Archivo por meses: marzo 2016

El euribor cerró marzo en -0,012%

Euribor El euribor de marzo baja hasta -0,012%. Este dato lo confirmará el Banco de España en los próximos días, pero ya podemos realizar los cálculos para las próximas revisiones de las hipotecas a los que nos toque en marzo.

Ya es el octavo mes consecutivo en que el euribor baja.

La bajada mensual del euribor ha sido de 0,004 puntos respecto a febrero. La diferencia anual, que es la que nos servirá para revisiones de hipotecas anuales, experimentó una bajada de 0,224 puntos.

¿Cómo afecta a la Hipoteca el Euribor de marzo? Esto se traduce en un abaratamiento en la cuota mensual de las hipotecas que les toque revisarse en marzo respecto a la de hace un año:

Ejemplo 1: El títular de una hipoteca de 180.000 euros a 25 años que revise su préstamo anualmente, comprobará que su cuota de hipoteca mensual disminuye en 19 Euros, o lo que es lo mismo, 228 euros menos al año. Ejemplo 2: Una hipoteca de 200.000 euros a 30 años, comprobará en la revisión que su cuota baja en 21 Euros, o lo que es lo mismo, 252 euros menos al año.

¿Cuál será mi nueva cuota mensual de la hipoteca? Te ofrecemos un simulador para calcular la nueva cuota con el nuevo valor del euribor:

Simulador Revisión de la Hipoteca

¿La hipoteca huele a muerto?

Y pedimos a los que ahorran que nos ayuden...

Y pedimos a los que ahorran que nos ayuden…

Atrás quedaron los tiempos en los que el negocio bancario era una cosa aburrida en la que se cogía el dinero de la gente y se le pagaba un interés, luego se añadían cuatro o cinco puntos a esa cifra y se cobraba por el dinero a quien venía a pedirlo. Eran habas contadas: entraba un dinero en la caja, y se prestaba a un precio mayor que el que se pagaba, creando un margen. Un poco como una frutería, vaya.

¿Y la hipoteca? Pues en aquellos tiempos era una cosa estupenda, porque permitía a los bancos durante un montón de años, cobrar ese margen sin tener que hacer prácticamente nada. Hacías una vez un estudio, luego una valoración, ibas a firmar las escrituras y tenías el negocio asegurado durante veinte años, como poco. Tranquilidad y calma a raudales.

Sin embargo, alguien se cargó las regulaciones y dejó entrar en el gremio de la banca a toda clase de tahúres y hechiceros y, desde entonces, nada es simple. Se dan hipotecas por encima del valor de tasación, se rechaza prestar el dinero a un número tan largo de años por la cantidad de riesgos que esto supone y no hay manera de encontrar demanda solvente, o sea, gente que pueda asegurar que seguirá pagando sus cuotas mensuales durante veinte o treinta años.

Así que la banca, o poco a poco, se fue convirtiendo en un lugar donde reglaban toallas o vendían sartenes hasta llegar al momento actual en que tiene que obligar a sus empleados a venderte cualquier cosa, o simplemente se afana en cobrarte por todo.

Los tiempos se han acelerado, los tipos han bajado y el ritmo al que gira el mundo no permite ya firmar contratos a veinte años con cierta seguridad. ¿Huele la hipoteca a muerto? Yo creo que sí. Posiblemente no desaparezca de inmediato, pero me aventuro a pronosticar que será una figura legal muy distinta en menos de un par de décadas.

O eso, o se va todo al carajo, que también es una opción a tener en cuenta cuando hay un tipo que imprime todos los meses ochenta mil millones de euros, los ofrece al cero por ciento, y aún así no consigue colocarlos…

Cuestiones sobre el Euribor negativo

La curiosa evolución de las cosas

La curiosa evolución de las cosas

Ahora que hemos entrado en el terreno del Euribor negativo, aunque sólo sea de manera anecdótica, hay mucha gente que se hace un montón de preguntas sobre este fenómeno y cómo va a afectar a su hipoteca. Vamos a hacer un pequeño recorrido por lo que nos preguntan…

¿Cómo hemos llegado al euríbor en negativo?

Fundamentalmente es una de las consecuencias de que el Banco Central Europeo apluique ya un interés del -0,4% al dinero que los bancos con exceso de liquidez aparcan en forma de depósitos en las cuentas del banco central. Si el BCE les cobra por dejar la pasta allí, entre ellos se cobran tambiñén por dejarse el dinero unos a otros, porque ahora parece que el dinero es una especie de basura que hay que dejar a otro, como si fuyese un residuo, y pagar por ello. La gracia del asunto es que lo que era un asunto interno se ha convertido en asunto de todos, porque el euríbor a un año es  la referencia utilizada en España para calcular la cuota mensual que se paga al banco en la inmensa mayoría de créditos hipotecarios a tipo variable. Alegría.

¿Cuándo me lo empiezan a aplicar?

