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Vigile los intereses de su hipoteca

Uno de los ejes fundamentales sobre los que giran las hipotecas es el interés, el cual se puede definir como el monto agregado al costo del inmueble que se deberá pagar con la finalidad de poder disfrutar del crédito, es debido a esto que es muy importante que lo consideremos al momento de decidirnos por naturalizar el sueño de tener un hogar, analicemos un poco más esto.

Vigile los intereses de su hipoteca

Existen varios esquemas sobre los que las instituciones bancarias trabajan con la finalidad de poder ofrecer mayores opciones a sus clientes; una de las opciones que existen es manejar intereses congelados, es decir que el mismo interés se mantendrá durante toda la duración de nuestra hipoteca, de manera que el banco no podrá alterarla, aumentarla o disminuirla, durante la duración del contrato.intereses

El segundo esquema que muchas instituciones manejan es utilizando un interés que va cambiando con el tiempo, y se define dependiendo de la situación económica que estemos viviendo, muchas veces estos esquemas suenan más atractivos porque el interés manejado es menor que en otros esquemas, pero las dificultades pueden llegar en caso de que el ambiente económico haga que los intereses aumenten, en algunas ocasiones drásticamente.

Es muy importante preguntar a nuestro asesor sobre los tipos de interés que la institución maneja para aso poder seleccionar la que más se acomode a nuestras necesidades, también es importante que además de preguntar leamos sobre estas cuestiones en los contratos que se nos otorguen con la finalidad de estar seguros que todo el asunto legal está en orden por cualquier situación futura que se presente.

La hipoteca y el nuevo orden

El fin de los comeflores

El fin de los comeflores

El mundo está cambiando, y no sólo en lo que se refiera a automatización, nuevas tecnologías, o dominio de la economía financiera sobre la economía real. El antiguo orden de las democracias liberales, deja paso poco a poco a una nueva forma de entender la política y la estética, que seguramente tendrá mucho que decir en los próximos años y que va a afectar a todas las facetas de nuestra vida, incluida la hipoteca.

De momento, hemos padecido tres terremotos, aunque a unos se les haya dado más importancia que a otros. Por una parte, los británicos votaron a favor de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, en lo que se interpretó, y creo que correctamente, como una bofetada a los políticos tradicionales, sus redes de intereses y su manera de gestionar la nueva escasez. En segundo lugar, y también impriotante que los medios le hayan restado importancia, los colombianos votaron en contra del acuerdo de paz con las FARC, por mucho que todos los medios de comunicación dieran por hecha la victoria del SI a la paz, y que todo el mundo influyente apoyase esa opción.

Por último, como todos sabéis, Donald Trump le ha ganado las elecciones a Hillary Clintosn y no sólo eso, sino que hoy mismo acaba de nombrar a una especie de troll, un tipo polémico y políticamente incorrecto, como asesor principal y jefe de estrategia de la Casa Blanca.

¿Cuales son a mio entender las consecuencias de estos hechos?

En primer lugar, que el movimiento de lo políticamente correcto, esa amalgama de movimientos políticos, sociales y culturales que algunos llaman “sociedad civil” y otros simplemente “progredumbre”, están en franco retroceso. Su tesis de que todo el mundo es bueno, de que todo vale una lagrimita y de que las decisiones buenistas y sentimentales pueden servir eternamente para dominar a los demás, están perdiendo enteros. América es el escaparate donde se miran los asesores europeos y no sería de extrañar que en las próximas citas electorales de Holanda, Francia y Alemania apareciese algún movimiento estética o políticamente alienado con los modos y las tesis de Farage y Trump.

Por otra parte, y en lo que atañe a las hipotecas, creo que esto puede suponer que se acelere el proceso de la subida de los tipos de interés. No será mañana, ni en tres meses, pero la vieja idea de que los tipos permanecerán a cero durante años no es ya de recibo, dado el incremento de la inestabilidad y, sobre todo, la aversión al comercio exterior globalizado que parece traer consigo la nueva ola.

Todo nos afecta de un modo u otro. Si el comercio exterior se frena, puede que todo lo que compramos por cuatro duros empiece a ser un poco más caro, pero es posible también que se eleven un poco más los salarios, y también un poco más las hipotecas.

Esperemos a ver lo que nos depara este nuevo escenario.

