Archivo por meses: junio 2009

Los sindicatos horizontales

 

Horizontales sí que son. Eso no se puede negar.

Horizontales sí que son. Eso no se puede negar.

A los sindicatos actuales se les puede dar este nombre de horizontales por oposición al concepto de sindicato vertical franquista, o también, según las malas lenguas, por la postura que con más frecuencia ensayan sus dirigentes.

El sindicato vertical se llamó así porque estaba concebido como una organización sin clases, a la que pertenecían por igual obreros y patronos ya que a ambos los unían los mismo intereses. El concepto en sí da la risa, pero el Estatuto de los Trabajadores que consiguió sacarle al régimen lo firmaba yo mañana mismo sin pestañear. Y seguramente vosotros también. Se llamaba Fuero del Trabajo, y os dejo un enlace para que le echéis un ojo si os apetece.

En cuanto a los sindicatos actuales, parecen no haberse adaptado a las nuevas necesidades de sus representados y manejan aún conceptos como “conquistas sociales” o “clase obrera“, que en mi opinión resultan un poco trasnochados. De todos modos, no es la dialéctica el peor defecto que cabe achacarles.

A mi juicio, mucho peor que eso es la definición de trabajador que se deduce de sus actuaciones y su cada vez más flagrante servilismo respecto a los partidos políticos de su cuerda, que tienen patente de corso para reconversiones industriales y hasta para aprobar la instauración de las Empresas de Trabajo Temporal, entre otras lindezas.

A veces tiene uno la impresión de que para los sindicatos actuales, trabajador es aquel asalariado que da derecho a una parte proporcional de un liberado. Los demás no cuentan.

Eso, los días buenos. El resto del tiempo, es aún peor y por eso los porcentajes de afiliación y los de participación en las elecciones sindicales están como están.

¿Crees que los sindicatos representan realmente a los trabajadores o tienen sus propios intereses?, ¿qué opinas de su papel en esta crisis?, ¿un sindicalista liberado es realmente un trabajador para la comunidad?, ¿se han quedado los sindicatos anclados en el pasado? ¿Se te ocurre a alguna alternativa al actual sistema de representación de los trabajadores?

 

 

La vivienda en Alemania (susto y ejemplo)

Esta es la bandera del 2º Reich. Sirva de aviso para los que quieren una 3ª República.

Esta es la bandera del 2º Reich. Sirva de aviso para los que quieren una 3ª República: pasar de segundas partes nunca fue bueno.

Hace unos días nos hablaba el amigo Mburuvicha de las diferencias entre las medidas de política económica alemanas y las de nuestro país y hoy me apetece reincidir en el tema.
Como ya sabréis los que alguna vez hayáis cometido la imprudencia de echar un vistazo a mi perfil, he escrito algunas cosas sobre el desastre de Weimar y la inflación galopante que llevó en 1923 a que el dolar americano se cotizase de 1,2 marcos a cuatro billones cuatrocientos sesenta mil millones de marcos en diez meses. Los salarios se tenían que pagar varias veces al día, porque con la paga de la mañana no llegaba para comprar la comida del día cuando llegaba la hora de salir del trabajo. En 1923 murieron un millón de alemanes de hambre o frío.
Sobre lo mucho que se cabreó la gente ya sabéis, sin duda, unas cuántas cosas. Y sobre lo que hicieron después de cabrearse, también. En Alemania se lo toman todo muy en serio, parece: cuando trabajan, reconstruyen un país en diez años, cuando se divierten, organizan algo tan desmedido como la Oktoberfest cervecera(para verlo, si no lo conocéis), y cuando se enfadan y arman bronca, pues hace falta todo un planeta y seis años para devolverlos a su cordial, educada y laboriosa normalidad de siempre.
Para el tema que tratamos en esta página, a lo mejor convendría que supiésemos algunas cosas de lo que ocurre con la vivienda por ese país que tantas veces nos ha echado una mano en las lides europeas, aunque lo único que tuviésemos en común fuesen los adversarios.
En Alemania la vivienda es escandalosamente barata para nuestro estándar, tanto en propiedad como en alquiler. Hay grandes diferencias por zonas, por supuesto, pero el alquiler medio en una ciudad media es de 190 € al mes por un piso de tres habitaciones. Y en cuanto a compra, pues o pongo tres enlaces que pueden pareceros un poco exagerados y quizás lo sean, pero sirven para hacerse una idea. Este primero es de Mutzschen, en Sajonia, un pueblo de 2.300 habitantes. El segundo corresponde a Plauen, un ciudad de 70.000 habitantes, y aunque no os lo podáis creer os aseguro que es cierto proque les mandé un email para poreguntar si era una errata.. El tercero corresponde a un apartamento de dos habitaciones  (58 m.) en Berlín capital.
Cuando hayáis recuperado la mandíbula, recordad que la renta media y el salario alemán es muy superior al español, con lo que esos precios suponen para ellos un esfuerzo financiero aún menor que el que supondrían para nosotros. También denéis tener en cuenta que al ser un página en inglés, orientada al mercado exterior, los precios son algo superiores a la media nacional. Si alqguien quiere de veras buscar vivienda en Alemania que lo diga en comentarios y pondré enlace a alguna inmobiliria local.

