Archivo por meses: noviembre 2010

Una de cal y otra de arena

El sector inmobiliario español es un vaivén de alegrías y tristezas

El sector inmobiliario español es un vaivén de alegrías y tristezas

El sector inmobiliario español está viviendo una auténtica noria de cambios drásticos en las cifras que maneja, tan pronto son positivas como se vuelven negativas, y viceversa, en una locura muy difícil de sostener que hacen que las empresas que operan en el sector y los ciudadanos que se lanzan a la compra de viviendas no sepan a que atenerse.

El viernes pasado supimos que el número de hipotecas constituidas durante el mes de septiembre había caído en casi un 16%, en tasa interanual, y aunque tomando como referencia el mes de agosto había un leve crecimiento del 3%, lo preocupante es el tremendo descenso en un año, y que sea ya el quinto mes en el que se da esta situación.

Sobre todo teniendo en cuenta que nos encontramos en un año en el que el adelantamiento de la inversión inmobiliaria está siendo la nota predominante, con dos fenómenos que han hecho que el que pudiera intentara adelantar la compra de la vivienda.

Así, hasta julio nos encontrábamos con el fenómeno del IVA. Con la modificación de la tasa de IVA, pasando del 7% al 8%, todo aquel que tenía en mente la compra de una vivienda intentó formalizarla antes del 1 de julio para ahorrarse este punto porcentual de impuestos.

Y, por otro lado, tenemos la eliminación de la desgravación fiscal que tendrá lugar a partir del 1 de enero de 2011, lo que podía haber tirado también de la demanda para aprovechar así un elemento interesante para el ciudadano, aunque distorsionador para el mercado.

Sin embargo, ni uno ni otro parece haber sido suficiente para hacer frente al recorte del crédito que las entidades financieras vienen realizando desde el estallido de la crisis con el objetivo de sanear sus cuentas y no entrar en problemas en el corto plazo.

Este recorte del crédito está provocando que se formalicen pocas hipotecas, poco más de 50.000 durante el mes de septiembre, independientemente de que los ciudadanos estén solicitando préstamos hipotecarios, o no. De esta forma, no sería de extrañar que la cosa siguiera por los mismos derroteros de aquí a final de año.

En esto, como en tantas otras cosas, son los bancos los que determinan el funcionamiento del sistema.

Euribor más vete a saber…

Comprad, malditos...

Comprad, malditos...

El Euribor nunca lo fue todo, y cada día que pasa, menos. Seguramente se deba a que el Euribor es una variable más o menos transparente, que podemos conocer todos, y los bancos han visto que donde hay mucho conocimiento hay mucho dolor, y donde hay mucha ciencia hay mucho sufrimiento. Para ellos.

Cosas de leer la Biblia, vaya…

Así las cosas, el tipo de interés medio aplicado en septiembre a las hipotecas recién constituidas fue del 3,75%, lo que es una mejora frente al año pasado pero un empeoramiento respecto a meses anteriores de este 2010.

En cuanto al plazo de las hipotecas, la media se sitúa en 23 años, y casi todas ellas se han concedido a un interés variable. El tipo de interés fijo sigue siendo prohibitivamente caro y tanto los bancos como los clientes se resisten a asumir el riesgo de la falta de riesgo, más que nada porque la póliza a pagar por escapar de ese riesgo es demasiado costosa.

Lo difícil, dadas las circunstancias, es una vez más leer al letra pequeña. A medida que las condiciones bancarias se estabilizan, los bancos, en lugar de competir con los diferenciales, tratan de centrar su competencia en eso que llamo yo a veces los daños colaterlaes: seguros, exigencias de tarjetas, comisiones de apertura y cancelación anticipada y toda esa pirotecnia que tanto nos molesta leer una vez que por fin hemos conseguido que nos concedan una hipoteca.

Por eso, una vez más, hay que hacer hincapié en que no vale sólo centrarse en el Euribor y el diferencial, sino fijarse en esas otras condiciones añadidas.

Un dato más, ante de terminar: parece que, según los datos publicados, el importe de las hipotecas concedidas ha subido un 4,2 % de media, lo que seguramente sea una buena forma de medir la evolución de los precios de los pisos que realmente se venden. Porque no se venden mejor los más baratos, sino los mejor financiados. Y los mejor financiados no son los más baratos, sino los que quiere comprar la gente con más facilidades para conseguir la hipoteca.

