lo cierto es que son los grandes perjudicados por la misma, ya que en cuanto el Euríbor recupere su tono quedarán ahogados y asfixiados por una situación insostenible.

Y lo peor es que se trata de una situación que se va a producir sin que podamos hacer nada para remediarlo, ya que en cuanto la situación económica remonte lo más mínimo, el primer indicador que experimentará un incremento será el Euríbor, arrastrado por la subida de los tipos de interés por parte del BCE.

Éramos pocos, y habló La Caixa

La Caixa justifica a las entidades financieras

La Caixa justifica a las entidades financieras

El Servicio de Estudios de La Caixa ha puesto en bandeja de plata una excusa para que las entidades financieras puedan seguir incrementando los diferenciales y las comisiones que cobran a sus clientes, aludiendo a la compleja situación actual de los mercados y las incertidumbres sobre el futuro.

Y es que La Caixa considera que con el desempleo por las nubes y los gobiernos europeos sufriendo para conseguir mantener su independencia de los mercados, lo mejor que pueden hacer las entidades financieras es proteger su liquidez y su solvencia ante lo que se pueda dar en el futuro.

Porque el primer objetivo que deben de perseguir todas las entidades financieras españolas, sostiene La Caixa, es el de evitar la morosidad pase lo que pase, y para ello la mejor forma de conseguirlo es evitando la concesión de nuevos créditos y el filtro ideal para conseguirlo es encarecer el acceso al crédito.

Un crédito que se hará más y más difícil a medida que avancen los meses y nos acerquemos a los exámenes de solvencia a los que el BCE someterá a las entidades financieras europeas a mediados de año, en los que estas entidades tendrán que demostrar su liquidez y su solvencia en situaciones complejas.

Por ello, todos los analistas coinciden en afirmar que los próximos meses supondrán un agravamiento de la sequía creditica al que la economía está siendo sometida por parte de las entidades financieras en estos últimos meses, lo cuál no redundará precisamente en una mejora de la economía real, que seguirá claramente estancada y sin visos de solución.

Por tanto, debemos de prepararnos para lo peor, para unos momentos de tremendas dificultades que afectarán a todos los ámbitos de la sociedad, pero especialmente a aquellos ciudadanos que ya están sufriendo mayores dificultades como consecuencia de la falta de empleo y de la pérdida de sus viviendas.

Porque, a pesar de lo que algunos habían llegado a pensar, la llegada del nuevo Gobierno no ha supuesto ningún cambio sustancial, porque la capacidad ejecutiva de los gobiernos nacionales en este mundo globalizado es realmente escasa, ya que las grandes decisiones vienen dadas desde corporaciones supranacionales.

El Euribor nos da una tregua

La casa de tus sueños, igual de lejos que antes

La casa de tus sueños, igual de lejos que antes

Ya casi nos habíamos olvidado de que el Euribor existía, llevaba un tiempo sin hablarte de él porque me daba miedo acercarme a su cotización que se había disparado durante los primeros días de noviembre de forma que todos los expertos comenzaron a temerse lo peor.

Pero parece que se ha cansado de subir y este lunes cerró, por quinto día consecutivo, en el 1.546%, una estabilidad máxima que no se le recordaba al indicador hacía mucho tiempo. Con esta tasa diaria, la tasa media mensual se queda en el 1.544%, dentro de las previsiones.

Si todo sigue con la normalidad aparente que tenemos ahora, el Euribor debería de cerrar el año 2010 alrededor del 1.60%, por debajo o por arriba (esperamos que por debajo), en un valor que servirá como referencia para las subidas que se vaticinan para este año 2011.

Sin embargo, el principal problema de los hipotecados no es el Euribor, como venía siendo habitual, sino el cambio de modificaciones de las entidades financieras. Como bien escribía Ladríllez este pasado viernes, los diferenciales que aplican los bancos y cajas a sus préstamos hipotecarios se están disparando.

Ello se debe a que las entidades deben de compensar el incremento de morosidad que están provocando un mayor riesgo en los productos financieros que están lanzando al mercado. Además, deben de hacer frente a las mayores restricciones que el Banco Central Europeo está imponiendo a la hora de obtener liquidez a los bancos europeos.

Estas dos variables están provocando que los bancos y cajas estén cargando unos mayores diferenciales e incrementando el número y la exigencia de los productos vinculados a las hipotecas, que es una forma de incrementar el coste real de la hipoteca para los usuarios.

Por tanto, de ahora en adelante habrá que seguir muy atentos a la tendencia del Euribor, pero no podemos dejar de un lado los movimientos que se están viendo en el sector financiero en lo que se refiere a los diferenciales y a los productos vinculados.

Lo que está claro es que los hipotecados nunca estamos tranquilos, cuando el Euribor se estabiliza, y nos da con ello una gran noticia, llegan los diferenciales y se incrementan.