Las causas y efectos de esta diferencia son determinantes para lo que más tarde puede abordar un país. Con semejante punto de partida, como es fácil de comprender, todo acaba siendo diferente.

En cuanto a las causas, son muchas, demasiadas, para tratar de enumerarlas aquí, pero me gustaría destacar tres:
-1-En Alemania no hay que edificar en terreno específicamente urbano. Todo el país es edificable salvo las zonas en que esté expresamente prohibido. Así, como comprenderéis, no hay quien se saque un duro de recalificar nada ni se puede forzar la escasez de suelo. ¿Y dónde está prohibido expresamente edificar? Pues cerca de las vías férreas, en los cauces de los ríos, los parques, los espacios naturales… Todo muy normal, vaya..
-2-Tras la guerra hubo que reconstruir medio país, y el gobierno, en vez de vender las viviendas, las dio en alquiler masivamente. Por si alguien no lo sabe, en el año 48 colocaron un cartel en Berlín, de muchos metros de alto, que decía: “Si quiere ver nuestras ruinas, dese prisa”. Vaya carácter…

-3-Digan lo que digan algunos, el muro de Berlín no lo levantaron los neoliberales para evitar que la gente escapase hacia los paraísos socialistas. Parte de la población de la RDA huyó del comunismo cómo y cuándo pudo, dejando vacías su viviendas en Oriente y obligando a construir nuevas viviendas en Occidente. Tras la unificación y el regreso de muchos ciudadanos a sus ciudades orientales de origen, sobraban viviendas a millares en los dos lados.
Las consecuencias de este abaratamiento de la vivienda son tremendas y marcan absolutamente la diferencia a la hora de competir en los mercados.
-1-Necesidad de invertir los capitales en bienes más productivos que la vivienda, pues este sector ofrece una rentabilidad muy baja. Esto desarrolla forzosamente la industria y otros sectores productivos.
-2-Movilidad geográfica de los trabajadores a muy bajo coste, pues si tu casero el Estado te cambia en cuestión de días o semanas una vivienda en tu ciudad de origen por otra en tu ciudad de destino.
-3-Volumen de renta disponible de los ciudadanos mucho más elevada, con lo que esto implica en el consumo y la demanda.
Y algo más: cuando el casero principal es el Estado, ¿qué creéis que dicen las leyes sobre el impago de alquileres? No te fusilan al amanecer, pero casi.
Trasladando toda esta información a nuestro país, me hago y os hago algunas preguntas:
-¿Son los permisos municipales una de las causas del encarecimiento de la vivienda?
-El deseo español de ser propietario de la vivienda, ¿es un capricho o tenemos nuestras buenas razones para ello dada nuestra evolución histórica?
-¿Sería viable en España que el Estado fuese propietario de varios millones de viviendas, o acabaría siendo un colador para caraduras y grupos antisociales?
-¿Hay que perder una guerra poder ir en el pelotón de cabeza? (veáse Alemania y Japón) ¿O es mejor decir que eres comunista y dedicarte a ganar dinero como loco? (véase China)

La importancia de los títulos académicos

Diploma que expiden algunas universidades españolas, según puede comprobarse cualquier fin de semana.

Diploma que expiden algunas universidades españolas, según puede comprobarse cualquier fin de semana.

Tenía y tengo un amigo que optó en cierta ocasión a un puesto de diseñador gráfico en una importante empresa nacional. Los requisitos eran contar con la licenciatura en Bellas Artes, manejo de varios programas profesionales de diseño gráfico, retoque fotográfico y maquetación, y al menos cinco años de experiencia en un puesto similar.
Este es seguramente el momento de decir que mi amigo era y es ingeniero de montes, y ya que el monte es una de las bellas artes, como todo el mundo sabe, envió su currículum para aquel puesto, acompañado de un certificado falso que acreditaba la experiencia requerida y de un título igual de falso (o más) de haber cursado la carrera de Bellas Artes  en una importante Universidad española.
Llegado el momento de la selección entre los aspirantes, la empresa propuso una serie de pruebas prácticas en su sede, y como resultó que lo único auténtico de mi amigo era su destreza para manejar aquellos programas y su talento para el diseño gráfico, le ofrecieron a él uno de los tres puestos que debían cubrirse.
En el momento de la firma del contrato, se reunieron los tres nuevos trabajadores y el gerente. Después de las presentaciones de rigor, el gerente, con amplia sonrisa, los felicitó ¡a los tres! por su destreza a la hora de “maquillar” su propia documentación.
Y es que, según dijo, un diseñador gráfico tiene que saber diseñar, en primer lugar, un producto que parezca creíble a su cliente.
La preguntas del día son, por tanto:
-Si sabes hacer el trabajo, ¿para qué te van a pedir el título?
-Si no sabes hacer el trabajo, ¿para qué te van a pedir el título?
-En todo caso, ¿para qué le sirve a una empresa privada tu título a no ser que te quieran emplear de pringado firmador de proyectos ajenos?