Parece un trabalenguas, pero es fácil: los pisos baratos son para gente con poco dinero, pero la gente con poco dinero no consigue ninguna hipoteca, ni grande, ni pequeña. Esto hace que finalmente las hipotecas que realmente se conceden no sean para pisos del todo baratos, sino para la clase de piso que desea el que puede pagarlo.

¿Cómo lo veis?, ¿qué clase de piso creéis que tiene mejor salida en estos momentos?

Grecia, Irlanda y ahora… ¿España?

Preparados, listos....

Preparados, listos....

En principio no, necesariamente. Hay que entender que al carajo, como a Roma, se va por muchos caminos y que cada uno de los tres casos es una ruta diferente, con distintos guías y distinto medio de transporte. Os pongo un poco en el mapa del tesoro:

—Grecia: los griegos tenían un gobierno que aprovechó los bajos tipos de interés del BCE para endeudarse hasta el gaznate y más arriba. Acostumbraron a la gente a tener lo que no podía pagar y, cuando no pudieron endeudarse más, empezaron a falsificar las cuentas para que no se notase. Cuando alguien se da cuenta de ello y se lo afea, mienten como bellacos hasta que el país entero se va a freír puñetas. Cosas del cortoplacismo democrático…

—Irlanda: en Irlanda el gobierno es más o menos prudente, aunque hace malabarismos con los impuestos para atraer empresas, en un claro caso de competencia desleal con sus socios comunitarios. Los bancos hacen el animal con la burbuja inmobiliaria y el Estado los acaba nacionalizando sin darse cuenta de que el agujero de los bancos es mayor que las posibilidades del Estado, por lo que son los bancos los que al final tumban al Estado.

¿Y España?

Nuestro sistema bancario tiene mejor salud que el Irlandés y nuestros bancos, salvo esos engendros a los que llaman Cajas de Ahorros, parecen solventes y bien fundamentados.

Nuestra burbuja inmobiliaria fue aún más bestial que la de Irlanda, y su estallido se ha llevado más gente pro delante porque aquí había más trabajadores dependiendo del sector de la construcción, pero nuestra economía real, con mercado de trabajo y modelo productivo son mucho peores y eso hará que nos cueste más que a los otros generar los ingresos necesarios para pagar al deuda.

Si a eso añadimos que nuestra estructura contable a largo plazo está muy fastidiada por la sanidad, las pensiones y el paro, no es de extrañar que haya gente que piense que nunca podremos devolver lo que debemos, máxime cuando no hay un control presupuestario único y no se sabe muy bien quién manda en eso del endeudarse.

¿Cómo lo veis? ¿Le prestaríais vosotros a España?

 

El Euribor nos vuelve locos

Locos de remate, así terminaremos todos ante las idas y venidas del Euribor

Locos de remate, así terminaremos todos ante las idas y venidas del Euribor

El Euribor ha decidido aliarse con el gremio de los psicólogos y darles de comer gracias a sus tremendos vaivenes que están provocando las dificultades psicológicas de todos los hipotecados que viven pendientes de un hilo esperando que el indicador suba o baje.

Pues bien, parece que esta semana va a bajar, o al menos apunta a ello. Tras un par de semanas de estabilidad total con una tasa media mensual anclada en el 1.544%, este martes cerró en el 1.543%, es decir, una milésima por debajo del cierre de octubre, que, en principio es poco más que nada, pero que sí que determina un cierto cambio de tendencia, o al menos, la confirmación de que el Euribor no se disparará en lo que queda de año.

Y es que, bien mirado, no es que sean buenas noticias, tampoco, porque si nos fijamos en el cierre del Euribor en noviembre de 2009 vemos que cerró en el 1.231%, por lo que, en cualquier caso estaremos hablando de una subida de alrededor de 3 décimas, lo que supondrá un incremento importante en la cuota de las hipotecas que revisen con el Euribor de noviembre.

Sin embargo, del mal el menos, y esta estabilidad que se adivinaba en las últimas semanas, y que en esta semana se está decantando por cierta tendencia a la baja, permite asegurar que el mes de noviembre cerrará entorno al 1.55% (teniendo en cuenta que ya sólo quedan 4 sesiones para terminar el mes), y que es casi seguro que el valor del Euribor al finalizar el año no superará el 1.60%, a no ser, claro está, que la “gripe financiera” de Irlanda nos acabe de contagiar de una manera definitiva.

