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Los bancos se quedan con 50.000 viviendas en 2013

desahucios

La economía va bien, claro que sí, y poco a poco vamos saliendo de la crisis, aunque la población activa descienda, el sector exterior haya sufrido un parón, la deuda no deje de crecer y haya aumentado un 11% el número de inmuebles que los bancos se han quedado en 2013 respecto al año anterior. El que no se lo crea es que es un derrotista, ¡carajo!

Aprovecho semejante oleada de optimism0 para encabezar el artículo con un gráfico elaborado por el diario El País a partir de datos del Banco de España. Y será un gráfico grandote, si me permitís, para que se vea bien la situación.

Si miramos de cerca los datos, y dejando ya de lado la ironía sobre lo felices que somos y las perdices que comemos, podemos ver que hay materia de debate: según los bancos, se están haciendo todos los esfuerzos posibles para evitar los desahucios, y precisamente por eso crecen los acuerdos de dación o de otro tipo, que antes eran meramente testimoniales. Por esa misma razón, y también según la opinión de los bancos, hay muchas menos entregas de viviendas ocupadas, pues los propietarios aceptan desalojarlas a cambio de alguna ventaja que se les ofrece. Por eso el gráfico tiene algo de equívoco, porque aunque se habla siempre, desde el título, de primeras viviendas, se menciona también después un enorme número de viviendas vacías. ¿Y cómo hay tantas primeras viviendas vacías? Por lo antedicho.

En total, el desahucio no alcanza más que al 0,77% del total de las hipotecas, lo que para unos puede ser muy poco y para otros una barbaridad, teniendo en cuenta el enorme número de hipotecas constituidas en España.

Lo que dicen por el otro lado, y creo que también con mucha razón, es que las daciones ne pago no han supuesto la desaparición de la deuda sino que han dejado fuera de juego, y por muchos años, a las personas que han tenido la desgracia de no poder pagar su hipoteca.

Por tanto, el gráfico puede interpretarse de diversas maneras, como casi todo en esta vida, pero hay una realidad que no puede ocultar: el hecho de que en un sólo año hemos padecido cincuenta mil tragedias más, con sus daños colaterales, sus daños personales y sus tremendas secuelas económicas que de un modo u otro pagaremos todos.

El camino de la recuperación no pasa porque cada vez haya menos consumidores potenciales, pero cada vez me convenzo más de que a los políticos ha dejado de interesarles la política. Otro día dedico un artículo a eso…

La falacia de la morosidad

Ya no debemos tanto, ¿o sí?

Ya no debemos tanto, ¿o sí?

Los datos objetivos son inapelables, aunque pueden ser interpretables, en un sentido o en otro, en función de lo que nos pueda interesar en un momento dado. Si nos atenemos a lo publicado por el Banco de España referente a los datos de morosidad del primer trimestre de este año 2014 está claro que parecen positivos, pero, ¿es así?

Sin duda, lo es, la morosidad ha descendido, no en gran medida, pero sí acumula ya tres meses consecutivos de mejora tras la debacle de diciembre que situó el porcentaje en un 13,61%, un récord histórico que hizo resquebrajarse la estabilidad de todo el sistema financiero español. Sin embargo, parece que aquello fue el suelo y a partir de ahí hemos empezado a mejorar.

Una mejora que no se debe a la bonanza económica, y ese es el problema que hace que los datos se tengan que observar con cierta relatividad, y es que todo apunta a que la mejora de la morosidad se debe simplemente a que todos los créditos problemáticos han sido eliminados de la contabilidad, o bien porque han sido enviados al banco malo recubiertos de cualquier tipo de subterfugio contable-financiero, o bien porque las entidades financieras han aceptado la dación en pago, quedándose con la vivienda y anulando la vigencia del préstamo.

Por tanto, datos positivos sí, pero no para echar las campanas al vuelo, porque es evidente que la economía de la calle sigue en números rojos por todos lados y que nada apunta a una solución en breve, más bien al contrario, porque todos los problemas que parecían coyunturales corren el riesgo de convertirse en estructurales, y con ello alargar la agonía de nuestra economía.

