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Velocidad de crucero del Euribor

El Euribor sigue en velocidad de crucero

El Euribor sigue en velocidad de crucero

Está claro que el Euribor ha cogido una velocidad de crucero y que no tiene pensado bajarse de ella, a tenor del crecimiento sostenido e indefinido en el que está embarcado, habiendo crecido por encima de 0.15 puntos porcentuales en este mes de febrero, si lo comparamos con el cierre de enero.

Y es que el valor de cierre del Euribor de febrero de ayer en el 1.714% sitúa al indicador en su valor más elevado desde abril de 2009, momento del inicio de la pendiente cuesta abajo de la que no todos se han podido beneficiar por culpa de las cláusulas suelo.

Además, con este incremento, el indicador acumula ya 11 meses consecutivos de subidas, y parece que los próximos meses seguirá con esta tendencia provocando más de un desajuste en las economías familiares, ya bastante golpeadas por la crisis y sus coletazos finales.

Pero la comparación verdaderamente importante es la que se realiza con el mismo mes del año anterior, es decir, si comparamos el cierre de febrero de 2011, con el cierre del indicador en febrero de 2010, nos encontramos con casi 0.5 puntos porcentuales, concretamente 0.489.

Con este diferencial, todas las hipotecas que tomen como referencia el cierre del Euribor del mes de febrero para determinar el nuevo tipo de interés verán incrementada su cuota en al menos 30 euros, lo que arrojará un incremento anual de cerca de 400 euros, que a priori no parece gran cosa, pero que sí lo es cuando toca pagarla.

Además, este crecimiento que hemos venido teniendo hasta ahora no es más que el principio, a juzgar por las opiniones de los expertos, que coinciden en afirmar que la tendencia alcista no tendrá freno en los próximos meses, especialmente si el Banco Central Europeo se decide, como todo apunta, a incrementar el tipo de interés para la zona Euro a partir de este próximo verano.

Según estos mismos analistas, la barrera del 2% para el Euribor antes de final de año parece clara y evidente, con lo que nos encontraremos a finales de 2011 en una situación similar a la que teníamos en los períodos inmediatamente anteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria, aunque en una coyuntura económica totalmente diferente, claro está.

Para mis pisos, sí, para los otros, ya veremos

Si es mío, sí, si es de otro, no

Si es mío, sí, si es de otro, no

Los bancos y cajas han decidido que su prioridad en estos momentos es deshacerse de todo el stock de viviendas que han ido acumulando involuntariamente con el devenir de la crisis debido a los embargos hipotecarios, y que ahora está lastrando sobremanera sus balances.

Y la mejor forma que se les ha ocurrido es poner el anzuelo de la hipoteca fácil a las familias con interés en comprar una vivienda, pero, eso sí, sólo para las suyas, sólo para las que ellos tienen en cartera, porque para las viviendas de los promotores las dificultades siguen siendo las mismas.

De esta manera han recuperado toda la flexibilidad que teníamos antes de la crisis, aunque ahora son más cuidadosos en los filtros aplicados para evitar conceder una hipoteca a cualquiera. Aún así, están ofreciendo financiación por el 100%, incluso más, del valor de tasación, por 35, o hasta 40, años de amortización, con períodos de carencia de hasta 3 años, o unos diferenciales más competitivos.

Esta práctica, que es legal a todas luces, no deja de ser algo dudosa desde el punto de vista ético ya que están realizando una competencia desleal a los promotores inmobiliarios que siguen sin poder vender sus viviendas, no ya tanto por la falta de demanda como por la falta de financiación.

Y es que las familias que acuden a las entidades financieras para conseguir financiación se ven abocadas a tener que decantarse por una vivienda que le ofrezca el banco, en un juego de esto o nada, porque para otras viviendas el grifo del crédito está cerrado.

Con esta política hipotecaria los bancos y cajas confían en poder deshacerse de todas las viviendas para iniciar la senda de la recuperación, ya que en estos momentos se encuentran carentes de toda liquidez y sin posibilidad de competir en igualdad de condiciones por la financiación en los mercados internacionales.

Por tanto, todo aquel que esté interesado en adquirir una vivienda debe de aprovechar esta oportunidad, limitada, eso sí, a pisos ya embargados, pero oportunidad al fin y al cabo en espera de que la economía, y el sector de la vivienda, tienda a recuperarse en el futuro.