De cualquier forma todos los hipotecados quedamos libres de las peores expectativas que se crearon tiempo atrás, en las que se nos hablaba de un Euribor cercano al 2% al acabar el año, algo que podemos descartar de manera casi absoluta, viendo la evolución actual del indicador.

Una vez más se demuestras que cualquier previsión que se haga sobre una variable económica, tanto macro como micro, no es más que un ejercicio de sadomasoquismo, porque la realidad siempre tergiversa las palabras de la teoría.

Cuando no hay tarta para todos

¿Quién se ha comido mi porción de tarta?

¿Quién se ha comido mi porción de tarta?

Ya no hay suficiente tarta para todos, el hartazgo de hace unos años se ha convertido ahora en escasez, cada vez hay menos demanda de hipotecas y cuando se demanda no se cumplen los requisitos que las entidades financieras consideran necesarias para concederlas, con lo que no se producen tantas operaciones como se deberían.

Ante este hecho de falta de clientes, de falta de porciones de tarta para todas las entidades, la única solución plausible es tomar las porciones de la competencia de su mismo plato, es decir, si no puedes captar tus propios clientes robáselos a la competencia.

Y si hay una estratagema, o táctica, que suena más ética y menos maquiavélica, es la de facilitar la subrogación a los clientes. El mayor miedo que tienen las personas hipotecas a la hora de decantarse por una subrogación no radica en el diferencial que van a ganar en la nueva entidad, o en los menores costes que allí van a tener, sino en los costes que genera la operación.

Pues bien, se ha puesto de moda entre algunas entidades, cada vez más, y seguro que el número seguirá creciendo, el hacerse cargo de los gastos que genera la subrogación, como puede ser la notaría, el registro, la gestoría, etc., hasta un límite, que suelen fijar en los 3.000 euros, aunque hay algunas que se atreven con cantidades aún mayores.

De esta forma, el cliente se encuentra con que una entidad bancaria le está ofreciendo unas condiciones hipotecarias más ventajosas, y, a la vez, se hace cargo de los gastos que pueda llegar a generar la operación. Se trata, por tanto, de una operación de coste cero para el cliente.

Y si la intención del cliente no es la de cambiar de entidad por encontrarse a gusto con la que tiene en la actualidad, esta actitud de las entidades financieras otorga un gran poder de negociación a la hora de revisar las condiciones de su hipoteca actual, porque no está la cosa como para andar perdiendo clientes.

De cualquier forma, la lucha legal entre empresas para captar clientes siempre es buena para los clientes, porque se genera una mejora en la eficiencia de los procesos, que lleva, inexorablemente, a una reducción de precios en los productos o servicios ofertados.

Se acaba la desgravación por vivienda

Búscate una buena cobertura...

Búscate una buena cobertura...

Muchos teníamos en mente que la supresión de la desgravación por vivienda era un intento desesperado del Gobierno por meter prisa a los compradores potenciales para que comprasen este año e insuflasen un poco de aire fresco al deprimido sector inmobiliario.

Algunos pensaban incluso, y podría incluirme, que lo más probable era que al final el Gobierno diese marcha atrás, como tantas y tantas veces, y la desgravación se prolongase un poco más en el tiempo, pero parece ser que la cosa va en serio, aunque se ha moderado un poco.

Finalmente, las desgravaciones por hipoteca se terminarán con las campanadas de Nochevieja, pero no para todos. Así quedará la cosa, más o menos:

Quienes declaren una base imponible inferior a 17.725 euros seguirán como hasta ahora y podrán disfrutar de la misma desgravación que en estos momentos aunque compren la vivienda una vez finalizado 2010.

—Los que declaren una imponible superior a los 24.100 € se quedará sin desgravación, porque parece ser que a partir de ese nivel de renta eres rico y ya no te tiene que ayudar nadie.

—Los que se queden a medio camino entre las dos cantidades mencionadas en los puntos anteriores, tendrán derecho a la deducción pero no al 100%, sino a una parte de ella solamente que se calculará con una de esas maravillosas fórmulas que podemos ver en los impresos de Hacienda. ¿Os la pongo? Venga: 9.040 euros – (1,4125 x (base imponible – 17.707,20 euros)

La pregunta que muchos se hacen, y yo me sumo, es qué pasará con la venta de pisos el año que viene, si este, último de la desgravación, ya ha sido malo.