Ahora bien, es evidente que que diferentes sectores, principalmente los afines al gobierno, verán estos datos como el comienzo de la recuperación y ello puede que provoque la perpetuidad de la situación que estamos viviendo, porque no hay nada peor que no querer ver la realidad engañándose con datos falaces que sólo aportan una realidad parcial, una visión particular de una situación general que nos sigue hundiendo a todos.

La hipoteca machista

anillo

Declaración de guerra

El otro día escuché una historia, aderezada con unos cuantos consejos por parte de un entendido, y no me resisto a contarla aquí.

Resulta, eso dicen, que la hipoteca se ha convertido en un arma machista, según algunas, o en un mecanismo d defensa, según algunos, en la extraña guerra de sexos en la que cierta legislación ha convertido las relaciones sociales y de pareja en España.

La cuestión es que un conocido empresario, padre de dos hijos ya talluditos, un hijo y una hija parta ser concretos, decidió algo tan común como echarles una mano en sus inicios con eso de la vivienda. Otro día, si os parece, hablamos de si es aquí donde está el inicio de las diferencias sociales, y si es cierto que contar con una vivienda en los años jóvenes, y no tener que pagar hipoteca, marca para toda la vida las posibilidades económicas de las personas y las cosas que pueden hacer o no.

Hoy, lo que quiero contar, va por otro camino. El empresario en cuestión regaló un piso decentillo, o más bien majo, a su hija, el día de su boda. Hasta ahí, todo bien, ¿no? La niña se casó, el papá le puso el piso y todo el mundo quedó muy contento. ¿Pero qué ocurrió cuatro años después cuando se casó el niño? Pues que el papá compró un piso para él, puso una hipoteca a treinta años, y le pasa bajo mano, de vez en cuando, el dinero de las cuotas.

La diferencia de trato entre uno y otro descendiente ha llevado a ciertos roces, pero el empresario en cuestión se muestra inflexible: si la hija se divorcia, le juez le va a dar el piso a ella, así que no hay problema. Y si el hijo se divorcia, el piso también se lo van a dar a ella, así que ahí le queda el pìso y treinta años de hipoteca, ¡y que lo disfrute!

Mientras todo vaya bien, los dos son iguales, porque ambos tienen piso sin pagar un duro. Pero si las cosas van mal, que no venga uno de fuera a echar mano al patrimonio de la familia. Lo gracioso del asunto es que el que se queja es el hijo (puede que espoleado pro su mujer) y el padre le contesta: “ya, pero tú te desgravas la hipoteca y tu hermana no, así que encima no jodas…”

¿Cómo lo veis? ¿Es un acto de machismo?, ¿es un fraude? ¿es simple sentido común para dar una patada en el trasero a la ley que plantea desigualdad de derechos entre hombres y mujeres?

A mí me ha parecido interesante porque, de todas las utilidades que habíamos visto de una hipoteca, nunca había salido su utilización como arma en la guerra de sexos..

Vivir para ver, oigan…

 

La letra pequeña de la eliminación de las cláusulas suelo

La banca siempre gana

La banca siempre gana


La banca siempre gana, es un dicho popular que tiene su claro fundamento en el hecho de que las entidades financieras nunca pierden, siempre ganan o, al menos, empatan, como se ha demostrado en esta crisis financiera-inmobiliaria en la que todavía estamos inmersos. A pesar de haber causado verdaderos destrozos en la economía mundial, las entidades financieras están saliendo con igual o mayor fuerza de la que tenían originalmente.

De la misma forma está sucediendo con la debacle de las cláusulas suelo. Tras la alegría inicial de los consumidores con el hecho de que casi todos los tribunales les dieran la razón sobre lo abusivo de su existencia, ahora se están tirando de los pelos porque puede que esté siendo peor el remedio que la enfermedad.

Las cláusulas suelo solo afectaban a un momento circunstancial de la vida de la hipoteca, que era cuando el Euríbor bajaba por debajo de ese límite que se había fijado por contrato. Sin embargo, las entidades financieras están compensando este riesgo de no tener un suelo en las cuotas que cobran a sus clientes con diferenciales mucho más elevados.