Que haya suerte

Los tipos de interés de las hipotecas no subirán en años

Una ventana de esperanza a los hipotecados

Una ventana de esperanza a los hipotecados

Eso es lo que parece desprenderse tanto de las palabras de Mario Draghi como de los análisis de las principales firmas bancarias, tras la reunión del Banco Central Europeo. Y es un alivio, porque con el actual nivel de endeudamiento, una subida delos tipos de interés tendría efectos devastadores, tanto para las finanzas públicas, atascadas en niveles de deuda estratosféricos, como para las economías domésticas, cada vez más preocupadas pro la mengua de su poder adquisitivo.

Mario Draghi, como siempre, dejó bastante claro (para lo que se estila en esos ambientes) la intención de su mensaje: que en ningún momento se había analizado cuándo finalizaría el programa de compra de activos en vigor (o impresión de dinero a destajo, si queremos llamarle por un nombre que entendamos todos). Que los tipos de interés se mantendrán bajos durante mucho tiempo y que el programa de compra de activos no durará para siempre, pero que no finalizará de forma brusca.

Por todo ello, no se esperan grandes cambios en la reunión de finales de años, ni siquiera a medio plazo. Todo lo contrario:  si se llega a hacer algún movimiento será para añadir más estímulos monetarios a la economía, por mucho que nos digan que esta va como un cohete, todo se ha normalizado, y que ya va buscando su velocidad de crucero hacia el crecimiento sostenido.

Es más, otro analista, Renta 4 en este caso, augura que en la última reunión del año (que se celebrará el 8 de diciembre), el BCE podría “extender el QE en torno a seis meses, desde marzo 2017 hasta septiembre 2017. Otro síntoma, como veis, de la confianza que, en el fondo, tiene todo el mundo en la marcha de la economía.

Si tenemos en cuenta que el BCE podría ampliar el programa de estímulos hasta otoño del año que viene y que, según el organismo, su retirada será gradual, nada parece indicar que pueda haber subidas en el precio del dinero hasta al menos 2019. Y tampoco, pro tanto, en las cuotas de las hipotecas.

Lo lógico sería que el organismo europeo siguiera los mismos pasos que su homólogo estadounidense (la Reserva Federal), que antes de tocar los tipos de interés fue reduciendo de forma progresiva su programa de compra de activos.

No es meterse a adivino: es una simple cuestión de calendario.

La hipoteca y la magia negra

Debate sobre la reforma fiscal

Debate sobre la reforma fiscal

El miedo teórico parece estar en los tipos de interés negativos, y en que los bancos, que son un negocio como cualquier otro, no van a dar hipotecas a tipo de interés negativo, pase lo que pase, y salga el sol por donde quiera. ¿Por qué? Por lo mismo por lo que el frutero no va a dar manzanas a precio negativo: porque para eso está mejor durmiendo en su casa y con la persiana del negocio bajada.

Sin embargo, y aunque no me atrevo a decir que sea la principal, creo que una de las razones por las que a los bancos les gusta cada vez menos ofrecernos una hipoteca es que supone para ellos tener el dinero inmovilizado durante treinta años. Para evitar eso habían creado las titulizaciones, o sea, la conversión de las hipotecas en otro tipo de productos financieros que vendian a fondos de inversión o en el mercado secundario, pero ahora resulta que eso puede ser un problema a la hora de reclamar el pago al hipotecado, así que tiene sus riesgos y es mejor echarse fuera antes de que venga un juez a decir que si vendiste la hipoteca vendiste el derecho de reclamación.

Así las cosas, lo que observo que está sucediendo es que poco a poco nos internamos en el campo de la magia negra, es decir, de los negocios que cada vez tiene menos que ver con el objeto que se negocia y más cada día con otros asuntos colaterales, incluidos algunos incentivos perversos que lo hacen todo un poco más retorcido si cabe.

Por ejemplo, el otro día salieron unos datos de actividad bastante malos, unidos a unos datos de empleo bastante flojos, aderezados con unos datos de inflación muy chungos y aliñados con unos datos de comercio exterior francamente horrorosos. ¿Y qué pasó en los mercados financieros? Pues que las bolsas de toda Europa subieron como un verdadero tiro, más de un tres por ciento.