La muerte de las Cajas de Ahorros. Consecuencias para la hipoteca.

Caja de Ahorros antes de ponerlo todo de su parte...

Caja de Ahorros antes de ponerlo todo de su parte...

Todos habéis oído ya a estas alturas que las cajas de ahorros agonizan en España como modelo financiero. Las pocas que subsistan serán aquellas que se hayan comportado como entidades financieras responsables, y de esas, de esas dos o tres, no podremos esperar un comportamiento muy diferente al de los bancos.

Las demás, o tendrán que convertirse en bancos, o tendrán que acometer unas reformas tan profundas que ya nunca más serán lo que fueron.

¿Y qué eran? En teoría entidades sociales gestionadas por los impositores, por los trabajadores y por los ciudadanos.. No tenían ánimo de lucro y destinaban sus beneficios a fines sociales. Genial. En los mundos de Yupi estas cosas resultaban francamente maravillosas.

¿Y en la práctica? En la práctica las Cajas estaban gestionadas por los políticos y los sindicatos, mangoneando el dinero de todos para favorecer sus fines, de modo que muchas veces se convertían en abrevaderos de dinero opaco y retiros dorados para políticos gastados o incómodos, de modo que podían financiarse proyectos según lo jugosos que fueran para los contratistas, los comisionistas o cualquier otra especie de lagartija que conociese las grietas del sistema.

El fin de las cajas puede parecer un desastre por lo que se pierde de obra social, y quizás lo sea en parte, pero desde el punto de vista de la hipoteca creo que será positivo, porque al quedar menos dinero en manos de los políticos y sus obras faraónicas, habrá más dinero disponible para fines comerciales.

Y los fines comerciales son precisamente eso: líneas de crédito para empresas e hipotecas a particulares.

Puede pareceros extraño, pero a mi juicio es lo que veremos después de una etapa más o menos larga y más o menos dolorosa de ajuste: que la liquidez disponible aumentará y que eso será bueno para conseguir una hipoteca, o al menos para que no suban tanto como podrían subir en otro caso.

No hay mal que por bien no venga, ya se sabe…

 

Hipoteca y precariedad económica

Vieja estética para nuesvas herramientas

Vieja estética para nuesvas herramientas

Hace tiempo que  estamos aquí hablando de los pros y contras de unas y otras hipotecas, pero me parece que lo que no hemos analizado nunca es el hecho de que el contrato hipotecario, por su propia naturaleza, empieza a a ser un producto obsoleto y peligroso para ambas partes, tanto para la banca que lo conoce como para el particular que lo pide.

Quizás os haya sonado raro esto que he dicho, pero trataré de explicarme:

La hipoteca es un contrato a muy largo plazo en el que el banco presta un dinero a cambio de la garantía de un inmueble y, en España, de todos los bienes presentes y futuros del deudor.

El problema sobrevenido con la modernidad es que el plazo es excesivo. Cuando la sociedad era estable, tanto desde el punto de vista laboral como económico, era justificable que se firmasen contratos a treinta años. ¿Pero sigue siendo eso normal en los tiempos en los que todo cambia a la velocidad que cambia y nadie puede, realmente, medir los riesgos del  largo plazo?

Muchas veces hemos oído hablar de que la sociedad actual cambia a toda prisa. Hemos oído comentar que en en 1992, en la Expo de Sevilla, nadie mencionaba siquiera internet en sus expositores, de que poo aquella época prácticamente no existían los teléfonos móviles y todas esas cosas. Sabemos que los cambios sociales y de tecnología han provocado gigantescos cambios económicos, que se han deslocalizado empresas, que se  y ha globalizado el mundo económico hasta el punto de que competir por un producto, o un salario, no es siquiera parecido a lo que era hace diez años….

Bien, pues seamos sinceros entonces: Con este ritmo y esta incertidumbre, ¿ prudente para cualquiera de las dos partes firmar un contrato a treinta años? Da la impresión de que no. Da la impresión de que la hipoteca, con sus plazos imposibles, tendrá que ser sustituida más pronto que tarde por algún otro producto que se adecue mejor a la nueva realidad.

