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Y en 2104 también bajaron los pisos

Activo difícil de colocar

Activo difícil de colocar

Pues no. Tampoco fue 2014 el año de la recuperación en el mercado de la vivienda, tanto en precio de los pisos como en importe de las hipotecas concedidas. Quienes creen que el ladrillo saldrá nuevamente al rescate de nuestra economía, deberá esperar un poco más.

Al final, y de media, para vivienda usada, el precio de la vivienda  cerró diciembre  1.559 euros por metro cuadrado, lo que significa una disminución dell 8,54% .

Por comunidades, ninguna autonomía aumenta su precio pmedio en 2014. Lo s mayores descensos se han registrado en Aragón (-12,32%), Murcia (-12,15%), Asturias (-11,04%), Cataluña (-10,68%) y Galicia (-10,38%).

Castilla La Mancha tiene en estos momentos los precios más baratos, con una media de 1.019 euros/m2 y la vivienda más cara se encuentra, por término medio, en el País Vasco, con 2.936 euros/m2.

Por provincias, los mayores descensos interanuales se han producido en Pontevedra (-15,04%), Ávila (-14,50%), Tarragona (-14,04%), Córdoba (-13,75%) y Castellón (-13,57%).

 

En conclusión: si la población sigue envejeciendo, los pisos se mantienen en pie y las rentas de la gente no alcanzan a pagar lo que antes se pedía, la única respuesta lógica del mercado es que los precios continúen a la baja, empujados por una parte por quienes tienen necesidad de vender, mientras los posibles compradores se permiten esperar agazapados a la espera de la oportunidad que mejor les convenga.

No muy alentador, desde luego, pero terriblemente realista.

A ver si es cierto que el BCE nos inunda dinero y repuntan las hipotecas. Porque por otro camino, difícil lo veo.

 

El Gobierno como agente inmobiliario

A ver si era eso...

A ver si era eso…

Todavía no he conseguido encontrar un tema que el Gobierno de Mariano Rajoy no haya considerado oportuno dejar para mañana. De hecho, he entrado en sospechas de que esos tíos querían ganar las elecciones precisamente parea no gobernar, y les salió la gran jugada de poder permitirse no gobernar con mayoría absoluta.

Un ejemplo glorioso de esto que digo es el tema de poner a la venta los edificios públicos que consideraban sobrantes: en octubre de 2012 el gobierno hizo pública una de las medidas estrella de la denominada “comisión para la reforma de las administraciones públicas”: la puesta en el mercado de más de 15.000 edificios públicos, y además con plazo. Sería entre 2013 y 2015.

¿Qué fue de la reforma de las administraciones? Pues no lo sabemos, porque al final nadie quería reformar nada, pro aquello de que una reforma perjudica a alguien, el perjudicado se cabrea y al Gobierno no le gustan los cabreados en su bando. El caso es que en el tema de los inmuebles, a día de hoy sólo ha vendido 2.134 inmuebles, un 14% del total. ¿Pensarán venderlos todos de un golpe en el año entrante o querrán colocárselos en paquete a algún amigazo?

La idea, en teoría, era utilizar estas ventas para sanear las cuentas públicas (mala idea vender para gastar, pero bueno) y para ello se creó un listado de 15.135 inmuebles a enajenar. En ese catálogo había un poco de todo, pero resulta que todos los edificios están en alguna parte, y entre alcaldes, diputaciones autoridades autonómicas y chupatintas varios, parece ser que siempre sale alguien que le ve mejor destino ale edificio. O que tiene una idea mejor, lo que da más miedo todavía. Al parecer, los edificios se pueden pudrir y llenar de ratones hasta que alguien piensa venderlos: a partir de ese momento, salen cien amigos del ladrillo mohoso para reclamarlos y loare su infinita utilidad social. Curioso, ¿no?

También estaban previstas reubicaciones de servicios públicos, pero ahí sí que ha sido peor: ¿os creéis que es fácil conseguir mover a los funcionarios de un  lado de la ciudad a otro, cuando muchos se han comprado una vivienda que quede cerca de su puesto de trabajo? Como os podéis imaginar, ha habido trabas e impedimentos de todo tipo y la cosa, en la mayor parte de los casos, se ha quedado en nada. Ya os hablaré un día del “nuevo” hospital de Salamanca, por poner un ejemplo…

En este tiempo el número de edificios enajenados ha sido  de 2.134, de los que 1.587 se vendieron mediante subasta o concurso público y los otros 547 de forma directa. Además, según dice el Gobierno, en 2013 se dedicaron sobre todo a mejorarlos y rehabilitarlos para sacares mejor precio.

