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43.853 desahucios en 2012

La desolación

La desolación

Aunque el Consejo General del Poder Judicial advierte que esta cifra es una estimación, hay que reconocer que se trata de una mejora respecto a la absoluta opacidad que se manejaba hasta ahora.

Mejora la información, pero no el problema.

Las causas son muchas y ya las hemos tratado aquí en bastantes ocasiones, pero el hecho es que hay casi cincuenta mil familias que se han quedado en la calle y con la deuda puesta. Como sabéis, soy absolutamente contrario a que se pueda uno deshacer de las deudas por el simple procedimiento de pasárselas a otro, ya sea este otro Perico de los Palotes o un banco de esos que ahora son satánicos y antes nos alegraban el año, pagando la casa, el coche y las vacaciones.

Pero al mismo tiempo que me opongo a que las deudas se traspasen como un billete falso, me opongo también a un sistema financiero en el que no hay segunda oportunidad, ni posibilidad de remisión, y en el que los más cómodo, lo más prudente y lo más seguro es no hacer nada, no emprender nada y no arriesgarse a nada.

Aunque parezca que me salgo del tema, no lo hago: la economía española va cuesta abajo porque todo el mundo quiere un empleo pero no hay nadie dispuesto a crearlo. Vamos de culo porque alrededor de las universidades americanas, por ejemplo, nacen y mueren centenares de empresas que los estudiantes van creando a medida que los conocimientos recién adquiridos les inducen ideas.

¿Y aquí? Aquí en torno a las universidades florecían como setas las academias de opositores, porque todos esos conocimientos supuestos que imbuían las universidades en los estudiantes se convertían en ganas de ser funcionario y olvidarse de problemas más que en ganas de montar una empresa.

Es posible, sí, que seamos vagos, acomodaticios y esquivos al riesgo, pero lo cierto es que leyes como la hipotecaria, donde te comes al deuda para siempre y el riesgo es eterno, no ayudan a generar en España ni emprendedores, ni gente dispuesta a sumir riesgos. A lo único que esto ayuda es a conseguir que exista cada vez más gente instalada en la gigantesca estupidez de querer un trabajo por cuenta ajena al mismo tiempo que llama hijo de puta al que se lo ofrece.

La conclusión es la obvia: que el que tiene dinero no lo arriesga. Ni le hace falta ni le apetece que lo pongan a parir. Y el que no lo tiene, ni consigue que se lo presten ni acaba de atreverse a dar el paso, por los riesgos que conlleva.

Y al final la psicología lo es todo.

La dación en pago y el divorcio

Encaje...

Encaje...

El parlamento europeo insiste en apoyar a los movimientos de afectados por la hipoteca: el otro día le concedieron a la PAH el premio Ciudadano Europeo por la defensa de los derechos de los ciudadanos y el domingo Estrasburgo aprobó una resolución en la que se pedía que se suspendieran las deudas de los desahuciados.

En principio eso puede estar muy bien, peor una de las razones por las que España se encuentra en la situación en la que se encuentra es que es un país lleno hasta arriba de españoles. Y digo semejante obviedad porque en varios foros y hasta en un bar he escuchado planes coincidentes para moverse en la dirección apropiada en el caso de que el Gobierno acabe pro aprobar la dación en pago.

En primer lugar, la dación sólo se aprobaría para la vivienda habitual y para aquellos que no tuviesen ingresos. Quedan excluidos de este modo los que simplemente se nieguen a pagar para que les desahucien y poder librarse de un piso que vale mucho menos que cuando lo compraron. Hasta ahí, correcto.

¿Y qué pasa?

Pues que ya hay gente que tiene firmados los papeles del divorcio y que los llevará al juzgado el mismo día que se apruebe esta ley de dación en pago. La idea es seguir pagando la hipoteca de la residencia habitual, divorciarse, y fijar en la segundo inmueble la residencia habitual de uno de los dos cónyuges, de modo que este puede acogerse a la dación en pago para la casa de la playa o de esa urbanización que ya no vale una cuarta parte de lo que valía cuando se compró hace unos años.

Lo repìto para que se entienda mejor. Matrimonio normal y corriente. Trabaja uno de los dos. Tienen un piso en Madrid y un chalé en Almería. El chalé de Almería no vale ni la quinta parte de lo que valía. Se divorcian. El que no trabaja, fija su domicilio y residencia habitual en el chalé de Almería. Como es su domicilio habitual y la persona que no vive en él no tiene ingresos, se acoge a la dación en pago, le mete el pufo al banco y regresa tan ricamente a Madrid a vivir con su exmarido o su exmujer, porque nadie en este país te pregunta con quién vives o si estás casado o no.

