Archivo de la categoría: Hipotecas

Haciendo leña del árbol caído

Así nos estamos quedando los ciudadanos

Así nos estamos quedando los ciudadanos

Éramos pocos…, haciendo leña del árbol caído…, cualquier refrán similar nos hubiera valido par explicar la tremenda situación de la que hemos sido víctimas durante el año 2010 todos los ciudadanos españoles, y seguro que también durante los años anteriores, aunque no tengamos cifras de lo mismo, y es que según ha denunciado la OCU los notarios y registradores de la propiedad cobraron hasta 93 millones de euros de más en las facturas aplicadas por cancelaciones hipotecarias.

Unas cantidades que se cobraron en exceso sobre las minutas fijadas por el Decreto del Gobierno de 2007 que limitaba estas cuestiones con el objetivo de dinamizar, entonces ya, la venta de viviendas y permitir que los gastos no se dispararan hasta cantidades inasumibles para los ciudadanos.

Así, en virtud de dicho Decreto, la tarifa de un notario por una escritura de unas diez páginas no debería de exceder los 70 euros en una cancelación hipotecaria, mientras que la de un registrador de la propiedad, para una operación similar debería de situarse entorno a los 24 euros.

Sin embargo, las facturas analizadas por la OCU referentes al año 2010 muestran cantidades totalmente diferentes, ya que los notarios, por término medio, vinieron cobrando 260 euros por estos servicios, mientras que los registradores de la propiedad 144 euros, en ambos casos cantidades muy por encima de las fijadas por el Gobierno.

Ahora la OCU ha denunciado estos hechos ante el Ministerio de Justicia y ha solicitado que se devuelvan las cantidades a las personas afectadas, de la misma forma que se detengan de manera inmediata estos abusos para permitir que el sector inmobiliario se formalice de una manera justa y equitativa para todas las partes.

Pero no podemos dejar pasar por alto una reflexión que debemos de realizar entre todos y es que si ahora nos enteramos de este abuso gracias a la denuncia de la OCU, de cuantos otros abusos no hemos llegado a conocer nada, o de cuantos otros somos todavía víctimas, sin que ninguna autoridad pública tome cartas en el asunto y haga que los reglamentos y las leyes se cumplan de manera correcta en beneficio del adecuado desarrollo de la actividad económica.

Nos ahogamos en nuestra propia irresponsabilidad

Nadando en el fondo del mar

Nadando en el fondo del mar

Así, dicho de esa manera, suena hasta gracioso porque por mucho que nos pongamos a pensar nos costará imaginarnos lo que en realidad significa una hipoteca underwater, pero ahora bien, después de que conozcamos el significado, o al menos el significado que se le da, ya empezaremos a echarnos a temblar.

Se está llamando hipoteca underwater a esas hipotecas cuya deuda está por encima del valor actual de mercado de la vivienda, es decir, imaginemos una hipoteca de la que todavía queda por pagar, por ejemplo, 200.000 euros, mientras que el valor de mercado de la vivienda sobre la que se constituyó dicha hipoteca se encuentra en los 160.000 euros. Es decir, la deuda es mayor que el valor.

Y el problema es que estas hipotecas underwater están proliferando en nuestra economía de manera exponencial, ya que la caída de precios que se ha producido a consecuencia de la actual crisis económica está haciendo que todas las hipotecas que se concedieron por el 100% del valor de tasación (y no digamos las que lo hicieron al 120%), estén quedando fuera de juego.

Porque si entre todos los que jugamos el juego hipotecario, es decir, bancos y ciudadanos, nos hubiéramos fijado el 80% del valor de tasación como el máximo posible para la concesión de una hipoteca ahora no estaríamos con este problema, porque ese margen del 20% se hubiera encargado de absorber la caída de precios.

Pero los bancos querían vender más y más hipotecas, y nosotros queríamos más y más dinero para poder comprar casas más grandes, coches mejores y muebles más modernistas, el problema es que estas situaciones de vivir en el aire acaban por terminarse y luego hay que pagar las consecuencias de las mismas, como nos está sucediendo en estos momentos.

Y el problema principal es que aunque un ciudadano consiga vender su vivienda no podría, en ningún caso, pagar la totalidad de la hipoteca que todavía tiene, con lo que se quedaría sin vivienda pero con deuda, de la misma forma que las entidades bancarias no aceptarían, bajo ninguna circunstancia, la dación en pago por debajo del valor de la deuda hipotecaria.