Esto provoca que en lugar de que los hipotecados nos viéramos perjudicados unos años ahora nos vemos perjudicados permanentemente. Un perjuicio que irá a más a medida que el Euríbor vaya creciendo, y ya lo ha hecho. Hasta ahora estos diferenciales tan elevados no están causando mayor perjuicio porque el bajo nivel del indicador está permitiendo enmascararlo, pero, ¿qué sucederá cuando el Euríbor se dispare al 5%. Pues que volveremos a tipos de interés más propios de los primeros 80.

En definitiva, hay un dicho que recuerda que hay que tener cuidado con lo que se pide, porque puede llegar a cumplirse, y algo así pueden estar pensando todas las organizaciones que en su día lucharon, con todo el derecho del mundo, por la eliminación de las cláusulas suelo y que ahora se encuentran con que, en el fondo, han terminado por perjudicar a sus propios usuarios.

Así que en el futuro mejor será que partamos de la base de que la banca siempre gane y que intentemos aclimatarnos a estas reglas de juego, en lugar de quemarnos con peticiones que a la larga nos son claramente perjudiciales.

¿Se prepara un nuevo impuesto a la propiedad?

Agujero presupuestario

Agujero presupuestario

Cuando la fiera está hambrienta, no pone muchos reparos a la presa a la que puede echar el diente, ni tiene mucha memoria a la hora de recordar a sus votantes,sus promesas o eso a lo que en su día llamaban principios y se han demostrado simples pretextos.

Por mucho que nos cuenten que van a bajar impuestos, por mucho que nos digan, incluso, que de momento no los van a subir, el caso es que tienen que recortar el déficit y para ello van a intentar incrementar los ingresos, porque de reducir el gasto no hablan siquiera.

¿Y de dónde van a tirar para incrementar los ingresos? Pues de donde se pueda, por supuesto. El IRPF no lo pueden exprimir mucho más, porque los ciudadanos asalariados son cada vez menos y con más dificultades para llegar a fin de mes. El Impuesto de Sociedades no se puede tocar, porque las empresas no tienen mayor problema en largarse a donde les cobren menos. El IBA es una opción, y posiblemente la tocarán, ya sea incrementando el tipo general al 23% o eliminando artículos de la cesta de bienes favorecidos por el IVA reducido o super-reducido.

¿Y qué les queda entonces?  ¿El alcohol, el tabaco y las gasolinas? Esa cuerda ya da para muy poco, con las reducciones de consumo que hemos visto.

Les queda la Propiedad, y el Ministerio de Hacienda repara algún nuevo tipo de tributo que grave la propiedad, muy especialmente de viviendas, que son las que sus dueños no se pueden llevar debajo del brazo. No se conforman ya con cobrar Transimisiones Patrimoniales (un verdadero estacazo), los derechos sobre las hipotecas y el IBI anual: ahora buscan el modo de que el propietario pague un impuesto anual sólo por el hecho de serlo, ya sea considerando la vivienda como un rendimiento computable en el IRPF, eliminando todas las deducciones existentes hasta la fecha o creando un nuevo impuesto totalmente nuevo, que castigue la tenencia de inmuebles.

Lo peor de todo es que de estas cosas noi tenemos que enterar leyendo los documentos que el Gobierno envía a Bruselas, porque aquí no dicen ni mu. Cito textualmente: “El Gobierno estudiará diversas alternativas, entre otras posibles, la imposición sobre la propiedad, la imposición medioambiental con el menor impacto posible en la competitividad, procedimientos de pago por uso de servicios, el incremento de los impuestos por uso frente a los que gravan la transmisión de la propiedad o la imposición sobre el sector financiero en el marco armonizado de la UE”.”

Cuando se ven obligados a hablar claro, se retratan…

 

 

¿Somos más inteligentes?