No sé yo.. ¿Vosotros les daríais a estos tipos una hipoteca?

Certificado de eficiencia energética: otro clavo a la vivienda.

Tipos de eficiencia. Lo pagas. Te lo dan. Lo ves. Y todos sigue como antes...

Tipos de eficiencia. Lo pagas. Te lo dan. Lo ves. Y todo sigue como antes...

Hace algún tiempo corrió el rumor de que se iba a obligar a realizar la ITV de las chimeneas, de modo y manera que cada vivienda o bloque de viviendas que tuviese uno de estos artefactos tecnológicos, tuviese que pasar cada dos o tres años la correspondiente revisión de su estado, limpieza y emisión de gases. En aquel entonces, según se dijo, la cosa se paralizó durante un tiempo (estas cosas nunca se aplazan para siempre) por estar el asunto entero sospechosamente relacionado con las actividades de uno de los hijos de Pujol.

El asunto era terriblemente jugoso, pues hay millones de chimeneas en España, y se trata, como en el caso de la ITV de los coches, de cobrarte por mirar, sin responsabilizarse de nada. Los arquitectos, aparejadores y demás gremlins del sector se frotaban ya las manos multiplicando la tarifa por el número de clientes obligados, cautivos y forzosos.

Así que cuando la cosa falló, montaron en cólera y se fueron al Gobierno a pedir un nuevo filón. Y así surgió el certificado de eficiencia energética, obligatorio para poder vender o alquilar la vivienda. Y obligatorio ya desde el 1 de junio, nada de futuribles o posibilidades para más adelante.

Desde esa fecha, y para los inmuebles construidos con anterioridad a 2007 (lo que equivale a decir casi todos, porque en 2008 terminó esta crisis que no va a acabar nunca, será obligatorio incluir en la publicidad de cualquier alquiler o venta la letra correspondiente del certificado de eficiencia energética, tal y como aparece en el gráfico que ilustra el artículo de hoy.

Los propietarios que no cumplan con la obtención y publicidad de este certificado incurren en una infracción contra la legislación de consumo y se exponen a sanciones de entre 300 y 30.000 € según sea la gravedad de la infracción.

Como siempre, los únicos que se salvan son los que alquilan su vivienda en negro, pues ni pagan impuestos por lo que ingresan ni tienen tampoco la obligación de cumplir con este certificado, bastante rechazado pro los propietarios al tratarse de un papel que no les aporta nada y que puede costar entre 300 y 500 €.

Así las cosas, estamos ante un nuevo ataque del monstruo burocrático que nos devora, lanzando una vez más sus dentelladas contra los bienes reales, es decir, contra aquellos que en teoría no se pueden escapar llevándose los fondos o las acciones a otro lado con un click.

A quien lo hayan trasladado y espere pagar la hipoteca de la antigua vivienda con el alquiler de la nueva, más le vale ir sumando también este nuevo coste…

Hipoteca y pérdidas latentes

Castizos que somos...

Castizos que somos...

A estas alturas ya debería estar meridianamente claro que hay mucha gente que nunca logrará deshacerse de su piso por el mismo valor en que lo compró. Dentro de esa casuística, tenemos dos variantes principales, como bien apuntan en los comentarios:

-Los que compraron una vivienda para vivir en ella, sin intención de venderla, y..

-Los que la compraron con la idea de venderla en un futuro y obtener unas plusvalías, o si no una ganancia, al menos una reserva de capital.

El caso es que dentro de los primeros hay también todo un amplio abanico de circunstancias, y por eso nos afecta a todos loa bajada de los pisos: cuando se compra una vivienda, aunque sea con la intención exclusiva de habitarla, y sin pensar en otras posibles utilidades, puede suceder que uno se entienda mal con su pareja y acabe siendo necesario liquidar el inmueble para poder marcharse cada cual por su lado, o se puede tener un problema con la empresa y verse uno en la obligación de buscar otro trabajo, o puede ser necesario mudarse de ciudad por mil razones diferentes.

En todos esos casos, por mucho que no se pensara en especular, la venta de la vivienda nos obliga a darnos de bruces con la dura realidad de que el alquiler que podamos obtener no pagar las cuotas de la hipoteca, y la venta no cubre la deuda. Osea, nos hemos empobrecido.