¿Y por qué? Pregunté a los que saben y la respuesta me dejó de pìedra:  porque cuanto peor vaya todo, más probable es que Mario Draghi le dé a la maquinita de imprimir dinero, que es lo que quieren los mercados financieros. A mí me pareció una locura, pero es normal: si todos los euros valen igual, es más fácil ganar el euro que el que sale de la nada que el que hay que currarse céntimo a céntimo en el mundo real.

Y llamadme viejo, caducado, o lo que sea, pero cuando las cosas van así, nada puede funcionar como es debido. No por mucho tiempo.

El hachazo de Draghi y la hipoteca saludable

El tío que siempre llega tarde

El tío que siempre llega tarde

A estas alturas ya lo sabéis todos: el Banco Centra Europeo ha reducido el tipo oficial de interés a un simbólico 0,05% y ha colocado el tipo del préstamo interbancario al -0,2%, o sea, en negativo.

Un tipo de interés negativo quiere decir que quien presta dinero tiene que pagar por hacerlo, en vez de recibir una retribución a cambio, y eso es lo que sucede ahora con los bancos que prefieren dejar su capital depositado en la entidad emisora: que deberán pagar por hacerlo. ¿Y cual es la intención de esto? Que los bancos se decidan de una buena vez a poner el dinero en circulación, puesto que  no sacarle rendimiento alguno es mejor que tenerlo parado.

¿Conseguirá esto revitalizar las hipotecas? Yo creo que no. Y tengo varios motivos para ser de esta opinión, por mucho que otros medios digan que las hipotecas solicitadas aumentaron un 19% en junio

-Ausencia de demanda solvente. Con los salarios reales cayendo, no es previsible que la banca encuentre buenos candidatos para préstamos a plazos tan largos como requiere un préstamo hipotecario. La tan cacareada recuperación del empleo pasa sólo por la contabilidad de cabezas, pero no pro la contabilidad de horas trabajadas. En España trabajan hoy algunos cientos de miles más de personas que hace un año, pero el factor trabajo, en su conjunto, se sigue reduciendo, ya que se han sustituido contratos a tiempo completo por contratos basura a tiempo parcial. Tres personas que trabajaban cuarenta horas semanales parecen menos que cinco que trabajan a media jornada, pero no es cierto. El gobierno dirá que el paro ha disminuido en dos trabajadores, pero en lugar de 120 horas semanales ahora se están trabajando 100. Multiplicar es fácil, pero casi siempre nos escamotean este dato. Ojo al asunto, por favor.

¿De dónde van a salir los clientes cualificados para las hipotecas en estas condiciones?

Exposición al ladrillo. La banca sigue intentando quitarse los activos inmobiliarios de su balance, tan sospechosos desde hace años. Pueden contarnos cualquier milonga, pero lo cierto es que invertirán antes en plantaciones de aguacates que en nuevas bolsas de inmuebles. Aunque sólo sea para que sus accionistas puedan hacer como que se creen que todo es diferente a lo que era.

Expectativas de deflación. La economía parece irse hacia el hoyo de la deflación, con lo que cada deudor puede ser una fuente de sorpresas. Esa cosa maldita que nadie tiene en cuenta al hablar de los empresarios, esa cosa que se llama riesgo, tiene un coste muy determinado y las compañías de seguros se dedican a pasarlo a cifras. Si las circunstancias macroeconómicas señalan la posibilidad de que los deudores puedan irse volviendo cada vez más frágiles con el tiempo, los bancos sólo podrán prestar a largo plazo con diferenciales muy altos y garantías muy concretas.

O sea que no, que no veo que esto vaya a reflotar el mercado hipotecario. Y tampoco veo la buena noticia por ninguna parte.

Las bolsas la celebran porque les concede tiempo, no porque les conceda salud.

De momento, existen diferentes portales para encontrar la mejor hipoteca, pero nosotros seguiremos dedicándonos a su análisis y al calculo de las cuotas, a las cláusulas y a toda esa letra pequeña que hay que vigilar.

Mucho ojo.

 

¿Cómo se crea una burbuja inmobiliaria?

Vista así, hasta resulta enternecedora...

Vista así, hasta resulta enternecedora…

Y después de hablar de los casos de Gran Bretaña y China, vamos a dar un pequeño repaso a cómo nació el monstruo que nos cargó con una hipoteca.

Lo primero, la definición, en este caso la de Kindleberger: “una burbuja es una brusca subida de los precios de un activo financiero o una clase de activos financieros durante un periodo continuado, donde la subida inicial genera expectativas de nuevas subidas y atrae a nuevos compradores”

¿Pero por qué demonios se crea una burbuja financiera?