A estudiar toca

A estudiar toca

Está claro que la necesidad es el mejor incentivo para cualquier circunstancia de la vida y el conocimiento no iba a ser menos. Cada vez hay más estudios que reflejan la mejora de conocimientos financieros que se está produciendo entre la ciudadanía española como consecuencia de la crisis económica, de manera que conceptos complejos y términos hipotecarios que antes todo el mundo desconocía se han convertido en el pan nuestro de cada día.

Y es que uno de los grandes problemas de la burbuja inmobiliaria fue que los ciudadanos contrataron productos que desconocían en toda su dimensión, y lo hacían fiados de la palabra del director de la sucursal que les estaba vendiendo el producto sin pararse a pensar que éste cobraba unos incentivos por volumen de ventas efectuadas.

De esa manera las sorpresas fueron viniendo a medida que las familias ya no podían pagar sus cuotas hipotecarias y comenzaron a recibir exigencias contractuales por parte de las entidades financieras, unas exigencias que desconocían haber firmado pero que, evidentemente, sí que se encontraban en el contrato hipotecario.

Las primeras cláusulas que comenzaron a llamar la atención fueron las cláusulas suelo, ya que muchas familias vieron como los medios de comunicación anunciaban una y otra vez que el Euríbor estaba bajando pero ellos no veían como sus cuotas descendían, cuando apenas unos años antes sí que habían sufrido las consecuencias de los incrementos casi exponenciales.

Pero el gran descubrimiento fue, sin duda, la dación en pago, o la ausencia de ella. La mayoría de los ciudadanos españoles, en su desconocimiento pleno, estaban convencidos de que si no podían pagar sus hipotecas podrían deshacerse de su deuda entregando la vivienda que hipotecaron en un inicio, craso error, porque no solo perdían sus vivienda sino que además mantenían una deuda insalvable con las entidades con las que firmaron.

Este hecho ha llevado a la bancarrota financiera a un gran número de familias españolas y ha hecho que todas las demás comprendan la necesidad de entender firmemente lo que firman en todo momento con el objetivo de salvaguardar la estabilidad financiera de la propia familia.

La hipoteca verde y con lunares

Tiene cierta pinta de cosa venenosa...

Tiene cierta pinta de cosa venenosa…

Tranquilos, que no se trata de un nuevo reclamo publicitario, ni de que haya salido un nuevo banco con esos colores corporativos, aunque tampoco es cosa que se pueda descartar, tal y como se está poniendo el márketing.

Con el título me quiero referir a que las hipotecas se están convirtiendo en una rarerza, y que el que encuentre una hipoteca bien puede pensar que ha dado con una mariposa exótica o un sello con una punta de más en el troquelado. Los datos proceden esta vez del Instituto Nacional de Estadística y se refieren a las hipotecas realmente firmadas y constituidas.

El descenso en febrero respecto al mismo mes del año anterior ha sido del 33%. Si, habéis leído bien: un tercio, con lo que se encandenan ya 46 meses seguidos de descenso.

En cuanto a la pasta, que también es siempre un buen indicador, el importe medio de las hipotecas sobre viviendas (dejando aparte otros inmuebles) alcanzó los 102.443 euros, un 1,1% menos que en el mismo mes de 2013.

Si observamos el asunto geográficamente, podemos ver que, como siempre, la cosa es muy desigual: por comunidades autónomas, las que mejor comportamiento tuvieron fueron Madrid (3.449), Andalucía (2.651) y Cataluña (2.391). Los descensos más acusados se produjeron en Cantabria (-58,6%) y Aragón (-54,6%).

Al final estos son los datos que importan: ya puede venir el Gobierno o el lucero del alba a decirnos que el crédito vuelve a fluir cuando lo ciertos es que las hipotecas se reducen porque los bancos no tienen interés alguno en prestar a particulares cuando pueden hacerlo al Gobierno, sediento de vender deuda Pública.

Mientras los bancos puedan utilizar la deuda pública como colateral ante el Banco Central Europeo, no habrá nada que hacer. Y es que el negocio es redondo: piden dinero al 0,5 %, nos lo prestan los españoles al 4%, y luego, van con esa deuda pública al BCE y la emplean como garantía para pedir prestado más dinero con el que hacer lo mismo.