La gracia del asunto es que también está previsto lo que sucede si trabajan los dos. Si es por cuenta ajena, mala cosa, pero como sea por cuenta propia, además de meter el pufo del chalé, el que trabaje por cuenta propia se da de baja y se pasa a la economía sumergida para no declarar ingresos, con lo que tendremos un caso más, otro, de que todo son ventajas para el que trabaja en negro.

¿A que somos un país fantástico?

Hipotecas y recortes: pasar de todo como solución aceptable.

La estrategia del castor: sumergirse y esperar.

La estrategia del castor: sumergirse y esperar.

Decía un comisario de infausta memoria, que a veces saber mantener el orden es no hacer nada, y un político no mucho mejor valorado que una de las artes más difíciles de aprender a la hora de gobernar es la de no hacer nada en absoluto y dejar que los problemas se resuelvan solos.

Por supuesto, conociendo al personal, esta política de brazos cruzados le parecerá encantadoramente eficaz a más de cuatro, pero antes de apoyarla con todo entusiasmo conviene saber por qué, en el caso de los bancos y las hipotecas, todos los esfuerzos tienden a ella.

En este blog y en otros muchos, hace años que se viene hablando de la parálisis de las instituciones europeas y de su incapacidad para llegar a acuerdos o diseñar planes de acción que resuelvan de una vez por todas la falta de credibilidad de los mercados.

Sin embargo, el problema consiste en que los pisos valen cada vez menos, los bancos tiene buena parte de sus activos convertidos en ladrillos y vigas de bovedilla, y las hipotecas de sus balances son activos tóxicos, o lo que es lo mismo, activos que pueden convertirse en impagados en cualquier momento.

Pero resulta que los que tenemos una hipoteca sabemos que hay que pagarla mes a mes, y eso lo saben también los bancos. Por tanto, cada mes que pasa, el riesgo de los bancos disminuye porque hay una serie de cuotas que se han pagado, y unas cantidades de dinero que se han recibido. Los bancos, por tanto, están tan pillados como nosotros y por el mismo plazo.

Por eso, una solución posible es esperar a que la sucesión de cuotas pagadas vaya aminorando el riesgo, diluyendo los impagos, y con ayuda del IPC en unos pocos años, cinco o seis, tendremos que el dinero vale un 20 % menos, y la deuda total de los hipotecados es un poco menor, con lo que resucitarán pro sí mismos los balances de los bancos.

¿Optimismo? No. Simplemente reconocer que a veces la solución menos traumática es la más larga. Veremos si llega a funcionar o todo salta por los aires mucho antes…

Recogida de formas por el cambio de la ley hipotecaria

Los comuneros

Los comuneros en un momento malo...

Hoy comienza la recogida de firmas para cambiar la ley hipotecaria. Se trata de una Iniciativa Legislativa Popular y para poder tramitarse necesita recoger y validar medio millón de firmas antes del primero de noviembre.

La intención de esta iniciativa es  reformar la legislación hipotecaria, paralizar los desahucios, regular la dación en pago y establecer alquileres sociales (lo que es un eufemismo por baratos, o a ser posible gratuitos, entiendo yo). Por más que lo he buscado, no he encontrado ninguna referencia a atar los perros con longaniza ni a convertir en obligatorio y a cargo de las arcas públicas el regalo del día de la madre, pero supongo que todo se andará.

Este proyecto ha sido promovido  la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), los sindicatos UGT y CCOO, la Mesa de Entidades del Tercer Sector Social de Catalunya, la Confederación de Asociaciones Vecinales de Catalunya (CONFAVC),  y el Observatorio DESC (Derechos Económicos, Sociales y Culturales)

El objetivo de las quinientas mil firmas parece fácil de alcanzar y no sólo a los organizadores, que esperan recoger millones de apoyos. El texto propuesto se refiere, de momento, únicamente a la vivienda habitual y no impide el desahucio o expropiación de segundas viviendas. Otro de lso puntos estrella de esta iniciativa es la solicitud de que la dación en pago sea retroactiva, de forma que se condone la deuda a aquellas familias que ya han entregado su piso a los bancos.

Una vez logrado el objetivo de recoger las firmas, la iniciativa pasará al Congreso, donde se someterá a votación. Teniendo en cuenta que la crisis inmobiliaria comenzó en 2008, el hecho de que se propongan ahora estas cosas deja la impresión de ser más un gesto político que pretender conseguir algo realmente, como si los desahuciados en tiempos de Zapatero no fuesen desahuciados reales.

