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La maldades del banco malo

Que viene el banco malo... (dibujo de joserico.com)

Que viene el banco malo... (dibujo de joserico.com)

Todos los bancos son malos.

Vale, bien, una vez he pagado mi tributo correspondiente al templo de las obviedades tontas, ¿qué tal si nos preguntamos qué es eso de un banco malo, de lo que tanto se habla últimamente?

Un banco malo es una vieja solución técnica que permite que las entidades financieras se deshagan de sus activos devaluados pasándoselas a un banco, normalmente de carácter estatal, de tal manera que los balances de estas entidades queden limpios y toda la “porquería” se concentre en un sólo lugar, que ejerce de cloaca financiera donde van a parar todos los desechos. Su principal utilidad es acabar con la incertidumbre de qué activos problemáticos tiene cada entidad y cual es su nivel real de solvencia.

Como ya sabéis algunos de los que me leéis habitualmente en este blog, no estoy radicalmente en contra de la idea de crear un banco malo, aunque sólo sea para despejar un poco el panorama. Nuestra crisis es sobre todo de credibilidad y cualquier medida que ayude a aclarar el panorama no parece, en principio, desacertada.

Lo que ocurre es que hay bancos malos bien montados y bancos malos que nacen ya chapuceros, contrahechos y a medida de los peores chorizos, con lo que se consigue que más que una ayuda sean una prolongación del chanchullo.

Un banco malo montado como es debido, obliga a loa bancos a amortizar todo lo que le pasan a este banco, de modo que se ve en qué situación están se nacionalizan, se liquidan o se sanean.

Un banco malo chapucero se dedica simplemente a comprar los activos chungos de los bancos, pero al valor que e les dio en su momento. Y ahí esta de nuevo el mal: un activo sobrevalorado que se convirtió en un agujero, sigue sobrevalorado, pero ahora en manos de todos, comiéndonos a escote la diferencia entre el valor contable y el valor real.

En España, pro lo pronto,  ya hemos visto dos señales terriblemente alarmantes:

-Que el banco malo no se hará cargo de deudas y créditos inferiores a los 250.000 euros.

-Que el banco malo, en el caso de las viviendas e hipotecas, no se hará cargo de los inmuebles valorados en menos de 100.000 euros.

¿Qué significa esto? Que los bancos están perdiendo el trasero para engordar las valoraciones y conseguir así meter todos estos pufos en el banco malo. Osea, incentivos para que todo cueste más, y encima, que el dinero lo ponga otro.

Genial.

Hipotecas, bancos, y muertos en el armario

Rarezas y temores

Rarezas y temores

Cuando la prensa internacional habla de que la banca española es un peligro porque tiene sus armarios llenos de cadáveres, no se refiere mayormente a trapicheos, cuentas falsas, o asientos contables inventados, sino que en lo fundamental se refiere a nosotros.

¿Qué tal nos sienta el papel de zombies? Supongo que según el color del maquillaje que use cada cual y lo bien o mal que haya sabido mantener la línea, ¿no? El caso es que la prensa europea no lo ve de ese modo y lo único que tiene en cuenta es el precio de mercado de unos inmuebles que siguen convirtiéndose en impagados a un ritmo creciente a medida que pasa el tiempo y la situación de la economía española no mejora.

El otro día hablaba de las pruebas de stress que tiene que pasar una economía doméstica, y esa cuenta, más o menos publica se ha realizado ya para los bancos españoles, con el resultado de que muchos de ellos aguantarían el tirón si la crisis era corta, si se empezaba a recuperar el empelo y si el número de hipotecas impagadas comenzaba a reducirse pronto. ¿Y qué ha pasado en realidad? Pues todo lo contrario. A medida que los pisos siguen bajando, el respaldo de las deudas de nuestros bancos sigue perdiendo valor y sus balances son cada vez más endebles.

Trato de explicarlo lo más sencillamente posible: el dinero que nos prestaron vino en muchas ocasiones de fuera. Ese dinero nos lo dieron para comprar un piso, y en su balance aparece que nos dieron el dinero pero nos pueden embargar el piso. Ahora resulta que la deuda sigue ahí, cada vez hay más gente que no puede pagar y el piso vale cada vez menos, lo que origina una pérdida latente.

Eso son los muertos que nuestros bancos tienen en el armario: los pisos, y sobre todo los terrenos, tasados a un precio que se aleja diariamente del real mientras la economía no tiene pinta de mejorar ni el número de personas sin trabajo tiene pinta de reducirse.

¿Y cómo se sale de aquí? Pues no está ni medio claro. Si los bancos no tienen pasta, no pueden prestar. Y si prestan la que el Banco Central Europeo les da, entonces sus balances empeoran y les dejan de prestar a ellos. La vieja solución, la de toda la vida, era devaluar al moneda, pero eso, hoy por hoy, supone salir del Euro, con el consiguiente pánico que acarrearía.

Así que, para hacer previsiones económicas hoy en dí, más que economista hay que ser entendido en cine de terror. Y encima de serie B.

¡Marchando una de spaghetti zombie!