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Ejecuciones hipotecarias y desahucios.

ejecuciones2015

 

Empezamos hoy de nuevo con una imagen: es la evolución de las ejecuciones hipotecarias y desahucios en España desde 2007 hasta hoy. La fuente es el Consejo General del Poder Judicial, y algo sabrán estos de lo que sale de los juzgados.

Ahora que se han terminado al fin las elecciones y no se puede sospechar motivación política en cualquier cosa que se diga, ya se puede afirmar que la recuperación no es tal, sino un simple alto al fuego, o dicho de manera más técnica, una atenuación del ritmo al que empeoramos.

Con la caída de las rentas del trabajo, y la recuperación en falso del empleo, las hipotecas siguen siendo una pesada losa sobre las economías familiares, ya sea porque uno de los miembros de la familia sigue en en el paro, o por ese fenómeno reciente según el cual consigues un trabajo pero sigues siendo pobre porque el salario se ha quedado en una sombra de lo que era, en la misma actividad, antes del comienzo de esta crisis sin final.

Si analizamos la gráfica vemos la gran crisis de Lehman Brothers y sus dos réplicas, perfectamente marcadas por los intentos del BCE de reflotar la economía por el dudoso procedimiento de introducir dinero en el sistema, pero sólo pro la parte alta. También, y eso hay que reconocerlo, el mínimo de ejecuciones al que hemos llegado ahora está por debajo de los mínimos de ocasiones anteriores, lo que deja un espacio para el optimismo.

Pero si hablamos de desahucios, la cosa cambia. Salvo un pequeño descenso a finales de 2012, el total de personas que pierden su vivienda sigue una tendencia claramente alcista, fruto de la mayor lentitud con que se producen estas decisiones, siempre más traumáticas.

Ese va a ser uno de lo  campos de batalla políticos del futuro: mientras no se consiga recuperar de algún modo a todos esos cientos de miles de españoles que lo perdieron todo, la demanda interna no repuntará y no tendremos una verdadera recuperación. Ya no se trata de caridad, ni de buenrollismo, sino de desatascar de algún modo una recuperación económica que no acaba de llegar y que , cuando llega, se estrella contra la vieja hipoteca, con sus cuotas reforzadas por una deflación y una bajada de salarios generalizada que parecen estar aquí para quedarse.

Felices fiestas a todos.

¿En qué pensamos cuando hablamos de desahucios?

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A veces el pueblo opina lo que opina…

La imaginación es a veces muy chunga, y juega malas pasadas al raciocinio. Uno de los casos más comunes es el de la temida palabra desahucio, y vamos a verlo de cerca.

¿En qué pensamos cuando hablamos de desahucios?
Pues normalmente en familias que no pueden pagar sushipotecas y que tiene que ver como el banco la pone en la calle. El banco, o el fondo buitre extranjero, para los amantes de Dickens, y si es en invierno y hay niños de por medio, más Dickens todavía…

¿Es eso lo que imaginamos, verdad? Pues la putada es que en muchas ocasiones es terriblemente cierto y que, a buen seguro, tenemos que hacer algo para evitar esas tragedias humanas o la injusticia de que el negocio jurídico del banco genere la externalidad del desahucio, una externalidad pagadera en fondos públicos a costa del común.  El párrafo es técnico, pero quien conozca el asunto lo entenderá, y quien no, que pregunte en los comentarios. O a lo mejor dedico otro artículo a explicar que es eso de la externalidad pagadera del común.

Pero volviendo ala imaginación, el caso es que hay otra clase de desahucios, y si los prohibimos, vamos a armar la de dios… Los de los alquileres. ¿Qué pasa cuando un inquilino no paga?

Si por una parte está muy feo tener un piso vacío, y por otra no puedes poner en la calle al inquilino que no te pague, ¿qué solución se deja al propietario? ¿qué pisos entrarán en el mercado de alquileres? ¿quién se arriesgará a perder un piso a cambio de sacarle, a todo pegar, un dos o un tres por ciento de rendimiento?
¿Nos damos cuenta de lo que eso supone?

El nivel de precios del mercado de alquiler depende del precio de la vivienda, del importe de la hipoteca, de la disponibilidad de pisos y del rendimiento que se le pueda obtener. Si la seguridad jurídica desaparece de pronto en es mercado, ¿quién se animaría a alquilar?