La hipoteca, una especie en extinción

Negocio alternativo a la hipoteca

Negocio alternativo a la hipoteca

No hacía falta que nos lo dijera el Instituto Nacional de Estadística,  porque ya lo sabíamos todos, pero el número de hipotecas concedidas durante este año 2011, y el importe medio de las que se concenden, sigue en picado. Posiblemente, a la gráfica que representa estas magnitudes haya que colgarle pronto el cartel de “sigue en el sótano”.

La diferencia entre las hipotecas concedidas este año y las que se concedieron en 2010, que ya fue un ejercicio penoso y lamentable, es nada menos que el 42,2 % La cantidad media por la que se hipotecan las viviendas no llega a los ciento diez mil euros, lo que también supone un descenso de algo menos del diez por ciento. En total, y para que os dé la risa con el dato, s eyhan concedido en todo loq ue llevamos de 2011, la ridícula cifra de 32600 hipotecas nuevas, con un descenso acumulado del capital total prestado por los bancos para la compra de vienda de alrededor del cuarenta y dos por ciento. La cifra total de lo prestado es de tres mil quinientos millones de euros. Una risa para lo que acostumbraba a manejar este sector en otros tiempos.

La conclusión, es obvia: no hay un duro. Los bancos tienen poco dinero, y el poco que tienen prefieron cobijarlo bajo tres capas de hoirmigíon antes que prestárselo a nadie.

Ahora ya no se trata de ser solvente, de asegurar que devolverás el dinero ni de garantizar que el inmueble que quieres comprar no se va a depreciar por debajo del valor del préstamo solicitado: se trata de competir, pidiendo dinero, con dos docenas de gobiernos, centenares de empresas ymanadas de otros bancos, que lloran desesperados a la puerta de cualquiera que tenga un duro en busca de la capitalización que les falta.

Y competir con semejantes adversarios es difícil, sobre todo con el Estado, que sigue emitiendo deuda pública asegurando, ya con un artículo de la Constitución, que lo va a devolver puniualmente. ¿Puede alguien competir con eso? Yo creo que no.

Por eso la hipoteca es un negocio obsoleto, como la venta de hielo puerta  a puerta…

Quién lo dijera.

Ni bueno, ni malo, sino todo lo contrario

España de vacaciones y el Euribor a lo suyo

España de vacaciones y el Euribor a lo suyo

Recién nos pilla de regreso de las vacaciones y nos encontramos con el cierre del Euribor en el mes de agosto en la pantalla del ordenador, y la verdad es que no sabemos si alegrarnos, llevarnos las manos a la cabeza, o simplemente pasar del tema con toda la paciencia que podamos.

Y es que el cierre del Euribor en agosto ha sido del 2,097%, en tasa media mensual, lo que supone una caída de 0,86 puntos porcentuales con respecto al mes de julio, algo que debería de llenarnos de alegría, si no fuera porque es algo que no nos sirve para nada, se mire por donde se mire.

Porque lo único que importa a la hora de calibrar el impacto que el Euribor, o su modificación, puede tener en nuestras vidas es la comparación interanual, y en ella poco o nada podemos alegrarnos, ya que si tenemos en cuenta que el Euribor cerró el mes de agosto de 2010 en el 1,42% nos enfrentamos a un incremento de 0,68 puntos porcentuales, similar a todos los incrementos que hemos estado teniendo a lo largo del año, lo que provocará una subida de las cuotas hipotecarias entre 50-60 euros.

Un escenario nada positivo, si tenemos en cuenta que cada vez hay más gente sin recibir ningún ingreso mensual, ya que a la elevada tasa de paro que seguimos sufriendo se le añade ahora que las prestaciones y las ayudas que muchas familias estaban recibiendo están llegando a su fin, con lo que la situación se vuelve dramática.

Si a ello le añadimos que el BCE subirá los tipos de interés para la zona Euro en septiembre o en octubre, no nos queda más que echarnos a temblar, porque ello hará que el Euribor siga su tendencia al alza sin solución de continuidad provocando una auténtica quema.

