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¿La luz al final del túnel?

Parece que todo tiene un final

Parece que todo tiene un final

Últimamente nos estamos encontrando con datos macroeconómicos que ofrecen un soplo de aire fresco a nuestra sostenibilidad como Estado dentro de la Unión Europea y dentro de los parámetros generalmente aceptados como correctos en la economía mundial de hoy en día. Gracias a las palabras de Draghi del pasado jueves todo ha empezado a cobrar otro color y empezamos a animarnos poco a poco.

La prima de riesgo se encuentra por debajo de los 400 puntos, por primera vez desde el pasado mes de abril, el rescate parece ya inminente y todo apunta a que no será tan dañino como en un principio se podía haber pensado, con condiciones macroeconómicas estrictas, pero con la ventaja de que será España, y no la Unión Europea, la que podrá tomar sus propias decisiones.

Este hecho no es para nada menor, ya que en cualquier caso el Gobierno español siempre mirará por los intereses de sus ciudadanos, más que nada porque son los que al final deciden quien se queda en el Gobierno y quien se va, mientras que los estamentos de la Unión Europea no son más que burócratas, en el buen sentido de la palabra, si es que lo hay, que hablan sobre la calma y tranquilidad de sus propios asientos.

Por tanto, los analistas económicos han empezado a cambiar el rumbo de sus predicciones y a ver cierta salida a la crisis con opciones evidentes de que podamos empezar a plantearnos un futuro de crecimiento económico en un horizonte de relativo corto plazo. El Gobierno de Rajoy parece que ha conseguido lo que estaba buscando en un principio, que era la estabilidad financiera, con lo que ahora se verá si era cierta su estrategia y a partir de ahora comenzamos la senda de la recuperación.

Una recuperación que se comenzará a visualizar en el flujo del crédito y en el crecimiento empresarial, aunque mucho me temo que, como suele suceder en toda recuperación económica, el empleo será la última variable en estabilizarse, ya que las empresas no suelen optar por contratar a nuevos trabajadores hasta que no tienen totalmente seguras las perspectivas de futuro, para evitar así caer en excesivas cargas laborales.

La cuesta de septiembre se aligera con el Euríbor

El Euríbor regala algo de liquidez a los hipotecados

El Euríbor regala algo de liquidez a los hipotecados

Parece que la economía aprieta, pero no ahoga, al menos a los que sufrimos cada mes para conseguir pagar nuestras cuotas hipotecarias, y en estos momentos de dificultad extrema al menos el Euríbor nos da un respiro mes a mes, y ahora recién llegados de las vacaciones nos viene más que bien, para que nos amos a engañar.

El cierre del mes de agosto ha sido realmente alentador, con una tasa media mensual del 0,877%, lo que, comparado con el cierre de agosto de 2011, que fue en el 2,097%, no encontramos con un diferencial de más de un punto porcentual, algo que debería de servir para que las familias hipotecadas vean reducidas sus cuotas mensuales en unos 80 euros mensuales.

Ello, siempre y cuando, no tengan la fatídica cláusula suelo aplicada en sus contratos hipotecarios, la cuál condena esa bajada al tipo fijo marcado como mínimo a la hora de firmar la hipoteca, una cláusula que sigue vigente a pesar de la beligerancia continua de las asociaciones de consumidores que siguen considerándola, con razón, como una cláusula injusta a todas luces.

Sin embargo, al menos estas familias hipotecadas podrán aferrarse al hecho de que sus cuotas hipotecarias no van a incrementarse en los próximos meses a juzgar por el camino que han tomado las decisiones del Banco Central Europeo en los últimos meses, claramente orientados a conseguir que el Euro se presente como una moneda fuerte ante los especuladores internacionales.

Así de esta manera lo único que podemos esperar en los próximos meses es una tendencia permanente a la baja del Euríbor, con la posibilidad de que el BCE decida reducir el tipo de interés del dinero para la zona Euro en un cuarto de punto adicional, lo cuál tiraría aún más hacia abajo de la cotización del Euríbor.

Pero el problema de financiación, no lo podemos olvidar, sigue existiendo, y nada hace pensar que vaya a reducirse si tenemos en cuenta el incremento continuo de los problemas de las entidades financieras para conseguir dinero en los mercados internacionales y las provisiones crecientes que tienen que realizar sobre los depósitos de sus clientes, por lo que no nos queda otra más seguir apretándonos los machos de manera permanente.