¿Creees que los títulos académicos se ha convertido en “ombligos”, porque todo el mundo tiene uno?, ¿se han devaluado en cierta medida los títulos oo ha sucedido al contrario?

Lo que España debe a los mangantes

Lo consiguieron: nuestros años buenos parecieron un accidente.

Lo consiguieron: nuestros años buenos parecieron un accidente.

Es duro escribir estas cosas, pero la verdad es que en España tenemos una gran deuda con todos los mangantes, chorizos y estraperlistas de todo tipo que abarrotan y abarrotamos el censo.
Hay dos razones, sobre todo, para reconocer esta deuda, y por favor, reflexionad sobre ello antes de tirarme tomates:
La primera es la monetaria. Cuando la Unión Europea creó el euro, calculó el tipo de equivalencia con las monedas anteriores y a cada país le correspondió un tipo de cambio. El euro, como bien sabemos todos por lo mucho que nos aprieta, valió 166,386 pesetas. Esta cifra no salió de un sorteo: en teoría reflejaba el valor real de la masa monetaria española. Hasta ahí, sin problema, pero resulta  que según los recientes cálculos, el dinero generado por la economía sumergida española era muy superior a lo estimado, por lo que había más pesetas ocultas de las que se pensaba. La conclusión es obvia: España recibió más euros de los que le correspondían porque se valoró la peseta por encima de su valor real, ya que de haberse sabido que había más, el valor final habría rondado el de un euro por cada 190 o 195 pesetas.
Así las cosas, hay que reconocer que fueron los que tenían la pasta escondida los que hicieron que nos diesen por nuestros billetes verdes más euros de los que nos hubieran dado de otro modo.  Hay incluso quien achaca a esto el auge económico de los años anteriores, porque fue como si nos hubiese tocado la lotería a todos a la vez.
La segunda razón es más puñetera aún, y se trata de la eficiencia. Según afirman algunos estudios econométricos, en España se produce casi el doble con cada Euro que queda en manos privadas que con cada Euro administrado por el Estado. Por eso, por ejemplo, sigue habiendo colegios concertados: porque los llevarán los curas, sí, pero los chavales aprenden lo mismo (como poco) y  cuestan la mitad. Por eso, también, algunas intervenciones quirúrgicas o tratamientos médicos, los encarga la Seguridad Social a hospitales privados con los que tiene convenio.
Laproductividad del Estado es bajísima, y de este modo resulta que, dentro de unos límites, cada euro que se escaquea al fisco y que se invierta en la propia empresa o en un chalé en la costa (alguien lo construye, y ese alguien cobra un sueldo) rinde más, produce más empleo y más riqueza que si se lo llevara Hacienda.
No es descartable, por tanto, que la prosperidad de los años pasados se debiese también, en parte, a lo mucho que se ocultó ya la cantidad de billetes de 500 € que vinieron a parar a España.
De si esto es ético o no, habláis con un filósofo. Yo sólo soy economista.

Entrevista a un director de sucursal bancaria

368px-bankers_hall_shopping_atriumComo vemos que el tema de la banca interesa,  en www.calculodehipoteca.net hemos hecho un esfuerzo suplementario para acercarnos al mundo real y tenemos hoy con nosotros al director de una importante sucursal bancaria para ofrecernos de primera mano sus impresiones sobre la actualidad del mundo de la banca comercial y, más concretamente, del mercado hipotecario. Sin duda es otro punto de vista distinto al que habitualmente ofrecemos en estas líneas, así que le agradecemos muy sinceramente que nos haya dedicado su tiempo y esperamos que a vosotros, amables lectores, os resulte útil e interesante.

A mí ya me leéis más a menudo, así que os dejo sin más rollos con quien de verdad interesa:

Www.Calculodehipoteca.net: En primer lugar, muchas gracias por acceder a esta entrevista, en un momento en que la banca en general no pasa por su mejor momento de popularidad. ¿Cree que esa mala imagen está justificada?

¿Popularidad? A nivel de foros, prensa, medios en general, probablemente tenga usted razón y sea “la banca” un sector muy cómodo de criticar, mucho más que el sector farmacéutico, telecomunicaciones, de seguros, construcción, … aunque en cualquiera de ellos podemos encontrar varios aspectos mejorables.

En este sentido pienso que en el actual modelo económico en el que vivimos, y hasta que inventemos y nos dotemos de otro mejor, -todo es mejorable- alguien se tiene que encargar de canalizar el excedente de ahorro de una parte de la sociedad hacia aquellos que necesitan financiación; y ese papel de intermediación ha sido y es la principal función de la banca.

Lo que los ciudadanos en general y por supuesto los trabajadores del sector en particular -nos va nuestro sustento en ello- debemos exigir a las autoridades de los distintos países es que el sector esté bien regulado para que sea eficiente, estable y seguro.