El caso es que, sea cual sea el motivo por el que compramos la vivienda, los datos apuntan a que los españoles somos particularmente reacios a asumir la pérdida, y seguimos con la idea de que mientras no vendamos no hemos perdido, y que ya vendrán tiempos mejores, o ya surgirá una ocasión que nos permita enjuagar la diferencia entre lo que pagamos y lo que nos dan ahora por el piso. a idea de que los pisos nunca bajan sigue pesando demasiado sobre la mente colectiva, por mucho que la realidad lleve años demostrando lo contrario. Al fin y al cabo, la realidad es algo que no acaba de interesarnos y que muchos apuntan como un enemigo más al que hay que oponerse para mantener en pie los derechos de los ciudadanos, la libertad y la pureza de sabor de los chicles de menta.

Esto, que puede parecer un dato folclórico, es en realidad una de las variables que esclerotiza en mayor medida nuestro mercado inmobiliario y hace más lento el necesario ajuste entre realidad y precios.

Sabemos que no podemos vender. Sabemos que no podemos divorciarnos. Sabemos que no podemos ir a trabajar a otra ciudad. Sabemos que todo eso nos hace más pobres, más dependientes y más vulnerables. Mantener el precio en el cartel de  se vende o en la inmobiliaria es lo único que nos queda para mantener un pedacito de ego.

O quizás de esperanza. No sé.

Alquiler, venta, o lo que sea

Cualquier opción es válida

Cualquier opción es válida

En un contexto como el actual en el que la venta de vivienda sigue por los suelos, en parte por la crisis económica, pero también en gran parte por la especulación y el miedo, cada vez es más difícil que los ciudadanos que se han visto encorsetados con una vivienda comprada durante la burbuja inmobiliaria puedan ahora deshacerse de este cargo mensual.

Por ello, cada vez más habitual encontrarnos con diferentes alternativas a la venta, de forma que muchas veces parece que el vendedor está esperando que el comprador ofrezca una forma viable, cualquiera, para poder deshacerse de la misma y de los pagos mensuales.

Lo más habitual está siendo intentar utilizar el alquiler como vía de escape más rápida. De esa forma el dueño de la vivienda puede conseguir unos ingresos regulares que, aunque en muchos casos no llegan a cubrir el pago mensual de la hipoteca sí que permite reducir la carga de la misma facilitando así el sobrevivir mes a mes.

Otra de las alternativas que se está utilizando es el alquiler con derecho a compra, una opción que gana adeptos día a día. Con ello, el dueño de la vivienda consigue los mismos ingresos mensuales que con el alquiler y el comprador consigue mantener viva la cultura española de la compra y evitar ese concepto erróneo de que el alquiler es una manera de tirar el dinero.

Los expertos inmobiliarios consideran que esta opción del alquiler con derecho a compra acabará sustituyendo a la compra habitual ya que dota de flexibilidad al sistema de compra-venta, de forma que el comprador tiene la libertad de poder marcharse antes de ejercer el derecho a compra, con lo que todo habría sido un alquiler habitual, mientras que se guarda la opción de mantener una opción de compra de la vivienda, con lo que ganaría una vivienda reduciendo la totalidad, o parte, de las cuotas ya pagadas vía alquiler.

En definitiva, en un escenario de dificultad el ingenio se agudiza hasta el punto de encontrar las vías de escape a la situación actual para el bien de compradores y vendedores.

Ni un buen dato para empezar el año

Aquí no vende un piso ni el tato

Aquí no vende un piso ni el tato

Aunque en el pasado mes de noviembre se contabilizaron un total de 5.000 operaciones de compraventa más que en el mes anterior, es decir, más que en octubre, en términos interanuales nos encontramos con un descenso del 14,4%, lo que no hace más que seguir con la tendencia que habíamos venido observando en los últimos meses.

De esta manera, el Instituto Nacional de Estadística, certifica que la situación del sector inmobiliario español está todavía muy lejos de iniciar la recuperación y aún se encuentra en proceso de caída libre sin solución de continuidad, y sin que parezca que pueda haber una solución en el corto-medio plazo.

El total de las operaciones de compraventa realizadas ascendió a 27.549, aunque, como siempre, debemos de relativizar los datos, ya que no se refieren a operaciones que se cerraran en el mes de noviembre, sino que son operaciones realizadas, en su plena totalidad, durante el mes de septiembre, y la estadística del INE sólo las recoge una vez que han sido registradas por el Colegio de Registradores de la Propiedad.

En cualquier caso nos encontramos con una serie negativa que ya acumula un total de 9 meses consecutivos de descensos, con el más marcado en agosto, con una caída del 38%, seguida de julio, con el 34,8%, abril, con el 29,7%, septiembre, con un descenso del 28,2%, junio, con una caída del 22,9%, mayo, con el 18,3%, octubre con el 18% y marzo, con un descenso del 11,9%.