Pues dependiendo de cuando toque la revisión de tu hipoteca, pero en general, a partir de abril, puede tocar ver la reducción de la cuota, pues ya hbrá pasado el plazo de adaptación que suele ser de unos dos meses.

¿Puede ser negativo el interés de mi hipoteca?

Pues puede llegar a serlo si el diferencial que contrataste era pequeño y los valores negativos del euribor siguen creciendo. En la actualidad, ese diferencial, como mínimo y si se admiten otras condiciones (contratar con el banco seguros, planes de pensiones o domiciliar nómina o recibos), ronda el 1%. Pero, entre 2007 y 2009, en algunos casos muy contados,  se llegaron a conceder hipotecas en las que el diferencial aplicado al euríbor por algunas entidades se situó entre el 0,17%  y el 0,25%. Es en esas hipotecas donde el interés podría llegar a ser negativo

¿Cuánto tiempo estará en negativo el euríbor?

La bola de cristal me la he dejado en el garaje, pero si Mario Draghi sigue impriomiendo dinero como si ni hubiese mañana, y flagelando con su látigo a todo el que no lo saca al mercado, la situación puede prolongarse bastante. Y el señor Draghi ya ha anunciado que seguirá con las medidas extraordinarias “hasta marzo de 2017 o más allá”. O hasta el infinito y más allá, como en aquella película que todos hemos visto…

Si el interés llega a ser negativo, ¿me devolverán de veras dinero?

En teoría, sí, pero aquí somos gente realista y no creemos que se llegue a pagar dinero por tener una hipoteca. Otra cosa es que al cosa llegue a los tribunales, que seguro que llegará, y que allí se pasen un buen rato meneando el asunto y compitiendo a ver qué juez ocupa más portadas de periódicos. Aunque, como digo, lo más normal es que al final se decida en el Supremo, lo más que aspiro a conseguir es que se ponga un suelo del 0%. Y gracias.

¿Pero quién sabe?

 

La España de la hipoteca

Ahora hasta se enternecen

Ahora hasta se enternecen

Creo que más o menos lo suponíamos todos, pero ahora hay incluso estudios que nos dicen que el nuevo cliente de la hipoteca tiene un perfil muy distinto al de otros tiempos.

Cuando el mundo funcionaba en aquello que en otro tiempo llamábamos normalidad, el cliente típico de la hipoteca era una persona joven que después de consolidarse en su trabajo formaba una familia y pensaba, pro su estabilidad laboral, que no valía la pena pagar un alquiler cuando por el mismo dinero, o un esfuerzo suplementario, podía convertirse en propietario de su propia casa y dejar un pequeño patrimonio a sus hijos.

Hoy, ese individuo, verdadero pilar de la clase media, motor del consumo y soporte de la economía, ha desaparecido prácticamente, ya sea porque los jóvenes siguen viviendo con sus padres, porque formar una familia es u deporte de riesgo no menor que el parapente o el puenting, o porque la estabilidad en el trabajo se ha convertido en algo demasiado infrecuente.

El caso es que el Banco Sabadell ha hecho un estudio, seguramente para mejor determinar el objetivo de sus campañas publicitarias, y ha descubierto que el perfil ideal de un comprador de vivienda es un funcionario de 42 años. Y además, paga aproximadamente un cincuenta por ciento del importe de la vivienda al contado, lo que reduce la cantidad media solictada.

Lo que se me ocurre a mí con este análisis es que, de nuevo, se deja claro que vivir del Estado es más rentable que buscarse la vida, que hay que tener nietos en vez de hijos y, mucho me lo temo, es necesario esperar a heredar para comprarse una casa, porque la edad y el importe de lo que paga al contado a mí me huele a funeral, ya sea de padres o abuelos. Y no es que sea malpensado, sino que combinar datos con casuística vital y calendario a veces produce estos extraños monstruos.

Por lo demás, ya lo sabéis: el Euribor ha entrado en terreno negativo y mientras se aterrorizan los banqueros a los que les han anulado la cláusula suelo, los informáticos se frotan las manos, porque vete a saber qué se les habrá ocurrido hacer a los ordenadores con sus cálculos al tener que manejar ese signo.

Nuevas hipotecas, nuevas condiciones

El crédito está bien amarrado por las entidades financieras

El crédito está bien amarrado por las entidades financieras

En medio de este sindiós financiero en el que vivimos, despunta con fuerza la pregunta de qué podemos hacer si nos planteamos en estos momentos solicitar una hipoteca. Porque algo está claro: con los tipos de interés en terreno negativo y la banca famélica de beneficios, nada va a ser como hasta hace unos meses y hay que echar un ojo a la nueva tesitura para ver qué es lo que nos conviene.

En este nuevo medio ambiente hipotecario, las entidades financieras se preguntan qué puede ocurrir si el Euríbor continúa en terreno negativo mucho tiempo, o amplía aún su valor en ese lado oscuro de la gráfica.

Para frenar esta situación, el presidente de la Asociación Española de Banca, José María Roldán  explica que los bancos pueden optar por tres opciones.