Ya estamos por debajo del 1%

Seguimos con el Euríbor por los suelos

Seguimos con el Euríbor por los suelos

Era algo que se veía venir, pero lo que sorprende es la velocidad a la que se están desencadenando los acontecimientos, con el Euríbor cotizando ya, aunque sea en tasa diaria, por debajo del 1%, lo cuál nos hace pensar que en breve tendremos una tasa mensual sobre ese valor.

Y es que si nos atenemos a la cotización de hoy martes, día 24 de julio, nos encontramos con que en tasa diaria el Euríbor cotizó en el 0,994%, y lo que llama aún más la atención, la tasa media mensual quedó fijada en el 1,088%, realmente cerca de esa barrera psicológica del 1%.

Es decir, que ya nos encontramos con más de un punto porcentual de diferencia a favor de todas aquellas familias hipotecadas que tengan que revisar el tipo de interés de sus hipotecas en función del cierre mensual del mes de julio, con lo que sus cuotas mensuales se podrían reducir en cerca de 80-90 euros, o incluso 100 euros para las hipotecas más elevadas.

Aunque, como siempre, no es oro todo lo que reluce, y hay que tener en cuenta que las cláusulas suelo siguen castigando a todas las familias que las padecen, con un tipo de interés que no cae por debajo de un determinado valor, sin que se puedan aprovechar de esta tremenda bajada del Euríbor.

Las asociaciones de consumidores no han dudado, por su parte, en clamar al cielo por el hecho de que en estos momentos en los que el Euríbor se encuentra en valores tan bajos se esté comenzando a realizar el cambio en favor del IRS, un índice que cotiza muy por encima de lo que está haciendo en estos momentos el Euríbor.

Un Euríbor que podría seguir a la baja en los próximos meses, sobre todo si, como se prevé, el BCE reduce en un cuarto de punto adicional el precio del dinero, lo cuál repercutirá en una caída más drástica aún en las cotizaciones del índice hipotecario, para alegría de las familias hipotecadas, de las que pueden aprovecharse de la bajada de cuota mensual, pero también de aquellas que, al menos, no ven su cuota mensual incrementada.

El saldo hipotecario sigue cayendo en barrena

En caída libre

En caída libre

Según los datos facilitados por la Asociación Hipotecaria Española (AHE) durante el día de hoy, 19 de julio, el saldo de las hipotecas concedidas por las entidades financieras españolas se redujo en un 7,7% en tasa interanual, durante el pasado mes de mayo situándose en los 970.757 millones de euros.

Con esta caída ya son 48 meses de caídas consecutivas, es decir, cuatro años de pozo sin fondo que parece no tener fin y del que nada hace pensar que podamos recuperarnos en un futuro próximo, a no ser que todo cambie de una manera tan drástica que no nos lo podemos ni plantear.

En lo que se refiere a la comparación intermensual nos encontramos con un descenso del 0,65%, lo que viene a certificar que la situación no está yendo a mejor, sino más bien al contrario, ya que cada vez el saldo de hipotecario se va reduciendo más y más.

Recordemos que el saldo hipotecario es el volumen total de las cantidades que los ciudadanos y las empresas adeudamos a las entidades financieras en forma de hipotecas, y que éste va variando en función de las amortizaciones y cancelaciones hipotecarias, así como por la constitución de nuevas hipotecas.

Pues bien, durante estos cuatro años, las cancelaciones hipotecarias han superado de manera notable a la constitución de nuevas hipotecas, lo que ha propiciado el continuo decrecimiento del saldo hipotecario, el cuál no parece tener un fin cercano.

Desglosando por entidades financieras, nos encontramos que, como es habitual, los bancos y las cajas de ahorros concentran la inmensa mayoría del saldo hipotecario de nuestro país con un total de 890.246 millones de euros, con una caída interanual del 7,90%.

Les siguen las cooperativas de crédito, que acumularon un total de 65.735 millones de euros, con un descenso interanual del 5,33%, y los establecimientos financieros de crédito con unas hipotecas que ascienden hasta los 14.776 millones y un descenso interanual del 6,12%.

En definitiva, seguimos en un escenario depresivo, no ya sólo para el conjunto de la sociedad, sino también para el sector hipotecario, origen y ahora parece fin de la crisis, ya que del sector hipotecario surgió y al sector hipotecario sigue perjudicando.