Lee la entevista completa:

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La hipoteca defensiva

Ciudadanos esperando con alegría las medidas económicas del Gobierno

Ciudadanos esperando con alegría las medidas económicas del Gobierno

Cada vez leo más cosas y escucho más comentarios sobre gente que se está planteando usar la hipoteca como arma defensiva, una modalidad que casi nadie conoce y que, aunque arriesgada, podría marcar la diferencia entre quienes la usen y quienes no lo hagan. Diferencia para bien o para mal; ya se verá.

En estas páginas solemos hablaros de hechos consolidados con sus distintas posibilidades y sus mecanismos, pero no está de más que se hable, por una vez, de una posibilidad alternativa, aunque dejando bien claro que no se aconseja a nadie utilizarla (ni tampoco no hacerlo).

La hipoteca defensiva consiste en aprovecharse de dos expectativas: el tipo de interés superior del mercado financiero al hipotecario y la mayor seguridad de los bienes de mercado frente a los nominales.

Tranquilos, que me explico.

Punto primero, rentabilidad superior al coste hipotecario: en los mercados financieros, especialmente en la bolsa, es fácil conseguir rentabilidades superiores al coste de una hipoteca. Tiene sus riesgos, por supuesto, pero hay una serie de valores, incluidos algunos fondos garantizados, que ofrecen una rentabilidad muy superior al tipo de interés hipotecario. Por tanto, si hipotecamos una vivienda y reinvertimos lo que nos den en alguno de esos valores, podremos pagar tranquilamente la cuota de la hipoteca y nos quedaremos con una diferencia que puede ser bastante jugosa. Un ejemplo típico, aunque no el único ni quizás el mejor: obtenemos 300.000 euros de hipotecar un vivienda, y los reinvertimos en Abertis, la compañía de infraestructuras. Pagamos un 2,5 % al año por la hipoteca y obtenemos alrededor de un 7,5 % entre dividendo en metálico y ampliación liberada. Total, ganamos 15.000 euros al año con la jugada. La posibilidad de que esta empresa baje un año y nos haga perder, es relativamente alta, pero la probabilidad de que baje al cabo de treinta años, es mínima. La elección de la empresa ha sido casi alearoria; las hay mucho mejores, pero este no es un foro de bolsa.

Punto segundo, mayor seguridad de los activos frente al nominativo. Si como algunos creen, o creemos, la devaluación monetaria será inevitable para sufragar los déficits públicos de toda la zona Euro, es mejor tener el dinero invertido en algo que reaccione casi automáticamente a la devaluación subiendo de precio, mientras el dinero que se debe es nominal. O sea, que si hipotecamos una viuvienda en 300.000 euros y los invertimos en acciones, estas subirán automáticamente, o casi, ante una devaluación, y el valor de lo que debemos descenderá, porque al deuda la tenemos en términos nominales, es decir, en una cantidad fija de unidades monetarias con independencia de lo que esas unidades monetarias valgan. Todo el mundo sabe que cuando la devaluación Argentina (o la alemana, que es igual pero a lo bestia) muchas familias se arruinaron y casi todo el mundo perdió sus ahorros. Lo que se suele mencionar menos a menudo es que los que tenían deudas las pagaron con nada.

Combinad el punto uno con el dos, y sacad vuestras propias conclusiones. Esa es la hipoteca defensiva, una forma de hipotecarse con una mentalidad distinta.

Déficit público y coste de la hipoteca

Esta es la cigarra. La hormiga no salió en la foto porque estaba currando.

Esta es la cigarra. La hormiga no salió en la foto porque estaba currando.

Según la Vicepresidenta Segunda del Gobierno, Elena Salgado, el déficit público del conjunto de las administraciones españolas alcanzará este año el 9,5 % del PIB, casi el doble del 5,8 % previsto en un principio.

Para quien no entienda muy bien estas cifras, trataré de dar una explicación simple: la suma de lo que van a gastar el Estado Central, las autonomías, diputaciones, ayuntamientos y demás fauna administrativa, será superior a sus ingresos en una cantidad equivalente al 9,5 % de todo lo que se produce en el país. O sea, ¡y ojo!: que no es que gasten un 9,5 % más de lo que ingresan vía impuestos, sino que el tamaño del agujero de este año es de un 9,5 % de todo lo que producimos. Conviene hacer esta puntualización para que no nos engañen. No es que ingresen diez y gasten once. Es que ingresan diez y gastan veintitres.