La tragedia del desahucio hay que evitarla, pero con cabeza: en caso contrario, podemos conseguir que se encarezcan brutalmente los alquileres. O que simplemente no haya oferta. Y no sería bueno, en especial para los más humildes…

Todo nuestro gozo en un pozo

Que poco dura la alegría en la casa del pobre

Que poco dura la alegría en la casa del pobre

Si hace unas semanas nos las prometíamos muy felices con la ley antidesahucios andaluza en función de la cuál la Junta podía expropiar las viviendas a las entidades financieras en determinadas circunstancias con el objetivo de salvaguardar a las familias con menos recursos.

Esta ley fue muy bien acogida por los colectivos de izquierdas y aquellas asociaciones que llevan años luchando para paralizar los desahucios en general porque significaba una victoria en su lucha y les abría el camino a una posible recuperación de la esperanza.

Sin embargo, el Gobierno central, aludiendo a un conflicto de competencias, aunque más bien parece un problema de lealtad a las entidades financieras que les pagan las campañas electorales, recurrió esta ley ante el Tribunal Constitucional, órgano que ahora ha decidido suspender temporalmente la aplicación de esta norma hasta que pueda decidir al respecto.

Con ello muchas familias en serias dificultades económicas que se aferraban a esta norma como su única tabla de salvación posible quedan ahora en un limbo legal en manos de las entidades financieras a las que adeudan su hipoteca que estará en disposición de poder iniciar el proceso de desahucio.

El Tribunal Constitucional ha tomado esta decisión sobre la base de la posible vulneración del derecho a la propiedad privada, ya que la expropiación lo que hacía era usurpar la propiedad de la vivienda a las entidades financieras de manera temporal.

Era evidente que las entidades financieras de este país no se iban a quedar de brazos cruzados y que iban a mover todos sus hilos para conseguir que esta ley no les impidiera gozar del pleno poder sobre sus propiedad.

Se trata por tanto de una situación muy esclarecedora, ya que nos encontramos con un gobierno autonómico que está intentando ayudar a las familias más desfavorecidas, sin pensar en las consecuencias que ello pueda producir sobre los poderes económicos, y un gobierno central que prefiere defender los intereses de los más poderosos antes de intentar ayudar a las familias con menos recursos.

Que cada cual saque sus propias conclusiones pero creo que están bastante claras a juzgar por las acciones de unos y otros.

43.853 desahucios en 2012

La desolación

La desolación

Aunque el Consejo General del Poder Judicial advierte que esta cifra es una estimación, hay que reconocer que se trata de una mejora respecto a la absoluta opacidad que se manejaba hasta ahora.

Mejora la información, pero no el problema.

Las causas son muchas y ya las hemos tratado aquí en bastantes ocasiones, pero el hecho es que hay casi cincuenta mil familias que se han quedado en la calle y con la deuda puesta. Como sabéis, soy absolutamente contrario a que se pueda uno deshacer de las deudas por el simple procedimiento de pasárselas a otro, ya sea este otro Perico de los Palotes o un banco de esos que ahora son satánicos y antes nos alegraban el año, pagando la casa, el coche y las vacaciones.

Pero al mismo tiempo que me opongo a que las deudas se traspasen como un billete falso, me opongo también a un sistema financiero en el que no hay segunda oportunidad, ni posibilidad de remisión, y en el que los más cómodo, lo más prudente y lo más seguro es no hacer nada, no emprender nada y no arriesgarse a nada.

Aunque parezca que me salgo del tema, no lo hago: la economía española va cuesta abajo porque todo el mundo quiere un empleo pero no hay nadie dispuesto a crearlo. Vamos de culo porque alrededor de las universidades americanas, por ejemplo, nacen y mueren centenares de empresas que los estudiantes van creando a medida que los conocimientos recién adquiridos les inducen ideas.

¿Y aquí? Aquí en torno a las universidades florecían como setas las academias de opositores, porque todos esos conocimientos supuestos que imbuían las universidades en los estudiantes se convertían en ganas de ser funcionario y olvidarse de problemas más que en ganas de montar una empresa.

