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Y volvió la deducción por vivienda

España de espaldas al mundo.

España de espaldas al mundo.

Este es uno de los grandes problemas del país, un problema que estamos pagando carísimo en los mercados internacionales y carísimo también en forma de inversiones exteriores perdidas: el cachondeo.

Zapatero quita la deducción por compra de vivienda a finales de 2010 para que la gente se apresure a comprar piso,  se produce en ese momento un repunte en la venta de viviendas, se pone un límite de 24.000 euros al año y se crea toda una parafernalia de condiciones que ayudan a los bancos a forzar la mano en ese momento, ¿para qué? Para que en cuanto cambiamos de gobierno recuperen la deducción por vivienda, sin condiciones, y con carácter retroactivo.

Si la medida es buena o mala da para mucho discutir, pero lo que está claro es que de ninguna manera puede ser bueno dar esta imagen de ejército de Pancho Villa donde no vale la pena planificar nada y donde los riesgos normativos, o sea aquellos derivados de los posibles cambios de legislación son tan altos.

¿Quién va a hacerse en España un plan de pensiones, por ejemplo, cuando cada cuatro días cambian las condiciones fiscales para su rescate, las desgravaciones a las aportaciones y las normas de contabilización? ¿Quién va a poner desde el exterior dinero para esa clase de asunto, o para un fondo hipotecario, si es imposible saber lo que van a decidir mañana y cómo afectará eso a la evolución del negocio?

Las hipotecas y los fondos de pensiones son decisiones a largo plazo, y en los temas a largo plazo es necesaria una estabilidad jurídica que consolide los derechos y obligaciones, porque en caso contrario nos vamos a encontrar con la famosa crucecita marcada por un analista de Singapur al lado de la palabra “Spain”, y esa crucecita significará que es un país con riesgos, lo cual llevará a que perdamos treinta mil millones de dólares de inversión de un fondo al que todo le da igual salvo la rentabilidad y la seguridad de sus inversiones.

Porque eso es lo que nos falta por aprender: que el dinero, el que genera empleo y riqueza, pertenece hoy en día a los fondos de inversión internacionales, esos fondos que rinden cuentas anualmente a jubilados de medio mundo y que le pagan sus pensiones y sus seguros médicos. Y a todos esos viejecitos americanos, japoneses y centroeuropeos, nuestras peculiaridades y nuestras peleas internas les traen al fresco.

Del regreso de la deducción ya hablaremos…

Ni un buen dato para empezar el año

Aquí no vende un piso ni el tato

Aquí no vende un piso ni el tato

Aunque en el pasado mes de noviembre se contabilizaron un total de 5.000 operaciones de compraventa más que en el mes anterior, es decir, más que en octubre, en términos interanuales nos encontramos con un descenso del 14,4%, lo que no hace más que seguir con la tendencia que habíamos venido observando en los últimos meses.

De esta manera, el Instituto Nacional de Estadística, certifica que la situación del sector inmobiliario español está todavía muy lejos de iniciar la recuperación y aún se encuentra en proceso de caída libre sin solución de continuidad, y sin que parezca que pueda haber una solución en el corto-medio plazo.

El total de las operaciones de compraventa realizadas ascendió a 27.549, aunque, como siempre, debemos de relativizar los datos, ya que no se refieren a operaciones que se cerraran en el mes de noviembre, sino que son operaciones realizadas, en su plena totalidad, durante el mes de septiembre, y la estadística del INE sólo las recoge una vez que han sido registradas por el Colegio de Registradores de la Propiedad.

En cualquier caso nos encontramos con una serie negativa que ya acumula un total de 9 meses consecutivos de descensos, con el más marcado en agosto, con una caída del 38%, seguida de julio, con el 34,8%, abril, con el 29,7%, septiembre, con un descenso del 28,2%, junio, con una caída del 22,9%, mayo, con el 18,3%, octubre con el 18% y marzo, con un descenso del 11,9%.

En definitiva, que el nuevo gobierno del Partido Popular tendrá que realizar un gran cambio en la política inmobiliaria y de vivienda si quiere relanzar el sector que se encuentra bajo mínimos, y que necesita, de manera urgente, una ayuda global que le permita iniciar la senda del crecimiento económico, para lo que requerirá, sin duda, de la activación del crédito.

Un crédito que seguirá paralizado, al menos, hasta la segunda mitad del año 2012, una vez que las entidades financieras superen, las que puedan, los tests de solvencia y de liquidez impuestos por las autoridades europeas. A partir de ese momento se espera una cierta recuperación al no verse obligadas las entidades financieras a guardar liquidez para protegerse ante los estrictos requisitos financieros.