 

Hipoteca y diferencia de metros en el registro

Conversaciones con el banco previas a la concesión de la hipoteca

Conversaciones con el banco previas a la concesión de la hipoteca

Uno de los problemas más tontos y más frecuentes a la hora de formalizar una hipoteca sobre un inmueble de segunda mano es que a menudo no hay coincidencia entre la superficie que aparece en el registro y la que constata efectivamente el tasador en su informe.

Esto se debe a muy distintas circunstancias, pero en especial a la antigua legislación, que establecía tamaños máximos para los pisos de protección oficial y para las viviendas protegidas o subvencionadas de cualquier otro modo. Así, los promotores hacían la viviendas un poco mayores para poder venderlas más fácilmente, pero declaraban menos metros de los reales para poder seguir beneficiándose de las bonificaciones. Como en aquellos tiempos se pagaban muchas veces las viviendas a tocateja, o el banco concedía la hipoteca contra el certificado del constructor, no había ningún problema. O dicho de otra manera: si el Instituto Nacional de la Vivienda lo veía todo bien, el banco lo veía todo bien, pasara lo que pasase. Y no hacía preguntas. Cosas de las dictaduras, ya sabéis…

El problema viene ahora cuando tratamos de comprar una de esas viviendas y los metros no encajan. En principio, el banco no debería poner problemas, porque generalmente el tamaño real de la vivienda es superior al escriturado, pero aún así, al existir la divergencia de tamaño, las sociedades tasadoras lo señalan, y a veces el banco pide que se abra un expediente o acta de notoriedad o de mayor cabida.

De la clase de laberinto en que nos metemos por esa nimiedad hablamos otro día, si os parece.

Por hoy, baste esta nota entre histórica y práctica que, para mí, señala una cosa: a medida que pasa el tiempo parece que aumenta nuestra libertad, pero lo que en realidad ha aumentado es el volumen de papeleo que la simula y la variedad de pretextos con que se nos da órdenes cuando parecen solamente darnos recomendaciones y consejos.

 

Rebajando la cuota de la hipoteca

Rebajando de donde se puede y de donde no se puede

Rebajando de donde se puede y de donde no se puede

Nos podemos devanar los sesos buscando tres pies al gato, pero al final lo que le importa a una persona que está pagando una hipoteca es la cuota que debe de ir pagando mes a mes, porque es la que determinará su situación financiera al final de cada 30 días.

Por ello, me ha llamado la atención un buen artículo que he leído en Invertia.com, en el que se dan ocho consejos para rebajar la cuota de la hipoteca, y los voy a compartir contigo, matizando las cuestiones importante:

1. Ampliar plazo: Esta es una buena opción siempre que negocies comisión de cancelación parcial al 0%. Al ampliar plazo pagas más intereses, pero consigues una cuota más baja. Teniendo la amortización parcial gratuita puedes ir rebajando los plazos sin períodos fijados, a medida que vayas acumulando capital.

2. Período de carencia: Esta medida no la suelo recomendar. Se basa en que durante ese período dejas de pagar capital y sólo pagas intereses, con lo que la cuota, evidentemente, se reduce, pero no amortizas nada de lo que debes. Creo que es una medida sólo interesante para situaciones de emergencia plena.

3. Capital diferido: Esta práctica consiste en dejar una parte del capital (normalmente hasta el 30%) para la cuota final, con lo que la cuota mensual se calcula sólo sobre el 70% del capital. No todos los bancos aceptan esta acción, así que depende de la entidad.

4. Negociar tipo de interés: Para ello es necesario tener cierto poder de negociación, es decir, estar en una situación buena con el banco, el no deber nada, el tener muchos productos contratados. Aún así, en estos momentos los bancos no están por la labor, así que no es muy efectiva.

5. Ofertas vinculantes de otros bancos: Se trata de obtener una oferta mejor de otro banco por escrito y utilizarla a la hora de negociar. Más efectiva antes de contratar la hipoteca, aunque también puede servir para el caso anterior, para poder negociar el tipo de interés dese una posición de poder de negociación.

6. Amago de subrogación: Esta práctica es muy habitual en la telefonía móvil. Se trata de solicitar una subrogación, con lo que tu entidad estará más por la labor de negociar. Es una especie de chantaje al banco, que si quiere retener tu hipoteca con ellos te ofrecerá condiciones más interesantes.

7. Aplazamiento de cuota: Algunos bancos la aceptan, pero en general no suele ser de su agrado. Se trata de saltarse alguna cuota, es decir, pagar 11 cuotas al año, por ejemplo, con lo que el cómputo general se reduce.

