Archivo por meses: diciembre 2016

El fin de las cláusulas suelo. Dos consecuencias

Motivos navideños

Motivos navideños

Y por fin se conoció la sentencia Europea: los bancos tendrán que devolver la totalidad de lo cobrado indebidamente por las cláusulas suelo, y no c0n un límite temporal, como antes había determinado el Tribunal supremo español. Se trata de un inmenso varapalo para la banca (menos para la intervenida, como Bankia, que pagará con dinero público y se partirá de la risa).

Se ha hablado mucho de los efectos que esta mala noticia podrá tener el año que viene para el sector bancario,pero mientras siga abierta la barra libre de Mario Draghi, la respuesta, para mí, es obvia: ninguno. ¿Qué más da, a corto plazo, el coste de cualquier operación mientras el crédito sea ilimitado a tipo de interés cero? ¿Que eso habrá que pagarlo algún día? Pues puede que sí, o puede que no, pero en todo caso se verá el efecto ese día, si es que llega.

Y no es cinismo, de veras, sino el sentir más habitual que se puede leer de las pumas de los verdaderos entendidos y de los que manejan el cotarro este de la banca, el capital y la hipoteca.

El problema, para mí, no siendo monetario, es de doble orden, dentro de lo filosófico, un aspecto en el que siempre hago hincapié, porque tiene un recorrido más largo y profundo que los simples hechos y las simples cifras.

En primer lugar, tenemos una sentencia que devuelve las cláusulas suelo en general, de forma abusiva, sin preocuparse de diferenciar las que eran engañosas de las que no, las que estaban bien redactadas de las que eran un timo y las que otorgaban a cambio ventajas al consumidor de las que simplemente se burlaban de él. Los jueces han querido apuntarse un tanto contra la banca y han dictado una sentencia que, tras la de las preferentes, convierte a España en un país peligroso. Si las cosas van bien, todo es estupendo, y si las cosas van mal, el cliente es de repente imbécil, no ha entendido lo que firmó, y hay que devolverle el dinero. Me parece gravísimo.

En segundo lugar, y también muy grave, es tremendo que haya tenido que ser el tribunal europeo el que diga al Supremo que declarar las cláusulas nulas pero no devolver todo el dinero es una valiente majadería. ¿En qué clase de país vivimos cuando se reconoce que hay una cláusula abusiva pero, al que abusa, se le exonera de devolver el dinero? Pues en eso estábamos hasta este momento.

En resumen, como digo, a simple vista parece un tema que ha terminado bien pero,a  mi juicio, es una losa más sobre nuestra credibilidad y la de nuestras instituciones. Y se irá viendo

 

Anular una hipoteca. Consecuencias

Un mundo lleno de posibilidades...

Un mundo lleno de posibilidades…

Una de las cuestiones que lo más a menudo en toda clase de foros, es que si las cláusulas de una hipoteca eran abusivas, se puede solicitar la anulación del contrato hipotecario en su conjunto y no de las cláusulas sueltas que resultasen fuera de la ley.

Por ejemplo, últimamente se habla mucho de las tasaciones que estaban mal hechas o hinchadas, un problema del que ya hemos hablado aquí en diversas ocasiones. Para comprobar si la tasación era excesiva, se tiene que mirar las valoraciones de los inmuebles colindantes y comprobar si efectivamente sus valores se corresponden a los consignados en la tasación y si, de veras, los precios de otras compraventas en parecidas circunstancias alcanzaron los precios que se citan (a veces en lugar de precios efectivos se reproducían anuncios, y no es lo mismo lo que se pide que el precio final de venta).

La cuestión es que, en el ejemplo, se dice que en caso de detectarse irregularidades se puede solicitar la anulación de todo el contrato hipotecario, con la consiguiente responsabilidad judicialde la sociedad tasadora.

Bien, al grano: ¿La anulación de la hipoteca quiere decir que desaparece la deuda? Si, eso quiere decir, y que desaparece la carga hipotecaria sobre el inmueble.

¿La anulación de la hipoteca quiere decir que nos quedamos gratis la casa? De eso nada. Porque lo que no se nos va a permitir es un enriquecimiento ilícito a costa del error ajeno. Desaparece la hipoteca, pero la deuda se mantiene de un modo u otro, aunque haya que determinar, seguramente en los juzgados, a cuánto asciende y con quién la tenemos.

Por eso, en vez de anular el contrato hipotecario completo, lo más interesante suele ser intentar llegar a un acuerdo que evite a ambas partes ese engorroso proceso.

O dicho de otro modo: que es bueno saber que el entendimiento beneficia a todos, y olvidarse de los cuentos de hadas sobre hipotecas anuladas y desaparecidas.

La hipoteca puede desaparecer, pero la deuda no. Y si desaparece la deuda puede desaparecer la venta, y seguro que la mayor parte de la gente tampoco quiere eso…

En fin, que bueno será no escuchar cantos de sirena…

 

Mitad de diciembre de 2.016: Euribor al -0,08%

Euribor Los datos de los días que llevamos del mes de diciembre situan de momento la media del euribor en -0,08%. Veremos al final de diciembre que valor alcanza el euribor, pero ya podemos ir haciendo cábalas de su tendencia.

Si esta tendencia bajista sigue hasta el final de mes el euribor sumaría así su cuarto mes consecutivo de bajada.

El año pasado cerró con un valor de 0,059% en diciembre, lo cual supondría, de cerrar así, una diferencia de 0,139 puntos menos

¿Qué pasará con la Hipoteca de cerrar el euribor asi? Una hipoteca por un importe medio de 120.000 euros, un diferencial del 1% y un plazo de amortización de 20 años, tendría hasta ahora una cuota mensual de 556 euros, que al revisarse obtendría una reducción de casi 8 euros al mes.