Es posible, sí, que seamos vagos, acomodaticios y esquivos al riesgo, pero lo cierto es que leyes como la hipotecaria, donde te comes al deuda para siempre y el riesgo es eterno, no ayudan a generar en España ni emprendedores, ni gente dispuesta a sumir riesgos. A lo único que esto ayuda es a conseguir que exista cada vez más gente instalada en la gigantesca estupidez de querer un trabajo por cuenta ajena al mismo tiempo que llama hijo de puta al que se lo ofrece.

La conclusión es la obvia: que el que tiene dinero no lo arriesga. Ni le hace falta ni le apetece que lo pongan a parir. Y el que no lo tiene, ni consigue que se lo presten ni acaba de atreverse a dar el paso, por los riesgos que conlleva.

Y al final la psicología lo es todo.

La hipoteca impagable y el fin (temporal) de los desahucios

Interesante novela de Evelyn Waugh, autor también de Retorno a Brideshead. No sé por qué se me habrá venido a la cabeza...

Interesante novela de Evelyn Waugh, autor también de Retorno a Brideshead. No sé por qué se me habrá venido a la cabeza...

Lo primero de todo, invitaros a responder a la encuesta que hemos puesto esta semana sobre el controvertido tema de los desahucios. Porque lo cierto es que todas las opciones son buenas y todas tienen razón. Las analizamos una a una:

Sí, hay que detener lo desahucios porque quizás eso lleve a modificar una ley hipotecaria abusiva y también un poco simplona, basada en la buena fe de las partes y en que todo el mundo se comporta, como dice el código mercantil, “como un honrado y probo padre de familia”, Los hechos, sin embargo, parecen confirmar más bien la teoría de juegos, según la cual todo el mundo se comporta tratando de buscar su beneficio, sin importarle los marrones (a las que en bonito se  llama externalidades ) que van quedando a su paso. Por ese mecanismo, mucha gente obró de manera imprudente, comprando un piso mayor o mejor de lo que podía pagar, y muchos bancos dieron hipotecas a gente que dejaría de pagarlas en cuanto soplase la primera brisa en contra. La ley hipotecaria, por tanto, no está ni con los tiempos ni a su altura, y tiene que buscar una mejor adaptación a al realidad económica actual.

La suspensión temporal de los desahucios perjudicará a los que todavía pagan, porque los recursos de los bancos van a estar orientados a cubrir este boquete durante un buen periodo de tiempo. Si lo que necesitábamos era clarificar la situación y que se supiera cuanto antes cual es la situación real de nuestro sector financiero y sus activos tóxicos, impedir a los bancos la liquidación de impagados puede llevar la necesidad de recapitalización a cuotas desconocidas. Y ojo, que no digo altas, sino desconocidas, lo que es mucho peor en un momento como el presente, donde parecer ser mejor la muerte que la incertidumbre. Además, los españoles nos conocemos: una vez que desaparece la amenaza de que te pongan en la calle, ¿cuántos creéis que dejarán de pagar de los que ahora estaban pagando? Pronto conoceremos las cifras, pero preveo un repunte importante en la morosidad. Al tiempo.

Sí, los desahucios son un drama y una tragedia, y no sólo personal, sino también económica para todo el país. No me extiendo más, porque ya hablé sobre ello hace unos días. Aquí os dejo el enlace

Por último, es cierto también que la paralización de los desahucios perjudicará a la credibilidad exterior de nuestros bancos y nuestras cuentas, lo que se convertirá en una nueva ronda del efecto dominó. Como los bancos tienen menos medios para recuperar lo prestado, tendrán más dificultades para acceder a la financiación, prestarán menos, subirá el paro, y entraremos en otra ronda depresiva, sin ni siquiera el alivio de que el Gobierno venga al rescate, porque tampoco habrá quien compre la deuda pública.

La alternativas, por tanto, es simple: o vamos de duros y nos estrellamos, o vamos de compasivos, y nos estrellamos. Visto así, como España es país católico, preferiremos estrellarnos por resultar compasivos. Lo malo es que la Merkl es hija de un pastor protestante y no ni abogada ni licenciada en filosofía, sino en Física. O sea que entenderá que los pecadores deben pagar por sus pecados y que dos y dos son cuatro.

Lo demás, monsergas.

Ya lo veréis.