En definitiva, que llegamos de vacaciones, tan felices que estábamos, y nos encontramos con que poco o nada ha cambiado, el Euribor sigue haciendo de las suyas, el paro sigue creciendo y los mercados siguen manejando el cotarro. Si lo sé no vengo y me quedo en la playita tostándome al sol.

El alquiler con opción de compra (una posible salida)

Ya hay que pensar en engendros raros...

Ya hay que pensar en engendros raros...

El problema que tenemos, describiéndolo en pocas palabras, es que se han construido pisos que no se venderán en diez, doce o quince años, y que los pisos no pueden estar vacíos todo este tiempo, porque en ese caso, no sólo se van a deteriorar, sino que alguien tendrá que pagara comunidad, el IBI, y toda una serie de gastos que convertirá en ruinoso el hecho de tenerlos.

Lo Ideal para bancos y promotores sería venderlos, por supuesto, pero como no hay gente que se quiera hipotecar (y tenga pasta) y los que se quieren hipotecar no inspiran mucha confianza a la banca, habrá que buscar solucione creativas que permitan mantener en pie esos pisos y darles alguna utilidad, mientras la cosa mejora un poco y no para que se vendan.

Una posible solución, propongo, son los alquileres con derecho a compra.

Si de una santa y buena vez se cambiara la ley de alquileres para poder poner en la calle en cinco minutos al inquilino moroso, podrían ponerse en alquiler decenas de miles de pisos pro el simple procedimiento de darle al inquilino la opción de comprar ese piso después de unos años.

El procedimiento, como en el caso del leasing, consiste en pagar una cuota de alquiler un poco más alta de lo habitual, pero pudiendo quedarse con la propiedad del inmueble por lo que se llama su valor residual al final del contrato.

Un ejemplo: en lugar de pagar 400 € de alquiler, pagas 600. Pero después de 15 o 20 años, si quieres, pagas 25000 € de un golpe y el piso es tuyo. Y no tienes pro qué estar siempre en el mismo. Sino que puedes haberte mudado a otro de la misma financiera o el mismo banco.

Flexibilidad, liquidez y una salida para el stock. ¿Cómo lo veis?

El Santander se lanza a la caza de los indignados

Así, sí, Botín, así sí

Así, sí, Botín, así sí

Si hay algo que no se le puede negar al Banco Santander es su capacidad para detectar las necesidades de sus clientes y tratar de satisfacerlas. De esa manera se ha convertido en uno de los principales grupos financieros a nivel mundial y así intenta captar ahora las voces de las reivindicaciones del 15-M.

Uno de los principales fundamentos del movimiento de ‘indignados’ es conseguir que las entidades financieras colaboren en el pago de la crisis, permitiendo que las familias con mayores problemas económicos reales puedan hacer frente a sus deudas sin morir en el intento.

Pues bien, el Banco Santander, sabedor de la repercusión que una medida de este tipo tendría en los medios, ha lanzado una carencia de hasta tres años para las hipotecas de sus clientes con problemas económicos, para que puedan seguir afrontando sus pagos mensuales y no caer en situación de impago.

Durante este período de carencia, los hipotecados no tendrán que amortizar capital, y sólo pagarán intereses, con lo que la cuota mensual se reducirá de manera significativa, pudiendo llegar, en algunos casos, hasta el 50% de la misma, o incluso más en los períodos finales de amortización hipotecaria.

Eso sí, para poder beneficiarse de este período de carencia será necesario justificar una pérdida de ingresos de, al menos, el 25%, que bien puede haberse dado por una situación de desempleo, por una reducción en la jornada laboral o en el salario, o bien en una reducción en los ingresos de los autónomos.

Un porcentaje realmente sencillo de alcanzar, porque bastará con que en un matrimonio uno de los cónyuges se haya quedado en situación de desempleo para poder alcanzar ese 25%, y en estos momentos casos de ese estilo abundan en nuestro país.

Habrá que esperar ahora la respuesta del BBVA, porque en los últimos años la guerra entre los dos principales bancos de nuestro país ha sido una lucha de acción y reacción, ya que a cada nueva acción del Banco Santander le ha seguido una reacción del BBVA, y viceversa, con lo cuál, al final, acabamos ganando todos los consumidores y usuarios de ambos bancos.