No hace falta tener tres masters y un doctorado en economía para saber que eso es una puñetera ruina, pero quizás sí convenga seguir el hilo que lleva este desastre hasta nuestro bolsillo:

Las administraciones públicas tiene un déficit bestial. Ese agujero hay que taparlo con algo. Para taparlo, se va a emitir deuda pública (letras del tesoro, bonos, etc), o se va a acudir a pedir prestado al exterior. Como el Estado va a engullir una parte muy sustancial (enorme) del crédito disponible, habrá menos dinero en el mercado para el sector privado (que somos nosotros) y ese dinero será más caro en cuanto llegue el efecto oleaje a pie de calle. Con menos dinero para el sector privado, se podrá invertir menos. Cuando el dinero cueste más caro, veremos que los diferenciales de los bancos y los tipos base como el Euribor subirán, porque los bancos no tendrán efectivo para prestar o tendrán que conseguirlo más caro en el exterior debido a la presión que ejerce sobre ellos la deuda pública.

O sea: que el déficit público se convierte a medio plazo en encarecimiento del dinero y endurecimiento de las condiciones hipotecarias.

¿Cuando? Cuando vayan venciendo las emisiones anteriores.

Conclusión: nos podemos ir preparando.

Las elecciones europeas en clave de humor (de mal humor)

Eurodiputado agradeciendo a sus votantes el apoyo prestado

Eurodiputado agradeciendo a sus votantes el apoyo prestado

Está bien ese principio de un hombre un voto. Y una mujer, también, aunque a la izquierda no le gustase en su momento porque, según ellos, las mujeres estaban demasiado influidas por los curas y era mejor que no votasen. Como véis, lo de someter las convicciones al interés no es un brote verde, precisamente.

Esta bien porque podemos votar todos  en las elecciones y así podemos decir que el tema nos afecta, aunque sepamos que lo mismo da ocho que ochenta, proque si se puede votar es que no importa, y si importa de veras no se puede votar. ¿No tenéis esa sensación?

Sábado es, y divago. Pero trataré de centrarme.

Como siempre, las elecciones han servido para que nos demos cuenta de que no vivimos en una democracia real, porque a los políticos les importan tres puñetas los votos en blanco o las cifras de participación. Con un cuarenta y tantos por ciento de votos emitidos el resultado es tan legítimo como si hubiese un ciento veinte por ciento, cosa que ya ha sucedido, como bien sabéis. En alguna regiones de este país han sido siempre tan demócratas que votaban hasta los muertos. ¿Os acordáis?

Fuera de nuestras fronteras, me quedo con una sonrisa y una preocupación: la sonrisa para los suecos, por los siete escaños que le concedieron al Partido Pirata, promotor de una lucha sin cuartel contra ciertas patentes y contra el control de los datos personales de los ciudadanos. La preocupación por el nuevo auge de la extrema derecha, que vuelve a menear sus siete colas capitalizando el descontento de los más pobres. Porque es curioso: a la extrema derecha la votan sobre todo los pobres. O eso dicen los sociólogos, y con buena lógica, porque los inmigrantes africanos, por ejemplo, no son competencia para los ingenieros nucleares y los neurocirujanos. A lo mejor tenía razón el Dr. Goebbels (mucho más canalla que idiota) cuando decía que los votos que él tenía que cosechar eran los de los comunistas, proque los burgueses lucían demasiado rechonchos para desear cambios cambios drásticos. Que Goebbels fuera un político de extrema derecha lo discutimos aparte, si queréis, lo mismo que si lo son o no los extremistas holandeses, por ejemplo, que tan buenos resultados han obtenido en estas elecciones. La pregunta que me queda, y os dejo, es la que se hace un sociólogo checho cuyo nombre no consigo recordar: ¿Es cierto que cada inmigrante que llega a un país genera un fascista en ese país a medio plazo?

En cuanto a España, si nos ponemos a mirar de cerca los resultados, tenemos, a mi juicio, que al Gobierno le ha pasado factura la crisis (en vez de garrote vil, como sería esperable), y que la oposición ha recogido las migajas de ese descontento popular, sólo las migajas, porque no parece tener dientes para algo más consistente que migas y purés. Si con la que está cayendo, la oposición no es capaz de conseguir nada más que lo conseguido, no sé a qué espera para renovarse. A lo mejor es que ya tienen respondida la vieja pregunta: ¿renovarse o morir?  Morir, por supuesto, que renovarse es de pobres.

La nota llamativa la deja UpyD, el partido de Rosa Díez, que poco a poco se consolida como fuerza alternativa, con propuestas que a veces se califican desde fuera de socialismo encubierto y otras de fascismo descarado, según a quién perjudiquen. Por lo demás, nos queda de esta campaña un contenedor entero de bipartidismo cargado de palabrería; eso,  y el convencimiento general de que en Europa se toman las decisiones importantes, como se decía en la campaña, pero no por nadie a quienes nosotros podamos elegir.

Porque si un día os da por informaros sobre los entresijos y los mecanismos de la Unión Europea descubriréis que el peso del Parlamento es muy inferior al de la Comisión y al de otros organismos nombrados digitalmente por los gobiernos nacionales. Y cuando consigan que entre en vigor la Constitución Europea que aquí aprobamos porque nos la recomendaron los Morancos, el poder de los no elegidos será aún mayor.