8. Subrogación: Si ya hemos intentado todas las opciones con nuestra entidad habitual, ya sólo nos queda la opción de la subrogación a un producto hipotecario más competitivo, en el que podamos obtener una cuota mensual inferior.

En definitiva, ocho opciones, unas mejores que otras, que nos pueden ayudar a rebajar la cuota mensual que pagamos a nuestro banco. Repásalas todas y utiliza la que mejor se ajuste a tu perfil y a tu situación.

El Euribor nos da una tregua

La casa de tus sueños, igual de lejos que antes

La casa de tus sueños, igual de lejos que antes

Ya casi nos habíamos olvidado de que el Euribor existía, llevaba un tiempo sin hablarte de él porque me daba miedo acercarme a su cotización que se había disparado durante los primeros días de noviembre de forma que todos los expertos comenzaron a temerse lo peor.

Pero parece que se ha cansado de subir y este lunes cerró, por quinto día consecutivo, en el 1.546%, una estabilidad máxima que no se le recordaba al indicador hacía mucho tiempo. Con esta tasa diaria, la tasa media mensual se queda en el 1.544%, dentro de las previsiones.

Si todo sigue con la normalidad aparente que tenemos ahora, el Euribor debería de cerrar el año 2010 alrededor del 1.60%, por debajo o por arriba (esperamos que por debajo), en un valor que servirá como referencia para las subidas que se vaticinan para este año 2011.

Sin embargo, el principal problema de los hipotecados no es el Euribor, como venía siendo habitual, sino el cambio de modificaciones de las entidades financieras. Como bien escribía Ladríllez este pasado viernes, los diferenciales que aplican los bancos y cajas a sus préstamos hipotecarios se están disparando.

Ello se debe a que las entidades deben de compensar el incremento de morosidad que están provocando un mayor riesgo en los productos financieros que están lanzando al mercado. Además, deben de hacer frente a las mayores restricciones que el Banco Central Europeo está imponiendo a la hora de obtener liquidez a los bancos europeos.

Estas dos variables están provocando que los bancos y cajas estén cargando unos mayores diferenciales e incrementando el número y la exigencia de los productos vinculados a las hipotecas, que es una forma de incrementar el coste real de la hipoteca para los usuarios.

Por tanto, de ahora en adelante habrá que seguir muy atentos a la tendencia del Euribor, pero no podemos dejar de un lado los movimientos que se están viendo en el sector financiero en lo que se refiere a los diferenciales y a los productos vinculados.

Lo que está claro es que los hipotecados nunca estamos tranquilos, cuando el Euribor se estabiliza, y nos da con ello una gran noticia, llegan los diferenciales y se incrementan.

110 propietarios pierden diariamente su piso

Adosado amenazado de embargo.

Adosado amenazado de embargo.

A lo mejor ofreciendo el dato de esta manera, diciendo que ciento y pico personas pierden su vivienda diariamente, comprendemos la dimensión de la tragedia hipotecaria que vive España. Se trata de un desastre económico y sobre todo de un desastre humano de consecuencias difíciles de medir.

 En lo que llevamos de 2010, que ya le queda poco, han perdido su piso 28.000 personas.

Por sectores, pues lo imaginable, aunque los mitos sean otros, especialmente por parte de algunos: los que con más frecuencia han perdido su piso han sido los trabajadores de la construcción, los autónomos y los pequeños y medianos empresarios. Según las mismas fuentes, concretamente de el diario EL PAÍS, se calcula que en España existen aún un millón y medio de pisos que podrían ser embargados por impago.

Los bancos, verdaderamente aterrorizados por este fenómeno, pasan los inmuebles a sus carteras tras intentar en vano venderlos. La jugada, mala para todos, consiste en quedárselos por el 50 % del valor de tasación de la hipoteca mientras se sigue reclamando el resto de la deuda a la persona embargada.

Para el ciudadano embargado, el asunto es simple y llanamente catastrófico, porque además del pìso perderá buena parte del salario futuro el día que consiga mejorar. Para el banco, aunque parezca lo contrario, tampoco es nada bueno, proque además de quedarse un piso (que no le sirve para nada si no lo consigue vender) tiene que dotar las correspondientes provisiones de capital.

Y repito, porque la cifra es para echarse a temblar: 110 embargos diarios.

Suben los diferenciales de las hipotecas

hasta los alambres de espino saben dar su opinión al respecto.

hasta los alambres de espino saben dar su opinión al respecto.

