Archivo de la etiqueta: construcción

Nuevo curso, mismas expectativas

Nuevo curso, pero nada cambia

Nuevo curso, pero nada cambia

Empezamos el mes de septiembre en lo que pareciera ser como un nuevo curso, pero en el fondo nos encontramos con los mismos problemas que ya arrastrábamos el año pasado, problemas que tienen relación con la falta casi absoluta de crédito a todos los niveles que sigue arrastrando a la economía por el fango de la recesión.

Es cierto que se empiezan a observar ciertos brotes verdes, por utilizar el término de nuestros políticos, pero son todavía muy débiles y sin una repercusión directa en la economía real, en la de los ciudadanos, que siguen sufriendo las consecuencias de un desempleo demasiado elevado, y de una falta de crédito alarmante.

El problema es que esta falta de crédito es la pescadilla que se muerde la cola, ya que afecta directamente al desempleo. Las pequeñas empresas no realizan nuevas inversiones porque no tienen el dinero suficiente para hacerlas ni cuentan con el soporte crediticio necesario para ello, lo cuál repercute en que no se cree nuevos empleos.

Pero lo más grave es como afecta a la recuperación de la construcción, que pasa por ser la verdadera vía de escape para la economía española, al menos siempre lo ha sido, aunque ahora esté sufriendo un atasco de dimensiones siderales. Un atasco que hace que los precios sigan bajando su precio a la espera de que las entidades financieras apuesten definitivamente por crédito barato que ayude a la recuperación.

Un crédito barato que ellas sí están recibiendo desde el Banco Central Europeo, con lo que están haciendo el negocio del siglo. Consiguen dinero barato y lo prestan caro, sin que nadie esté haciendo nada al respecto, con todo lo que ello supone de perjudicial para los ciudadanos de a pie que son los que al final sufren las consecuencias.

En definitiva, más de lo mismo para el curso que ahora comienza, con los políticos lanzándose piedras entre ellos, con el Banco Central Europeo manteniendo un tipo de interés bajo, bajísimo, y con las entidades financieras dispuestas a seguir ganando dinero a costa de lo que sea, y a pesar de haber sido rescatadas con el dinero de todos.

SIMA XV, la edición del apocalipsis

Entre todos la mataron y ella sola se murió

Entre todos la mataron y ella sola se murió

Atrás quedaron los años de bonanza en los que la celebración del Salón Inmobiliario de Madrid (SIMA) era todo un acontecimiento, sino interplanetario sí a nivel español y europeo. Ahora las cosas han cambiado y todo lo que antes era alegría, boato y exceso se ha convertido ahora en simpleza, sencillez y recortes habidos y por haber.

Como muestra basta comprobar la ocupación ferial que tiene SIMA este año. Si durante los años de burbuja inmobiliaria no era extraño ver hasta 10 pabellones ocupados por los stands de inmobiliarias, constructoras, empresas de asesoramiento financiero, etc., ahora la feria se despacha con tan sólo un pabellón, crónica de una muerte ya anunciada.

Por otro lado, lo que antes era una clara vocación por la compra compulsiva de vivienda ahora se convierte en alquiler, con una oferta que supera el 20% de promociones destinadas únicamente al alquiler, ante la ausencia casi absoluta de crédito entre las entidades financieras, lo que hace que la demanda se mueva por otros derroteros.

Como novedad principal cabe destacar la presencia de Sareb (el banco malo), por primera vez en esta cita. De hecho, Sareb será uno de los principales ofertantes de viviendas con hasta 5.500 inmuebles, siendo la punta de lanza de las entidades financieras, los baúles de sastre donde acaban ahora gran parte de la oferta de viviendas.

Es evidente que el estado actual de SIMA es una metáfora perfecta de la situación en la que se encuentra el sector inmobiliario en nuestro país en estos momentos. Condenado por las paupérrimas expectativas, la ausencia de crédito y la baja calidad de la oferta, parece condenando a vagar durante largos años por la senda de la depresión económica de alto rango.

Y lo peor de todo es que los expertos no creen ver una solución al estado actual de las cosas en el corto-medio plazo, con lo que la construcción, y derivados, otrora motor de nuestro desarrollo económico seguirá siendo nuestro lastre por mucho, demasiado, tiempo y no podremos hacer nada por evitarlo, más que llevarnos las manos a la cabeza.

