Archivo por meses: enero 2011

Hipoteca y magia urbanística

sequias-mexico-f11

Dos mil euros el metro...

De todas las formas de robar, la más despreciable es la del que  además de darte el palo y endeudarte para treinta años te dice que es la autoridad y que te opones a su sablazo porque eres un chorizo, un insolidario o un delincuente. Ese es el caso de los ayuntamientos, que encarecen los terrenos hasta el infinito y más allá, como si no supieran que esas cantidades que tan jugosamente se embolsan en impuestos y comisiones las tiene que pagar el currito de a pie.

Los pelotazos de algunos los tiene que pagar alguien y ese alguien somos nosotros, que al comprar un piso estamos pagando la antigua huerta de un abuelo a cinco mil euros el metro cuadrado. O a más. La broma esa cosa de un momento: se pasa un maletín a quien hay que pasárselo, y así los terrenos rústicos se convierten en urbanos, se construye, y se vende y nosotros nos jorobamos durante los treinta o cuarenta años que dura la hipoteca. Hasta ahí, todo normal. Conocemos al perjudicado, y nada cambia.

Ahora que han llegado las vacas flacas, vereis cómo todos los que vendieron esas huertas desaparecen rápidamente del mapa. Veréis como en las listas electorales no están ya muchos de los que se preocupaban por el bienestar público e iban a todos los mítines de su partido. Y la razón está clara: el verdadero, el único poder real de los ayuntamientos reside en las recalificaciones de terrenos y en la posibilidad de contratar a familiares y amigos con unos sueldos estupendos y de por vida. Cuando la construcción se ha parado y cuando no se puede contratar a nadie más, ¿qué poder tienen los ayuntamientos? Casi ninguno, sobre todo los pequeños. ¿Y para qué sirve entonces meterse en política si ya se ganan unos cuartos en otra cosa? Para nada. La política, con la crisis de la construcción, es una profesión devaluada, con lo que eso supone de desprestigio de la democracia. Y con lo que eso supone de calidad en la gente a la que atrae.

La política municipal, encargada de temas tan serios y tan cotidianos como la vivienda, no está a la altura de las responsabilidades que se le atribuyen: no hay relación cabal entre el poder que obtiene un concejal y los medios de que disponemos para elegirlo, controlarlo y fiscalizar sus intereses. No hay relación cabal entre el posible enriquecimiento de un corrupto y los requisitos, mínimos, exigidos para llegar a ese puesto. En esas condiciones, es impoible que las cosas funcionen de otro modo, pues donde hay dinero fásil se acumulan las moscas como en el panal de miel.

Por eso os recomiendo escepticismo. Y sobre todo, tened memoria: cada vez que paguéis la hipoteca de vuestra casa, tratad de recordar en qué clase de terreno se ubicó, de quién era, quién lo recalificó y por cuánto. No vaya a ser que en unos años ellos tengan el dinero, nosotros el pufo, y tan amigos.

 

 

Crisis y cobardía. El muro infranqueable

imagescavn61gi

Tranquilos todos

Hoy me apetece hablar con claridad. Con demasiada, incluso.

Uno de los peores problemas de esta crisis es que nadie habla claro de ella y se sigue queriendo salir del agujero con medidas falsas, con medias verdades y sin mirar a la cara a las situaciones verdaderamente catastróficas.

Tenemos, pro ejemplo, el caso de los bancos y las hipotecas. Sabemos todos que la banca tiene inscritos en su balance los pisos por un valor muy superior al que hoy podrían venderse en el mercado. Sabemos, pro tanto, que el patrimonio de los bancos no es el que ellos dicen, pero como tomar en serio ese problema podría suponer una quiebra masiva, hacemos como que no lo sabemos, seguimos adelante, y el problema no se arregla.

Sabemos también que muchas hipotecas son incobrables. Se extienden lo plazos, se alargan las cuotas, peor sabemos que muchos hipotecados no podrán pagar sus préstamos porque se han quedado sin trabajo o porque no hay esperanza de que vuelvan tener un nivel de ingresos como en el momento en que les fue concedida la hipoteca. ?Y se hace algo? NO. ¿Se acepta que habrá que cobrarles menos o quedarse con un piso que no se podrá vender? NO. Se pospone el desastre para otro día, para el turno de otro, para la hora en que s ele pueda echar la culpa a otro.

Sabemos que las entidades locales y las autonomías no pueden mantener el nivel de empleo público y de servicios actual, porque para ello tendrían que aumentar los impuestos provocando la huida de los que producen. Sabemos que se gasta más de lo que se ingresa y por eso continúa el endeudamiento. ¿Y se hace algo para ajustar las cuentas? Muy poco. ¿Se le dice de una vez a la gente que no se pude pagar más? NO. En lugar de eso, se desata una carrera buscando prestamistas que sigan alimentando ese agujero.

Mientras no seamos capaces de reconocer dónde estamos en realidad, con unos bancos que están más cerca de la quiebra de lo que reconocen, unos ciudadanos depauperados sin capacidad para pagar sus deudas ni estimular el consumo y unas instituciones que gastan de manera sistemática por encima de lo que recaudan, no podremos buscar soluciones.