Amigos, los bancos han decidido que ya es hora de dejar de luchar por captar hipotecas, y para ello, lo mejor que se les ha ocurrido es comenzar a subir los diferenciales. Como ya hemos hablado aquí en otras ocasiones, son muchas las razones para este endurecimiento de las condiciones hipotecarias, pero yo insisto en el de siempre: si los bancos le pueden prestar dinero al Estado, o a la Generalitat, por ejemplo, al 4,7 % es completamente absurdo que nos lo presten a ti o a mí, al Euribor más medio punto. El drenaje financiero por parte de las administraciones continúa y no tiene visos de detenerse, así que ya sabéis cual es el camino. 

En ese sentido, además del lento pero constante incremento del Euribor, los bancos comerciales han ido subiendo sus márgenes tratando de ajustar el precio de las hipotecas al de otros productos. Según el Portal financiero INVERTIA, estos son los primeros movimientos de la banca en este sentido:

Hipoteca Barclays subrogación: de Euribor + 0,33% a Euribor + 55%

Hipoteca Barclays compra: de Euribor + 0,45% a Euribor + 0,70%

Banco Popular-e subrogación: de Euribor + 0,39% a Euribor + 0,46%

Deutsche Bank subrogación: de Euribor + 0,35% a Euribor + 0,45%

Deutsche Bank compra: de Euribor + 0,50% a Euribor + 0,65%

iBanesto subrogación: de Euribor + 0,38% a Euribor + 0,45%

Openbank subrogación: de Euribor + 0,38% a Euribor + 0,45%

Bankinter compra: pasa en su periodo fijo de 1,90% a 2,25%

Banc Sabadell compra: pasa en su periodo fijo de 2,75% a 2,90%

Oficinadirecta compra: sube el fijo inicial de los 6 primeros meses de 1,60% a 1,75%

Caja Navarra subrogación: desaparece la hipoteca de subrogación con el diferencial más bajo: 0,25%

No caigáis en la tentación de mirar sólo lo que los diferenciales cambian en términos absolutos. Miradlo en términos porcentuales y veréis que el encarecimiento es mucho más serio de lo que parece. Mucho más que el IPC. Como siempre

Hipotecas online vs. Hipotecas físicas

El gran dilema de nuestros días

El gran dilema de nuestros días

Seguro que tienes la bandeja de entrada de tu correo electrónico repleto de mensajes spam de bancos o cajas ofreciéndote la mejor hipoteca del mercado, las mejores condiciones si lo contratas online, y demás bagatelas para intentar captar tu atención y cazar tu hipoteca.

Pero, ¿es oro todo lo que reluce? ¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes de las hipotecas online?

Las principales ventajas son:

1. Diferencial: Las hipotecas online siempre ofrecen los mejores diferenciales. Es normal, porque Internet es el mercado más transparente que existe y el diferencial de la competencia se encuentra a un click de distancia. Por ello, la competencia es brutal, lo que redunda en diferenciales más económicos.

2. Productos vinculados: Prácticamente nada de nada. Por la misma razón que antes, se ven obligados a competir en el fango, y por ello no pueden empantanarse con muchos productos vinculados.

3. Transparencia: Todo tiene que estar claro en la oferta que realizan a través de la web, porque si no es así pueden ser multados por el Banco de España. Por esa razón no hay letra pequeña, ni sorpresas de última hora. Siempre sabes lo que vas a contratar al cien por cien.

Las desventajas, por otro lado, podrían ser las siguientes:

1. Rigidez: Parte de la esencia de sus condiciones tan competitivas. Como ya han recortado tanto de tantos sitios no negociarán ni un ápice. La oferta es la que es y son lentejas, si quieres las tomas y si no las dejas.

2. Requisitos financieros: Por la misma razón que antes, como han recortado sus márgenes tanto no se pueden arriesgar a un cliente moroso, por lo que las exigencias financieras son muy elevadas y hay que disponer de unos ingresos mensuales altos para poder acceder a las hipotecas online.

Por tanto, las hipotecas online no son ni mejores ni peores que las hipotecas físicas, sólo diferentes, con diferentes ventajas y diferentes desventajas. Creo que una unidad familiar con altos ingresos estará más interesada en una hipoteca online, por las mejores condiciones que le ofrece, pero una familia que ande “a la quinta pregunta”, que le cueste llegar a fin de mes, tendrá que decantarse por la hipoteca física, en la entidad bancaria de toda la vida.

Como siempre, todo depende de la situación personal y económica de cada uno.