La dación en pago temporal, la propuesta de moda

Una ventana de esperanza a los hipotecados

Una ventana de esperanza a los hipotecados

Como todo en la vida, los debates sociales también se mueven por modas y ahora estamos de lleno en la moda de la dación en pago temporal que ha sido propuesta desde diferentes puntos como una solución que podría evitar el drama social de las ejecuciones hipotecarias.

Esta dación en pago temporal no sería más que abrir un espacio de tiempo en el que los hipotecados pudieran acogerse a la dación en pago, de manera que pudieran entregar su vivienda a cambio de cancelar la deuda hipotecaria mantenida con la entidad financiera.

Pero la dación en pago temporal no sería barra libre para todos, sino que sería selectiva, de manera que los hipotecados que quisieran acogerse a ella tendrían que cumplir una serie de requisitos económicos, por lo que estaríamos hablando de una dación en pago temporal y selectiva.

Con esta figura se pretendería resolver los casos más extremos y problemáticos, de forma que las familias con mayores problemas financieros estuvieran en disposición de entregar su vivienda, cancelar su deuda y poder empezar de cero.

Sin embargo, no han faltado voces en contra de esta propuesta, ya que consideran que podría incentivar la morosidad. En un momento en el que el valor real de mercado de muchos inmuebles está por debajo de la deuda hipotecaria mantenida a muchos hipotecados les compensaría entregar la vivienda a cambio de cancelar la deuda, aunque su situación económica no fuera extrema.

Esta sería, por otro lado, la única manera que las entidades financieras podrían llegar a aceptar, aunque a regañadientes, una dación en pago retroactiva, es decir, aplicable a hipotecas ya formalizadas.

Incurrirían en pérdidas, no hay duda, pero podrían ser compensables con el hecho de evitar el desprestigio en el que están incurriendo por las imágenes dramáticas que vemos en televisión un día sí y otro también sobre desahucios de familias sin recursos.

En cualquier caso es un buen punto de partida para iniciar un debate social de altura sobre las modificaciones que se pueden aplicar a la legislación hipotecaria, un debate que habrá que ver hasta donde llega, si es que acaba llegando a algún lado.

Hipoteca y responsabilidad compartida. La tasación

Habría que repartir prudencia para que no pasen estas cosas...

Habría que repartir prudencia para que no pasen estas cosas...

Como sabéis, llevo años por aquí hablando de que todo el mundo tiene que hacerse cargo de lo que ha firmado y que el que sea tonto y lo reconozca, que no vote, porque la democracia se basa en la soberanía del pueblo, y soberanía significa también libertad responsable.

No obstante, hay algunas cosas que conviene matizar, porque la responsabilidad nunca es única.

En primer lugar, el que firmó un préstamo por una casa, o una hipoteca, que lo pague. Pero el que hizo la tasación por un bien debe responsabilizarse también de la tasación, pues extendió un documento en el que asignaba un valor a un bien, y cobró por ello.  Lo que no es de recibo es que una compañía tasadora nos diga que un piso vale doscientos mil euros y que a los pocos años se ha depreciado un cuarenta por ciento. O la tasación estaba mal hecha, o no se tuvieron en cuenta las posibles evoluciones de los mercados. En todo caso, no se cumplió con el precepto legal de la prudencia valorativa y esto tiene que tener un coste.

Por tanto, yo no cargo las tintas contra los bancos, que dan un dinero (el tuyo y el mío) y pretenden recuperarlo para poder dárnoslo el día que vayamos a la ventanilla a por él. Para mí, el segundo responsable y que debe pagar de alguna manera es el tasador que asignó un bien a un inmueble sin tener en cuenta los principios de prudencia y sin contemplar los diversos escenarios de variación de precios. Algo obligatorio cuando se trata de una tasación destinada a una operación a treinta o treinta y cinco años.

Y no se pide a los tasadores que tengan una bola de cristal, sino simplemente que hagan como se hace en bolsa, o en seguros: reflejar en la tasación el valor de mercado actual y las posibles apreciaciones o depreciaciones en diversos escenarios posibles. Y con eso, el banco y el hipotecado, deciden.

Por tanto, y por proponer algo, digo que lo más justo sería que el hipotecado tuviese que pagar hasta el último duro del capital principal, pero no los intereses que se devenguen desde el momento del primer impago. Así, repartiendo el riesgo, repartimos la prudencia. ¿no?