No obstante tratarse, en mi opinión, de una iniciativa sectaria, tardía y poco realista, hay que reconocer que es bastante justa en su mayor parte. Por si a alguno os apetece prestar vuestro apoyo, este es el enlace: www.quenotehipotequenlavida.org.

Aquí, en mi tierra, se celebra hoy el día de los Comuneros de Castilla y la batalla de Villalar, entre los mencionados comuneros y las fuerzas del Emperador Carlos I de España y V de Alemania. Una gloriosa y olímpica derrota para los comuneros.

Una premonición, quizás, en estos tiempos en que tanto miramos a Alemania.

Pero algo hay que hacer…

Ya ofrecen una hipoteca con dación en pago

Suena a cosa rarita...

Suena a cosa rarita...

Después de todo lo que hemos discutido por aquí sobre la dación en pago y sus posibilidades de aplicación en el mundo real, ha aparecido un banco que la ofrece, aunque me gustaría mucho leer la letra pequeña del contrato.

Se trata de Bankinter, que ha creado un producto al que llama “la hipoteca sin más” y que incluye la posibilidad de entregar el piso para saldar toda la deuda y sin que quede pendiente el monto de lo no pagado.

Como condiciones curiosas, o al menos a mí me lo parecen a primera vista, hay que mencionar el hecho de que el tipo de interés no es superior al de otras hipotecas o al de otros bancos, y que es una opción que sólo se comercializar para primeras viviendas, y por un valor, como mucho, del 80 % de la tasación.

Por lo visto, tampoco se trata de obligarte a contratar otros productos, como seguros, planes de pensiones, pólizas de entierro ni certificados de vacunación contra la glosopeda o similares.

Por tanto, es conveniente echar un ojo a esta opción, proque en principio, como su lema comercial (hipoteque su casa, no su vida) la cosa suena muy bien.

Y ahora, dicho esto, permitidme que alce una ceja, una sola, y me pregunte qué clase de truco tiene la cosa. La respuesta, honradamente, puede ser ninguno, y entonces tendré que envainármela, pero creo que mi obligación es hacer aquí cábalas con los lectores, así que expreso en voz alta, y por orden, mis suspicacias.

-¿Y quién hará la tasación? ¿No será que se han puesto mucho más duros con una tasadora propia? De esa manera les saldrían las cuentas, por supuesto.

-¿Y no querrán colocarnos de ese modo los pisos que ya tienen embargados? Si fuese así, simplemente se quitan un impagado cierto, cambiándolo por un impagado posible, pero no cierto. Les saldría bien…

-Veamos cuántas conceden. No vaya a ser como el tema de las rebajas, en las que ofrecen televisor de plasma por cincuenta euros, pero sólo hay uno. Como truco comercial es fabuloso.

Esperemos y veamos. Y el que sepa algo más, que lo comente, por favor.

Los cónyuges deberán pagar la hipoteca a medias tras el divorcio

El casino, un poco más lejos...

El casino, un poco más lejos...

Últimamente parece que vamos de sentencias judiciales, y tengo la impresión, además, de que las sentencias empiezan a parecerse a las que dictaría Sancho Panza en su Ínsula Barataria. O sea, que empieza a imponerse el sentido común. La última, y establece doctrina, dice que el pago de las cuotas de la hipoteca deberá ser satisfecho por partes iguales entre los cónyuges propietarios en caso de separación o divorcio ya que no constituye “carga del matrimonio” sino que supone “una deuda” de la sociedad de gananciales. Por tanto, no se tiene en cuenta la capacidad económica, sino la obligación en sí.

Todo empezó con una sentencia en Valencia, en la que se fijaba que el marido pagaría el 80 % de la hipoteca y la esposa el 20 % teniendo en cuenta los ingresos de ambos. El hombre, al sentirse perjudicado, recurrió al Tribunal Supremo diciendo que una cosa era la protección de los hijos y otra, muy distinta, los compromisos financieros asumidos por ambos, y finalmente el Tribunal Supremo le ha dado la razón, prohibiendo, al mismo tiempo, que se fijen esta clase de sentencias para los casos futuros.

De este modo, y según dice textualmente la sentencia, se ha establecido ” que el pago de las cuotas de la hipoteca correspondiente a la hipoteca contratada por ambos cónyuges para la adquisición de la propiedad del inmueble destinado a vivienda familiar constituye una deuda de la sociedad de gananciales, y no una carga del matrimonio”.
Por tanto, al fin queda claro que una cosa son los hijos y otra los contratos, y que meter cualquier cosa como pensión alimenticia no deja de ser un abuso.
Por mi parte, me parece lo más racional, puesto que hacer caer el peso de cualquier obligación sobre quien tenga mayor renta es simplemente un mnodo de inducir a la gente a pasarse a la economía sumergida y no deja de ser un factor de desigualdad difícilmente justificable.
En los comentario lo hablamos, si os parece…

El embargo. La solución final de la hipoteca.