¿A quién demonios le puede interesar de ese modo dar dinero para hipotecas? No es de extrañar que esas condiciones, y comparados con el Estado, ninguno seamos demanda solvente. Porque los demás nos podemos quedar sin trabajo, ponernos enfermos, o largarnos al extranjero, pero de momento la deuda pública, y por mandato constitucional, es lo último que se dejará de pagar.

Así que ya sabéis: verde y con lunares la hipoteca. Con capa y colmillos, los financieros.

 

 

La trampa de las hipotecas

Baratita, oiga

Baratita, oiga

En esta vida hay dos varas de medir la realidad, las estadísticas o la realidad por sí misma. Las estadísticas no suelen mentir, ya que son capaces de determinar tendencias de una manera más o menos aceptable, o al menos de la forma más pragmática que conocemos, son variantes ideológicas que puedan hacer que oscilen hacia uno u otro lado.

Sin embargo, estas estadísticas son imperfectas y a menudo no reflejan fielmente lo que sucede en un momento dado en la sociedad, en la realidad, en nuestro día a día, y en el tema de las hipotecas se vuelve a demostrar este axioma, más o menos verídico desde un punto de vista teórico, pero claramente acertado desde un punto de vista práctico.

Partamos de la base de que las entidades financieras están en el juego económico para ganar dinero. Se aprovecharon de la coyuntura económica, de la corrupción de los políticos y de la ignorancia de los ciudadanos para hacerse de oro. Después, utilizaron su poder y el hecho de que los políticos bebieran de sus manos como consecuencia de las deudas que habían contraído para vendernos la moto de que había que rescatarlas, y allá se fue nuestro dinero público.

Por tanto, no parece que las entidades financieras, de ningún lugar del mundo, pequen de estulticia, más bien al contrario. Entonces, si hemos empezado a descubrir, algo de lo que ya hemos hablado en estas páginas, que los bancos y cajas han vuelto a comenzar su guerra por las hipotecas, ofreciendo tipos de interés muy atractivos, ¿no será que hay algún índice de recuperación?

En este sentido nos faltaría una estadística que reflejara únicamente el volumen de hipotecas nuevas constituidas en un mes, en comparación con el mes anterior. El problema de la estadística que ofrece el INE, fantástica en todos los aspectos, es que valora la bolsa de hipotecas, es decir, calcula el número neto de hipotecas, las nuevas menos las que se han cancelado, y ello resta veracidad a la misma.

La realidad, la que palpamos en nuestro día a día, es que las hipotecas poco a poco se están recuperando, con ello la venta de inmuebles y con todo ello puede que el conjunto de la economía, si el gobierno no lo acaba estropeando, claro.

La burbuja inmobiliaria China

vivienda en China

El otro día hablábamos de la burbuja inmobiliaria británica y de cómo no se libran del condenado fenómeno ni esos tipos tan flemáticos y sensatos que son los ingleses. Hoy, para seguir con el recorrido y demostrar que las burbujas inmobiliarias son un fenómeno universal vamos a ver el otro caso, el de China, mucho más preocupante que el anterior por las repercusiones económicas y financieras que podría tener para el resto del mundo.

Como sabéis, suelo ilustrar los artículos con alguna foto alusiva y un pie que la explique desde la ironía, pero en esta ocasión creo que es necesario usar una gráfica como apoyo, sin cachondo alguno, y un poco más grande de lo habitual. Echadle un ojo detenidamente, por favor.

El despegue de la economía China y su papel preponderante como nueva potencia económica ha atraído gran cantidad de capitales del exterior, y no sólo destinados a aumentar la producción industrial y deslocalizar la industria occidental. Muchos de esos capitales aguardan una buena oportunidad de inversión y entre tanto se colocan en el sector inmobiliario, que ha sufrido un enorme auge en el país debido a la enorme migración de personas del campo hacia las ciudades. Hablamos de casi ciento cincuenta millones de personas en veinte años, aunque algunos mencionan cifras mucho más abultadas.