Hipoteca, garantías y Euríbor

Garantía hipotecaria por el sistema antiguo...

Garantía hipotecaria por el sistema antiguo...

Hay algo que tenemos que tener claro: el acceso al crédito, antes reservado a unos pocos, ha mejorado las expectativas económicas de millones de personas, que pueden conseguir comprar un piso y dejar un capital a sus hijos, o disfrutarlo en la vejez, cuando antes se veían en grabes aprietos para seguir pagando el alquiler una vez abandonaban el mercado laboral.

La hipoteca, por tanto, es un bien social, y precisamente por eso hay tanta gente que se ha hipotecado. De hecho, si os apetece que os lo diga en términos más técnicos, la hipoteca permite convertir los ingresos en capital, dando estabilidad a la riqueza sin hacerla dependiente de las fluctuaciones de los flujos monetarios. E insisto: por eso le gusta tanto a la gente.
Lo que también hay que tener claro es que el precio y las exigencias de las hipotecas dependerán en todo momento de las posibilidades que se dé al banco de recuperar ese dinero.

Os parecerá, como a mí, una burrada, pero el ejemplo es muy ilustrativo: hasta el siglo XIX, cuando un país se endeudaba y no podía devolver los créditos, podía contar con una invasión militar de su vecino. Y precisamente por eso, los intereses eran mucho más bajos. Ahora, como está feo invadir países, los alemanes ya no amenazan a los griegos con treinta divisiones panzer y cincuenta mil granaderos: les suben los intereses que les exigen pro el dinero, y si no pueden pagarlos, pues que no pidan prestado.

Esto, en general, podemos aplicarlo a todas las hipotecas domésticas. Cuantas más trabas se pongan para recuperar el préstamo, más caras serán las hipotecas, menos gente podrá acceder a ellas y más se ahondare el peor de los abismos: el que se abre entre los que tienen que vivir al día y los que han podido convertir en capital sus ingresos.

No es tan difícil de entender, pero los mundos de Yupi cuesta un poco.

No se puede ganar siempre

Unas veces se gana y otras se pierde

Unas veces se gana y otras se pierde

Está claro que no se puede ganar siempre y aunque llevaban una racha formidable, esta semana la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y los ‘indignados’ del 15-M han fracasado en su intento de paralizar un nuevo desahucio en la calle Virgen del Lluc.

De hecho más que de un nuevo desahucio se trataba de un desahucio por partes, ya que el pasado día 6 de julio ya se intentó paralizarlo, aquella vez con éxito. Los residentes en la vivienda son una madre con sus dos hijos, uno de los cuáles cuenta con el 77% de discapacidad, y los portavoces de las plataformas han criticado el hecho de que las mismas entidades que reciben dinero del FROB, es decir, dinero público, luego ejecuten sus hipotecas (el desahucio atendía a una hipoteca de Caja del Mediterráneo).

Pero lo sorprendente de este desahucio no paralizado no es tanto el éxito o no éxito de la reivindicación, sino el hecho de que la policía haya actuado por primera vez en contra de los agrupados para la paralización del desahucio, lo que puede marcar un cambio de tendencia en la manera de actuar de la policía.

Sin duda, el debate está planteado en la calle y cada cuál puede obtener sus propias conclusiones. Nadie duda de que echar de su casa a una madre y a sus dos hijos es un drama social con el que todos nos solidarizamos, pero también debemos de entender que existen unas leyes que deben de ser cumplidas por todos, sin excepción, tanto a la hora de la formalización de los contratos como en el momento de atender a las consecuencias de los mismos.

En cualquier caso, lo que está claro es que las plataformas de Afectados por la Hipoteca y del 15-M seguirán luchando por defender sus reivindicaciones que pasan por la dación en pago a la hora de ejecutar la hipoteca y por una moratoria temporal que permita aligerar la carga que se está sufriendo en la economía familiar de los ciudadanos españoles como consecuencia de la crisis y de las excesivas tasas de desempleo que siguen apareciendo mes a mes, más allá de la posible estacionalidad veraniega.

El precio de la vivienda sigue en caída libre

Seguimos en caída libre

Seguimos en caída libre

Otro trimestre más, y ya hemos perdido la cuenta de los que van, el precio de la vivienda ha vuelto a arrojar datos negativos, con una caída, esta vez del 5,2%, con respecto al segundo trimestre del año pasado y del 1,4% con respecto al primer trimestre de este mismo año.