En definitiva, que el nuevo gobierno del Partido Popular tendrá que realizar un gran cambio en la política inmobiliaria y de vivienda si quiere relanzar el sector que se encuentra bajo mínimos, y que necesita, de manera urgente, una ayuda global que le permita iniciar la senda del crecimiento económico, para lo que requerirá, sin duda, de la activación del crédito.

Un crédito que seguirá paralizado, al menos, hasta la segunda mitad del año 2012, una vez que las entidades financieras superen, las que puedan, los tests de solvencia y de liquidez impuestos por las autoridades europeas. A partir de ese momento se espera una cierta recuperación al no verse obligadas las entidades financieras a guardar liquidez para protegerse ante los estrictos requisitos financieros.

Vaya semanita para el sector inmobiliario

¡Vaya semanita!

¡Vaya semanita!

Está claro que hay semanas en las que es mejor no levantarse de la cama, y estos últimos siete días han sido una de esas para los promotores inmobiliarios que se han visto envueltos en toda una retahíla de malas noticias que no hacen sino ahondar en su depresión permanente.

Si la semana pasada conocíamos los datos del Ministerio de Fomento que hablaban de casi 700.000 viviendas construidas pero sin vender en nuestro país, ayer mismo el Instituto Nacional de Estadística dio otro varapalo importante para todos aquellos que creían ver el comienzo de la recuperación en el sector inmobiliario.

Se trata de la estadística sobre las compraventas de viviendas que el INE viene haciendo desde el año 2007, y que en este pasado mes de mayo arrojaron un descenso del 18,3% con respecto al mismo mes del año anterior, unas cifras nada halagüeñas.

Sí es cierto, sin embargo, que se ha producido cierta mejoría con respecto a los datos de abril, cuando se marcó el mínimo histórico con 24.100 operaciones de compraventa realizadas (mayo ha cerrado con 30.797), pero esa mejoría debe de ser claramente relativizada.

Los datos de abril fueron artificialmente bajos como consecuencia de la resaca producida por el adelantamiento de compra generada por la eliminación de la universalidad de la desgravación fiscal por compra de vivienda generada en los meses de noviembre y diciembre, recogida estadísticamente en enero y febrero, por el desfase temporal que existe desde que se realiza la compraventa y se registra de manera oficial.

Por ello, era normal que mayo fuera mejor que abril, pero esa no es la comparación que debemos de realizar, y sí que se debe de realizar con mayo del año pasado, y ahí es donde los datos de este año salen claramente perdiendo, perpetuando la sensación de que seguimos en crisis en el sector inmobiliario.

Una crisis que está claramente lastrando a la economía en su conjunto, porque vivimos un momento en el que otros sectores sí que han iniciado su senda de recuperación, ofreciendo ya datos positivos, algo que ni tan siquiera se puede atisbar en lo que se refiere al sector inmobiliario y de la construcción.

La burbuja de precios sigue en el aire. Los pisos subieron un 157 % y no acaban de bajar.

La siguiente parte se titula pardillos de abril...

La siguiente parte se titula pardillos de abril...

Los periódicos ingleses no dejan de tocar la gaita: según  The Economist, el precio de los pisos sigue estando en España un 43,7% por encima de su valor real, incluso después de los ajustes sufridos en estos años, desde 2007, que fue cuando la vivienda y las hipotecas abandonaron su escalada para empezar a moderarse.

Pero la gran pregunta es: ¿cómo hacen este cálculo? ¿Dicen ellos lo que vale un piso, porque sí, y lo comparan con su precio? No. Por fin, de una vez, nos hemos enterado de su sistema de valoración.

A grandes rasgos, este sistema consiste en comprara el coste de las viviendas y el precio medio del alquiler. No es perfecto, pero es una manera de hacerlo. Con ese procedimiento, el periódico afirma que el precio de la vivienda en España no sólo no se ha reducido desde 1997, sino que e se ha disparado un 157% en estos 14 años.

Con el dato recién publicado de que en 2010 se vendieron 491.000 viviendas (un 5,9 % más que el año anterior), tenemos que los pisos siguen saliendo poco a poco de las carteras de las inmobiliarias, aunque en este caso también haya influido en ello la supresión de la desgravación por compra. Y mientras los pisos salgan, los precios no acabarán de bajar.

Como curiosidad, y para ir cerrando, os cuento algo más de lo que dice The Economist: ya no somos líderes en burbuja inmobiliaria. Ahora, con sus cálculos, estamos por detrás de Australia, que tiene inflados su precios en un 56,4% y Hong Kong, en un 53,7%.

