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Bonificaciones en las hipotecas, otra arma de las entidades financieras

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Relación de armas que las entidades financieras usan en nuestra contra

Seguro que si te has puesto delante del Director de una sucursal bancaria te has encontrado en el momento en el que debes decidir si quieres bonificar tu tipo de interés, o no, momento en el cuál debes de empezar a contratar seguros, coberturas, planes de pensiones y un largo etcétera de productos financieros.

En ese momento todo de parece bien, incluso encuentras interesante el ahorrarte unos puntos porcentuales de tu diferencial a cambio de contratar un seguro que, de todas formas, tendrías que contratar con la entidad financiera que estás hablando o con cualquier otra empresa.

Pero ahí, ahí amigo mío, cometes el error, porque lo que parece un ahorro a corto plazo, o una decisión económica eficiente es todo lo contrario, se trata de tu sentencia de pérdida financiera para toda la duración del préstamo, una sentencia que no puedes revocar y que te condenas a cumplir.

Porque según han hecho público algunas asociaciones de consumidores, el ahorro que puedes tener de contratar un seguro de hogar, por ejemplo, con la entidad financiera con la que contratas la hipoteca, en comparación con otra empresa aseguradora cualquiera, puede llegar hasta 15.000 euros, a lo largo de la vida del préstamo.

Estos mismos estudios han hecho la comparativa del ahorro de intereses que se obtiene al reducir el diferencial gracias a la bonificación y la conclusión es que el ahorro es mucho menor que el exceso de gasto que se produce al contratar con la entidad financiera.

Por tanto, antes de acudir a la cita de firma de la hipoteca, es importante llevar por adelantado algún presupuesto de una aseguradora referente a todas las cuestiones que el banco te va a ofrecer: seguro de vida, seguro de vivienda, etc. De esta forma cuando el banco te hable de unas cantidades tú podrás oponer otras más bajas.

Y ahí es el propio Director de la sucursal el que tendrá la pelota en su tejado. O bien te reduce de alguna forma el precio, o se ve abocado a que te asegures en otro lado, algo que le costará explicar a sus superiores, por lo que la primera opción gana enteros.

En definitiva, debemos dejar aparte la escasa cultura financiera que nos acompaña y empezar a desconfiar de las entidades financieras, porque siempre buscan la forma de obtener el máximo beneficio, independientemente del tipo de cliente que seas.

Los bancos se convierten en una jauría de perros en busca de hipotecados

Los bancos al acecho de los potenciales hipotecados

Los bancos al acecho de los potenciales hipotecados

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Vamos a aplicar un silogismo sencillo, de esos que hasta yo, un ignorante absoluto en estos mundos de la lógica filosófica, o como se llame, pueda entender, un silogismo que nos ayude a comprender el entramado urbanístico y financiero en el que estamos metidos.

Veamos, ayer la Ministra de Vivienda, que sí, que sigue habiendo una, aunque no se la vea mucho, ha anunciado que en España hay un stock de vivienda que ronda los 800.000 viviendas sin vender, lo cuál es una auténtica barbaridad, se mire por donde se mire.

Por otro lado los bancos se están viendo obligados a aceptar activos a cambio de deuda, es decir, a aceptar quedarse con viviendas construidas pero no vendidas a cambio de la deuda que los promotores y constructores tienen contraída con estas mismas entidades.

A la vez, son las entidades financieras, las mismas que están acumulando un amplio stock de viviendas para poder paliar sus descubiertos de deuda, las que conceden, o no, las hipotecas a los ciudadanos que deciden comprometerse a pagar algo durante 40 años sin interrupción.

Por tanto, el silogismo está montado: Los bancos tienen cada vez más vivienda en stock; los ciudadanos necesitan hipotecas para poder comprar esta vivienda, por tanto, los bancos comenzarán a conceder hipotecas en breve para poder deshacerse del stock (¿tiene pinta de silogismo? No sé, pero al menos se le parece algo).

En definitiva, las entidades financieras se están dando cuenta de que necesitan abrir el grifo del crédito, y no sólo eso, también se están dando cuenta de que la demanda efectiva de potenciales compradores de viviendas es cada vez menor, y en clara regresión.

Es decir, que los bancos se van a lanzar a competir por un mercado menguante, un mercado de compradores de vivienda que cada vez es más pequeño, gracias al desempleo, real o potencial, los ciudadanos que se lanzan a comprar una vivienda son cada vez menos.

Ello va a provocar que los bancos se lancen, cual jauría de perros, a la caza de los potenciales hipotecados, con productos flexibles y con mejores condiciones, tratando de eliminar a sus competidores de la lucha, tratando de ser la entidad financiera elegida, por delante del resto.

Ahora, amigos, somos nosotros, los consumidores, los que tenemos la sartén por el mango.

Nos engañan como a niños, gran parte de los embargos se podían haber evitado

Los ciudadanos somos juguetes rotos en manos de las entidades financieras

Los ciudadanos somos juguetes rotos en manos de las entidades financieras

Somos meros juguetes rotos en manos de las entidades financieras que hacen de nosotros lo que quieren, para ellos no contamos, somos simples números al final de un expediente en el que se indica lo que debemos y con la asiduidad con la que nos retrasamos en el pago, pero nadie aparece para ayudarnos cuando lo necesitamos.