Pues como todo en economía, por problemas con la conducta humana, que nunca es lo que dicen los libros en que se basan los economistas. Se supone que los agentes económicos toman decisiones racionales, pero esto no es así.

El principal problema reside en que los inversores detestan el riesgo: lo que buscan es una inversión con la mayor rentabilidad posible y con un riesgo que sea mínimo o nulo. Y a esto hay que añadir una curiosa paradoja: que dada una cantidad de dinero, el dolor por la pérdida es mayor que el placer por esa misma cantidad ganada. A eso le llaman los psicólogos “aversión a la pérdida” y se estudia como un sesgo, es decir, una actitud ilógica que padecemos.

Este mecanismo es el que hace posible que una burbuja se cree y se desarrolle, ya que a los inversores las ganancias cada vez les saben a menos  y, cegados por la codicia, se meten en cada vez mayores inversiones pensando que el riesgo no existe. A medida que la burbuja se va haciendo más grade, hay más dinero metido en ese mercado, con lo que la liquidez es más inmediata, se compra en menos tiempo, se vende antes, y la impresión de que todo va como la seda se acentúa. La idea, por tanto, es que el activo no bajará nunca, y que si ha estado subiendo todo este tiempo lo seguirá haciendo indefinidamente. ¿Os suena esta idea?

Si a esta actitud se le suma además la ayudita de las autoridades con desgravaciones por vivienda, bajada de los tipos de interés y barra libre en la concesión de créditos e hipotecas, es muy difícil sustraerse a la posibilidad de ganar dinero fácil con algo que todo el mundo hace y nunca ha bajado.

En las burbujas, colaboran, por tanto, todas las fuerzas posibles: la psicología humana, la codicia, los Gobiernos, el entorno sociológico y las entidades financieras.

Demasiados enemigos, me parece, para un pobre tipo con unos duros ahorrados…

 

¿Giro de 180 grados en los diferenciales?

La nueva milonga de la banca

La nueva milonga de la banca

Bankinter fue la entidad que inició las hostilidades a finales del año pasado lanzando su hipoteca con un diferencial del 1,95%, y parece que la cosa ha cuajado porque otras entidades están queriendo entrar en la refriega con el objetivo de captar a los pocos aventureros que se atreven a embarcarse en nuevas hipotecas.

De hecho, algunos analistas empiezan ya a hablar de que en este 2014 los diferenciales podrían empezar a bajar y colocarse en valores mucho más competitivos, algo que choca frontalmente con la realidad que nos encontramos en la mayoría de las hipotecas que siguen ofreciendo las entidades.

Sí es cierto que pudieran aparecer determinados productos hipotecarios con un diferencial bajo, tratando de captar la atención de los clientes, pero lo cierto es que al final el poder acceder a este tipo de productos será muy complicado por los requisitos excesivamente rigurosos que se necesitarán.

Por ejemplo, y sin irnos más lejos, la hipoteca Sin Más de Bankinter, con un diferencial al 1,95%, exige un elevado grado de vinculación a la vez que unos ingresos que superen los 3.000 euros mensuales, una cantidad de la que hoy en día pocas familias pueden presumir, habida cuenta de la caída generalizada de los salarios.

En definitiva, todo apunta a que se trata más de un ejercicio de marketing que de realidad efectiva, de esa que un ciudadano se encuentra cuando acude a su entidad financiera a solicitar una hipoteca.

Porque lo único cierto hasta ahora, y los hechos no lo están contradiciendo, es que sigue siendo muy difícil, casi imposible, lograr la concesión de una hipoteca y cuando se consigue ésta es a unos diferenciales muy elevados, a no ser, claro está que se apueste por una de la viviendas de los bancos.

Así que no hay que dejarse engañar por la publicidad revestida de estructura y formato de noticia, porque no deja de ser más que publicidad con el objetivo de que los consumidores entren en una entidad determinada, y una vez allí conseguir que se apueste por un producto que interese más a la entidad. Es la misma estrategia que utilizan las grandes superficies de alimentación, tres o cuatro productos a un precio muy competitivo, para que luego el cliente acabe comprando otras cosas. ¡Está todo ya inventado!

Y bajaron los tipo de interés (tralará)

Gráfico de Idealista.com sobre los tipos oficiales de interés.