La hipoteca asesina. Plusmarca de desahucios.

Una de las viejas salidas a la crisis...

Una de las viejas salidas a la crisis...

De momentos no tenemos datos de otras comunidades, pero según ha informado la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, con datos ofrecidos por el Consejo General del Poder Judicial, en la Comunidad de Madrid  se registró en el primer semestre de 2011 una media de 40 desahucios diarios, lo que supone un aumento de casi el 35 % respecto al año anterior. Y el año anterior, como todos sabemos, no fue precisamente bueno…

Y lo peor es que dadas las cifras de desempleo, que continúan creciendo, y a medida que se van agotando los recursos de las familias, es muy posible que esta cifra siga aumentando en 2012, y de una manera muy acusada.

En principio puede parecer una noticia simplemente triste, pero yo la considero más allá de lo trágico, porque no sólo se trata de la gente que pierde su casa, y con ello queda marcada para el futuro por una deuda y por un historial de insolvencia, sino también porque este dato es un síntoma de males más profundos.

La hipoteca es lo último que deja de pagarse, y llegar a estas alarmantes cuotas de insolvencia significa que se está desgarrando ya completamente la red social de protección, en la que se incluían familias y amistades. Este tipo de datos son los que pueden avisar de que la situación social se está volviendo verdaderamente insostenible, máximo en un momento en el que la nueva reforma laboral precariza aún más el empleo.

Por mi parte, creo que para salvar los bancos, que es necesario, se debería hacer un esfuerzo más decidido por salvar a sus clientes, de modo que sean los propios ciudadanos los que puedan pagar sus deudas y se ponga en marcha de se modo la economía.

En mejor ocasión hablaremos de lo que significa la reforma laboral para el mundo hipotecario, porque tiene importantes implicaciones, pero por esta vez creo que bastará con que reflexionemos sobre qué hace toda esta gente desahuciada, cual es su futuro, y cómo nos afectará a todos.

Porque nos afectará. De eso podéis estar seguros.

Hipoteca y retraso judicial

Denunciante en la sala de espera

Denunciante en la sala de espera

Es una idea generalizada pero que nadie parece querer escuchar: el retraso en la justicia hace que al final cualquier resolución sea siempre injusta, por tardía. Entre la acumulación de garantías, la extensión de los plazos, la cantidad de gente que se pasa media vida intentando retrasarlo todo y el sistema decimonónico que aún impregna nuestros tribunales, lo cierto es que la resolución de los casos se eterniza.

¿Y qué ocurre? Que las hipotecas no esperan.

Hace unos pocos días saltaba a la luz la noticia de que algunos juzgados estaban dando fechas de 2014 para resolver casos de despido procedente o improcedente, con lo que el trabajador despedido tendría que esperar tres años para saber si cobra indemnización y cuánto va a cobrar.

Lo mismo sucede, más o menos, con los desahucios por impago, que tardan meses o incluso más de un año, haciendo así que los propietarios prefieran no alquilar sus viviendas o cobren por ellas mucho más de lo normal, en previsión de encontrarse en este especie de callejón sin salida que es acudir a la Justicia.

Según explica en su informe trimestral el Consejo General del Poder Judicial, estos retrasos se están acumulando con mayor frecuencia y dilación en todo lo referente a desahucios, embargos, despidos, concursos de acreedores, reclamaciones de cantidad. Si encima te toca lidiar con una administración pública, la cosa es aún peor, porque los contenciosos administrativos pueden prolongarse hasta seis años.

Por supuesto, a algunos puede parecerles que es buena noticia que se retrasen los desahucios, pero el hecho es que la impunidad no beneficia a nadie, y menos aún a quienes pretenden cumplir puntualmente con sus obligaciones.

Y el retraso es siempre injusticia y muchas veces impunidad.

Quizás sea el momento de pensar en otro tipo de soluciones, especialmente en temas tan sensibles como el trabajo. La más utilizada fuera de nuestras fronteras, y con mejores resultados, es el arbitraje. Mediante el arbitraje ambas partes se ponen de acuerdo en nombrar a un tercero que dictamine sobre su caso y a aceptar su decisión. Es más barato y más rápido, pero tengo la impresión de que precisamente por eso lo rechazan algunos: porque no quieren justicia, sino marear la perdiz.

