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Leyendo la letra pequeña

¿Puedes leer la letra pequeña? Pues deberías

¿Puedes leer la letra pequeña? Pues deberías

Las hipotecas tienen grandes cifras, grandes letras, grandes cuestiones que todos entendemos, más o menos, y que son las que acabamos por usar a la hora de comparar hipotecas entre sí, pero mucho me temo que pocos se preocupan por leer realmente la letra pequeña, esa que al fin y al cabo es la que termina por encadenarnos a condiciones que desconocíamos.

Unas condiciones que en época de vacas gordas nadie echa en cuenta porque cuando el dinero fluye pocos se paran a mirar por que vías se les está escapando, pero que aparecen como una permanente espada de Damocles cuando las vacas empiezan a adelgazar y todos nos tenemos que agarrar a cualquier clavo ardiendo.

Esta letra pequeña es la que nos habla de la cláusula suelo, de la cláusula techo, de las comisiones escondidas, de la imposibilidad de permuta, etc., toda una serie de disposiciones que nos afectan, y mucho, cuando nos tenemos que enfrentar a la realidad de nuestra hipoteca.

Pues bien, ahora algunas asociaciones de consumidores están empezando a realizar algo realmente positivo por la ciudadanía, más allá del derecho al pataleo que en ocasiones funciona, como es el ayudarles a comprender el significado de la letra pequeña de las hipotecas que firman de manera que dejarán de estar indefensos ante los posibles abusos de las entidades financieras.

Esta iniciativa es realmente positiva ya que se trata de una acción proactiva para ayudar a los ciudadanos de verdad, de manera preventiva, para que no vuelvan a cometer el mismo error que tantos y tantos cometieron, ese error de no leer, o al menos no leer bien, la letra pequeña y quedar, por tanto, encadenados a un contrato hipotecario que no se esperaban.

De hecho, es evidente que a medida que la complejidad en los contratos financieros aumenta y la economía se ha convertido en el pan nuestro de cada día parece claro que se debería de reforzar esta asignatura en la educación obligatoria, convirtiéndola en una asignatura troncal, como pueden ser las matemáticas o la lengua.

Otro gallo nos cantaría si así fuera.

ADICAE, la peor pesadilla de los bancos y cajas

Pesadilla en los tribunales

Pesadilla en los tribunales

La Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE) es está convirtiendo en la peor pesadilla de las entidades financieras de este país, porque ha lanzado una cruzada en toda regla contra los abusos que hemos venido sufriendo los españoles durante décadas, denunciándolos ante los tribunales y consiguiendo sentencias a su favor.

Si la semana pasada conocíamos que la Audiencia Provincial de Navarra confirmaba la sentencia en contra del BBVA aceptando la dación en pago como medida resolutoria de una situación de ejecución hipotecaria, ahora hemos conocido que un juzgado de A Coruña ha admitido a trámite una nueva demanda, esta vez contra la cláusula SWAP, y con Caixa Galicia como demandada.

La cláusula SWAP es una cláusula de cobertura que se practica en las operaciones de cambio, pero que se adaptó a los contratos hipotecarios en el momento en el que el Euribor inició su senda alcista, allá por el año 2006. Esta cláusula funciona de forma que si el Euribor excede un valor predeterminado, la entidad financiera tiene que abonar al hipotecado una cantidad como compensación por ese exceso, pero si el Euribor desciende por debajo de ese valor es el hipotecado el que tiene que compensar a la entidad financiera.

Ese hecho hizo que una vez que el Euribor comenzó a bajar, muchos hipotecados se vieran ahogados por los intereses y fueran incapaces de hacer frente al pago de sus cuotas, sin que ellos lo hubieran previsto por falta de transparencia por parte de las entidades financieras a la hora de incluir esta cláusula en los contratos hipotecarios.

ADICAE ha conseguido reunir un total de 1.500 firmas para presentar esta demanda, aunque calcula un volumen de más de 12.000 afectados desde el año 2006, que es cuando Caixa Galicia comenzó a utilizar esta cláusula en el articulado de sus contratos.

En definitiva, cuando las entidades financieras sueñan tienen pesadillas con ADICAE y con todas sus demandas, las cuáles hasta ahora están funcionando y están siendo aceptadas por los tribunales, lo cuál pone de manifiesto los abusos que las entidades han venido realizando durante estos pasados años y que terminaron por estallar la crisis económica.