No podemos seguir creyendo que es lógico hablar de plazos de treinta años cuando la historia, la vida y los cambios se han acelerado hasta el punto de que muchos d los que tenemos treinta y tantos o cuarenta años nos reconocemos completamente obsoletos en gran parte de las cosas que dominan nuestro mundo. Todo envejece deprisa. Todo se va rápidamente a la obsolescencia por unos cambios que no parecen detenerse. Y sien embargo pretendemos aún decir que un contrato a treinta años tiene los riesgos medidos.

De ahí, para mí, viene gran parte del problema. De que seguimos manejando con herramientas viejas problemas absolutamente nuevos. De que nos hemos ido a Marte y seguimos consultando la predicción del tiempo de la Tierra.

Tarde o temprano habrá que hacerse a la idea y reconocer que, hoy por hoy, una hipoteca a treinta años es casi una quimera.

Hipotecas online, realidad o milonga

¿nos vende la moto o son realmente mejores?

¿nos vende la moto o son realmente mejores?

Basta con darse un paseo por la red para encontrar miles de ofertas de hipotecas online de todo tipo y con unas condiciones realmente competitivas, condiciones imposibles de encontrar en las hipotecas que se ofrecen en las propias sucursales de las mismas entidades, y es que las hipotecas online se han convertido en las hipotecas más competitivas del mercado.

Ofrecen unos diferenciales más atractivos que los habituales, unas comisiones más laxas y una vinculación mucho menor, con lo que los clientes pueden beneficiarse de unas condiciones más que interesantes a la hora de acceder a un préstamo hipotecario.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y en el aspecto negativo cabe decir que las restricciones de acceso son mayores, con lo que sólo clientes de solvencia demostrada y demostrable pueden acceder a este tipo de hipotecas, y además, limitan la capacidad de negociación del cliente con la entidad, ya que se tratan de paquetes ya hechos, sin modificación posible.

Aún así, en general las hipotecas online ganan en cualquier comparación con las hipotecas offline, por llamarlas de alguna forma, ya que, en el fondo, la capacidad de negociación del cliente con las entidades financieras es más que limitada, más allá de las grandes fortunas.

Además, las hipotecas online ofrecen una transparencia que no se puede encontrar en ninguna oferta de cualquier sucursal que se visite, ya que a golpe de click se pueden comprobar las diferentes condiciones de cada hipoteca y valorar la que mejor se adecua a las necesidades particulares en cada momento específico.

Por tanto, si nos planteamos la cuestión de si las hipotecas online son realidad o milonga, no nos cabe otra más que apostar porque se trata de una realidad cada vez más contrastada y ante la que debemos de confiar porque la seguridad online es, a su vez, cada vez más importante.

Por otro lado, las entidades siguen queriendo promocionar sus hipotecas online por encima de todo, ya que su gran objetivo es centrar el negocio en Internet y ahorrarse así cuantas más sucursales mejor, el principal coste de las entidades financieras.

De la dación en pago a la cláusula suelo, y tiro porque me toca

¡A romper la cláusula suelo!

¡A romper la cláusula suelo!

Bien, bien, bien, parece que las entidades financieras de este país no ganan para sustos, si durante estas últimas semanas se han tenido que bajar al fango para defender las maldades de la dación en pago, ante la demanda popular para su aplicación, ahora tendrán que hacer lo propio ante la cláusula suelo.

Y es que los tribunales han aceptado a trámite una demanda colectiva sobre el abuso que supone la aplicación de la cláusula suelo en el articulado de los contratos hipotecarios, en comparación, claro está, con la irrealidad que fija la cláusula techo que le sirve de contrapartida.

Porque una cláusula suelo no es necesariamente abusiva, siempre y cuando la cláusula techo que le sirva de contrapeso sea real. En estos últimos meses la cláusula suelo era real, muy real, especialmente para las entidades financieras, mientras que la cláusula techo estaba situada a niveles inalcanzables en cualquier circunstancia.

Así, estaríamos hablando de un cláusula suelo de 2.5-3, aproximadamente, y una cláusula techo cercana al 10%, con lo cuál el abuso era claro y evidente, y ha perjudicado, de manera notoria, a las familias hipotecadas que no se han podido beneficiar del drástico descenso del Euribor en estos últimos meses de atrás, mientras que sí tuvieron que sufrir las consecuencias del incremento brutal de hace un par de años.