Se acabó el chollo de las hipotecas online

En busca del chollo perdido

En busca del chollo perdido


A pesar de que hasta hora parecía que las hipotecas online eran el último reducto al que se podían aferrar las familias a la hora de obtener una hipoteca económica, todo apunta a que esta situación de bonanza ha pasado a mejor vida, ya que las entidades financieras han comenzado a incrementar los diferenciales de sus hipotecas, compitiendo ahora ya en valor con las entidades tradicionales.

Es cierto, que todavía se mantiene una pequeña ventaja en favor de las oline, pero ésta es cada vez más imperceptible y si tenemos en cuenta la poca flexibilidad de este tipo de hipotecas puede empezar a interesar pasarse a las hipotecas tradicionales, en las sucursales de toda la vida antes de entrar en una vorágine de condiciones inasumibles.

Este escenario se encuadra dentro de las limitaciones a las que se ven sometidas las entidades financieras como consecuencia de sus necesidades de recapitalización que todavía no han sido satisfechas, por mucho que el rescate bancario que ha conseguido negociar el Gobierno español pueda servir como lanzadera para el inicio de este proceso.

Y es que no podemos olvidar que aunque ahora reciban dinero procedente de la Unión Europea, lo cierto es que las entidades financieras seguirán guardando sus balances para protegerse ante las incertidumbres del futuro más inmediato, utilizando la liquidez que vayan recibiendo por parte de las autoridades europeas para conseguir cuadrar sus balances e ir tapando, poco a poco, el tremendo agujero negro que siguen manteniendo como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria.

Por ello no podemos lanzar las campanas al vuelo en lo que se refiere a la recuperación del crédito, el cuál no ofrecerá visos de recuperación hasta bien entrado el año 2013, sino más tarde incluso, con lo que no nos queda más que seguir apostando por la austeridad familiar, que a la fuerza obligan, tratando de reorganizar los pocos ingresos que todavía acumulan algunas familias, que no todas.

En definitiva, malos tiempos para la lírica, y para las hipotecas, en los que las entidades financieras seguirán nadando y guardando la ropa, y los consumidores en general reclamando un crédito que nunca acaba de llegar.

Hipotecas y funcionarios

Remedios que amargan y no curan

Remedios que amargan y no curan

No, no me parece buena idea bajarle el sueldo a los funcionarios. Y no me parece buena idea por múltiples razones:

En primer lugar, creo que tenemos una imagen distorsionada de lo que un funcionario, y que la mala imagen, innegable, que tiene este colectivo procede fundamentalmente de la rama administrativa, o sea de toda esa gente que se supone que te atiende en juzgados, ayuntamientos, diputaciones, y administraciones regionales. Cuando la gente se cabrea con los funcionarios y dice que son unos maulas no se refiere , ni siquiera en su fuero interno, a los  profesores de sus hijos, a los policías de su barrio ni a los médicos del hospital. Sin embargo el Gobierno, este y el anterior, explota la vena cainita de los españoles para aplicarles recortes a todos por el mismo razonamiento con elq ue a menudo se dice que los ricos lo son porque han robado. Puta envidia, hablando claro.

En segundo lugar, esta bajada de condiciones y salarios profundiza un poco más en nuestro acercamiento al sistema soviético que tanto gusta a algunos y que tan gloriosas quiebras ha producido en el pasado. Se trata de que tengan un puesto de trabajo todos, los que producen y los que no producen, los que son rentables y los que no lo son, los que se esfuerzan y los que no dan un palo al agua. Y lo cierto es que en España sobra un gran número de funcionarios, especialmente en algunas administraciones, pero bajarle el sueldo a todos para que su coste sea un poco menor no optimiza los recursos, no elimina a los improductivos y no racionaliza la administración. Simplemente reparte miseria sin mejorar nada. Muy comunista.

En tercer lugar, y en cuanto al tema que ocupa este blog, la rebaja de sueldo de los funcionarios complica al vida a las entidades financieras, que son las que mayores dificultades tienen, ya que se rebaja la solvencia de un grupo de deudores hipotecarios considerado totalmente seguro hasta ahora. Si un funcionario deja de ser un cliente seguro, la tasa de riesgo tendrá que trasladarse al conjunto de los clientes, lo que empeorará la calidad crediticia de los balances bancarios y nos hará pagar más a los demás en el futuro.