A falta de hipotecas, bueno es el alquiler

Ya sólo nos queda el alquiler

Ya sólo nos queda el alquiler

La sociedad española se ha tenido que adaptar a las nuevas circunstancias sociales en las que se encuentra, y comprender que la tradicional voluntad de compra ha tenido que pasar a mejor vida ante la falta casi absoluta de concesión de créditos por parte de las entidades financieras españolas, que siguen empeñadas en guardar toda la liquidez posible para afrontar los tests de solvencia que se les vienen encima.

Por ello, el número de viviendas en alquiler sigue creciendo año a año, con familias que tienen que apostar por esta opción al encontrarse con que no pueden obtener la financiación que necesitan para su vivienda, y apostando por el alquiler antes de caer en la red familiar, tan importante en nuestra sociedad.

Esta creciente demanda de viviendas en alquiler provocaría, en una situación normal, un incremento, a su vez, del precio de las rentas mensuales, el cuál no se está produciendo, sí en términos nominativos, pero no en términos reales, que es lo realmente importante.

Este crecimiento de la renta por debajo del valor de la inflación se debe, sin duda a que cada vez más propietarios optan por colocar sus viviendas en el mercado de alquiler ante la imposibilidad de lograr deshacerse de ellas a través de la venta de las mismas.

Por tanto, en el mercado inmobiliario, o más concretamente, en el mercado inmobiliario de alquiler, se está produciendo una doble fuerza que está logrando mantener los precios de manera estable durante estos meses de crisis. Por un lado, la demanda crece y tira del precio hacia arriba, pero, por otro lado, la oferta también crece, tirando del precio hacia abajo, y compensando cualquier subida teórica.

Un escenario con el que hemos cerrado el año 2011 y con el que seguiremos durante todo 2012, a poco que la situación se mantenga como hasta ahora, como parece. Y es que el horizonte temporal de los tests de solvencia exigidos por el Banco Central Europeo, que tendrán lugar a mediados de este año, es demasiado restrictivo e importante como para que las entidades financieras se quieran jugar su presencia en el mercado por la concesión excesiva de hipotecas.

El Euribor baja y las hipotecas suben

Hipotecado descendiendo a los infiernos. La autora es Élodie Durand y le puso otro título...

Hipotecado descendiendo a los infiernos. La autora es Élodie Durand y le puso otro título...

La  noticia de las últimas semanas es que las hipotecas siguen subiendo en coste para quien quiere contratar una, mientras que el Euribor continúa su descenso, como podéis comprobar en el gráfico que aparece en el margen izquierdo de esta web

Aunque parezca una parad0ja, es una reacción bastante lógica para la situación actual. Lo que no es lógico, seguramente, es la situación actual, pero si los bancos disponen de dinero suficiente el Euribor tiene que bajar. Lo que los bancos no tienen tan clara es la evaluación del riesgo que soportan por conceder una hipoteca, y como el diferencial que se aplica por encima del Euribor es el que mide ese riesgo, resulta que la paranoia de los bancos, o su síndrome del gato escaldado, es lo que está presionando al alza las hipotecas.

De todos modos, y aunque esta combinación de datos ha sido muy criticada en distintos medios, a mí me parece que es una buena noticia. Y me explico: que las hipotecas se iban a encarecer ya lo sabíamos todos, y además es un problema menor, puesto que lo realmente complicado no es el precio de las hipotecas sino su acceso a ellas. O sea, no es que se pongan caras, sino que no nos las dan.

Sin embargo, la bajada del Euribor siempre es una buena noticia para la inmensa mayoría de españoles que ya tenemos una hipoteca firmada y que estamos esperando a la revisión anual o semestral. Con la bajada del tipo de referencia, seremos muchos los que veremos bajar unos euros nuestro recibo hipotecario mensual y eso es siempre una alegría.

O sea, que si hacemos balance, la situación para la mayoría es que suben las hipotecas que nunca les darán  y bajan las que ya tienen.

No me parece algo de lo que lamentarse, la verdad.

Seguimos sin tocar fondo

Por más cálculos que se hagan, la vivienda sigue a la baja

Por más cálculos que se hagan, la vivienda sigue a la baja

Hay una ley física irrefutable que nos dice que para poder rebotar, para poder recuperar el impulso es condición necesaria, aunque no suficiente, el llegar a tocar fondo, el llegar a una superficie inferior que nos permita tomar impulso para iniciar una cierta recuperación.