Gráfico de Idealista.com sobre los tipos oficiales de interés.

No dudo que hablo de una noticia que ya conocemos todos: el Banco Central Europeo ha situado el precio oficial del dinero en el 0,25%, bajando por sorpresa los tipos.

Al principio, se desató la fiesta y todas las bolsas europeas subieron con fuerza celebrando la nueva llegada de dinero que se esperaba con esta medida. Recuerdo que en ese momento estaba yo haciendo algunas cosas por casa y me pregunté pro qué puñetas se alegraban tanto los mercados por una cosa así, que a mí me parecía bastante negativa. Lo comenté en voz alta y me dijeron que para eso estaban los expertos. O sea, que me tocó encogerme de hombros.

Dos horas después, la noticia era que los mercados se habían dado la vuelta y caían por fuerza, una vez que los analistas habían tenido tiempo de contemplar el alcance de la medida. y sí, me cubrí de gloria con la frase “eso ya os lo dije yo hace dos horas”. Es raro, pero a veces tiene uno estas pequeñas satisfacciones.

¿Tenía yo una bola de cristal? Ni de broma.

Lo que tenía, y tengo, es el convencimiento de que una baja de tipos de interés  cuando ya están por los suelos anuncia que el BCE teme más a la deflación que a la inflación. Lo que significa este abaratamiento del precio del dinero hasta la barrera casi definitiva es que hay que pisar el acelerador monetario hasta donde se pueda, porque el enfermo está en una fase tan terminal que ya da igual si es prudente o no lo que se hace: lo único que importa es que sobreviva.

La baja de los tipos de interés responde a la caída general de precios, con IPC negativos en diversos países.

La bajada de los tipos de interés responde a la caída general de los ingresos, con menos actividad y peores sueldos para los que han tenido la suerte de encontrar un trabajo,

La baja de los tipos de interés es un esfuerzo desesperado pro responder al problema que mencionaba en mi anterior artículo: el aumento desaforado de la morosidad.

Y sí, es cierto que el que tenga una hipoteca se va a ahorrar unos euros, pero el que no la tenga que se olvide de pedirla, porque ahora es aún más rentable la deuda pública y menos el préstamo a particulares y Pymes.

No digo que estemos en deflación, pero esta clase de medidas proclaman que si no la tenemos, la tememos.

No es una buena noticia, de veras, pro mucho que nuestra vieja mentalidad, nos invite a pensar lo contrario.

Y de repente, se vende todo (los misterios del mundo del ladrillo)

No sé... no me da buen fario. Creo que se avecina un truco...

No sé... no me da buen fario. Creo que se avecina un truco...

No es que se haya desatascado el mercado de las hipotecas, no, ni que de pronto haya vuelto la liquidez al mercado inmobiliario, sino que por muy diversas y algunas misteriosas razones parece que los fondos de inversión internacionales han fijado su depredadora vista en España y están empezando a comprar a manos llenas. Eso sí, a lo grande, en conjunto, y nunca de manera individual.  Hago una recensión o resumen de lo leído y luego, si os parece, nos preguntamos juntos qué puede estar pasando aquí:

La Generalitat de Cataluña ha vendido al francés AXA 13 edificios por 172 millones, con el compromiso de ocuparlos acto seguido y pagar un alquiler. La rentabilidad exigida fue del 9,45%, lo que implica que en poco más de una década Axa habrá recuperado su inversión solo con las rentas que abona la Generalitat. Lo que gana AXA es lo que palma la Generalitat. Parece obvio, peor hay que decirlo.

-El fondo HIG se llevó el pasado 6 de agosto la operación Toro, la primera gran venta de viviendas de la Sareb, el Banco Malo. El fondo compró por 50 millones el 50% de un millar de viviendas. El resto se lo queda la Sareb. Son pisos baratos en las afueras de las ciudades en Andalucía, Valencia, Madrid, Murcia y Canarias de un futuro incierto. El rendimiento va a estar en la gestión.

El 24 de junio, la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS) anunció que había vendido a Blackstone, asociado con el español Magic Real Estate, 1.860 viviendas en alquiler social por 128,5 millones.