Quizás, y van cien veces, al Gobierno le faltó valor para tratar de poner remedio a la proliferación de oficinas inútiles, competencias duplicadas y papeleos sin sentido. Una vez más optó por el café para todos. Café con sal, en este caso…

Hipotecas, recortes y lucha generacional

La verdadera raíz de todo

La verdadera raíz de todo

Hasta ahora, los recortes eran sólo amenazas y  promesas de grandes dolores. Ya sé que a muchos os parecerá que me he vuelto loco por decir esto, pero el caso es que la verdadera pedrada llega con la subida del IVA, el recorte del sueldo a los funcionarios y toda la panoplia de atornillamientos que vamos a padecer.

Sin embargo, lo que más me llama a mí la atención es el resultado de la lucha generacional que padecemos. Y  ver cómo lo cuento para que no os echéis las manos a la cabeza.

El caso es que no hay dinero y además no nos lo quieren prestar. La hipoteca España está por las nubes y no hay quien nos quiera hacer de avalista. Hasta ahí, llegamos todos, o casi todos.

Los recortes por el lado del gasto resultan imprescindibles, ¿pero por qué se recorta a los jóvenes y a la gente productiva evitando a toda costa tocar las pensiones?

No, no soy un desalmado. Sólo os ruego que penséis conmigo:

-Los viejos tienen en su mayoría la hipoteca pagada.

-Los viejos no tienen que criar hijos.

-Los viejos consumen mucho menos, con lo que se daña menos la demanda recortándoles a ellos que a la gente que trabaja.

Los viejos, lo sé, viven con poco y aún les sobra. Cualquiera que conozca a un director de sucursal bancaria lo puede certificar conmigo.

¿Por qué son ello los que se libran de los recortes cuando las pensiones son una de las principales partidas de gasto? Desde el punto de vista de la justicia, está claro que hay que defender sus derechos, pero tengo la lamentable convicción de que en cualquier sistema económico hay que repartir el esfuerzo entre todos o se corre el riesgo de que los que mayor carga soportan prefieran pasarse al lado oscuro de la economía. Y de momento, con la subida del IVA y los estacazos a los que trabajan, no estamos viendo más que incentivos a la economía sumergida.

El Gobierno ha preferido salvar una vez más a los que no producen aunque sea por buenos motivos. Y no es por humanidad, creedme. Es por cobardía.

Hacia el 1%

euribor

El Euríbor ha tomado buena cuenta de la decisión tomada por el Banco Central Europeo en su reunión de principios de mes de julio y ha empezado a cotizar a la baja, como no podía ser de otra manera, generando que las hipotecas se encuentren en estos momentos en el valor de tipo de interés más bajo de la historia, para alegría de todos aquellos que sufren con su hipoteca.

Porque los que todavía no la tienen mucho me temo que no podrán beneficiarse de un tipo de interés tan ventajoso, ya que aunque el Euríbor cotice a la baja, los diferenciales que aplican las entidades financieras lo hacen al alza, con lo que al final el tipo de interés que se cobra en la hipoteca se mantendrá estable o, incluso, al alza.

Por otro lado, tampoco los que ya tenemos una hipoteca podemos alegrarnos al 100%, ya que la cláusula suelo sigue siendo el martirio de muchas hipotecas en nuestro país, de manera que el tipo de interés que se cobra en un préstamo hipotecario sigue sin poder bajar de una cantidad determinada, perjudicando claramente el beneficio esperado para las familias.

Sin embargo, aquellas familias que tengan una hipoteca contratada y que no tengan una cláusula suelo fijada, podrán beneficiarse de una bajada importante del tipo de interés en su próxima revisión, a poco que sea el mes que viene o a dos meses vista.

Si tenemos en cuenta que el tipo de interés del dinero para la zona Euro ha quedado fijado en el 0,75%, con posibilidades más que reales, de que este porcentaje se reduzca hasta el 0,50% en cualquiera de las reuniones del BCE de aquí a final de año, nos encontramos con un escenario en el que el Euríbor tendrá que bajar, necesariamente, por debajo del 1%, si no antes de finales de año, que es probable que sí lo haga, de manera segura al comenzar el año 2013.

En este escenario de dinero barato, las entidades financieras deberían de apostar por la concesión de préstamos, aunque mucho me temo que seguirán con su política de limpieza de sus propios balances, antes de intentar generar beneficios propios.