Por el lado positivo, están Italia, con un precio ‘inflado’ un 8,7%, los mismo que Suiza (5,5%) y China (12,9%).

Y también hay países donde la vivienda está en estos momentos por debajo de su precio normal: se trata de, que Japón tiene infravaloradas sus viviendas en 35,2%,  Alemania  (12,2 %) y Estados Unidos( un 7,7%).

Como veis, algo tiene que ver el precio de la vivienda con la capacidad de los ciudadanos para consumir en otras cosas y relanzar la economía, pero de eso ya hemos hablado y seguiremos hablando…

¿Te animas a vender pisos?

Calzoncillos promocionales para inducir a la compra de...

Calzoncillos promocionales para inducir a la compra de...

La cosa debe de estar muy mala cuando antes le llamaban intrusismo profesional y ahora se dice que es una idea original.

Me refiero a la venta de pisos por parte de particulares: hasta hace muy poco, los profesionales del sector, los famosos agentes de la propiedad inmobiliaria, solicitaban al gobierno que protegiese su actividad y ahora resulta que una gran inmobiliaria, Quabit, ofrece dos mil euros a cualquier ciudadano que le ayude a vender uno de sus pisos para irse librando del lastre.

La campaña de la antigua Afirma incluye también un vale de regalo para el comprador por una parte del importe del piso y estará en vigor todo lo que queda de año, o sea, el tiempo que durará la vieja y querida desgravación por compra de vivienda habitual.

Si tenemos en cuenta, además, que los bancos van a tener que cerrar un poco más el frifo por la nueva normativa de reservas, la recompensa parece pequeña para el trabajo que puede dar la cosa.

Por eso yo me pregunto, y al mismo tiempo a vosotros, es: ¿valdrá la pena meterse en estos momentos a convencer a nadie de que es el momento ideal para comprar un piso?, ¿valdrá la pena hipotecarse ahora para veinte o treinta años porque te regalen las cortinas?, ¿somos responsdables de  los consejos que damos?

Filosofías aprte, a veces tengo la impresión de que la publicidad empieza a pasarse. Esto viene a ser como ofrecer el traje de novia gratis al que se case este año. Si tenías novio y te ibas a casar de todos modos, pues bienvenido sea, pero no crea que hubiese mucha gente que se casase con desconocido por ahorrarse el traje.

Pues esto de los pisos va por el mismo camino. Más o menos.

¿Cómo lo veis?, ¿os haríais comerciales para ganar los 2.000 euros?, ¿vale la pena o es demasiado arriesgado?

 

Tiempo para vender un piso

Lleva algún tiempo con el cartel de "se vende"

Lleva algún tiempo con el cartel de "se vende"

En 2007, el tiempo para vender un piso alcanzó los 120 días y entonces parecía escandaloso que la media fuese precisamente de cuatro meses, cuando poco tiempo atrás la media estaba en sólo dos meses y medio.

Hoy, el que consigue vender su vivienda en cuatro meses invita a todo el bloque a una mariscada, y no es para menos.

Lo primero que tenemos que pensar a la hora de vender un piso es qué piden los del entorno del nuestro por un piso similar. Y a ver si queda claro: el precio de mercado es aquel que el cliente está dispuesto a pagar, y no tiene nada que ver en absoluto con lo que nosotros pagamos por el inmueble.

Por tanto, lo primero que tenemos que hacer es informarnos sobre el precio de pisos similares, y a ser posible, sobre pisos que se han vendido, no sobre otros en lo que hemos visto desteñirse el letrero durante años. Lo que alguien pide por su vivienda no es una cifra que sirva para nada. Eso tiene que quedarnos claro.

En segundo lugar, tenemos que tener en cuenta que la oferta es muy amplia, por lo que es importante saber si tenemos algo que diferencia nuestra vivienda del resto. Si es distinta en algo, hay que potenciar esa diferencia a toda costa. Si es igual que los demás, hay que vender más barato o esperar que nos toque la lotería de un cliente que no haya visto los otros.

En tercer lugar, debemos tener en cuenta la financiación: los bancos están como locos por vender sus propios inmuebles y son ellos los que dan los créditos y las hipotecas, así que si no ofrecemos algo distinto a los potenciales clientes, podemos contar con una dificultad a mayores.

En resumen: un piso puede tardarse en vender hoy en día entre 6 y 9 meses de media, y eso, si nos espabilamos. Si tenemos algo distinto, un buen precio, y nos sabemos mover por los canales de distribución adecuados.

Si no, de año y pico para arriba, y con suerte.