-El Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid (Ivima) adjudicó en Agosto a Goldman Sachs y Azora 2.935 pisos de protección oficial por 201,2 millones. Unos 15 fondos se interesaron y la Comunidad organizó una visita en autobús a las viviendas protegidas en Parla. Azora es, una empresa que ya tiene 7.000 viviendas de VPO en alquiler, 25 residencias de estudiantes, hoteles… valorados en 1.300 millones.

Y sigue, podría seguir un buen rato, porque se han cerrado muchas operaciones de este tipo. La gran pregunta, que os dejo para los comentarios, es ¿qué está pasando aquí?

¿España va a ir bien o cualquier cosa, a nivel internacional, es mejor que tener dinero en efectivo?

Muchas de estas operaciones se han hecho sobre viviendas sociales, viviendas protegidas o VPO, lo cual conduce a la segunda pregunta: ¿Somos de fiar, de pronto, o hay mucha gente por ahí que cree que se les puede sacar la pasta los pobres de las VPO, que no pagan proque no les da la gana?

No sé yo…

Baja el Euríbor y suben las hipotecas

Telas de araña petrificadas en caja fuerte de un banco.

Telas de araña petrificadas en caja fuerte de un banco.

A estas alturas ya no deberíamos extrañarnos de que pasen estas cosas, porque estamos en un país en el que las eléctricas producen la energía hidroeléctrica (es poca, pero sirve de síntoma) con un agua que es de todos, y no pagan por ella, pero luego nos cobran por la electricidad como si el agua fuese suya. Lo mismo pasa con la gasolina: cuando sube el petróleo, suben los combustibles, pero cuando el petróleo baja, los combustibles no lo hacen en la misma medida. Los ejemplos son innumerables y más que un reflejo de lo que es el capitalismo configuran un retrato de lo que somos los consumidores…

Al final, lo que  todo esto demuestra es que los precios no tienen nada que ver con los costes, y mucho menos con la calidad, pero eso es algo que ya me he desesperado de intentar demostrar, así que vayamos al caso de las hipotecas, que es lo que aquí nos ocupa.

Por lo visto, y según el INE, el tipo de interés medio al que se conceden las hipotecas en España llegó el pasado mes de marzo a su niveles más alto desde mayo de 2009. O sea, que ahora que la cosa está como está pagamos de media el 4,49%, frente al 4,37% del mismo mes del año pasado.  Con esto tenemos que, si el tipo de interés anda por el o,5 por ciento, el diferencial que aplican los bancos se está acercando ya a los cuatro puntos de media. Y la pedrada no la ha dado el Euríbor, por supuesto, que no.

¿Y sabéis que es lo peor? Que ni siquiera es verdad.

Lo cierto es que esa es la parte que el INE puede estudiar, pero todos sabemos que los bancos aplican otras tarifas o pellizcos a través de pequeñas comisiones, seguros forzados, pólizas de vida a precios irreales y otras pequeñas prebendas que se reservan para engrosar su cuenta de resultados (o reducir el agujero que tienen en ella) a costa del cliente que aún paga.

La jugada, por tanto, es la de siempre: hay dos clase de clientes: los que pagan y los que no. Los que pagan si son ya clientes hay que jorobarse, y si no lo son, hay que espantarlos de la oficina lo antes que se pueda.

En cuanto a los que pagan, si son ya clientes hay que atarlos como se pueda, pero sacándoles el dinero, y a los que no lo son hay que atraerlos de cualquier manera para convertirlos, si se puede, en cautivos.

Lo que algunos cantamañanas de los foros no ven es que lo que dejan de pagar los que no pagan se lo sacan, necesariamente a los que sí.

Hipoteca y política monetaria

Redistribución de la riqueza.

Redistribución de la riqueza.

Los tipos de interés siguen cuesta abajo, especialmente en lo que se refiere al precio oficial del dinero estipulado por el Banco Central Europeo.

Esto, en principio, parece un poco llamativo, pues da la impresión de que se trata de resolver el problema de la crisis con la misma medicina que la causó: la abundancia de liquidez. Y es que el exceso de dinero en circulación hinchó la burbuja de precios, al tiempo que indujo a los bancos a prestar sin medida y sin control porque algo había que hacer con el dinero que sobraba en sus arcas.

Lo que ocurre ahora es bien distinto:se trata de inyectar liquidez a toda costa en un sistema anémico que no encuentra fondos que destinar a la economía real, una vez que los bancos perdieron su fuerza y su salud en financiar activos que dejaron de tener valor.

