El pasado siempre está ahí (Hipoteca y presupuesto)

Y pedimos a los que ahorran que nos ayuden...

Y pedimos a los que ahorran que nos ayuden...

El Gobierno ha publicado los Presupuestos Generales del Estado,  y de momento a los mercados parecen serles indiferentes, en parte porque no se los creen y en parte porque otra vez, una más, se pueden resumir en mayores recortes pero ninguna reforma.

Lo peor, sin embargo, y estoy seguro de que lo veremos en fechas próximas en el interés pagado por la deuda, es que los recortes van de nuevo contra la inversión, y mucho menos contra el gasto. ¿Cual es el resumen? Que se pretende que todo siga como hasta ahora, pero tirando con un poco menos. No se desmantelan las estructuras duplicadas, ni se busca una racionalización del gasto, ni se busca la eficiencia: simplemente se recorta, a derecho y sin mirar, para no tener que cerrar chiringuitos, retirar pesebres ni abolir abrevaderos o cementerios de elefantes. O dicho en terminología deportiva: patada a seguir.

Lo llamativo, sin embargo, y que afecta bien de cerca al tema hipotecario, es el hecho de que todos los periódicos, del cualquier signo ideológico, mencionen escandalizados el hecho de que el pago de la deuda se lleve una cuarta parte de todos los ingresos del Estado. O toda la subida del IVA, o que se gaste más en pagar la deuda que en subsidios a los desempleados.

Y entonces, cuando leo eso, el que alucino soy yo. ¿Y qué demonios se pensaba la gente que era la deuda? ¿Qué carajo creían que era el déficit público?

Las familias pasamos pro lo mismo: una buena parte, más del 25% de nuestros ingresos, se nos van en pagar la hipoteca. Y es que las deudas son para pagarlas, no para creer que vendrá alguien a perdonarlas o que desaparecerán pro sí solas. No es la rapacidad ni la codicia del capital lo que ha hecho que una cuarta parte de nuestros impuestos se vayan al pago de deuda: es la mala cabeza, el despilfarro y la mala administración de todos nuestros políticos desde que empezó la democracia. Porque una cosa está clara: no hay sitio en este artículo, ni en tres más que dedicara, para citar todos los defectos del franquismo, pero aún así, el haber dejado a España endeudada hasta las cejas NO es uno de ellos.

Osea que, ¿a qué se debe esto? A que pagamos, ahora, todos estos treinta años. A que el pasado está siempre ahí, con la hipoteca, con lo que fumamos, con lo que trasnochamos, con los préstamos estúpidos que pedimos. Siempre nos espera a la vuelta de la esquina en forma de infarto, sordera, desahucio o quiebra nacional.

Por eso me burlo siempre de los que se proclaman ciudadanos del mundo saltándose las fronteras: porque todo lo que hicimos y dejamos de hacer, lo que hicieron y dejaron de hacer nuestros padres, abuelos y bisabuelos es lo que realmente marca la diferencia. Es nuestro capital y nuestro lastre.

El quiere empezar de cero es porque deja un pufo. Eso no falla.

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Acerca de Ladríllez

Javier Pérez Fernández (Zamora, 1970) Director durante 10 años de la revista universitaria dela Universidad de León, ha participado en casi todos los foros asociativos y juveniles de la ciudad. Escribe desde los 14 años en periódicos y revistas, especialmente Bedunia, como satírico, y en el diarioLA CRÓNICA-EL MUNDO, donde realizó un suplemento dominical sobre historia militar leonesa. Profesionalmente, se especializó en marketing y economía agraria. Trabaja como comercial de publicidad para medios de comunicación y dirige una casa de turismo rural en la montaña leonesa. En cuanto a trayectoria literaria, empezó por el verso satírico, estudió métrica y composición clásica y es autor de más de mil poemas, aunque jamás se consideró poeta. Más constante ha sido su dedicación al columnismo de prensa, medio en el que ha publicado más de ochocientos artículos en los últimos veinte años. Como autor de relatos cortos, ha tratado de conciliar la temática escabrosa con el estilo irónico, lo que le ha valido más reconocimientos que amistades. En total tiene escritos más de doscientos relatos y ha recibido casi una veintena de premios en este campo. Pero el género donde considera que mejor se desenvuelve es el de la novela. Escribió su primera obra de más de doscientas páginas a los dieciocho años, aunque afirma que sólo permitiría su difusión bajo amenaza a punta de pistola. Desde entonces, ha escrito una enorme epopeya espacial de más de dos mil folios, y cinco novelas, una de las cuales,la Crin de Damocles, le valió el premio Azorín 2006. La espina de la amapola, Ed. Planeta 2008. El Gris. Ediciones B. 2010 -La crin de Damocles, Ed. Planeta 2006. Premio Azorín de novela. -Viento Divino. Caja Murcia. Instituto Castillo Puche. -Antología poética Antonia Pérez Alegre. Fundación Espejo 2005. -Apagar el sol. Ayuntamiento de Toledo. Premio narrativa femenina 2005 -Historias para catar. Tropo Editores 2007 -Diversas antologías y colecciones de cuentos.