La broma de Italia. Tu hipoteca es lo de menos

equilibrismos

equilibrismos

Hoy vamos a dejar un poco de lado la pequeñez de nuestras hipotecas. Una hipoteca no deja de ser un tema local, y hoy quiero que hablemos a lo grande.

Como todos sabéis,  el calendario político de este año pintaba chungo, y se pronosticaban enormes batacazos en las bolsas si las cosas iban mal. Y el camino, en principio, fue ese: el Brexit se impuso en el referéndum británico y nadie tiene una idea muy clara de cómo ejecutarlo. Luego ganó Donald Trump las elecciones, sin que se sepa muy bien tampoco que consecuencias va a tener…

Pero los palos en la bolsa no llegaron. El Brexit supuso una caída inicial, recuperada tres o cuatro veces en volumen en los días siguientes. Lo de Trump, ni eso: a pesar de que el dinero siempre se proclamaba miedoso y huidizo de cualquier incertidumbre, una incógnita como la de Trump no lo hizo escapar, sino todo lo contrario.

Y llegó diciembre, con dos citas electorales más. las elecciones presidenciales austriacas, donde se enfrentaban los verdes contra los neonazis (o sendos sucedáneos de ellos) y el referéndum italiano, donde el primer ministro Rienzi había opuesto su cabeza en juego.

En Austria, los partidarios del sentido común (a su modo) y la estabilidad, ganaron su primera batalla, con la ajustada victoria de los verdes. Pero en Italia el desastre fue completo. Cuando más estabilidad se necesitaba, cuando los bancos italianos parecían tomar aire en vez de irse por el desagüe de un rescate público, el pueblo italiano daba la espalda a todas las reformas, regresaba a la vieja tradición de elegir un Gobierno cada tres meses,l y se lanzaba en brazos de la inestabilidad.

Era un desastre sin paliativos, pero, ¿qué hicieron las bolsas? Subir. Subir desaforadamente, tanto, que aúne están subiendo.

¿Qué ha sucedido? Que a las bolsas ya no les interesa la realidad. Cuando el NO ganó el referéndum de Italia, los inversores, las manos verdaderamente fuertes, no huyeron por la inestabilidad que eso causaba ni los daños que se podían producir, sino que pensaron que Draghi tendría que ponerse como loco a imprimir euros, quisiera o no. ¿Y a dónde iría la mayor parte de esos euros recién impresos? A sus manos. Así que era hora de comprar, porque a la bolsa le iría bien, le fuera como le fuese a la economía real.

A la Bolsa lo único que realmente le importa es que no se deje de imprimir dinero nuevo al ritmo que se está imprimiendo. Y eso sólo es posible cuando las cosas van mal. Cuando hay Brexit, cuando hay No en Italia, o cuando se prevé un desastre.

Los inversores ya no desean que las empresas ganen dinero. Los inversores han descubierto que ganar dinero es trabajoso, mientras conseguir que te lo impriman t y te lo presten a ti al 0% es una puñetera bicoca. Por eso lo hemos visto y lo seguiremos viendo mientras se imprima sin medida: las malas noticias son maravillosas   para la bolsa.

Ya los demás, con nuestra hipoteca de calderilla, que nos vayan dando.

 

 

 

 

La hipoteca y el incentivo al alquiler

Política fiscal

Política fiscal

Ahora que el Gobierno está pensando de nuevo seriamente la posibilidad de meter tijera a las ventajas fiscales de la hipoteca, por aquello de que las cuentas no cuadran y la guillotina de las pensiones espera a las navidades del año que viene para caer, se aprovecha la coyuntura para presentar un plan de incentivos al alquiler.

¿Qué se pretende? Pues que el enorme parque de viviendas desocupadas salgan cuanto antes al mercado y que, mediante ese incremento de la oferta, disminuya el precio medio de los alquileres y sea más interesante esta opción frente a la hipoteca.

La idea no suena mal, pero mucho me temo que los incentivos y los problemas no irán pro el mismo camino, llevando al final el agua a los molinos de siempre. Y me explico: si de lo que se trata es de subir los impuestos a las viviendas vacías para forzar a los propietarios a alquilarlos, puede haber un montón de problemas legales y seguramente  e ponga en marcha la picaresca de empadronar a Rita la Cantaora en el piso con tal de que no parezca vacío. Gente sobra para estos casos, y más que sobrará si el impuesto al piso vacío es lo bastante doloroso como algunos pretenden.

Si, pro contra, lo que se pretende es dar algún tipo de ayuda o beneficio  a los caseros, mucho me temo que los trámites, las condiciones y el papeleo serán tan complicados y trabajosos que el propietario de a pie, el que tiene una segunda vivienda porque la heredó de un tío del pueblo, preferirá pasar de todo a meterse en ese jaleo, con lo que todo el dinero se lo embucharán directamente los bancos y grandes inmobiliarias, a las que subvencionaremos su cuenta de resultados.

La opción que nadie parece plantearse, y que sería la más barata y útil, es aumentar la seguridad jurídica de ambas parte del contrato de alquiler: asegurarse de que los caseros cumplen sus obligaciones, mantienen el piso en condiciones y no se exceden en sus exigencias, y asegurarse de que el inquilino que no paga o causa destrozos se arrepiente de inmediato de ello, sin procesos largos y costosos.

Con eso sería suficiente, pero en este país siempre es mejor tirar de cartera, la de todo, que ponerse serio. Porque todos los asesores de imagen de todos los partidos dicen que ponerse serio te deja cara de fascista. O algo así. Yo qué sé…