Justo, mira por dónde, lo que más perjudica a la gente de a pie y más beneficia al que tiene recursos para seguir, mientras tanto, pagando su hipoteca.

Los embargos no se detienen

El temido cartel que aquí no nos ponen...

El temido cartel que aquí no nos ponen...

Supongo que estos informes habrá que tomárselos con la máxima prudencia, porque proceden de parte interesada, pero tras un pormenorizado estudio, la Asociación de Afectados por Embargos y Subastas (AFES) afirma que casi una de cada cinco hipotecas firmadas entre 2004 y 2008 están en peligro de convertirse en embargos y desahucios.

Para que los números gordos nos ayuden a valorar el problema en su verdadera magnitud, más de setecientas mil viviendas de los casi cuatro millones de hipotecas que se firmaron en aquellos años dorados pueden haber sido ejecutadas a finales de 2014 o principios de 2015.

Según este mismo informe, hasta la fecha se han producido ya 171.000 embargos, a los que hay que sumar una cifra muy similar de viviendas en proceso de ejecución hipotecaria. A esta cifra hay que sumar otros trescientos setenta y cinco mil embargos que se prevén para antes de que acabe 29013. Se toma como base para este cálculo la relación entre el coste de las letras mensuales y la renta media de las familias, muy afectada por la incidencia del desempleo.

En total si hacemos cuentas, resulta que las viviendas afectadas por esta clase de procesos rondará una cifra muy similar a todas las hipotecas que se firmaron durante 2004. Y para colmo de males, AFES aclara, curándose en salud, que estas cifras contemplan sólo el escenario más favorable, es decir, que el paro y la crisis se queden como están, porque si llegamos a ver una depresión mayor, como algunos vaticinan por los problemas de la deuda soberana, entonces las cifras podrían ser peores.

Mientras tanto, se estudian fórmulas para que los bancos no tengan que quedarse con los pisos al tiempo que consigan mantener una mínima solvencia en sus balances, ya que de lo contrario la falta de crédito acabaría de estrangular cualquier conato de recuperación económica.

Y que eso es lo que sucede con las grandes borracheras: que tienen grandes resacas.

Más desahucios que nunca

A los tribunales hemos de ir

A los tribunales hemos de ir

Parece que los efectos que la crisis económica está produciendo en el sector inmobiliario están todavía muy lejos de desaparecer, a juzgar por el nuevo máximo que han marcado los desahucios solicitados durante el segundo trimestre del año, superando al primer trimestre, durante el cuál también se marcó un máximo histórico.

Durante los meses de abril, mayo y junio se solicitaron un total de 16.464 desahucios a los tribunales españoles, lo que supone un incremento del 21,2% con respecto al mismo período del año anterior, y una importante subida con respecto al récord anterior, marcado entre los meses de enero, febrero y marzo de este mismo año, cuando el total de desahucios solicitados ascendió a 15.546, con un incremento interanual del 36,8%.

Para que nos hagamos una idea de la gravedad de la situación, contabilizando los primeros seis meses del año ya hemos alcanzado al total de desahucios solicitados durante todo el conjunto de 2009, 33.918, y nos encontramos a tiro de piedra de los desahucios solicitados a los tribunales durante el año 201o, con 47.809, que supuso un récord histórico que ahora mismo se encuentra a punto de ser superado.

Sin embargo, no todo son malas noticias, y parece que se empiezan a atisbar ciertos resquicios de recuperación marcados por las peticiones de ejecuciones hipotecarias, que son el paso previo a los desahucios. Para que nos hagamos una idea las ejecuciones hipotecarias pueden terminar en desahucio aunque también pueden hacerlo en otras alternativas.

En este sentido, durante el segundo trimestre de este año 2011 se ha producido un retroceso del 16,4% en la petición de ejecuciones hipotecarias con respecto al mismo período de 2010, totalizando un número de 20.505. Si ampliamos los datos al conjunto del semestre la reducción es aún mayor, con una caída del 18,96%, totalizando un volumen global de 42.242 solicitudes de ejecuciones hipotecarias.

En definitiva, y si nos atenemos a los datos ofrecidos por el Consejo General del Poder Judicial, nos encontramos con que durante lo que queda de 2011 seguiremos sufriendo un continuo crecimiento en el número de desahucios, con posibilidad de retroceso a partir del año 2012.