Somos como el que tiene un dolor en el pecho e insiste en que es de una mala postura en la cama, no vaya a ser que si va al médico le diga que padece del corazón y le quite el tabaco, el alcohol, la sal en las comidas y hasta lo ponga a hacer ejercicio.

Somos de chiste

 

 

 

En España no confían ni los españoles

A la espera de poder sonreír

A la espera de poder sonreír

Mal dato con el que hemos comenzado este nuevo año 2011, un dato que nos devuelve a la triste realidad de nuestras vidas, la de la crisis, a todos los niveles, económico, moral y social. Se trata del índice de confianza de los consumidores, facilitado por el Instituto Oficial de Crédito.

En el mes de diciembre, último mes del año, cayó el indicador por encima de los cinco puntos con respecto al mes anterior, mes de noviembre lo que viene a demostrar que la situación económica está muy lejos de recuperarse, aunque algunos datos macroeconómicos así lo estén atestiguando.

Y es que el gran problema es que el ciudadano de a pie no está notando las mejoras que se están produciendo a un nivel superior, lo cuál muestra que la recuperación está siendo asimétrica. Podemos decir que la crisis no habrá pasado, y que el país no habrá comenzado a recuperarse, hasta que la tasa de desempleo comience a descender.

Una tasa que, según los datos que conocimos esta misma semana, no se está reduciendo a la velocidad que debería, porque aunque parece que la destrucción de empleo se ha detenido, basándonos en los datos de paro registrado, la creación de empleo no ha comenzado todavía, como demuestra la reducción en la afiliación a la Seguridad Social.

Nos encontramos, por tanto, en un momento de estabilidad del empleo, un momento en el que parece que la destrucción ha llegado a su fin, pero en el que no se crea empleo. Lo primero se puede achacar a que la situación económica general ha mejorado y a que ya se ha llegado al límite de destrucción, mientras que lo segundo sólo se lo podemos achacar a la ineficiencia del gobierno, que no está sabiendo entender las necesidades del país en estos momentos.

Sin embargo no nos queda otra que ser optimistas con el objetivo de que la situación se revierta con el nuevo año y podamos comenzar a recuperar nuestra confianza en la economía para poder así endeudarnos y consumir como el sistema de economía de consumo en el que vivimos necesita.

Hipoteca, Hacienda e historia. El Diccionario Madoz

Portada del diccionario Madoz

Portada del diccionario Madoz

Aunque parezca mentira, ni las hipotecas ni Hacienda existieron desde siempre.

El primer intento sistemático de crear en España una Hacienda Pública que recaudase tributos para el sostenimeinto del Estado fue el del Marqués de la Ensenada, que pretendía ya crear un censo de los bienes que podían ser gravados. Como por entonces era muy difícil imponer tributos a las rentas se trataba sobre todo de hacer tributar a los objetos, es decir a las construcciones, fincas y otros bienes de carácter real.

Posteriormente, alguien pensó que la mejor manera de financiar al Estado era apropiarse de los bienes de la Iglesia y así surgió la idea de la desamortización. Este no es lugar para tratar un tema tan extenso como las causas y efectos de la desamortiización, pero sí puede resultar interesante, desde muchos puntos de vista, conocer el gigantesco documento que se creó para hacer posible el nacimiento de la actual Hacienda Pública: el Diccionario Madoz.

El Diccionario Madoz es una obra gigantesca, en 16 volúmenas de letra apretada en el que se detallan los bienes, producción, población, condiciones del terreno, edificios históricos, y hasta detalles históricos de TODOS los pueblos y aldeas de España, incluyendo a menudo caseríos, masías, granjas y hasta accidentes geográficos que pudiesen ser explotados para la caza y la pesca.

Esta obra, compuesta entre 1842 y 1845, es el mejor documento histórico sobre la situación de España al final del Antiguo Régimen, pero su enorme volumen hacía que, aunque estuviera digitalizada en diversas fuentes, fuese aún muy dfifíicl de consultar. Cualquiera que quisiera bucar un pueblo o un dato tenía que navegar por 16 archivos de varios cientos de megas y además resultaba imposible hacer una búsqueda por términos.

Desde hace muy poco, un grupo de gente lo está digitalizando de manera unitaria, para que todas y cada una de las entreadas sean accesibles de forma individual y s epueda, asimismo, buscar cualquier palabra que aparezca en el contenido. De momento tiene 16.000 pueblos y no han llegado siquiera a la mitad, pero si alguien tiene curiosidad por buscar algo de su tierra, puede probar a echar un vistazo en www.diccionariomadoz.com

Como veis, antes de la hipoteca fue el censo. Una vez que la casa está identificada y situada, lo demás viene rodado.

Otro día hablaremos del registro de la propiedad y del catasstro. Ambos, también, se apoyaron en este descomunal trabajo del diccionario Madoz. 

Echadle un ojo y disfrutadlo.

La construcción sigue de mal en peor

La recuperación de la construcción todavía muy lejos

La recuperación de la construcción todavía muy lejos

No nos queda otra que reírnos de aquellos que siguen prometiéndonos que la recuperación económica en general, y de la construcción en particular es un hecho, porque cada nuevo dato que recibimos hecha por tierra ese optimismo y demuestra que todo está peor de lo que pensábamos.

