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Por qué se esperan nuevas bajadas en el precio de la vivienda

Panorama del asunto...

Panorama del asunto...

El precio de la vivienda no parece encontrar un soporte en el que detener su caída. El dato, que en sí mismo no debería tener mayor relevancia, resulta que es de máxima importancia por ser en vivienda donde se concentra un porcentaje muy alto de la riqueza de los españoles y por afectar directamente a los balances de los bancos, que tienen también una parte sustancial de sus garantías invertidas en ladrillo.

Así las cosas, cada nueva bajada de la vivienda facilita, en teoría, el acceso a este bien de primera necesidad por parte de los que no la tienen, pero supone un clavo más en el ya de por sí siniestro ataúd de nuestra economía. Cada vez que baja la vivienda, las familias se sienten un poco más pobres (el famoso efecto riqueza) y menos predispuestas a gastar, y los bancos se asustan un poco más por las cantidades que deben provisionar y por los agujeros que aparecerán en sus cuentas con cada nuevo impago.

Pero veamos ahora por qué baja la vivienda y por qué algunas firmas de análisis, como la británica Capital Economics, o la consultora española Acuña y asociados, pronostican que las bajadas continuarán hasta un 30% o incluso un 50%, llegando a alcanzar los niveles de 2002.

-Desempleo: mientras no baje el vergonzoso nivel de desempleo de nuestra economía, será imposible reactivar el sector a través de la demanda.

-Deuda pública: si el Estado absorbe el dinero disponible a un tipo de interés superior al que pagan los particulares, la banca no tiene incentivo alguno para abrir el crédito a las familias, y menos aún para conceder hipotecas.

-Exceso de oferta: el exceso de oferta de los años anteriores no ha podido ser compensado todavía, y de hecho se ha visto agravado por la pérdida de población debida a la crisis económica.

-Segunda vivienda: la penalización que sufren las segundas viviendas por la reforma eléctrica  obliga a algunos propietarios a poner a la venta su segunda vivienda, lo que agrava el problema anterior.

-Caída de los salarios: las viviendas se venden, al final, por lo que la gente puede pagar, y la caída de salarios en España, un hecho cierto y poco discutible, hace que la demanda sea más débil y a precios menores.

Lo gracioso del asunto, si me permitís usar semejante palabra, es que el mayor propietario de viviendas en España es el Sareb, el banco malo, y ese es de todos. Así que encima, la pérdida la pagaremos a escote…

Euribor a 0,75 %. Plusmarca a la baja (y truco)

Lecciones de gravedad

Lecciones de gravedad

El Euribor sigue en su senda descendente, dicen que descontando los futuros descensos en el precio oficial del dinero. Y el dinero sigue bajando, como mercancía de relumbrón que se ofrece en en el escaparate en busca de quien se anime a entrar en la tienda a pedirlo.

La buena noticia es que el Euribor afecta a todas las hipotecas contratadas, esas que cada evz nos cuesta más pagar, y que este descenso, para los que vean ahora revisada su hipoteca supone un ahorro anual de uno novecientos euros. Todio un pellizco.

La mala, pro supuesto, es que se trata de un tipo de interés teórico, porque en la práctica estamos ante el escaparte de un país comunista, que vende mantequilla y se harta de anunciarla, pero cuando la gente entre a la tienda, no hay nada en las estanterías más que un peine casposo y un paquete de jabón amarillento. Y eso lo viví personalmente, así que no me vengáis con que es un tópico.

Todo esto lo dice cualquier otro blog, así que trataré de diferenciarme contando algo, aunque sea una simple hipótesis. ¿Y a qué se deben estas bajadas, si no hay dinero para prestar ni clientes solventes a los que prestarles? ¿Qué ataque de generosidad les ha dado a los bancos para permitir que baje el manipuladísimo Euribor, con la pasta que eso les hace perder al revisar las hipotecas antiguas?