Concretamente, el precio medio del metro cuadrado en nuestro país se ha situado en 1.752,10 euros, un valor similar al que teníamos allá por el año 1995, cuando también pintaban bastos en nuestra economía, lo que supone un descenso del 16,6% con respecto al precio medio que teníamos cuando comenzó la crisis, en el año 2008.

Estos datos, ofrecidos por el Ministerio de Fomento, son algo más optimistas de los que manejan consultoras independientes que fijan la caída de precios de la vivienda por encima del 20%, pero en general apuntan a la misma dirección, a un escenario de ajuste del mercado.

Un ajuste que se está haciendo de manera lenta y pausada, ya que los propietarios, ya sean propietarios o promotores profesionales, no están dispuestos a rebajar en exceso el precio para no perder un dinero excesivo. Lo que parece evidente es que el margen de ajuste todavía es grande.

Sin embargo, este ajuste de precios no es igual en todas partes. Por ejemplo, en San Sebastián todavía se mantienen valores desorbitados en el precio por metro cuadrado (3.660,60), al igual que en Sant Cugat del Vallés (3.427,4 euros por metro cuadrado). En el otro extremo, en el ámbito de los municipios más económicos aparece Tomelloso, con poco más de 800 euros por metro cuadrado.

En cuanto al desglose por regiones nos encontramos con que el ajuste más duro se sigue produciendo en Murcia, con una caída del 8,4%, y Madrid, con el 7,9%, y es que la Comunidad Autónoma de Madrid sigue sufriendo el afán constructor que se disparó en la Comunidad con la burbuja inmobiliaria y que llevó a explorar lugares inexplorables en términos de construcción inmobiliaria.

En definitiva, que cuando deberíamos de estar en la fase final del ciclo recesivo estamos todavía en valores de ajuste, lo cuál nos hace pensar que todavía nos queda mucho, muy mucho, antes de que veamos crecer los brotes verdes.

La hipoteca y el reparto del riesgo

Es importante saber quién tiene la última palabra

Es importante saber quién tiene la última palabra

Hoy me voy a poner teórico, que es una cosa que a algunos les espanta, así que vayan por anticipado mis disculpas:

Cuando uno pide un préstamo es porque necesita dinero en el momento presente y piensa pagarlo con los remanentes o ingresos futuros, que son los beneficios del trabajo o de otras actividades económicas. Hasta ahí, supongo, todo el mundo de acuerdo.

Por tanto, cuando se busca a alguien que nos preste dinero, lo que s ele está diciendo es que nos deje una cierta cantidad a cambio de parte de los beneficios que pensamos obtener en el negocio. En el caso de un piso, le damos un beneficio directo, que se llama interés, porque el banco no nos conoce y pone el capital para que nosotros podamos embarcarnos en la aventura económica de ser propietarios en vez de inquilinos.

La cuestión que casi nadie mira es que el banco, que tiene derecho a cobrar antes que nadie y que puede exigir que se venda nuestra casa para comprar lo suyo, no tiene participación alguna en los beneficios adicionales del negocio. Ahora todo el mundo llora porque el banco pone condiciones abusivas y embarga los pisos, ¿pero quién se quejó cuando compró, con hipoteca, por cien mil euros y vendió diez años después por ciento cincuenta mil?

El banco obtiene sus derechos preferentes a cambio de renuncias a los posibles beneficios, que son TODOS para el que recibe el préstamo. El banco, por tanto, no e s un socio que se quede con la mitad de las pérdidas o la mitad de los beneficios. Es un socio que no admite pérdidas, pero que no participa en los beneficios. Para que el contrato fuese de otro modo, habría que dar a los bancos participación´ en lo que se gane vendiendo el piso en caso de que haya beneficios, y eso todos sabemos que no es así.

Siendo, por tanto, las posibles ganancias para el comprador del piso, las posibles pérdidas deben ser también para él, o el negocio quedará desequilibrado.

Las hipotecas son a treinta años. Los que compraron un piso entre 1985 y 2000 han ganado una pasta gansa, y no van a repartirlo con su banco. Los que compraron después, no pueden pedir , pro tanto, que el banco comparta sus pérdidas.

Así son las cosas, me temo.