Durante los últimos meses ha habido voces que nos han vendido la moto de que el sector de la construcción se encontraba en clara mejoría, con indicios de recuperación en breve, si no a finales de 2010, que ya hemos dejado atrás, sí con el comienzo del nuevo año.

Sin embargo, ni una cosa ni la otra. Según los datos que conocimos ayer, hasta el mes de octubre de 2010, la construcción de viviendas cayó en un 34.9%, con respecto al mismo período del año anterior, es decir que en los diez primeros meses del año 2010 se construyeron 334.312 viviendas menos.

Como no podía ser de otra forma, por otro lado, es la vivienda privada la que un mayor decremento ha sufrido, por un doble factor. Por un lado, las administraciones públicas han intentado sostener al sector, y, por otro, como el volumen de construcción pública es menor, el decremento será, consecuentemente, también menor, como lo sería, en su caso, el incremento.

Este decremento en la construcción de nuevas viviendas hace referencia explícita a la falta de demanda que está experimentando el sector, provocado por la falta de estabilidad económica y la tremenda volatilidad en el empleo, que provoca falta de confianza en el mantenimiento del puesto de trabajo, o, en su caso, en la capacidad de encontrar uno nuevo.

Por otro lado, el año 2011 debería de ser el año de la estabilización del sector, con lo que podremos empezar a valorar, de verdad, la situación en la que se encuentra, ya que el año 2010 se ha visto afectado por los cambios en las reglas de juego que se han venido apreciando, con el incremento de la tasa de IVA y la desaparición de la desgravación fiscal.

En cualquier caso, todo apunta a que este año 2011 seguirá siendo de estancamiento generalizado, sin una recuperación real del sector hasta, por lo menos, el año 2012 o 2013, cuando el exceso de oferta comience a desaparecer.

Lo que los bancos buscarán en 2011 para dar una hipoteca

Cuidado con el laberinto...

La amenaza permanece

Hace algún tiempo escribí un artículo aquí sobre lo que tenemnos que ofrecer a los bancos para excitar su gula y os decía entonces que a la hora de buscar un piso y pedir una hipoteca no sólo hay que buscar lo que nos guste a nosotros, sino también lo que le guste al banco, porque es el que tiene que dar el dinero y habrá inmuebles que valores más que otros.

Por supuesto, las razones que os alegarán oficialmente serán otras, pero estas son más o menos las que circulan pro las mesas de sus despachos y por las líneas de sus teléfonos. Repito lo que dije entonces:

—Si el piso tiene más de sesenta año, y está fuera de normativa urbanística, porque en su momento habrá que ampliar aceras o construir aparcamientos, un punto negativo.

—Si está en una zona ruidosa, de mucho tráfico o jaranas constantes, punto negativo.

—Si abundan en el barrio las minoría étnicas, punto negativo.

—Si no tiene ascensor, punto negativo.

—Si no tiene garaje en el propio edificio, punto negativo.

—Si los vecinos del inmueble son muy mayores, o hay mucho vecino de alquiler y poco en propiedad, punto negativo.

—Si tiene portero, o una comunidad elevada, punto negativo.

Que a vosotros sean inconvenientes que no os importen, por la razón que sea, y estéis dispuestos a seguir adelante, porque precisamente por eso tiene tan buen precio el piso, al banco le trae al fresco. Los bancos, y más en esta época, lo que miran es sus posibilidad de revender el inmueble en caso de que algo vaya mal, y antes de pensar que sus criterios son erróneos pensarán que vosotros sois unos bichos raros y que “vete a saber si encontraríamos otro igual”.

A nosotros nos gustan las gangas, porque tenemos necesidad de pagar poco. A ellos no. A ellos lo que les gusta es pensar que es fácil de revender si alguna cosa sdale más y se lo tienen que acabar merendando.

A todo esto, creo que para el año entrante habrá que añadir algo de vital importancia: que el piso sea suyo.

Mucho me temo que en 2011 se apretará aún más la cuerda en torno al gran problema de los pisos que los bancos tienen en stock y que la banca responderá a este problema intentando a toda costa sacar su cartera inmobiliaria al precio de perjudicar, más aún, al mercado libre. Por tanto, hay que reconstruir la lista:

-Si el piso que queréis es de un banco, id a sese banco y punto positivo para la hipoteca.

-Si el piso es de una promotora, buscad como sea el banco que financió a esa promotora y ya tenéis otro punto positivo.

-Enteraos de en cuánto dinero se ejecutó el embargo en caso de que el piso fuese de un propietario anterior que lo perdió. Por encima de lo que el banco pagó podéis negociar. Por una vez, el registro os puede dar un dato de lo que pueden llegar a tragar y de lo que no.

Y ante todo, recordad una cosa: no va a tardar el día en que tengan que valorar los pisos en su balance por valor de mercado y para entonces tendrán que haberse quitado una buena parte del marrón, así que ahora, ahora sí puierde ser el momento de buscar una ganga y aprovechar la ocasión.

Suerte.