El sufrimiento de cuatro millones

La banca abusa de nosotros con la cláusula suelo

La banca abusa de nosotros con la cláusula suelo

La Asociación de Bancos, Cajas y Seguros de España (Adicae) ha puesto sobre la mesa unos datos realmente aterradores sobre la cláusula suelo, que, a pesar de haber sido declarada como ilegal por diferentes juzgados todavía se sigue aplicando de manera masiva en España, y, especialmente, en la Comunidad Valenciana.

Según las estimación de la Asociación, en España todavía hay cuatro millones de hipotecas que llevan en su articulado la cláusula suelo, con lo que están sufriendo las consecuencias de no poder beneficiarse de la bajada del tipo de interés, gracias a los bajos valores del Euribor de estos meses de atrás.

De hecho, Adicae estima que si no se hubiera aplicado esta cláusula, se podrían haber evitado entre un 10 y un 20% de los embargos desde el año 2007, fecha en la que se comenzó a desinflar la burbuja inmobiliaria de manera definitiva y comenzaron a surgir los problemas para el pago de las cuotas hipotecarias.

Este problema no es ni mucho menos baladí, a pesar de que pudiera darse el caso de que las estimaciones sean algo excesivo, pero en cualquier caso nos encontramos con una situación en la que hay familias que han perdido su vivienda, manteniendo su deuda con la entidad bancaria, por culpa de una cláusula claramente abusiva.

Porque si los tribunales determinan de manera mayoritaria que la cláusula suelo es efectivamente abusiva, habrá que ver como se resuelve la situación con estas familias que ya han tenido que entregar sus viviendas, porque las sentencias que hemos ido teniendo hasta ahora eran aplicadas con retroactividad, es decir, el banco debía compensar por el exceso cobrado, pero ¿qué se hace cuando el cliente ha perdido su vivienda?

Se trata, pues, de una situación peliaguda de compleja resolución y que requiere de una reflexión profunda para evitar un verdadero colapso, no ya de las entidades financieras, sino de la economía española en general. Aunque conociendo como funcionan las cosas por aquí, lo más probable es que la cosa se resuelva con una nimia compensación económica a esas familias.

En cualquier caso, Adicae sigue haciendo campaña para defender la eliminación de las cláusulas suelo de las hipotecas.

El pueblo se une para luchar contra la injusticia hipotecaria

El pueblo unido jamás será vencido

El pueblo unido jamás será vencido

Dice la teoría de la democracia que en las elecciones elegimos a nuestros representantes para que promulguen las leyes que demandamos como pueblo, pero del dicho al hecho hay un buen trecho, y al final nuestros representantes promulgan leyes al antojo de los grupos de interés, que son los que, al final, ponen y quitan cargos públicos.

La aparición de la crisis inmobiliaria no ha hecho más que confirmar esta situación, con peticiones desde diversos ámbitos para que los políticos tomaran medidas en favor del pueblo, y no de las entidades financieras (por ejemplo, Obama ha prohibido los embargos en Estados Unidos), pero todas estas peticiones han caído en saco roto, por la sencilla razón de que no provenían de un grupo de presión.

Pero hartos ya de esta situación, ADICAE Cataluña ha decidido recurrir a una figura jurídica poco conocida en nuestro ordenamiento, aunque sí muy utilizada en otros países, como es la Iniciativa Popular Legislativa, que, entre otras cosas, dio pie a la prohibición de las corridas de toros en esa Comunidad.

La principal propuesta que quieren incluír en esta ILP es la dación en pago como figura exigible en todo contrato de préstamo hipotecario, así como también una ley de sobreendeudamiento, que prohiba a las famlias sobrepasar cierto umbral de deuda.

Si el asunto prospera, tendrá el apoyo de la mayoría de la población que sigue ahogada por la situación crítica en la que se ha visto envuelta sin comerlo ni beberlo, por la excesiva especulación de las entidades financieras por medio mundo.

Sin embargo, no hay que olvidar la parte de responsabilidad que todos los ciudadanos tenemos en nuestra propia situación. Durante la época de burbuja inmobiliaria, todos quisimos vivir por encima de nuestras posibilidades, y los bancos y cajas se limitaron a alimentar un sentimiento que ya teníamos en nosotros.

Hoy, sobreviven sin problemas las familias que supieron administrarse adecuadamente y no cayeron en la vorágine consumista de la compra impulsiva de viviendas. Por ello, no hay que caer en la excesiva regulación y apelar a la responsabilidad personal de los ciudadanos.

El Parlamento, eso sí, debe de evitar que las entidades de crédito tengan las herramientas, que han tenido durante estos meses, para abusar de estos ciudadanos. Y como el Parlamento no lo ha hecho por sí mismo, es interesante que surgan iniciativas como la IPL.