El mercado inmobiliario y la flojera de la rentabilidad

Lo que va quedando...

Lo que va quedando…

Es un hecho: el capital anda errante por el mundo en busca de rentabilidad. La aversión al riesgo, que tantas veces hemos comentado, deja lugar poco a poco a la búsqueda de ese riesgo que convierta a cualquier inversión en un poco, un poquito más rentable que el viejo sistema del calcetín, los bajos del colchón o la teja del cobertizo.

El tipo de interés de los depósitos anda aproximadamente por el nada por ciento, y hay casos en los que hay que pagar incluso para dejar el dinero al banco, si se tienen en cuenta las comisiones, sisas, alcabalas y distintas limaduras. La bolsa parece que va subiendo, pero los dividendos no son lo que eran, la fiscalidad aprieta esas rentas y cualquier día puede venir el gran, enorme, glorioso batacazo que devuelva los valores de los mercados a una proporción razonable con los beneficios de las empresas.

¿Qué hacer, entonces, sobre todo si eres un fondo  de pensiones que tienes que pagar a tus viejos hoy y no en diez años?

La idea brillante que se les ha ocurrido a muchos es regresare al ladrillo y la hipoteca. Grandes males, viejos remedios.

Y con los particulares, sucede algo muy similar. ¿Dónde metes los cuatro duros que van quedando? Comprar un piso y tratar de rentabilizarlo vuelve a ser una opción, ahora que la bajada de precios ha metido un importante mordisco a los inmuebles de muchas ciudades.

Según las estadísticas de los notarios, el comprador típico de una vivienda es hoy un trabajador indefinido o autónomo de más de 45 años, que compra una vivienda de alrededor de cien mil euros y paga al contado, sin hipoteca, un 85% del importe de la vivienda. 

Su intención no es tanto especular con ella a la espera de que los precios vuelvan a subir como trata de sacarle un 5% anual, algo que en otros tiempos hubiese parecido poco y hoy se antoja una rentabilidad casi astronómica.

La hipoteca, por tanto, sigue en horas bajas: el comprador típico no es el que necesita la casa y se endeuda para ello, sino el que tiene el dinero y busca un lugar donde meterlo.

Por eso quizás, no acaban de bajar los alquileres tanto como se esperaba después del desplome de los precios de la vivienda en propiedad. Pero de eso ya hablaremos otro día.

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Acerca de Ladríllez

Javier Pérez Fernández (Zamora, 1970) Director durante 10 años de la revista universitaria dela Universidad de León, ha participado en casi todos los foros asociativos y juveniles de la ciudad. Escribe desde los 14 años en periódicos y revistas, especialmente Bedunia, como satírico, y en el diarioLA CRÓNICA-EL MUNDO, donde realizó un suplemento dominical sobre historia militar leonesa. Profesionalmente, se especializó en marketing y economía agraria. Trabaja como comercial de publicidad para medios de comunicación y dirige una casa de turismo rural en la montaña leonesa. En cuanto a trayectoria literaria, empezó por el verso satírico, estudió métrica y composición clásica y es autor de más de mil poemas, aunque jamás se consideró poeta. Más constante ha sido su dedicación al columnismo de prensa, medio en el que ha publicado más de ochocientos artículos en los últimos veinte años. Como autor de relatos cortos, ha tratado de conciliar la temática escabrosa con el estilo irónico, lo que le ha valido más reconocimientos que amistades. En total tiene escritos más de doscientos relatos y ha recibido casi una veintena de premios en este campo. Pero el género donde considera que mejor se desenvuelve es el de la novela. Escribió su primera obra de más de doscientas páginas a los dieciocho años, aunque afirma que sólo permitiría su difusión bajo amenaza a punta de pistola. Desde entonces, ha escrito una enorme epopeya espacial de más de dos mil folios, y cinco novelas, una de las cuales,la Crin de Damocles, le valió el premio Azorín 2006. La espina de la amapola, Ed. Planeta 2008. El Gris. Ediciones B. 2010 -La crin de Damocles, Ed. Planeta 2006. Premio Azorín de novela. -Viento Divino. Caja Murcia. Instituto Castillo Puche. -Antología poética Antonia Pérez Alegre. Fundación Espejo 2005. -Apagar el sol. Ayuntamiento de Toledo. Premio narrativa femenina 2005 -Historias para catar. Tropo Editores 2007 -Diversas antologías y colecciones de cuentos.