¿En qué consiste el impuesto sobre el patrimonio?

Impuesto sobre el patrimonio: ¿Qué es y cuáles son sus características?

Al igual que el Impuesto sobre Bienes Inmuebles, y el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados. El Impuesto sobre el patrimonio es otro de los gastos asociados a la compra de una vivienda.

Es importante conocer sus características, así como la fecha en la que debe hacerse el pago. Te hablaremos sobre esto y otros detalles importantes que debes considerar en caso de que estés pensando en comprar una casa.

¿Qué es el Impuesto sobre el Patrimonio?

El Impuesto sobre el patrimonio es un tributo de naturaleza personal, cuya finalidad es la de gravar el patrimonio neto de una persona. En este caso, se considera como patrimonio neto todos los bienes, así como los derechos de contenido económico, y de los cuales la persona física sea titular.

Este impuesto se realiza con deducción de las cargas, así como los gravámenes que reducen el valor del patrimonio, además de las deudas y las obligaciones de cada persona con las que se debe responder.

¿Cuándo se debe pagar el Impuesto sobre el patrimonio?

Este Impuesto sobre el patrimonio se debe pagar cada año el 31 de diciembre. Sin embargo, es importante aclarar que únicamente afectará el patrimonio con el que cuente la persona física en esa fecha.

Por otra parte, el rendimiento de dicho impuesto corresponde a las Comunidades Autónomas. Por lo tanto, al considerar la atribución del rendimiento se considera la residencia habitual de la persona física como punto de conexión en dicha comunidad.

Esta residencia habitual será la misma para el Impuesto Sobre la Renta (IRPF) a la fecha en la que se lleve a cabo el pago del Impuesto sobre el patrimonio.

¿Cuáles son las modalidades de tributación en el Impuesto sobre el patrimonio?

La persona física sobre la que recae la obligación tributaria puede tributar en dos modalidades. A continuación describimos cada una de las modalidades de tributación para el Impuesto sobre el Patrimonio.

La obligación personal

Es una modalidad en la que se grava el total del patrimonio de la persona física, independientemente de la ubicación donde se encuentren localizados los bienes.

Quienes están obligados a tributar en esta modalidad son las personas físicas, españoles o extranjeros. Estas personas deben tener su domicilio, o en su caso su residencia habitual en España.

También tributan en esta modalidad los representantes y los funcionarios del Estado español en el extranjero. Además, los funcionarios y representantes de instituciones, y organismos, o de Estados extranjeros que se encuentren en España.

La obligación real

En este caso, únicamente se gravan los bienes que se pueden ejecutar en España. Las personas que están obligadas a tributar en esta modalidad incluyen las personas físicas sin residencia habitual en España, pero que sean los titulares de bienes en España.

También tributan en esta modalidad las personas físicas que adquieren su domicilio fiscal en territorio español. Lo anterior como consecuencia de su desplazamiento, y que hayan elegido tributar por el IRR.

Adicionalmente se establecen reglas para la tributación de dicho impuesto. Por ejemplo, en los matrimonios, si los bienes son comunes para los dos cónyuges, dichos bienes son atribuidos por mitad a cada una de las partes.