Y como todas las leyes físicas ésta no iba a ser una excepción, por lo que se aplica sin condiciones y sin solución de continuidad a todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida, incluyendo, por supuesto, el sector de la vivienda, totalmente hundido en estos momentos de dificultad.

Porque, a pesar de lo que se nos había anunciado repetidamente, 2011 no ha sido el año de la recuperación del sector inmobiliario, más bien al contrario. Con cada vez más gente en situación de desempleo y con la crisis financiera azotando duramente al bolsillo de los ciudadanos, nos encontramos con que cada dato que recibimos es aún peor que el anterior.

El último ha sido el precio de la vivienda nueva durante 2011, que según la Sociedad de Tasación ha caído un 4% en tasa interanual, es decir ha caído sobre un precio que ya estaba en caída, así que ha sido una caída doble, lo que demuestra que no estamos mal, estamos peor.

Es evidente que el tremendo stock de viviendas acumuladas en nuestro país durante los años de burbuja inmobiliaria está impidiendo que se inicie la recuperación, ya que en un momento en el que la demanda no empuja lo suficiente, el exceso de oferta es el causante principal de la caída de precios.

Todos los agentes del sector inmobiliario esperan, sin embargo, que la llegada al gobierno del Partido Popular pueda suponer una inyección a este sector en declive, con subvenciones e inyecciones fiscales que puedan permitir un incentivo real para la recuperación.

No obstante, el optimismo es ciertamente relativo, ya que a pesar de estas ayudas la recuperación será larga y no se producirá en el corto plazo, por lo que habrá que esperar a finales de 2012, sino 2013, para empezar a ver si se ha conseguido definitivamente una recuperación convincente y duradera.

Hasta entonces, no nos queda otra que seguir recibiendo malas noticias un día sí y otro también.

Cuando son los bancos los que meten el dinero debajo del colchón

Será por liquidez...

Será por liquidez...

Estaba pensando titular el artículo “2011, el año que no subió el Euribor“, después de repasar lo que habíamos escrito por aquí a finales de 2010. Porque el caso es que una de las  principales noticias hipotecarias de este año es que los que las revisiones hipotecarias no han sido tan desastrosas como pensábamos.

Las hipotecas nuevas han sido cada vez más caras y más difíciles de conseguir, pero al menos las antiguas no se han puesto por las nubes, acabando de aplastar las economías familiares, como temíamos.

¿Y por qué sospechábamos que podía ocurrir algo así? Por la ausencia de liquidez, la ausencia de crédito y la desconfianza generalizada de los bancos a prestarse dinero entre ellos en el mercado interbancario.

Y ahí es donde cambié de opinión sobre el título de este último artículo del año.

Porque lo cierto, amigos, es que los bancos vuelven a tener dinero. Lo cierto es que el Banco Central Europeo a metido dinero a espuertas en las últimas subastas de liquidez, y lo cierto también es que los bancos han decidido que prefieren no tener dinero a tenerlo. Una cosa muy extraña y muy peligrosa para familias y pymes.

Trato de explicarlo, porque tiene miga:

El Banco Central Europeo ha lanzado enormes subastas de liquidez a tres años. Nada menos que quinientos mil millones de euros. A esas subastas acudió alegremente toda la banca europea, y acto seguido, de los quinientos mil millones de euros que tomaron prestados, volvieron a depositar en el BCE cuatrocientos diez mil millones. O sea que cogieron el dinero para tenerlo disponible si lo llegaban a necesitar, pero no para ponerlo en circulación.

En estas circunstancias, lo que tenemos no es ya una crisis de liquidez, sino una situación en la que los bancos se niegan a actuar como bancos, dejando a las autoridades monetarias sin capacidad de maniobra, porque lo más que pueden hacer los goibiernbos es prestar dinero a los bancops para que estos lo hagan llegar a la calle. ¿Pero qué pasa cuando los bancos no se fían ni de sí mismos y el dinero no llega a la calle?

Lo veremos en el próximo episodio de este culebrón al que llamamos Crisis del Euro.

De momento, feliz Año Nuevo.

Se nos acaba el año 2011, un año perdido

El 2011 se nos ha perdido sin darnos cuenta

El 2011 se nos ha perdido sin darnos cuenta

Ahora que ya sabemos lo que gana realmente el Rey de España podemos empezar a analizar desde la transparencia lo que ha dado de sí el año 2011 que este sábado termina, y la verdad es que las perspectivas no son nada halagüeñas, porque a pesar de que se trataba del año llamado a iniciar la recuperación definitiva, nos hemos encontrado con que todo sigue como estaba, o todavía peor.