El IRS llega a nuestras vidas

Cruce de caminos

Cruce de caminos

Aunque ya llevamos un tiempo escuchando este nombre hasta el punto de que se ha convertido en algo familiar para nosotros, lo cierto es que hasta ayer mismo las entidades financieras no podían ofrecer hipotecas referenciadas al IRS ya que hacía falta que se publicara este cambio en el Boletín Oficial del Estado, algo que no ha sucedido hasta este pasado viernes.

Ahora ya cuando cualquiera de nosotros se acerque a una entidad financiera a solicitar una hipoteca tendrá la posibilidad de contratarla referenciada al Euríbor o al IRS, en función de lo que considere más oportuno y más ajustado a sus propias necesidades y deseos.

Lo cierto es que en estos momentos en los que el Euríbor se encuentra por los suelos, con cotizaciones diarias que ya bajan del 1,1%, parece que este índice podría ser el más interesante para los hipotecados, aunque hay que reconocer que el IRS, a pesar de ofrecer un precio más elevado, dota de cierta estabilidad a las hipotecas, al mantener el tipo de interés durante, al menos, unos cinco años.

Sin embargo, las asociaciones de consumidores han criticado que el IRS comience a funcionar en estos momentos, justo cuando el Euríbor se encuentra en sus mínimos históricos, lo cuál considera que abrir la puerta a las entidades financieras para que éstas puedan obligar a los consumidores a contratar sobre esta referencia y no sobre el Euríbor.

Y es que en estos momentos en los que las hipotecas concedidas son las menos, las entidades financieras tienen la sartén por el mango y pueden derivar a sus clientes hacia el tipo de hipotecas que a ellas les interese más, ya que basta con que no concedan las referenciadas al Euríbor y punto.

Por tanto, nos encontramos con que, una vez más, las entidades financieras vuelven a controlar el cotarro y que los consumidores estamos a expensas de los abusos que bancos y cajas decidan seguir haciendo en su propio beneficio, perjudicando, una vez más a las familias, que ya demasiado tienen con sus problemas diarios en un escenario de tasa de desempleo elevada y sin visos de que empiece a disminuir en los próximos meses.

Hipotecas y bandoleros

Economía sumergida

Economía sumergida

Parece que el Gobierno está decidido a reducir el déficit a fuerza de apretar a los que conoce y tiene bien controlados, pero no parece tan dispuesto a mandar de una vez a la guardia civil a las montañas a obligar a bajar a los bandoleros de sus escondites.

Siempre he sido partidario, y aquí lo sabéis de sobra, de que no se gaste de manera sistemática más allá de lo que se ingresa. El déficit no es caridad, ni preocupación social, ni todas esas mandangas que nos quieren vender algunos grupos. El déficit es simplemente gastar más de lo que se ingresa.

También creo que hay que adelgazar las administraciones públicas, y si adelgazarlas no es bastante, hay que amputar por dónde haga falta, a ser posible por todas esas oficinas autonómicas qué gestionan no se sabe qué o gestionan diecisiete veces lo mismo, destruyendo cualquier coordinación, cualquier sinergia, y el deseable principio de unidad de mercado.

Lo que me preocupa, por tanto, no es que se trate de reducir el déficit recortando gastos, o rebajando el sueldo a los pobres funcionarios, sino que se prefiera esa medida a cualquier iniciativa valiente que corte por lo sano con ciertas prácticas, ciertas costumbres, y ciertos mecanismos corrompidos de raíz.

Lo que me joroba es que prefiera subir el IVA a cruza de una santa vez los datos fiscales con los de consumo eléctrico o de gasóleo para saber dónde se está produciendo en negro, donde hay fábricas no declaradas y dónde hay gente trabajando sin darse de alta. En optros tiempos era complicado, pero la informática es magistral precisamente para esas cosas. ¿Por qué no se hace?

¿Por qué no se buscan, una por una, las sociedades públicas que no producen nada y se cierran de un golpe, en vez de bajarle el sueldo a los maestros y las enfermeras? ¿Por qué no se regulan de un golpe los salarios de los políticos poniendo, por ejemplo, que un presidente autonómico no puede ganar más del 75 % de lo que gana el presidente del Gobierno? Y un alcalde, presidente de diputación, un 75 % de un presidente autonómico, y un alcalde, un 75 % de un presidente de diputación… Es sencillo. Y si hay que subirle el sueldo a Rajoy, se lo subimos (que gana menos que el presidente de Endesa, por ejemplo), pero es unió, y no cincuenta mil que se ponen cada cual el sueldo que les da la gana…

Al final, pasa con todo como con nuestra hipoteca. Que si nosotros no pagamos los 500 euros a final de mes, nos embargan y nos desahucian. Y si no paga un partido político sus cincuenta millones de euros, se lo ríen y se lo perdona.