Constructores vs. Bancos

Balones fuera que es la crisis

Balones fuera que es la crisis

El Salón Inmobiliario SIMA 2011, que ha tenido lugar este pasado fin semana se inició con la queja de los constructores sobre la falta de crédito que recibía el sector, y ha terminado con esa misma queja, basada en la ausencia casi absoluta de préstamos hipotecarios dirigidos al sector de la construcción.

Y es que los bancos, y entidades financieras en general, han decidido que no están por la labor de arriesgar su dinero en un producto de alto riesgo, como es en estos momentos la promoción inmobiliaria, con la única garantía de una bien inmueble, del que ya andan sobrados en sus balances y que no tiene ninguna salida en estos momentos de crisis.

Ello hace que no se estén llevando a cabo proyectos inmobiliarios, según los constructores y promotores, y está haciendo que éstos acumulen suelo urbanizable que acabará por estallar en otra burbuja inmobiliaria en unos años cuando empiecen a recuperar el crédito.

Por otro lado, los promotores y constructores también han salido de SIMA 2011 reclamando una mayor agilidad de las administraciones públicas que están tardando entre 8 y 9 meses en facilitar las licencias necesarias para iniciar una obra de construcción, tiempo excesivo que alarga los plazos y, evidentemente, encarece los proyectos de manera artificial.

También hay una queja generalizada por la divergencia entre las diferentes estadísticas sobre el sector, que lleva a confundir a los inversores y a los posibles compradores, que no saben si hacerlo ahora o dentro de uno tiempo. Para ello, los promotores y constructores también han solicitado a todos los agentes involucrados que se abstengan de realizar afirmaciones sobre el posible ajuste del precio de la vivienda, ya que ello provoca el postergamiento de la decisión de compra.

En definitiva, los constructores y promotores han salido del Salón Inmobiliario SIMA echando balones fuera, sin tomar la responsabilidad que tienen en su propio apalancamiento como consecuencia de los excesos del pasado, que sí, que parte de la culpa fue de las entidades financieras, pero también fue suya, por moverse en las farragosas aguas del todo vale, y de la búsqueda del beneficio sin paliativos.

El fin del trabajo (y de la hipoteca)

Por fin jubilado. Ah, que no es eso...

Por fin jubilado. Ah, que no es eso...

La hipoteca la menciono porque en este sitio hablamos de eso, pero hoy no me voy a meter con la hipotecas, sino con un tema que a todos nos interesa aún más: el trabajo.

A mi entender, cada día está más claro que que el trabajo, entendido como creación efectiva de riqueza y no como abrillantamiento de bordillo, escasea y seguirá escaseando.

Durante largos periodos de la historia humana, por no decir siempre, las mejoras tecnológicas destruían empleo, pero generaban a su vez nuevos sectores en los que dar trabajo a la gente desempleada con la invención de máquinas o nuevos procedimientos. Todos creemos a pies juntillas esa profecía de que si alguien inventa el tractor y elimina mil campesinos, se necesitarán mil empleados en la fábrica de tractores y el problema quedará más o menos resuelto.

Pero el caso es que de unos años a esta parte no es así. El caso es que la globalización y la fusión de los procesos lleva justo a todo lo contrario. Y si queréis, lo miramos en mi sector, el de los escritores, o pensáis en el de los músicos, y luego lo extrapolamos a donde mejor os parezca: hasta hace cien años, en cada pueblo había una banda de música, y en cada ciudad mediana o pequeña, un teatro. Eso llevaba a que hubiese miles de actores, fijos o itinerantes, que representaban obras en todas esas localidades. Pero llegó el cine, y con que las historias las interpreten cien actores, el mundo entero los ve. Y el resto se va al paro. Y se van al paro los músicos, porque se trata ahora de vender los mismos cantantes en cien países. Y se van al paro los escritores, por que vale más la pena traducir a Ken Follet o una nueva entrega de Harry Potter que apostar por un autor de León, o de Albacete.

Todo es cuestión de costes o de sinergias: es más barato vender diez músicos o diez escritores a cien millones de personas que publicitar veinte en cada país. 

Y como eso, que es un simple ejemplo, sucede con todo. España fue bien mientras pudimos mantenernos atados al ladrillo, y no porque el ladrillo fuese mejor, sino porque no se puede, de momento, hacer pisos en China para llevarlos a Marbella. O dicho en plan técnico: porque no e s un producto deslocalizable.