El sector inmobiliario sigue paralizado, con miles de casas vacías y sin vender, y con el sector financiero incapaz de devolver a la sociedad todos los favores realizados por las administraciones públicas en forma de avales e incluso créditos blandos para que pudieran afrontar sus momentos de mayor dificultad.

Además, y como si no hubiéramos aprendido nada de los años precedentes, el nuevo Gobierno de Rajoy amenaza con recuperar todas las medidas que nos han traído al lugar en el que estamos ahora, con incentivos claros al sector de la construcción y apoyo a la compra de vivienda.

Por ello, el 2012 es un año como para echarse a temblar. Con la tasa de desempleo creciendo aún más, con pérdida de derechos sociales añadida, con las entidades financieras preparándose para superar los tests del BCE, y con los mercados acechando cualquier debilidad de la deuda soberana de los países de la Unión Europea, no nos queda otra que cruzar los dedos y ponernos a rezar, el que crea, o a llorar, el que no crea.

Por tanto, si situamos el inicio en los finales de 2007 y, siendo optimistas, podemos situar el inicio de la recuperación a finales de 2012, nos encontraremos con 5 años de rigurosa crisis que ha empobrecido a los ciudadanos occidentales y nos ha hecho darnos cuenta de todos los excesos que cometimos.

Sin embargo, debemos de ser optimistas ante el futuro y obtener la lectura positiva de la crisis que nos ha permitido aprender que no se puede vivir por encima de nuestras posibilidades y que debemos siempre ajustarnos a lo que tenemos, sabiendo que no es por ello por lo que se nos juzga, porque lo importante, por mucho que los grandes centros comerciales lo quieran negar, es lo que somos, no lo que tenemos.

Feliz Año Nuevo.

Cuando parecía que nada podía ir a peor, el sector de la construcción sigue a la baja

El balancín de la crisis inmobiliaria sigue a la baja

El balancín de la crisis inmobiliaria sigue a la baja

A pesar de que muchos analistas se las prometían muy felices con respecto a los datos con los que nos podríamos encontrar en este año 2011, lo cierto es que la realidad ha echado por tierra cualquier pronóstico y nos ha dejado realmente preocupados ante la situación que nos avecina.

Tras tres años de crisis inmobiliaria, con la burbuja pinchada y repinchada, todos esperábamos que a partir de este año 2011 podríamos comenzar a atisbar ciertos visos de recuperación, pero nada más lejos de la realidad, porque la crisis financiera internacional y el tremendo colapso de la deuda soberana están provocando que el sector de la construcción siga estancado y sin que parezca que nada puede cambiar.

Esta misma semana el Banco de España ha publicado los datos del saldo vivo de crédito hipotecario sostenido por las entidades financieras españolas para el mes de octubre, y éstas reflejan una caída del 5,69% en tasa interanual, lo que hace prever a la Asociación Hipotecaria Española (AHE), que el saldo vivo hipotecario pueda cerrar 2011 un 6% por debajo de 2010.

Pero lo que todavía es más preocupante es que se puede producir un descenso del 30% en el nuevo saldo hipotecario, es decir en el saldo neto de nuevas hipotecas concedidas, con respecto al año 2010. Si tenemos en cuenta que ya 2010 fue un año pésimo en este sentido, nos podemos dar cuenta del estado en el que se encuentra el sector.

La única buena noticia que parece haber recibido el sector de la construcción en nuestro país en los últimos años es la llegada al poder del Partido Popular, ya que durante toda la campaña electoral Rajoy y su equipo han venido anunciando a los cuatro vientos que su política económica pasa, principalmente, por conseguir recuperar al sector inmobiliario, por las sinergias que genera en el resto de sectores.

Por ello, todos apuestan por la recuperación de la universalidad de la desgravación fiscal por compra de vivienda, amén de otros incentivos fiscales por descubrir que apoyen tanto a constructores y promotores, como a los compradores para que se dinamice así la demanda.

Por tanto, 2012 podría ser el año del inicio de la recuperación del sector. Otra cosa es que a España, en su conjunto, le interese esta recuperación.

Hipoteca y dinero sentado

No es tan fácil encontrar una foto de dinero sentado, así que os tiene que valer igual Toro Sentado...

No es tan fácil encontrar una foto de dinero sentado, así que os tiene que valer igual Toro Sentado...