Así las cosas, en este deshilado análisis sólo nos queda hablar de los grandes descalabros socialistas en Europa y del avance de los partidos conservadores. La caída de la izquierda se explica sola: en los malos tiempos hay que dejar las tonterías y volver a la realidad. La subida de la derecha, también: los conservadores del mundo entero consideran el miedo como un militante de su partido y sus buenas razones tienen.

En todos los partidos hay gente racional y razonable, pero los acérrimos, los que no cambian su voto a aunque se agriete la tierra, creo que tienen una tipología muy determinada: se hace de izquierdas el que quiere que le den por la cara lo que nunca podría conseguir por sí mismo; se hace de derechas el que no quiere que le quiten lo que ganó su abuelo y él nunca ganaría. Los que consiguen las cosas por sí mismos o se creen capaces de ello no suelen ser acérrimos de nadie y votan a unos o a otros según las circunstancias del momento. Perdonad que sea tan crudo, pero esa es mi opinión.

Y en España, me parece, hay muchos millones de votos cautivos que salen a relucir en las elecciones europeas más que en ninguna otra convocatoria. Por eso los resultados se siguen polarizando en un bipartidismo infame, sin resquicio a la protesta ni al verdadero voto de castigo.

Casi mejor hablar de hipotecas. Se cabrea uno menos.

Sociedad Pública de Alquiler (SPA)

Oficinas de la Sociedad Püblica de Alquiler.

Oficinas de la Sociedad Pública de Alquiler.

Al hilo del artículo de ayer del señor Mburuvicha sobre los JASP, se me ha ocurrido que en la cosa pública siempre hay un ingenioso que se las compone para formar un acrónimo que signifique, por sí mismo, lo que su significado no se atreve a decir. Por eso, al Programa de Ayuda de la Declaración de la Renta de España le pusieron P.A.D.R.E. , que es lo que le gustaría ser al Estado si no fuese proxeneta.

Otro bastante curioso es el SPA. Yo pensaba que lo de SPA eran sólo unas siglas, pero resulta que esas tres letras son la mejor descripción de lo que realmente es y ha sido la Sociedad Pública de Alquiler: un balneario vacacional para anquilosados reumáticos y demás chupatintas asimilables.

Se acaban de publicar recientemente logros de este glorioso SPA y resulta que en cuatro largos años ha conseguido alquilar 9811 pisos y eso que ofrecía la muy golosa garantía a los propietarios de que se haría cargo del importe del alquileres si los inquilinos no pagaban.

¿Y sabéis qué ha pasado? Que además de mover una cifra tan ridícula de negocio, se han declarado morosos nada menos que 2100 inquilinos, es decir más de un veinte por ciento, con lo que la tontería nos ha costado a los ciudadanos el pico de lo que cuesta la institución más el pago de esos 2100 alquileres fallidos, que al final han salido de las arcas públicas, o sea, de nuestros impuestos.

El SPA en cuestión se fundó con un capital inicial de veinte millones de euros y ya tiene unas pérdidas oficiales de veintidós millones, por lo que hubiese salido mucho más rentable pagarle las hipotecas a quinientos ciudadanos que mantener semejante ruina.

¿Aún creéis que es bueno que el Estado se haga gestor de algo? ¿Por qué se han producido estas pérdidas? ¿Qué ha podido suceder para que se juntara tanto moroso en este grupo de inquilinos? ¿Qué clase de cachondeo se traen con nuestro dinero? ¿Queréis que se funde una Sociedad Pública de Hipotecas?

La competencia desleal de los bancos

Futuro anuncio de un banco: " Traenos tu dinero y déjate llevar"

Futuro anuncio de un banco: " Traenos tu dinero y déjate llevar"

Recuerdo a un viejo ferretero que decía, ingenuo él, que mientras el banco no vendiese cazuelas él no prestaría dinero. Luego, cuando una caja de ahorros decidió regalar una batería de cocina por cada cinco mil euros de nuevo saldo y la ferretería se tuvo que quedar con las suyas en el almacén para los restos, montó en cólera, pero tuvo que seguir sin prestar dinero. Y lo mismo le pasó con los platos, las tazas, y hasta algunos juegos de herramientas.

Esa es la historia: primero fueron las sartenes, las vajillas, los edredones y las planchas de vapor. Siguieron el desfile los pequeños electrodomésticos, las consolas de videojuegos, los viajes, los vales por noches de hotel y los ordenadores portátiles. Ahora parece que al fin le toca el turno a los pisos y mucho me temo que acabaremos viendo los escaparates de la banca ofreciendo orgasmos múltiples a sus clientes preferenciales.

La voracidad de la banca no conoce límites y su ausencia de recato, tampoco. Los organismos oficiales a los que supuestamente pagamos para ocuparse de  controlar la competencia dan por buena cualquier iniciativa de los bancos desde hace años, haciendo caso omiso de las quejas de competencia desleal que se vienen repitiendo desde distintos sectores.