Aún le quedan 300 años de hipoteca

Aún le quedan 300 años de hipoteca

Y no me refiero a que la hipoteca se arregle, no. Cuando digo solución final lo digo esta vez en aquella acepción de los años treinta. Aquella tan macabra, ya sabéis…  Perdonadme el detalle, pero para mucha gente el embargo suena un poco a eso.

Para empezar, la definición, y así hablamos todos de la misma cosa: el embargo es el conjunto de actividades cuya principal finalidad es afectar bienes concretos del patrimonio del deudor a una concreta ejecución procesal frente a él dirigida. O dicho mejor y con menos palabras, que para eso soy escritor y no legislador: el embargo es quitarle a una persona sus bienes para que estos sirvan de pago de una deuda.

Para que se llegue al embargo es necesario que antes se haya decretado una acción judicial contra el deudor y que sea por una cantidad concreta y determinada de dinero. No te pueden embargar de modo preventivo (se llamaría de otra manera)  ni tampoco por lo que vayas a deber cuando se hagan las cuentas. El embargo tiene que ser por una cxantidad concreta y siguiendo siempre la vía  judicial.

Para que el embargo sea efectivo, el deudor debe ser notificado, y a esto se agarran muchos para frenar el embargo, intentando a toda costa no ser notificados. puesto que el embargo es imposible hasta que no se haya notificado convenientemente.

Aún así, y si ya nos han embargado, se puede detener el proceso en cualquier momento pagando la cantidad adeudada. Esto no es precisamente fácil, porque una vez que se inicia el proceso aparecen ya los gastos, comisiones, tasas y toda la parafernalia orquestada para desplumar a la víctima.

Por eso, y mientras sea posible, hay que intentar vender el bien en un precio que nos permita pagar la deuda, porque si nos embargan es muy probable que entre unas cosas y otras, subastas extrañas incluidas, nos quedemos sin el bien y no consigamos, ni aún así, pagar la deuda.

Ojalá ninguno tengamos que conocer el tema más a fondo.

 

Que pague el Estado

Que sí no podemos, que si la abuela fuma...

Que sí no podemos, que si la abuela fuma...

Una de las frases más recurrentes que escuchamos pro ahí, al hablar de cualquier cosa, es “que pague el Estado “esto, o aquello. O que tal o cual gasto debería correr por cuenta del Estado.

No sé qué concepto de Estado tendrá la gente, pero empiezo a pensar que muchos no entienden lo que es el Estado, o lo imaginan como un ente divino y paternalista, al que sólo le falta el símbolo del ojo metido en el triángulo para ser eterno y todopoderoso.

El Estado somos nosotros, entendidos como población trabajadora y contribuyente, y cuando decimos que algo, lo que sea, es del Estado, estamos diciendo que es nuestro. Del mismo modo, cuando pedimos que el Estado pague algo lo que estamos pidiendo en realidad es pagarlo nosotros.

Luego, en la práctica, sabemos que el Estado es más de unos que de otros (como la granja de Orwell, donde unos animales eran más iguales que otros), sabemos que siempre pagan los mismos para que los mismos pongan el cazo, y sabemos muchas otras cosas que se apartan de la teoría, pero si no tenemos claro el concepto inicial nos acaban vendiendo cualquier moto por el simple procedimiento de inducirnos a pedir aquello mismo que nos perjudica. Cuando pedimos que pague algo el Estado pensamos automáticamente que se le pedirá el dinero a otros, pero la verdad, la sangrante verdad es que nos lo van a pedir a nosotros, proque lo de hacer quepaguen los ricos para que los demá s recibamos es un truco cainita que se basa en excitar nuestra enviadia para hacernos pagar más. No a los ricos, proque ricos hay pcoos: a la mayoría.

Por tanto, hay que tener bien claro que cuando el Estado estimula la economía con inversiones, o reventando aceras para ponerlas de nuevo, lo que está haciendo en realidad es tomar nuestro dinero y ponerlo a trabajar en unos fines que se entienden mejores que los que nosotros o los empresarios tendríamos para ese dinero.

Cuando el Estado mueve la Economía en vez de ser la Economía la que mueve el Estado, nos encontramos con la paradoja del ciclista que dice que a él lo mueve la bicicleta, en vez de ser al contrario.

Y quizás, cuesta abajo, sea cierto.

En llano, o cuesta arriba, es una chorrada.