Y ya está bien, carajo…

El BCE cede a las presiones de toda Europa

bce

Sí, sí, parece que el Banco Central Europeo también es permeable a las presiones y en su reunión de esta mañana ha decidido rebajar el tipo de interés del dinero en la zona Euro en un cuarto de punto, dejándolo, por primera vez en la historia en el 0,75%, una gran noticia para todos los hipotecados en general, y para todos aquellos que quieran ir a pedir un préstamo.

Porque mientras que el Euríbor siga siendo la principal referencia para la fijación del tipo de interés sobre el que se va a constituir los préstamos, toda bajada del tipo oficial del dinero en la zona Euro repercutirá directamente sobre el interés que pagamos todos a las entidades financieras, ya que provocará una reducción del Euríbor.

Ahora, con un tipo en el 0,75% no sería descabellado pensar en un Euríbor en el 1%, algo histórico y que nunca creímos que podíamos llegar a ver, especialmente no hace unos cuatro años cuando el índice de referencia hipotecario se disparaba muy por encima del 4%.

Con esta reducción del tipo de interés del dinero el BCE demuestra su voluntad clara y meridiana de apoyar las políticas de crecimiento en las que se ha instaurado la Unión Europea, al menos últimamente, en favor de que se pueda producir una combinación entre el ahorro y la responsabilidad presupuestaria y un estímulo permanente a la generación de riqueza.

Hay incluso analistas financieros que augura nuevos descensos del tipo de interés para la zona Euro antes del final de año, con la posibilidad más que clara de que pudiéramos manejarnos en un entorno del 0,50% de tipo de interés, algo que llevaría al Euríbor a quedar por debajo del 1% a poco que se alargara este tipo de interés durante un tiempo suficiente.

La mejor noticia, sin embargo, no es tanto la reducción del tipo de interés en sí, que también, sino principalmente lo que ello supone en cuanto a entrada en razón del máximo organismo financiero europeo que, hasta ahora, se había obsesionado con luchar por la austeridad a costa de lo que fuera, perjudicando claramente a la sociedad en su conjunto.

Se acabó la crisis, ¿o no?

espana

La mejor noticia que podía tener Mariano Rajoy en estos meses de gobierno no ha venido precisamente desde Bruselas, sino desde Ucrania, y nada que ver con temas políticos o económicos, sino más bien desde una perspectiva deportiva, que todo lo puede, y todo lo tapa, hasta el punto de que las noticias económicas, nefastas habitualmente, han pasado a un segundo plano en los medios de comunicación.

Y nadie niega, y menos yo que soy un apasionado del fútbol, que la gesta del equipo nacional ha sido de aúpa, pero ello no debe distraernos, y espero que no lo haga, del camino en el que nos estamos metiendo, un camino que bajo el prisma de una supuesta recuperación económica nos está llevando hacia un rescate que nos va a generar más problemas que otra cosa.

Porque aunque hace unos días hemos celebrado con todo el ardor patriótico el acuerdo de los gobiernos de la Unión Europea, en función del cuál los rescates bancarios irían directamente a través de las entidades financieras, sin pasar previamente por los Gobiernos, con lo que no se convertirían en deuda, y ayudaría a relajar las tensiones de los mercados, lo cierto es que estos cambios legislativos no entrarán en vigor hasta el año 2013, con lo que el rescate a España sí se convertirá en deuda.

Con ello, a pesar de que en el largo plazo podremos estar en una mejor situación gracias a que los bancos no dependerán tanto de sus activos inmobiliarios, lo cierto es que en el plazo más inmediato nos quedamos como estábamos o incluso peor, con los intereses de nuestra deuda disparándose y con la prima de riesgo que aunque amaga con tender a la baja, siempre vuelve a subir antes de que podamos hacer nada por remediarlo.

En definitiva, alegrémonos todos por la victoria de España, pero no olvidemos que, al fin y al cabo, no es más que fútbol, y con esta victoria no se nos arreglan los problemas que tenemos acumulados en nuestra sociedad, tanto de ámbito económico como de índole político, lo cuál nos repercute en un futuro realmente desolador.