La demanda colectiva va, precisamente, en ese sentido, en la falta de concordancia entre una cláusula y otra, con lo que se cercenaban los derechos de los clientes en favor de los intereses de las entidades financieras, que, como no podía ser de otra manera, siempre salían ganando.

El problema es que la incultura financiera general de este país haya provocado que estas prácticas abusivas se hayan venido repitiendo durante años y años sin que nadie las pusiera freno. Ha tenido que venir la crisis económica para hacer de la necesidad virtud y fomentar una lectura pormenorizada de los contratos hipotecarios que se firmaban o que se habían firmado.

Una vez más se demuestra que cuando las cosas van bien nadie mira nada, pero que en cuanto las cosas comienzan a ir no tan bien, todo el mundo mira hasta el último céntimo.

Bancos, hipotecas y promociones inmobiliarias. Los muertos en el armario.

cementerio ecológico

cementerio ecológico

Lo malo de las  cuentas y de las matemáticas es que cuando no cuadran, se nota.

El Gobernador del Banco de España ha ordenado que se verifiquen las cuentas presentadas por los bancos tras sospechar que han ocultado un mínimo de 80.000 millones de euros de crédito promotor en los informes remitidos al cierre de 2010.

O sea, que los bancos, por separado, han declarado unas cantidades de dinero prestadas a promotores inmobiliarios y esas, al sumarlas, no cudran con las cantidades que el Banco de España tenía previstas en riesgos, por anteriores datos.

El total de lo que hay declarado entre crédito promotor y constructor suma la escalofriante cifra de 439.000 millones, lo que podría dejar en el limbo de los euros un mínimo de 80.000 millones, como decía antes, y un máximo de 200.000.

Este tipo de noticias no ayudan ni a aumentar la credibilidad del sistema bancario español ni mucho menos a hacernos pensar que la salida de la crisis está cercana.

La pregunta que yo me hago, porque sé que el dinero no desaparece es: ¿Dónde demonios está toda esa pasta?, ¿quién la tiene?, ¿qué ha ocurrido con ella? La riqueza se destruye, pero el dinero no. Así que por favor, a mí me lo expliquen.

Por lo demás, ya sabéis lo que podemos esperar en las próximas fechas quienes vayamos a pedir un crédito o una hipoteca.

Euribor al 1,7 % (y no va a bajar…)

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Asesor económico del gobierno

De tanto como nos acostumbramos aver las gráficas de la izquierda en esta web acabamos por considerarlas elementos decorativos, como la casita del logo, pero lo cierto es que no se trata de un dibujo arbitrario en plan optimista, de esos que aparecen en todos los manuales sobre bolsa y en los que las acciones siempre suben.

Esta gráfica, la del Euribor, es el indicador de nuestra temperatura, de la fiebre que sufriremos y del esfuerzo que nos va a costar llegar hasta fin de mes. Y la gráfica del Euribor no deja de subir.

La interpretación, por supuesto, depende del gusto de cada cual. Se puede decir, siendo optimista, que en el último o año el EURIBOR sólo ha subido medio punto, o menos incluso, y que eso e smuy poco para un año. Y sería verdad. Pero se puede decir , y también sería cierto, que el Euribor, en un año, se ha disparado un 40 %, que es lo que hay de diferencia relativa entre su valor en febrero del año pasado y el de este. Y n estos casos, me temo, la diferencia porcentual es más importante que la absluta, proque la diferencia porcentual es la que marca la tendencia y hasta la pendiente de la curva, así que si nos fijamos en esa variable debemos temer que el aumento suba.

¿Y cuánto? ¿Alguno sabe estadística?

Yo, una poca. Y pronostico que subirá cada vez más en términos absolutos y menos en términos relativos, pero que no se va a detener hasta superar el 2 o el 2,3 % en este año. Eso es apreciable para quienes tenga una hipoteca antigua, y bastante más que aprciable para los pocos que han conseguido formalizar una hipoteca en los últimos meses.

Mientras la inflación no frene, y es imposible que frene con las subidas de la luz y los carburamntes que nos meten, no se puede pensar que los tipos de interés se moderen. Así que agarrémonos, que aún hay curvas por delante.  Muchas.