Ahora los bancos tienen un gran remanente de pisos invendidos y se han lanzado a ofrecer condiciones ventajosas a quienes compren los suyos parda ponerse así con varios cuernos de ventaja sobre los promotores inmobiliarios.

El arsenal de triquiñuelas pasa por ofrecer mejores diferenciales en la hipoteca, comisiones mucho más bajas o inexistentes y hasta tasaciones más altas para poder prestar más dinero y hacer la operación más atractiva. Todo, por supuesto, si usted compra uno de los pisos que le ofrece el banco en vez de uno de los que le vende la promotora. La Ley de defensa de la Libre Competencia les suena a chino.

A primera vista, puede parecer que el ciudadano de a pie saldrá beneficiado, por aquello de la supuesta ganancia de los pescadores en el río revuelto, pero ya que nos juntamos aquí unos cuantos, me gustaría que analizásemos juntos algunos aspectos de la cuestión:

¿Debemos dar por bueno todo lo que aparentemente nos beneficie, sin más consideraciones? ¿somos, por tanto, los ciudadanos los primeros que enseñamos a los poderosos que la ley del embudo está bien vista?

¿Es lícito que el valor de un bien, o su tasación, dependa de quién te lo venda?

Si damos por buena esta clase de maniobras, ¿no acabaremos pagando con creces el supuesto beneficio de esta clase de precedentes?

¿Están realmente los bancos al margen de toda ley, como parece a veces?

¿Las leyes y normas de competencia son sólo para pobres, como tantas y tantas otras?

¿Está agotado el sistema económico capitalista?

Sistema económico alternativo, mariposeando en tornoa nuestrros problemas.

Sistema económico alternativo, mariposeando en torno a nuestrros problemas.

Ya que algunos amables lectores solicitan una opinión sobre este tema, he tratado de reunir ideas y me pongo manos a la obra.

Me gustaría dejar claro, en primer lugar, que un artículo sobre semejante tema tiene que ser necesariamente subjetivo y que no me parece posible, abordando este debate, quedar al margen de lo ideológico como intento otras veces, con más o menos éxito. No obstante, me parece imprescindible quedar fuera de lo partidista y ese será mi mayor empeño.

No está agotado el capitalismo, si lo definimos como sistema en el que cada cual vela por sus intereses como una persona adulta, sin recibir la tutela de entidades superiores. No está agotado, no puede estarlo, un sistema que consiste en que el que tenga una idea pueda llevarla a la práctica y lucrarse con ella. No puede estar agotada la idea de que quien tenga unas manos pueda trabajar con ellas y lucrarse con su habilidad.

Es la capacidad, la habilidad y la inteligencia la que tiene que determinar la riqueza de que cada cual disponga, y no la necesidad. Cuando la necesidad es la que determina la riqueza, salen necesidades de todas partes, porque esa es una de las bases del universo económico: que las necesidades son infinitas y los recursos finitos.

Sí está agotada, en cambio, la idea de que todos somos iguales. Porque no lo somos, y producir igualando condiciones y especificaciones genera toda clase de distorsiones que desperdician recursos.

Sí está agotada la idea de que la economía financiera añade realmente riqueza. Puede extraerla de unos bolsillos para colocarla en otros, pero la bolsa, los bonos, las opciones de futuros y los contratos cortos o largos sobre materias primas no añaden realmente gran cosa a la riqueza real. Hasta que no entendamos la diferencia entre riqueza y dinero, estaremos condenados a ser víctimas de toda clase de trileros y malabaristas.

Sí está agotada la idea de que el mundo es sólo uno y no existen las fronteras, porque las fronteras existen, y generan disparidades normativas, y divergencias competitivas, y grandes injusticias comparativas. Si se mueven los capitales pero no las leyes, las víctimas somos nosotros, porque siempre habrá un lugar donde se pueda soslayar una norma creada para defender la limpieza de las reglas del juego.

Sí está agotada la correlación entre democracia y poder popular. La hemos agotado nosotros, con nuestra incultura y nuestra desidia. Si perdemos el criterio para decidir, no importará si podemos decidir o no, porque el criterio es condición previa. La democracia es la capacidad de decisión sobre asuntos públicos al cargo de ciudadanos conscientes. Si los ciudadanos no saben de lo que hablan, o no saben lo que pasa, no existe democracia, sino simples manadas de búfalos moviéndose en una dirección u otra empujados por instintos o miedos. El problema no reside en elegir la opción ” no sabe, no contesta”, sino en que se elige con demasiada frecuencia la opción “no sabe, pero contesta”.

Sí se ha agotado el modelo de lo que yo llamo Estado Fofo. El Estado es cada día más grande, pero más débil. Tiene más funcionarios y más competencias, legisla sobre más temas y cobra más impuestos, pero controla cada vez menos a los otros agentes de poder, como el capital o los medios de comunicación, reservando su látigo y su dominio para los débiles. Perdido el equilibrio, nos encontramos con que los otros poderes utilizan al Estado como órgano de control de la población, en vez de ser al contrario, lo que nos deja indefensos y corrompe absolutamente el concepto de democracia.