El crecimiento anual de China es de alrededor del 7,7% y la balanza comercial positiva junto al mercado inmobiliario son las grandes bazas del gigante asiático. El Gobierno chino, además, lleva años jugando al cubilete con el valor de su moneda para intentar atraer capitales extranjeros, así que no es de extrañar que al final se haya producido una enorme acumulación de dinero tras sus fronteras.

El problema, por supuesto, es que ese dinero está allí a título de préstamo y que en algún momento los que lo pusieron querrán recuperarlo. La conclusión final es que China es ahora  uno de los países más endeudados del mundo con un 215% de su PIB en deuda (según datos del Banco Popular de China, correspondiente a un 75% en deuda pública y un 140% del PIB en privada).

¿Y qué está sucediendo? Que la larguísima crisis de Occidente está impulsando a algunos de esos inversores a intentar deshacer sus inversiones, lo que unido al debilitamiento de la demanda ha hecho que la bolsa china lleve tres años seguidos de caídas y la vivienda ya haya iniciado la cuesta abajo, como podéis ver en la gráfica.

Si se confirma el estallido de la burbuja china, que es justamente lo que yo preveo, la crisis de las hipotecas subprime va a ser una broma de niños comparada con la crisis de la hipoteca china.

Veremos en unos meses.

Más hipotecas pero más estrictas

Últimamente venimos oyendo cantos de sirena que nos hablan de que la recuperación del crédito se debería de empezar a producir a partir de este año 2014, y aunque todos nos habíamos mostrado muy escépticos al respecto ya que nada hacía presagiar que el optimismo debiera ser el estado de ánimo más plausible, lo cierto es que las acciones de la banca nos están despertando de nuestro propio pesimismo.

A la rica hipoteca, oiga

A la rica hipoteca, oiga

En estos primeros meses del año 2014 estamos asistiendo a una carrera sin solución de continuidad a ofrecer la mejor hipoteca del mercado, la más económica, la más barata, la más atractiva para los consumidores, y ninguna entidad parece dispuesta a quedarse atrás en esta lucha sin retorno por volver a captar a ciudadanos endeudados.

Eso sí, no es oro todo lo que reluce, y lo que tiempo atrás eran facilidades de todo tipo ahora se están convirtiendo en condiciones muy, pero que muy, estrictas a la hora de poder alcanzar un crédito hipotecario, algo que no dejar de ser, en el largo plazo, beneficioso para el conjunto de la sociedad, ya que nos garantizamos que no se empiece a generar una nueva burbuja inmobiliaria.

Porque no nos podemos olvidar, y si lo hacemos ya estarán los agoreros como yo para recordárnoslo, que gran parte de la responsabilidad de la burbuja inmobiliaria recayó, sin duda, en las entidades financieras que concedieron créditos a quien no podían pagarlos sin ningún tipo de garantías y fiados únicamente en la bonanza económica del mercado, algo que atenta claramente contra toda buena ejecución bancaria.

La buena noticia, por otro lado, es que el hecho de que fluya el crédito en las hipotecas, o que al menos las entidades financieras tengan intenciones sanas de lanzarse al mercado hipotecario, hará que el crédito, en general, también fluya y con ello las empresas se podrán beneficiar de una liquidez que creían perdida para siempre y con ello afrontar nuevos proyectos de inversión que les ayuden a generar nuevos puestos de trabajo y plantearse seriamente el ayudarnos a salir de la actual crisis.

En definitiva, alegrémonos de que todo parece empezar a cambiar, ¿o no?, eso solo el tiempo lo dirá.

Aquellos tiempos desgravables

Cualquier tipo pasado fue mejor

Cualquier tipo pasado fue mejor

Muchos responsabilizaron a la desgravación por vivienda de la burbuja inmobiliaria, ya que ese 15% que todos nos desgravábamos en nuestra declaración de la renta los constructores y promotores lo repercutían directamente sobre el precio generando así un sobrecoste que poco favor ha hecho a la evolución de la economía española.