Para mí, la clave del enfrentamiento futuro, y de esta crisis, es que somos muchos, demasiados incluso, y unos pueden crear riqueza mientras que los otros se han vuelto irrelevantes: ni pueden comprar lo que se vende ni vender lo que producen. Esa irrelevancia es la que hay que enfrentar, pero como ya dije hace tiempo en otro lado, no se puede intentar tal cosa desde la estigmatización de los ricos, porque si el que piensa, produce e invierte es culpable, entonces más vale ser tonto, inservible e inocente.

Y eso parecen dar a entender algunos últimamente.

La construcción sigue de mal en peor

La recuperación de la construcción todavía muy lejos

La recuperación de la construcción todavía muy lejos

No nos queda otra que reírnos de aquellos que siguen prometiéndonos que la recuperación económica en general, y de la construcción en particular es un hecho, porque cada nuevo dato que recibimos hecha por tierra ese optimismo y demuestra que todo está peor de lo que pensábamos.

Durante los últimos meses ha habido voces que nos han vendido la moto de que el sector de la construcción se encontraba en clara mejoría, con indicios de recuperación en breve, si no a finales de 2010, que ya hemos dejado atrás, sí con el comienzo del nuevo año.

Sin embargo, ni una cosa ni la otra. Según los datos que conocimos ayer, hasta el mes de octubre de 2010, la construcción de viviendas cayó en un 34.9%, con respecto al mismo período del año anterior, es decir que en los diez primeros meses del año 2010 se construyeron 334.312 viviendas menos.

Como no podía ser de otra forma, por otro lado, es la vivienda privada la que un mayor decremento ha sufrido, por un doble factor. Por un lado, las administraciones públicas han intentado sostener al sector, y, por otro, como el volumen de construcción pública es menor, el decremento será, consecuentemente, también menor, como lo sería, en su caso, el incremento.

Este decremento en la construcción de nuevas viviendas hace referencia explícita a la falta de demanda que está experimentando el sector, provocado por la falta de estabilidad económica y la tremenda volatilidad en el empleo, que provoca falta de confianza en el mantenimiento del puesto de trabajo, o, en su caso, en la capacidad de encontrar uno nuevo.

Por otro lado, el año 2011 debería de ser el año de la estabilización del sector, con lo que podremos empezar a valorar, de verdad, la situación en la que se encuentra, ya que el año 2010 se ha visto afectado por los cambios en las reglas de juego que se han venido apreciando, con el incremento de la tasa de IVA y la desaparición de la desgravación fiscal.

En cualquier caso, todo apunta a que este año 2011 seguirá siendo de estancamiento generalizado, sin una recuperación real del sector hasta, por lo menos, el año 2012 o 2013, cuando el exceso de oferta comience a desaparecer.

Los vicios ocultos

Los gnomos que abren las grietas

Los gnomos que abren las grietas

¿Su piso fuma?, ¿su chalé sale por las noches?, ¿su apartamento va de copas a locales dudosos? Denúncielo, porque según las últimas sentencias se puede exigir responsabilidad a promotores y arquitectos en los casos de vicios ocultos.

Ahora en serio, que si no vais a acabar pensando que he bebido algo malo:

Hasta hace unos años, nadie se responsabilizaba de los defectos que aparecían en los inmuebles una vez que estos habían sido entregados a sus compradores. La doctrina del “sosténte mientras cobramos” se imponía casi siempre y el comprador era el que tenía que lidiar con las grietas, las humedades, los repises, las ventanas mal encajadas y las puertas que no cerraban.

Ahora, en cambio, se exige a promotoras y arquitectos que contraten un seguro de responsabilidad civil para le evicción de daños ocultos, pro lo que las viviendas se entregan con garantía de al menos cinco años, aunque puede pactarse un plazo mayor.

En este sentido, cabe destacar una reciente sentencia en la que se condenó a los promotores y arquitectos no sólo a reparar todos los daños, sino también a hacerse cargo de todos los gastos de alojamiento y almacenamiento de muebles de los propietarios durante el tiempo que durasen las reparaciones.

Como dato curioso, y para que lo tengáis en cuenta, el Tribunal Supremo rechazó la pretensión de los compradores de que se cumpliese la memoria de calidades estipulada en el contrato, pues los compradores habían tenido ocasión de demandar esto antes de escriturar los pisos y no lo hicieron. O sea que si veis quelas calidades no son las pactadas, denunciad ANTES de escriturar, porque después ya no vale, ya que las calidades de los materiales no son vicios ocultos, sino mermas evidentes, y el que las acepta es porque quiere.