La analogía con la salud es evidente: lo mismo que te puede sentar bien cuando estás sano te puede sentar como un tiro después de enfermar, pero en este caso me temo que va a ser complicado que un sistema acostumbrado al exceso de liquidez escape de sus problemas con una simple bajada de los tipos.

Por mi parte, la bajada de tipos de interés la veo como un síntoma de desesperación. Bajar el precio del dinero y acercarlo al cero pro ciento puede ser una medida idónea, pero desde luego no genera confianza en el resto del mundo.  Y a nosotros también nos debería hacer reflexionar: Si el dinero se presta casi sin interés, o sea al cero por ciento, y aún así hay muy pocos negocios lo bastante potentes o lo bastante solventes para obtener esos préstamos y ser capaces de devolverlo, ¿qué está pasando aquí en realidad?

A mi juicio, dos cosas:

-Que no hay muchos sectores donde realmente valga la pena invertir (todo está ocupado ya), y que eso es lo que realmente nos oprime. A esto se le llama a veces exceso de capacidad instalada o exceso de capacidad de producción, y da para escribir verdaderas enciclopedias al respecto.

-Que al final las empresas y los particulares tenemos que competir con los Estados por la financiación, y eso tiene truco, porque son los Estados los que dictan las leyes y nos cobran los impuestos.

Así las cosas, sea cual sea el tipo de interés que se fije, las hipotecas concedidas siguen cuesta abajo.

Y esa es la verdadera tragedia: que cada día más, las decisiones monetarias empiezan a ser irrelevantes.

La hipoteca y la justicia

Lluvia sobre el que vendió a tiempo...

Lluvia sobre el que vendió a tiempo...

Quizás un día aparezca alguien que ponga en fila, y por orden, los problemas de esta sociedad. Cuando ese día llegue, y si por casualidad no coincide con algún partido de Champions, veremos que antes de pobres y desesperanzados fuimos irresponsables, y que antes aún que irresponsables, egoístas, dando la espalda a cualquier idea de sociedad, de construcción de un espacio común o siquiera de un proyecto común.

Y antes que todo esto, creedme, fuimos majaderos irredentos, incapaces de seguir mínimamente un argumento o de darle una oportunidad a la lógica, si no nos llevaba del punto preferido al punto deseado.

¿Y por qué digo esto? Porque en España, los derechos individuales y su defensa, parecen haber quedado en manos del socialismo, ¡nada menos!, cuando el propio nombre de la doctrina implica la prevalencia de la sociedad sobre el individuo. Los conservadores, por su parte, nos suben impuestos, nos aprietan las tuercas y se esconden detrás de una pantalla para no responder preguntas. ¡Hay que jorobarse!

Luego está la broma esa de los bancos y las hipotecas, con recios marxistas de toda la vida copiando al dedillo el catecismo para contarnos que una cosa es la ley y otra la justicia, que una cosa es el valor y otra el precio, que hay que buscar los justo, lo  recto y lo honrado, y no sólo lo rentable. Ignoro si la Iglesia sabe lo que es lo ético o lo justo, pero sin duda sabe lo que es la rentable. Las banderas rojas que encabezan muchas manifestaciones contra la injusticia de la banca no saben, ni de lejos, ni lo que es lo justo, ni lo que es lo ético ni lo que pueda ser eso de la rentabilidad, siquiera social.  Descendientes ideológicos de asesinos, sólo podrían darnos lecciones sobre el convenio colectivo de mataderos.

¿Y qué nos queda por este camino? Tratar de pensar. Intentarlo al menos.

Recordar que las hipotecas pueden tener cláusulas injustas, pero había tres actores en esta obra. Y he dicho tres. El que pedía la hipoteca, y firmó. El que daba la hipoteca, y firmó. Y el que se llevó la pasta, porque acababa de vender el piso. ¿Y quién habla de ese, que se lo llevó crudo?, ¿Viene el que vendió a ofrecer a los demás lo que ganó en aquellos días para él gloriosos?

No, claro. Y a nadie nos importa. Porque el que salió ganado no le importa a nadie. Ni el que acabó perdiendo tampoco. Importa sólo buscar el camino para arañar unos votos, o acaso, si se pudiera, unos meses sin pagar.

El día que de veras vea un movimiento que busca justicia, me apunto el primero. Mientras tanto, arrastro y veinte en copas.