No es que sea una gran noticia, pero es lo que hay, y mejor conformarse con poco que tener que conformarse con nada.

Bajan las hipotecas y suben los desahucios

Las cosas se ponen cada vez más duras pra el atleta del día a día...

Las cosas se ponen cada vez más duras pra el atleta del día a día...

España está últimamente que se sale en términos deportivos, pero de veras que este récord hubiese sido mejor no batirlo.

Según los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) publicados la semana pasada, el número de españoles incursos en un procedimiento judicial de desahucio por impago alcanzó un nuevo máximo histórico en el segundo trimestre del año, al contabilizarse 16.464 de estos procedimientos, un 21,2% más que en el mismo período del año anterior.

El lado bueno del asunto (si existe tal cosa) es que de estos desahucios judiciales, una parte corresponde a ejecuciones hipotecarias, mientras que el resto se debe a impago de alquileres. En ese sentido, los impagos de alquileres siguen creciendo mientras que los procedimientos judiciales abiertos por impago de hipotecas siguen descendiendo, en este caso un 20 % sobre el trimestre anterior.

Si nos ponemos a hacer una interpretación sociológica del asunto, y es arriesgado, hay que concluir que los que perdieron la casa se fueron de alquiler y no están pagando (porque no pueden) o que se han ido de alquiler (y no pueden pagar) aquellos a los que el banco nunca les concedió una hipoteca por falta de solvencia.

Así las cosas, creo que va siendo hora de ser serios y reconocer que el problema, el verdadero problema, es la falta de solvencia de los españoles. O dicho de una manera más clara: que no hay un duro.

Las alternativas, como siempre repito, son dos:

-Que empiecen a aflorar trabajo y riqueza para que los españoles podamos tener con qué pagar el lugar donde vivimos.

-Que nos demos cuenta de una buena vez de que no podemos vivir donde queríamos y acabemos por plantearnos la posibilidad de vivir donde podemos. O sea, un trasvase demográfico que ajuste precios.

Por mi parte, desde luego, prefiero la primera opción, pero no dejo en el olvido la segunda, mientras la casa del pueblo siga en pie.

No se puede ganar siempre

Unas veces se gana y otras se pierde

Unas veces se gana y otras se pierde

Está claro que no se puede ganar siempre y aunque llevaban una racha formidable, esta semana la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y los ‘indignados’ del 15-M han fracasado en su intento de paralizar un nuevo desahucio en la calle Virgen del Lluc.

De hecho más que de un nuevo desahucio se trataba de un desahucio por partes, ya que el pasado día 6 de julio ya se intentó paralizarlo, aquella vez con éxito. Los residentes en la vivienda son una madre con sus dos hijos, uno de los cuáles cuenta con el 77% de discapacidad, y los portavoces de las plataformas han criticado el hecho de que las mismas entidades que reciben dinero del FROB, es decir, dinero público, luego ejecuten sus hipotecas (el desahucio atendía a una hipoteca de Caja del Mediterráneo).

Pero lo sorprendente de este desahucio no paralizado no es tanto el éxito o no éxito de la reivindicación, sino el hecho de que la policía haya actuado por primera vez en contra de los agrupados para la paralización del desahucio, lo que puede marcar un cambio de tendencia en la manera de actuar de la policía.

Sin duda, el debate está planteado en la calle y cada cuál puede obtener sus propias conclusiones. Nadie duda de que echar de su casa a una madre y a sus dos hijos es un drama social con el que todos nos solidarizamos, pero también debemos de entender que existen unas leyes que deben de ser cumplidas por todos, sin excepción, tanto a la hora de la formalización de los contratos como en el momento de atender a las consecuencias de los mismos.

En cualquier caso, lo que está claro es que las plataformas de Afectados por la Hipoteca y del 15-M seguirán luchando por defender sus reivindicaciones que pasan por la dación en pago a la hora de ejecutar la hipoteca y por una moratoria temporal que permita aligerar la carga que se está sufriendo en la economía familiar de los ciudadanos españoles como consecuencia de la crisis y de las excesivas tasas de desempleo que siguen apareciendo mes a mes, más allá de la posible estacionalidad veraniega.