Por todo esto yo siempre he preferido los pisos de setenta años para arriba: no es que tengan menos defectos: es que ya se ven todos.

 

Reconquistar los centros urbanos

 

Casco histórico...

Casco histórico...

Y ahora van y dicen que las rehabilitaciones de viviendas en los centros urbanos es la salida más viable a la crisis de la construcción, motor y corazón de esta economía de yeso, cemento, lápiz tras la oreja y tagarnina entre los labios.

Razón no les falta en que los cascos históricos de casi todas nuestras ciudades están hechos una verdadera porquería, pero pensar que ahí puede estar el remedio al parón inmobiliario es como decir que lo mejor para luchar contra la enfermedad es una oleada de salud.

La pregunta real, por supuesto, es otra: ¿Por qué se iban a rehabilitar ahora esos barrios cuando no se hizo antes? A eso ya no responden. Y puedo preguntar otra pregunta aún peor: ¿Por qué se cayeron los barrios históricos en el abandono que ahora vemos? Para eso tengo algunas respuestas que me gustaría comentar con vosotros:

-Por los alquileres antiguos y una ley que protegía al inquilino ninguneando al propietario, de modo que en los cascos antiguos se enquistaron las rentas bajas, la población envejecida y los pequeños trapicheos de las subrogaciones, convirtiendo las zonas céntricas en marginales.

-Por la rapacidad de los ayuntamientos, que han concedido licencias de hostelería sin control, haciendo que estos barrios sean ruidosos, incómodos e inhabitables para el trabajador común.

-Por la sobreprotección de algunas zonas, que ha alejado a la economía viva de ellas a fuerza de peatonalizaciones, restricciones y demás, muy buenas para los paseantes jubilados, pero muy malas para la actividad económica.

Por todo esto y por más. Y mientras no desaparezcan las causas no habrá razones para esperar que estas zonas se rehabiliten. Quizás sea más fácil reciclar el sector que los centros de las ciudades.

He terminado el artículo y he conseguido no mencionar la palabra ghetto. Soy la leche 🙂

 

Por fin tendremos Ley del Suelo

¿Alguien sabe para lo que sirve?

¿Alguien sabe para lo que sirve?

Más vale tarde que nunca, pero por fin parece que le hemos encontrado funcionalidad al Ministerio de Vivienda, ese organismo público que todos sabemos que existe porque lo hemos escuchado alguna vez, pero que nadie sabe exactamente para lo que sirve.

Pues bien, ahora por fin se ha hecho notar ya que se encuentra en las últimas fases de tramitación del anteproyecto de Reglamento de Ley del Suelo, que permitirá terminar con la especulación inmobiliaria, o al menos eso nos quieren vender.

No está muy claro todavía como quedará la Ley definitiva, pero el gran objetivo del Ministerio es eliminar la opacidad en la valoración del suelo, que daba lugar al encarecimiento desmedido de las viviendas al antojo de constructores y concejales corruptos.

Para ello intentará ofrecer mecanismos de valoración claros y extrapolables a todo el territorio y a cualquier situación, de forma que siempre se pueda saber la parte del precio del suelo del precio de cada vivienda.

Este reglamento que tardará al menos un año de trámites burocráticos, intenta acabar con la desregulación absoluta que imperó durante la época del gobierno del Partido Popular, ante lo que cabe preguntarse, si la situación anterior era tan mala, ¿por qué han tardado dos legislaturas en corregirlo?

Si te das cuenta y pensamos en los plazos, todo apunta a que acabará siendo aprobado justo antes del comienzo del período electoral, ¿casualidad? Y no sólo eso, el Ministerio ha anunciado que este anteproyecto sólo es una pequeña parte de la batería de medidas que tiene preparado para regular el sector de la construcción.

En un principio los grandes beneficiados deberíamos de ser los consumidores finales que podremos beneficiarnos de precios de la vivienda más justos, aunque no necesariamente más baratos. Pero, claro, una cosa es la teoría del Ministerio de Vivienda y otra la realidad a la que nos lleva.

¿Alguien recuerda algún éxito de este Ministerio? Hasta ahora todas sus medidas se han quedado en agua de borrajas y se han convertido en un fracaso absoluto con apenas importancia en la sociedad.

Sin duda, se trata de uno de los Ministerios que nadie recordará en el futuro, porque ha pasado por nuestras vidas con total indiferencia. Menos mal que ya sólo le queda, como mucho, un par de años.