Y basta con echar un vistazo a cualquier modelo económico para comprobar que, efectivamente, esto es así, y que si no hubiera existido esta desgravación los precios no se hubieran disparado tanto. Pero la ocurrencia de Rodrigo Rato para rescatar a nuestra economía también ayudó a que viviéramos los años de mayor bonanza de nuestra economía, años que ahora estamos todavía pagando.

Pues bien, parece que tras unos momentos de titubeo, la desgravación se ha marchado de nuestras vidas de manera definitiva y ya en esta campaña de la declaración de la renta 2013 nos encontramos con que todas las viviendas adquiridas durante dicho año no podrán beneficiarse de ese 15%, algo que sí mantienen las viviendas adquiridas con anterioridad. En este concepto el Gobierno no ha querido quebrantar las reglas de juego con una retroactividad que tanto daño ha hecho a otros sectores.

La incógnita está en saber con exactitud cuál será el efecto que la desaparición de la desgravación producirá sobre el mercado de vivienda. Los analistas económicos consultados coinciden en afirmar que este tipo de medidas deben de tomarse en épocas de crecimiento, en lugar de en épocas de crisis para evitar producir un colapso que ahora sí se puede decidir.

Sin embargo, cuando las cosas iban bien ningún gobierno pareció atreverse a meterle mano al sector inmobiliario, y de aquellos polvos estos lodos, ahora estamos pagando todos las consecuencias sin que parezca que nadie nos pueda ofrecer una salida, una salida que, por supuesto, nada debería tener que ver con la retirada de la desgravación por compra de vivienda habitual.

En definitiva, una medida que en principio es positiva tornará en negativa por el momento en el que se está produciendo, un momento más dañino que otra cosa para nuestra economía, y el tiempo dará y quitará razones.

La hipoteca retrocede ante el dinero del colchón

El mullido colchón que tienen algunos

El mullido colchón que tienen algunos

A principios de este año, concretamente en enero, se firmaron en España 17.464 créditos hipotecarios, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra en sí un poco ridícula y no se atreve siquiera a comparar con la de un mal mes de los años buenos, pero lo que realmente llama la atención es otra cifra: la del total de compraventas de viviendas: 30.659 casas, según la misma fuente.

¿Y esto qué significa? Pues que los pisos se siguen vendiendo,  pero al contado, sin pasar por el banco ni solicitar una hipoteca, y eso aunque parece que algunos bancos vuelven a ofrecer productos comerciales destinados a la compra de vivienda. De hecho, el 57% de las operaciones inmobiliarias sobre viviendas, no llevaban hipoteca.

Seguro que a todos se os pasado ya por la cabeza más de una idea de por qué pasa esto, y seguramente tenéis razón: el dinero estaba y sigue estando en alguna parte, y quienes dieron el pelotazo en los años buenos lo tienen a buen recaudo esperando las ocasiones que genera la crisis. Así es como funciona el mundo en realidad: el que da un gran estacazo económico y tiene un mínimo de cerebro, poco a poco se hace respetable, o se muda de ciudad, y se convierte, con sus hijos y sus nietos en una persona irreprochable de posibles.

Luego están también los que simplemente trabajan y ahorran, pero cuando se habla de comprar vivienda estos son bastante menos frecuentes, aunque hay mucho que pueden hacerlo con a ayuda de los padres o los abuelos, o incluso de los propios vendedores, que pueden aceptar que el piso se pague a plazos. Hay muchas posibilidades y no todo son dineros escondidos, por supuesto, pero vivimos en un país donde el refrán que dice “piensa mal y acertarás” podría formar parte, sin problemas, de una hipotética letra del himno nacional.

Al final, entre esto y otras cosas, el número de hipotecas constituidas sobre viviendas lleva descendido este año un 32,5%  respecto al mismo periodo de 2013, lo que ya es decir, porque 2013 fue un año espectacularmente malo.

Mientras tanto, los bancos siguen como locos tratando de vender sus carteras inmobiliarias, antes de que a alguien se le ocurra decir que la valoración a la están inscritas a sus balances no se la cree ni Harry Potter.

Veremos en qué para esto.