El Observatorio de Financiación Familiar de la Agencia Negociadora de Productos Bancarios ha hecho públicas unas estadísticas en las que se resalta que el 31% de los embargos hipotecarios se podían haber evitado con una simple reunificación de deudas.

¡El 31%! 3 de cada 10 embargos, eso es una barbaridad, una auténtica vergüenza que ese porcentaje de gente haya tenido que perder su domicilio cuando la solución era tan sencilla, estaba tan clara y todo era cuestión de un poco de cultura financiera o de información.

Porque los bancos que embargaron esos pisos sabían perfectamente que con la reunificación todo se habría resuelto, pero no informaron correctamente a sus clientes, prefirieron embargar los pisos, y ahora se los tienen que comer con patatas.

Un error doble, por tanto, un error ético por no haber ayudado ni informado correctamente a sus clientes, y un error económico, porque habrían evitado quedarse sin la liquidez que ahora tanto buscan, habrían seguido cobrando las cuotas hipotecarias y no tendrían un inmovilizado inmobiliario tan elevado.

Pero aún hay más, esas mismas estadísticas publicadas hablan de que un 37% de las familias españolas tuvieron que retrasar un pago hipotecario durante el año 2009. Seguro que esas mismas familias podrían también reunificar deudas, con lo que sus cuotas resultantes serían menores y podrían hacer frente a ellas con mayor facilidad.

Nos encontramos, por tanto, con un entorno en el que los ciudadanos españoles tenemos poca cultura financiera, eso es un hecho, y en el que, además, sufrimos los abusos de las entidades financieras que en lugar de informarnos como deberían, se limitan a vendernos el productor financiero que les obligan desde su propia central.

Se rompe así el círculo de confianza que se debería de establecer entre el cliente y la entidad financiera, un círculo de confianza que sólo tiene un sentido, cuando debería ser una calle de doble circulación, es una situación en la que el ciudadano de a pie confía en el Director de su sucursal bancaria, pero éste en lugar de devolver esa confianza con información honesta, lo hace con información interesada.

En definitiva, el cuento de siempre, los bancos y las cajas que utilizan a los ciudadanos como simples números a los que se puede utilizar a su antojo. En ello estuvo el origen de la crisis, y como no ha cambiado absolutamente nada, en ello está el germen de la próxima crisis.

Los hipotecados sueñan, los bancos sufren, el Euribor sigue a la baja

El Euribor sigue rompiendo todos sus suelos

El Euribor sigue rompiendo todos sus suelos

Los ejecutivos de las entidades financieras siguen sufriendo urticaria cada vez que escuchan los datos sobre el valor del Euribor, porque éste se sigue manteniendo a la baja, para felicidad de todos nosotros, los hipotecados.

Bien es cierto, sin embargo, que la mayoría de las hipotecas están fijadas con una claúsula de tipo de interés suelo a partir del cuál el interés que pagamos en nuestras cuotas no baja. Una de dos, o las entidades financieras se temían esta crisis o son más listos que el hambre y se cubren ante cualquier circunstancia.

En cualquier caso, la noticia, que al final se me va el santo al cielo y no te digo lo que te tengo que decir, no es otra cosa que el Banco de España confirmó ayer que el Euribor quedaba fijado en enero en el 1.232%.

Este valor supone un descenso mínimo con respecto al valor del mes de diciembre, que había quedado fijado en 1.242%, pero un descenso, al fin y al cabo, destrozando las previsiones más agoreras que hablaban de un repunte del índice de referencia de la mayoría de las hipotecas de nuestro país.

Todo apunta, es cierto, a que a lo largo de este año, 2010, el Euribor tendrá que subir a medida que el Banco Central Europeo suba los tipos de interés para la zona Euro, ahora fijados en el 1%. Sin embargo, al menos tendremos un tiempo de tranquilidad, porque aunque el índice suba, lo hará muy suavemente, sin cambios bruscos.

Por otro lado, este valor de enero, supone un descenso de 1.39 puntos porcentuales en tasa interanual, es decir, comparado con el mismo dato de hace un año, lo cuál supone un ahorro realmente importante en la cuota mensual.

La mejor noticia, sin embargo, es que para las nuevas hipotecas las entidades financieras están lanzando promociones abrumadoras, como es la ruptura del tipo de interés cero. Concretamente, últimamente lo ha venido anunciando la Caixa, así que pronto veremos como el resto de entidades financieras lanzan una promoción similar.

Imagínate, ¿no sería justo el hecho de que si el tipo de interés puede subir sin límite, también pudiera bajar sin ningún límite? El problema es intentar hacer entender a las entidades financieras el concepto de justicia, porque creo que no lo estudiaron en sus respectivas carreras. Me han dicho las malas lenguas que todo banquero de postín está obligado, por currículum, a haber suspendido la asignatura de Ética en su colegio.