-Ampliar el diferencial con el Euríbor para proteger márgenes, de manera que el tipo siga siendo pequeño, o incluso negativo, pero el diferencial sea lo bastante grande para que merezca la pena seguir operando dentro del negocio.

-Incluir una cláusula cero, por la que se establezca si el tipo de interés baja de cero no se devuelve el dinero, o lo que es lo mismo, poner una cláusula suelo, pero bien explicada a los clientes, sin trampa ni cartón que dé trabajo a jueces y abogados.

-Decantarse por los tipos fijos, eliminando para ambas partes el riesgo de las fluctuaciones, pero en el entendido de que estos tipos no serán bajos, porque en un negocio a treinta años hay muchas cosas que tener en cuenta y muchos riesgos que cubrir.

De momento, ningún banco se ha decidido abiertamente por ninguna de las tres opciones, aunque Liberbank, que es uno de los primeros en mover ficha, ha preferido la cláusula suelo en cero, pro tener al menos una trayectoria conocida y evitar riesgos.

A mi juicio, el riesgo último de todo esto reside en lo que tantas veces hemos comentado en este espacio: que los bancos no tienen ningún incentivo para conceder hipotecas si no le ven rentabilidad al asunto y saben, además, que el dinero que nos presten a nosotros par una vivienda se lo pueden colocar fácilmente al estado en uno de sus emisiones de de una pública

Hipoteca, esfuerzo, dolor y precio

Somos prisioneros

Somos prisioneros

Es una guerra antigua: unos opinan que vivimos mejor que nuestros padres, pro la cantidad de cosas de que podemos disponer y que ellos nunca llegaron a imaginar siquiera, y otros creen que somos como los indios gilipuertas aquellos a los que les cambiaron el oro por  baratijas. Al final y si se quiere ser serio (cosa que no siempre se pretende) lo que hay que comparar son los niveles de vida, o dicho de otro modo, el esfuerzo o dolor que a una familia cualquiera le costaba adquirir un bien o meterse en una hipoteca.

En ese sentido, un rastreo por las bases de datos del Instituto Nacional de Estadístico (INE) nos ofrece unos niveles de precios que pueden ser interesantes:  en 1916, un kilo de pan, 0,46 pesetas. Un kilo de carne de vaca, 1,82 pesetas. Un kilo de bacalao, 1,77 pesetas. Un kilo de patatas, 0,19 pesetas. Un kilo de garbanzos, 0,86 pesetas. Un litro de vino, 0,51 pesetas. Un litro de leche, 0,40 pesetas. Un litro de aceite, 1,19 pesetas.

¿Y eso era mucho o poco pata la época? ¿Cuánto ganaba un trabajador?

Eso, como siempre, dependía de zonas geográficas y de las distintas ocupaciones.  Un albañil por ejemplo ganaba unas 6 pesetas al día en el mejor de los casos. Pero no en todos los sitios sino en Barcelona y Madrid. En Valladolid podía ganar 2 pesetas al día, o un poco menos en algunas comarcas del sur de España y en épocas en que no se recogiese la aceituna o se realizasen otras tareas agrícolas.

Para saber cuál era el poder adquisitivo, se suele escoger la cesta de la compra para comprobar el peso de los productos básicos en un salario normal. Por ejemplo, una docena de huevos costaba 1,26 pesetas en 1916 lo que equivalía a la mitad del jornal (diario) de un albañil en España, es decir, esa docena de huevos la podía pagar con medio día de trabajo.

Hoy, una docena de huevos en un hipermercado oscila entre 2,30 y tres euros. Eso equivale a una media hora de trabajo de alguien que gane el salario mínimo interprofesional. Y tomando en cuenta que trabaja 22 días al mes, y no hace más de 40 horas a la semana. En resumen, hoy la cesta de la compra supone menor esfuerzo de trabajo. Muchos menos que hace cien años.

Pero eso es la comida, algo que ya sospechábamos que salía barato hoy en día comparado con otros tiempos. Si pasamos a la vivienda, que es el género que trabajamos aquí, resulta que en 1916 se constituyeron más de 24.000 hipotecas por un valor de 424 millones de pesetas (unos 2,5 millones de euros de hoy). . Lo curioso es que la inmensa mayoría de las hipotecas de 1916, es decir, 18.777 hipotecas, se pagaban antes de seis años. Hoy la hipoteca media es de 20 años. O sea que la gente pagaba antes porque podía…

En aquella época, Europa estaba en medio de una guerra y España, neutral, se convirtió en abastecedor de materias primas y otras cosas. El producto interior creció a un ritmo superior del 3% anual, más o menos como ahora, pero unos años después de la guerra, a partir de 1921, se desplomó y retrocedió.

O sea que a lo mejor nos hace falta eso: que  los demás se metan en líos y nosotros tengamos el buen criterio de quedarnos fuera. Pero no sé por qué, me parece improbable tanta suerte…  O tan buen tino.