Y precipicios para los dos lados…

Dónde dije digo, digo Diego

Lo que hace una semana valía, ahora ya no

Lo que hace una semana valía, ahora ya no


Hasta ahora sabíamos que la justicia española era un cachondeo y que cuando uno acudía a un juzgado no dependía de la ley a la que estuviera sujeto, sino de la interpretación que de ella realizara el juez de turno, pero ahora ya tenemos la confirmación de ese hecho.

Si hace una semana se nos llenaba la boca al anunciar que la Audiencia Provincial de Navarra había dado la razón a un cliente, y aceptado la dación en pago como método de finalización de una deuda hipotecaria, es decir, que ésta se cancelaba con la entrega de la vivienda, ahora, la misma Audiencia Provincial de Navarra, aunque otro juez, se supone, no lo acepta.

Y es que a pesar de que el nuevo caso era totalmente similar al anterior y las condiciones que concurrían idénticas, resulta que el nuevo juez ha estimado que el cliente debe de abonar a la entidad financiera la diferencia entre la deuda hipotecaria en el momento del embargo y el precio de subasta, en este caso estaríamos hablando de poco más de 40.000 euros.

Es evidente que ambos jueces pueden tener razón, y seguro que la tienen, pero entonces algo falla en la legislación española si se pueden realizar dos interpretaciones contrarias de la misma ley, por lo que el debate de la dación en pago y su plasmación, o no, en Ley, ya no es deseable sino necesario.

Y es que visto lo visto, no es descabellado pensar que dentro de unos meses, un juez de esta misma Audiencia, o de otra, pueda volver a aceptar la dación en pago, y entonces sí que ya nos volveríamos completamente locos y acabaríamos sin saber con exactitud en que lugar nos encontramos.

Porque una sociedad necesita estabilidad judicial, el saber a que atenerse, para poder llamarse sociedad desarrollada y poder avanzar de manera adecuada hacia el futuro. ¿Cómo vamos a conseguir inversión extranjera si los mercados internacionales saben que las leyes se aplican al libre arbitrio de los jueces?

Es evidente que la ley tiene que ser interpretada, y que para ello están los jueces, pero creo que no cabe dos sentencias opuestas sobre un caso similar.

El estallido de las subprime a la española

No todo nos viene de Estados Unidos

No todo nos viene de Estados Unidos

Todos los que hemos vivido en España durante los últimos 10 años hemos conocido esta situación. Un cliente cualquier acudía a una entidad financiera a solicitar un préstamo hipotecario para una vivienda, y salía con un préstamo hipotecario por encima del 100% del valor de tasación de la vivienda para que se pudiera comprar, por ejemplo, un coche.

Esta era una práctica que nos sorprendía a los apócrifos, pero que seguía funcionando sin que ningún analista ni ningún experto pusiera la voz en grito, más allá de pequeñas críticas sucintas. Una práctica que ahora el Banco de España ha puesto en cifras, y que pone de manifiesto que en nuestro país también hemos vivido el fenómeno subprime, subprime a la española.

El fenómeno de las subprime a la española está relacionado con el hecho habitual de que las entidades financieras concedieran hipotecas por encima del 80% del valor de tasación de la vivienda, límite marcado por los analistas como situación de estabilidad. Más allá de ese límite el riesgo que corre la entidad financiera de morosidad o de pérdida por depreciación de la vivienda es elevado.

Pues bien, aprovechando que lo importante era la venta, y no tanto la calidad de la venta, los vendedores de hipotecas despachaban sus productos a diestro y siniestro sin las necesarias restricciones, y ello acompañado de la ceguera de los clientes que sólo veían lo que querían ver, es decir, el dinero que les entregaba el banco, ayudó a fomentar el concepto de las subprime a la española.

¿Cuál es el problema?

Que ahora hay que pagar los excesos del pasado, y lo pagan las entidades financieras con la falta de liquidez provocada por el exceso de viviendas en sus balances, lo pagan los clientes que contrataron las hipotecas por encima del 80% del valor de tasación quedándose sin su vivienda, y lo pagamos el resto de ciudadanos por el cierre absoluto del grifo del crédito al que estamos abocados por parte de las entidades financieras.

En definitiva, nos encontramos de lleno dentro de la crisis que las subprime generaron, pero no las subprime en Estados Unidos sino las subprime a la española.

Antes de comprar e hipotecarse: inspección de vivienda

Lo cierto es que no puedo evitarlo...

Lo cierto es que no puedo evitarlo...