Hoy me apetece hablaros de un concepto que aquí no queremos entender desde hace siglos y que está en el origen de esta crisis y de otros hecho luctuosos, como que en España el paro estructural sea del once o del doce por ciento, incluso en los tiempos buenos, mientras que en otros países rara vez pasan del cuatro por ciento cuando las cosas vienen bien dadas. Se trata del dinero sentado, o “sitting money“, como le llaman en inglés.

El dinero sentado es dinero que procede, como todo, del sistema productivo y que en lugar de producir más riqueza a través de la inversión se paraliza a sí mismo, convertido en bienes que no son productivos, sino simplemente de consumo o equipamiento.

En economía se dice claramente que el ahorro y la inversión son dos variables que siempre tienen que ser equivalentes. Parece complicado, peor no o es: para que alguien invierta, alguien tiene que haber ahorrado previamente, y prestado ese dinero al que lo quiere invertir. Sirve igual a nivel local que a nivel global. ¿Lo pongo bonito?  I=S

El problema surge cuando el ahorro, en vez de convertirse en inversión que a su vez genere más producción, o más empleo, se convierte en edificios, en urbanizaciones, en chalés  y en solares. Entonces, ese dinero se sienta, porque en cuanto acabe el proceso de construcción no seguirá produciendo nada más y el capital necesario para devolver la deuda tendrá que provenir de otras actividades.

Para quienes duden de este hecho, el ejemplo clásico es la diferencia que hay, para una ciudad, entre gastarse cien millones de euros en un palacio de congresos y gastárselos en una fábrica. Son los mismos cien millones, y en ambos casos sirven para levantar un edificio y dar trabajo a la gente que la construye, sólo que una vez acabada la construcción la fábrica necesita trescientos currantes y los pisos no dan trabajo a nadie más, salvo de manera marginal.

Ese fue el problema también de España tras la conquista de América: que el oro que se trajo no se invirtió en industria, sino en levantar magníficas casas solariegas, retablos, iglesias , castillos y palacios.  Y de esos por lo menos sacamos algo, por lo que pagan los turistas que vienen a verlos, pero  me temo que no va a haber la misma suerte con los bloques de pisos vacíos que infestan el extrarradio de muchas ciudades.

Por tanto, el problema con nuestras hipotecas no es sólo que ahoguen nuestra economía, sino que el dinero que se emplea para pagarlas se detrae del montante global que podría crear empleo.

Dinero sentado para un país de siesta…

(Y Feliz Navidad)

El precio de la vivienda sigue a la baja

Cada vez las casas valen menos, y el dinero más

Cada vez las casas valen menos, y el dinero más

A pesar de que algunos expertos coincidían en afirmar que el precio de la vivienda comenzaría a recuperarse durante este año 2011, lo cierto es que la coyuntura económica ha roto cualquier expectativa y ha hecho que cualquier previsión que se hiciera con anterioridad se fuera al traste de manera definitiva.

Y es que los datos del tercer trimestre del año son realmente desalentadores desde cualquier punto de vista, con una caída interanual del 7,4%, lo que supone el décimocuarto mes consecutivo de caídas, a la vez que la segunda caída más importante durante este período tras la que se produjo en el segundo trimestre de 2009, con una caída del 7,7%.

Ello viene a significar que no sólo es que no se esté recuperando el sector de inmobiliario y de la construcción de este país, sino que más bien al contrario, estamos experimentando una mayor caída a cada momento, lo cuál nos hace pensar que no hay una solución en el corto-medio plazo.

Porque si comparamos los datos de este tercer trimestre con los que habíamos recibido en los dos trimestres anteriores de este mismo año 2011, nos encontramos con que en los segundos tres meses del año teníamos una caída del precio interanual de la vivienda de un 6,8%, mientras que en el primer trimestre de 2011 la caída fue del 4,1%, con lo que nos encontramos con un acentuamiento de los descensos.

Analizando en términos intertrimestrales, tenemos que en este tercer trimestre del año se ha producido un descenso del 2,8% con respecto al segundo trimestre, el cuál es superior al que se había experimentado durante el segundo trimestre con respecto al primero, cuando los precios de la vivienda cayeron un 1,2%.

Una caída de precios que ha sido más pronunciada en la vivienda de segunda mano, donde se ha experimentado una caída interanual del 9,6%, realmente insostenible a todas luces, mientras que la vivienda nueva ha soportado mejor el chaparrón con una caída del 5%, como consecuencia, sin duda, de la reducción del IVA aplicado por el Gobierno de Zapatero a todas las compras sobre vivienda nueva y que ahora el PP tiene previsto ampliar durante un año más, durante todo 2012.