Yo lo tengo claro: el miedo a que aumente la morosidad y la insolvencia. Cuanto más baje la hipoteca, más posibilidades tienen de que quede sin pagar. Yo, por supuesto, no tengo los datos, pero ellos sí los tienen: si una bajada meda de novecientos euros al año permite seguir cobrando al porcentaje suficiente de hipotecados, valdrá la pena.

Sobre todo con las provisiones a que obligan los insolventes.

Sobre todo con el miedo a que les revisen las cuentas.

Ahora que estamos acojonados todos y no sólo algunos, parece que la cosa mejora. El mal de muchos no siempre es consuelo de tontos, a lo que parece.

Se acelera la bajada de los pisos

No, no es un aviso: es una fuente que hay en Nürnberg...

No, no es un aviso: es una fuente que hay en Nürnberg...

A la mala situación económica y el tan comentado embarazo de la abuela, todo ello muy comentado en esta página, viene ahora a unirse una nueva circunstancia que impulsa, casi patea, los precios de los inmuebles a la baja: el miedo pánico que instila en los propietarios el discurso del ministros Guindos.

Porque lo cierto, amigos, es que hemos pasado de tener un Gobierno que no sabía dónde meterse a uno que saca pecho antes de pensar en las posibles consecuencias de sus globos sonda. La prueba más flagrante, y sin globo sonda, ha sido la recién aprobada reforma laboral, con muy buenas intenciones seguramente, pero con grandes pórticos, tipo Puerta de Alcalá o de Brandeburgo, para que se cuelen los defraudadores, los pufistas, los descuideros y toda esa fauna Ibérica tan conocida de la que, sin embargo, nunca habló Rodríguez de la Fuente en sus reportajes de el Hombre y la Tierra.

Vengo barroco, ¿?verdad? No es para menos, porque la cosa va de tirabuzones.

El caso es que el ministro de Economía ha anunciado que exigirá nuevas provisiones a la banca para cubrir las posibles insolvencias o menguas de valor de su cartera inmobiliaria, con lo que al losa de tener pisos en su balance se volverá otro poco más  pesada para los bancos.

En principio, parece buena idea, proque de ese modo los bancos harán lo divino y lo humano para librarse de los pisos, y esa es la razón por la que en pocas semanas se ha visto la carrera bajista de precios de la que hablo en el título.

Según el portal inmobiliario “idealista”, sólo durante la semana siguiente al anuncio de estas medidas para los bancos,  “fueron 10.654 los anunciantes que decidieron bajar el precio de sus viviendas en venta frente a la media de 8.203 propietarios que lo estaban bajando durante las cuatro semanas anteriores”

O sea, que estamos ante un sálvese quien pueda en toda regla, por miedo a que los bancos lancen ofertas que pulvericen los precios.

Y ahora, me tocan insistir: parece buena idea, porque los precios de la vivienda se acomodarán un poco a nuestros bolsillo, pero esto supone en el fondo un desastre pro otras dos vías: porque los bancos, al bajar los precios de los pisos tendrán que hacer nuevas provisiones (y no nos darán un duro para el mundo real), y porque los ahorros de buena parte de los españoles están en ladrillos, con lo que el país se empobrecerá a marchas forzadas, igual que se empobrece Argentina cuando baja el precio de la carne.

Si a los bancos se les piden más garantías porque los precios bajan, y estas garantías hacen que los precios bajen aún más, ¿qué pasará a continuación? que los bancos estarán aún peor… y sus hipotecas ya firmadas valdrán aún menos.

Este era el momento de tener  una idea imaginativa, sin espirales deflacionarias que nos manden a hacer puñetas a todos. Pero parece que eso va a ser demasiado pedirle a este gobierno…

La hipoteca, una especie en extinción

Negocio alternativo a la hipoteca

Negocio alternativo a la hipoteca

No hacía falta que nos lo dijera el Instituto Nacional de Estadística,  porque ya lo sabíamos todos, pero el número de hipotecas concedidas durante este año 2011, y el importe medio de las que se concenden, sigue en picado. Posiblemente, a la gráfica que representa estas magnitudes haya que colgarle pronto el cartel de “sigue en el sótano”.