Y sobre todo, creo que sí está agotado el modelo de reblandecimento económico y social de la Europa democristiana o socialdemócrata, un modelo que pasa por respetarlo todo, incluso lo que te perjudica, por ayudar a todos menos a los tuyos, y por comprender a cualquiera menos al que quiere que lo dejen en paz. Alegar, por ejemplo, que las subvenciones a los productos agrarios europeos perjudica a los agricultores africanos es una mezquindad y una estupidez. Pueden ser perjudiciales por otras razones, y esas otras razones las discutimos, pero votamos a nuestros políticos para que defiendan a nuestros agricultores, no a los de Namibia.

Quizás lo que nadie dice es que el agotamiento del modelo procede de que la economía capitalista es una lucha perpetua y Occidente no quiere ya luchar. Ser el primero es imponerse al segundo y a demasiados ciudadanos occidentales les han metido en la sangre la idea de que vencer es vergonzoso.

Le llaman la estética del perdedor, pero creedme: esa estética se la dejo sin reparos a otro, si es posible. Aplaudir al débil en un estadio puede ser divertido y hasta hermoso. Dejarse comer por él, no lo es.

Yo me lo he currado. Ahora es vuestro turno.

Hipotecar el futuro

Responsable final de la deuda hipotecaria, llorando en la caja de seguridad de un banco, donde fue depositado como aval.

Responsable final de la deuda hipotecaria, llorando en la caja de seguridad de un banco, donde fue depositado como aval.

Se os van a poner los dientes largos: allá por los años veinte, Henry Ford pagaba a los trabajadores de su fábrica de automóviles el equivalente a lo que actualmente serían ciento cincuenta euros diarios. Al final de mes, un obrero de su fábrica podía llevarse a casa el equivalente a seis mil euros actuales.

Sus competidores se burlaron entonces de él y en vez de combatirlo decidieron esperar tranquilamente a que se arruinase. Aún siguen esperando, bajo las flores.

Lo de Ford no era magia negra ni mucho menos: al ofrecer salarios superiores logró que los mejores especialistas y los trabajadores manuales más cualificados de todo el país compitieran como locos por trabajar para él. Mientras los demás perdían horas de trabajo en huelgas y conflictos, Ford trabajaba todos los días del año a tres turnos y ni siquiera las convulsiones de la ley seca consiguieron detener sus factorías. Además, consiguió meter en la cabeza a la gente que un coche era algo necesario y venderle uno a cada uno de sus empleados, con lo que, por otro camino, recuperó parte de lo gastado. Cuando su procedimiento se popularizó en Estados Unidos, se creó la clase media y esto hizo posible, con otras circunstancias que no es lugar para entrar a describir, el nacimiento de una nueva superpotencia.

La idea, resumiendo, consistía en fomentar el consumo pagando buenos salarios, porque el que gana mucho acaba gastando mucho.

Actualmente, a mi juicio, la idea es la contraria: se trata de conseguir que los demás paguen buenos salarios para que compren tus productos, mientras tú produces en China o en Macao. El capitalismo actual se basa en vender en Occidente a precio de oro lo que se ha producido en Oriente a precio de risa. Ahí es donde está el margen más que en la innovación o en la mejora técnica.

El inconveniente es que sólo se puede vender en Occidente a precio de oro mientras alguien pague salarios de oro en Occidente, y como algunas empresas se marchan, las que quedan ven que si siguen pagando tan buenos salarios como antes no podrán competir con las que se han ido. Y si en Occidente se dejan de cobrar buenos salarios, no valdrá la pena seguir vendiendo en Occidente.  El único camino para competir con Chna es hacerse chino. Pero ellos tienen mucha más experiencia que nosotros siendo chinos, así que tampoco.

La cosa está tristemente clara: si tengo una empresa y pretendo vender mucho, desearé que se paguen buenos salarios para que la gente tenga dinero. Por eso algunas grandes corporaciones apoyan a los movimientos sindicales de Occidente mientras ellas se van a toda prisa a producir a otro lado.

Su mecanismo se describe muy fácilmente: la prosperidad está en pagar mucho, pero que lo paguen los demás. Filosofía de piojo, ya veis.

Siguiendo este sistema, podremos comprar barato durante unos años, mientras no se haya estabilizado el bajón, pero luego, o ahora mismo, no tendremos con qué seguir comprando, porque el currante que entraba en nuestra tienda se fue al paro, el ganadero mató las vacas por una subvención, el agricultor arrancó las viñas (también por una subvención, qué curioso) y hasta el dentista se quedó sin clientela.

A esto se le llama hipotecar el futuro, a tipo fijo, y a sabiendas de que no lo vamos a poder pagar. Es una hipoteca vital y lo que se deja en prenda es el sudor y el bienestar de los hijos.

De todos modos no os preocupéis, que no es tan grave: ¿a nosotros qué más nos da lo que pase con la industria productiva si por aquí sólo hay bares y funcionarios?