La hipoteca y el euro. Incógnitas

Editor de uno de esos periódicos británicos...

Editor de uno de esos periódicos británicos...

No, no vamos a pensar que se rompe el euro, porque entonces hay que tratar de escapar a toda prisa de aquí con lo que se pueda encima. De hecho, algunos periódicos sensacionalistas ingleses ya hablan de una posible evacuación de sus ciudadanos en caso de que caiga la banca española.

¿No os lo creéis?

Aquí van dos enlaces: el del Daily Mail y el del The week

Bueno, ¿y cómo se os ha quedado el cuerpo después de leer semejantes barbaridades? A mí me parecen simples intentos de dañar la imagen exterior de España, algo para lo que los ingleses no necesitan razón alguna y que hacen simplemente por diversión, pero me ha dado pie para pensar en qué pasaría con nuestras hipotecas si realmente llegara a producirse un naufragio financiero. Pero vamos a circunscribirnos al euro.

En un caso así, pueden suceder dos cosas:

-Que la hipoteca permanezca en euros. Esto sería como tener una hipoteca en divisias y nos llevaría a la ruina, porque la única razón válida para no estar en el euro es poder devaluar la peseta. En este caso, nuestra hipoteca sería cada vez más cara mientras nuestros salarios, pagados en pesetas, serían cada vez más bajos en cuantía relativa frente a esa hipoteca. O sea, que estaríamos ante una especie de catástrofe en la que las hipotecas podrían llevarse todos nuestros ingresos o más aún. Precisamente por lo desastroso del asunto, prefiero pensar que nunca se elegiría esta solución.

-La otra opción es que las hipotecas se pasen a pesetas. En ese caso serían los bancos los que se llevarían el gran batacazo, porque en muchas ocasiones nos han dado un dinero que a su vez pidieron prestados a otros bancos extranjeros. Muchos bancos se irían definitivamente al carajo, pero ese parece un problema menor, porque el Estado cubriría los ahorros de los ciudadanos y serían los acreedores extranjeros los que se comieran esas quiebras.

¿Entendéis ya por qué está todo el mundo tan nervioso con un posible rescate de España? Pues más nos vale a todos que la cosa no vaya a mayores…

Hipoteca y lotería

Sortean indultos...

Sortean indultos...

Ya sé que hablar de lo que podemos hacer con un décimo premiado excede el cuento de la lechera, pero lo cierto es que en estas fechas hay que plantear el tema de este modo por aquello de que por soñar nada se pierde, o no se pierde nada más allá de lo jugado, y además va a parar a ese común amigo que es el fisco.

Ironías a un lado, lo cierto es que el tema se presta para hablar de si es mejor, en un momento como este, reducir plazo o reducir cuota de nuestra hipoteca en caso de contar con un dinero extra, ya sea procedente de la lotería, de un ingreso extraordinario, o de ese otro sorteo de la vida y de la muerte que es una herencia.

Tal y como vienen las cosas, una reducción de plazo es una apuesta muy fuerte. Reduce, es cierto, el monto total de lo que vamos a pagar, ya que al reducir el tiempo costeamos una cantidad menor en intereses. Pero supone también que mantendremos fija nuestra cuota actual duramnte los años que dejemos en vigor. ¿Y por qué digo que es una apuesta arriesgada? Porque damos por hecho que nuestra situación financiera se mantendrá estable, permitiéndonos sufragar las mismas cuotas de hipoteca que estamos pagando actualmente.

En cambio, si reducimos cuota, utilizamos ese dinero para aportarnos una tranquilidad extra por si las cosas van peor, y conseguimos, además, que la inflación juegue a nuestro favor. Digan lo que digan, mi opinión es que tarde o temprano pasaremos por un periodo de inflación fuerte en la que el dinero, y por tanto las deudas, se devaluarán más deprisa que en la actualidad, lo que hace que las cuotas vayan a menos en dinero constante.

Y desde  luego, si podemos pagar nuestra hipoteca, lo mejor, creo yo, es dejarla como está y meter el dinero del décimo premiado en deuda pública. Porque paga intereses por encima del Euribor y porque si quiebra el Estado, que podría pasar, a buenas horas le va a importar a nadie nuestra hipoteca.

O sea, que ya veis: a Hacienda siempre le toca. Por un lado o por el otro…