La diferencia entre las hipotecas concedidas este año y las que se concedieron en 2010, que ya fue un ejercicio penoso y lamentable, es nada menos que el 42,2 % La cantidad media por la que se hipotecan las viviendas no llega a los ciento diez mil euros, lo que también supone un descenso de algo menos del diez por ciento. En total, y para que os dé la risa con el dato, s eyhan concedido en todo loq ue llevamos de 2011, la ridícula cifra de 32600 hipotecas nuevas, con un descenso acumulado del capital total prestado por los bancos para la compra de vienda de alrededor del cuarenta y dos por ciento. La cifra total de lo prestado es de tres mil quinientos millones de euros. Una risa para lo que acostumbraba a manejar este sector en otros tiempos.

La conclusión, es obvia: no hay un duro. Los bancos tienen poco dinero, y el poco que tienen prefieron cobijarlo bajo tres capas de hoirmigíon antes que prestárselo a nadie.

Ahora ya no se trata de ser solvente, de asegurar que devolverás el dinero ni de garantizar que el inmueble que quieres comprar no se va a depreciar por debajo del valor del préstamo solicitado: se trata de competir, pidiendo dinero, con dos docenas de gobiernos, centenares de empresas ymanadas de otros bancos, que lloran desesperados a la puerta de cualquiera que tenga un duro en busca de la capitalización que les falta.

Y competir con semejantes adversarios es difícil, sobre todo con el Estado, que sigue emitiendo deuda pública asegurando, ya con un artículo de la Constitución, que lo va a devolver puniualmente. ¿Puede alguien competir con eso? Yo creo que no.

Por eso la hipoteca es un negocio obsoleto, como la venta de hielo puerta  a puerta…

Quién lo dijera.

Hipoteca, pánico y precio

Mercado inmobiliario

Mercado inmobiliario

Permitidme que me ponga espeso, pero ya hacía tiempo que no escribía sobre una idea, como me gusta, en vez de escribir sobre hechos, que es lo que se supone que hacen los periodistas (y yo no lo soy).

Todas las agencias pronostican que el precio de la vivienda seguirá bajando y algunos se atreven a anticipar que aún falta un 40 % de descenso, con las consecuencias que eso acarrearía para los balances de nuestros bancos.

Pues bueno: ni tanto como subieron, ni tanto como las quieren hacer bajar los especuladores monetarios para comerse nuestros bancos por cuatro duros, aprovechando que los inmuebles son una parte muy importante de sus activos y que un descenso en esa valoración los pondría a precio de saldo.

Ni deberíamos haber caído en los precios exorbitados que nos comimos hace unos años ni debemos creernos ahora las valoraciones ridículas, impulsadas por los bajistas, deseosos de provocar el hundimiento de nuestro sistema financiero para imponernos las condiciones que les apetezcan.

Desde siempre, se sabe en economía que la famosa ley de la oferta y la demanda no es una ley, sino sólo una teoría, porque para la ley se cumpla es necesario que exista información y disponibilidad perfecta de productos, y eso no sucede jamás. Ahora, con la globalización y la agilidad de las comunicaciones, la ley de la oferta y la demanda es aún menos ley, porque las interferencias en su funcionamiento, o al teoría de los ñúes salvajes, que no actúan de modo racional, está más presente que nunca.

Cuando los precios suben, suben en tropel, y cuando bajan, bajan en tropel también, generando terribles ineficiencias en los mercados con nefastas consecuencias.

La peor, hace unos años, fueron nuestras hipotecas. Y ahora, un hundimiento artificial de nuestros activos, porque la vivienda es precisamente el mayor capital de la mayoría de las familias.

O sea que tengamos esto bien presente: la ley de la oferta y la demanda, más que ley, es un consejo. Otro día lo explico más en detalle, si os apetece.