Como él mercado inmobiliario está hundido en lo abisal, o aún más profundo, todo el mundo trata de echarle imaginación para sacar adelante su venta o su alquiler, y una de las figuras que ha aparecido en esta carrera es la Inspección Profesional de Vivienda.

La inspección de vivienda sirve para que un técnico independiente emita un informe del estado completo de la vivienda antes de la operación, ya sea de venta o de alquiler. De este modo, el vendedor puede obtener una ventaja sobre los dueños de otros inmuebles al dar una prueba del buen estado que anunciaba, y el comprador recibe la garantía de que la vivienda se encuentra en buenas condiciones. Lo de garantía no lo toméis al pie de la letra: se trata de un informe, no  de una póliza…

¿Y en qué consiste una inspección? Se comprueban los niveles de acústica, la luminosidad, la humedad ambiental, las resistencias estructurales a ruido y vibración, las instalaciones de agua, luz y gas,  se revisa el estado de los suelos, las paredes, los techos, los alicatados y los zócalos, y hasta se incluyen los muebles, abriendo y cerrando puertas, ventanas, persianas y cajones, manillas y todas esas cosas que rara vez miramos y tanto nos fastidian luego cuando están estropeadas.

También se comprueba el buen funcionamiento de los electrodomésticos, la calefacción, la ventilación, los sanitarios, los grifos, los sifones, los desagües, el saneamiento y la higiene general de la casa.  En total, el estándar de estas revisiones incluye 400 puntos de inspección que aparecen luego, con fotografías, reflejados en un informe final.

Aunque, como ya dije arriba, este informe no es ninguna garantía judicial ni sustituye a los informes de arquitectos y aparejadores, sí suele ser muy útil tanto para el comprador como para el vendedor de la vivienda, e incluso para el banco, que sabe que la vivienda que incluye en su cartera de hipotecas se encuentra en buen estado.

En el caso de los alquileres la utilidad es evidente: se puede hacer un informe al inicio del contrato y otro al final, para determinar si la casa se ha conservado adecuadamente.

O sea que ya sabéis: por papeles que no quede… Lo difícil es encontrar comprador y pasta, pero papeles….

Hipoteca y rescate de las cajas. Doble perjuicio

Lo último que vio la mosca.

Lo último que vio la mosca.

Iba a titular el artículo “éramos pocos y parió la abuela”, pero no me pareció serio. De todos modos, la cosa va por ahí, y lo trataré de explicar lo mejor que pueda.

A estas alturas ya sabéis todos que el Gobierno y el Banco de España están por forzar la conversión de todas las cajas de ahorros en bancos y acelerar su reflote de modo que nuestro sistema financiero no sea observado con lupa desde el exterior.  Esto, ni más ni menos, consiste en salvar con nuestro dinero a los mismos que nos han puesto en parte la soga al cuello y que se la siguen poniendo a las PYMES tras cerrar el grifo de la financiación.

Pero ojalá fuese sólo eso. No se trata sólo de una injusticia, de un mal precedente y de una canallada, sino que va a tener consecuencias muy graves para los futuros compradores de vivienda. Mientras las cajas de ahorros y los bancos estén con el agua al cuello es fácil que los pisos sigan bajando, de modo que la vivienda se abarate en todos los sectores y más aún en ciertos barrios y promociones que los bancos se han comido con patatas. Esto va a favor de los más jóvenes y de todos los que tenían que comprar pronto vivienda.

Pero si rescatamos a las cajas, entonces su necesidad de liquidez no será tan perentoria y se frenará así la caída del precio de la vivienda con lo que resulta que nuestro dinero no sólo les salva el pescuezo, sino que sirve, además, para que ellos puedan seguir apretándonos sin bajarse de la burra de sus precios abusivos.
 

O sea que ya veis lo genial que es y ya veis la verdadera dialéctica: sus necesidades son nuestra oportunidad y nadie lo duda. Pero cuando tenemos una oportunidad de que se vean obligados a competir abaratando sus precios, entonces usan nuestro dinero para quitarnos esa oportunidad y que los prercios no bajen.

¿Cómo le llamarán esta vez?, ¿qué eufemismo utilizarán para denominar esta maniobra?

A mí se me ocurren muchas palabras, pero ninguna que deba escribirse aquí. Por esta vez, me modero.