Archivo por meses: septiembre 2009

La hipoteca puente (o acueducto)

Entre unas cosas y otras aún no han acabado de pagarlo...

Entre unas cosas y otras aún no han acabado de pagarlo...

Como siempre me lanzo al río contra corriente, iba a hablar hoy de los aspectos positivos de la política económica del Gobierno, pero no me ha parecido plan ser tan vago, y finalmente os traigo este otro tema, más centrado en lo hipotecario.

Se le suele llamar hipoteca puente a la que se realiza sobre la vivienda que tenemos en propiedad mientras la nueva vivienda, la que queremos comprar, está aún en construcción o no podemos acceder a ella por diversas razones.

La hipoteca puente solía tener una duración de un año, pero dadas las circunstancias, tanto de las promociones inmobiliarias como de las economías familiares, la hipoteca puente puede convertirse en hipoteca acueducto, con tantos arcos como inconvenientes vayan saliendo.

La jugada del banco consiste en que por un sólo préstamo tiene dos viviendas en garantía, lo que le cubre bastante el riesgo. Sin embargo, esta era más interesante en los tiempos en los que los precios de las viviendas subían constantemente, pues si dejabas de pagar después de un tiempo se quedaban con la vivienda vieja, que ya tenías en propiedad.

Ahora, en cambio, los bancos son reacios a firmar esta clase de hipotecas, porque en caso de que algo no vaya bien podrían tener que quedarse con la vivienda antigua, que en un año puede haber perdido una parte apreciable de su valor. Y además, ¿para qué quiere el banco otra vivienda, cuando la banca española acumula ya 46.000 millones de euros en inmuebles?

Por eso, si necesitáis una hipoteca de este tipo, u os la ofrecen, recomiendo la máxima prudencia: el banco no se conformará con tan poco, y hay que tener cuidado con la letra pequeña, no vaya a ser que pongan un plazo que no podamos cumplir.

Y por supuesto, pedir el dinero para comprar otra cosa, como se hacía antes, es jugársela. Pero allá cada cual… 

Por cierto: el Euribor ha cerrado este mes de septiembre en el 1,26 %. Menos mal que eso nos salva.

La hipoteca fantasma

A veces grita por los pasillos: ¡Euribor más cero con siete!, ¡Euribor más cero con siete!...

A veces grita por los pasillos: ¡Euribor más cero con siete!, ¡Euribor más cero con siete!...

Tranquilos, que la foto es broma y no se trata de una hipoteca que se aparece por las noches y asusta con su arrastrar de cadenas a los pobres currantes agobiados por la precariedad y la amenaza del desempleo.

La hipoteca fantasma es la que fueron preparando, a veces con cuentas vivienda, a veces con ahorros mensuales, un montón de ciudadanos a los que se les prometió un piso protegido pero no llegaron a ver jamás cómo se materializaba.

¿Dónde están las prometidas viviendas de Protección Oficial?, ¿dónde están las medidas de los ayuntamientos para liberar el suelo?, ¿Os acordáis alguno de las 10.000 viviendas prometidas en 2006 para estudiantes?

Diez mil viviendas, nada menos, y no es que haya sido un fracaso proque sólo se hayan construido dos o tres mil.  Es que un desastre, porque no se ha construido aún ninguna al hilo de aquel plan. NINGUNA.

Los ayuntamientos no quieren saber nada, a las universidades les da la risa, y los gobiernos central y autonómico, todos, piden la jofaina de Pilatos para un lavado de manos, otro más, echando la culpa a la tramitación de las licencias, al cambio climático o a la conjunción de Saturno con la peineta de la Martirio.

El gobierno central ofrecía treinta mil euros de ayuda por piso, las comunidades autónoimas se comprometían a urbanizar el suelo y las universidades a poner en marcha el proyecto, encargando la construcción tras la oportuna selección de candidatos para alquiler y venta. ¿Y dónde están esos pisos? En el limbo. En la mochila de los ghostbusters.

Y como estos, otros tantos en distintos regímenes de Protección Oficial, prometidos y señalizados en distintas parcelas donde siguen creciendo los cardos, y hasta los mamuts crecerán, con el tiempo, sin que llegue a sorprenderse nadie.

Así que ya veis: tener una hipoteca es malo y da quebraderos de cabeza, pero tener el dinero esperando a que se firme, y que el piso no aparezca, es como para tirarse de los pelos.

O para creer en brujas. De hecho, yo ya creo: cuando queráis os cito tres o cuatro.

O mejor no. Con las brujas y las hipotecas lo mejor es hacerse el tonto y decir aquello de “haberlas, haylas”

El “coin fiscal” como causa de tensión. Un abismo.

 

trinchera

Cada cual en su lado de la trinchera. Y el que la cava, haciéndose el inocente...

A petición del respetable, y como es un tema muy importante, voy a tratar de meterme en la terrible camisa de once varas del coin fiscal. Va por vosotros.

Los técnicos y los pedantes llaman coin fiscal a la diferencia entre lo que un trabajador percibe por su trabajo y lo que el empresario paga por ese trabajador.

El problema occidental, y muy concretamente el español, es que en los últimos años el coin fiscal ha crecido desmesuradamente, con lo que crecen las tensiones entre los trabajadores y la patronal, al tiempo que disminuyen la productividad y la competitividad.

O sea, un desastre que pone de muy mala leche a los trabajadores y de muy mala leche a los empresarios. Y no puede ser menos, porque ambos tienen razón.

Veamos un ejemplo y pensemos, por favor. Se trata de pensar, aunque nos quieran quitar la costumbre.

Yo, trabajador, me llevo a casa mil euros al mes, con dos extras. Entiendo que mi obligación es trabajar por valor de mil euros, o si acaso un poquito más, y con eso cumplo. Los problemas del patrono me traen al fresco, porque para eso el capital es suyo, y mi obligación es defender lo mío. Supongamos que soy honrado, y cumplo con todo esto. Muy bien. Un aplauso.

Ahora, yo, empresario, por un trabajador, pago mil quinientos euros, entre retenciones fiscales, seguros sociales, y demás.  Si el trabajador no produce más de mil quinientos euros, no gano nada y mejor cierro la empresa. Además, si calculo el coste en horas, resulta que el trabajador cobra catorce pagas, y trabaja once meses (uno de vacaciones), menos las bajas y los festivos. Entonces, yo, empresario, multiplico catorce pagas, por mil quinientos, y divido entre diez y medio, y eso es lo que tiene que producirme el empleado. Y sin contar ni un duro de beneficio. Y claro: si tener una empresa me da menos beneficio que tener el dinero en letras del Tesoro, pues echo el cierre y el que quiera curro, que lo pinte.

Cuando el empresario echa la cuenta, dice: pago 22.000 € al año por cada empleado. Trabaja 40 horas semanales durante 48 semanas. Eso son 1920 horas. Quítale 12 festivos, que son 96 horas. Quedan 1824 horas. Quítale tres días más de media, al año, entre bajas, líos, permisos y tal: quedan 1800 horas. Pues 22.000 entre 1800 sale a 12, 22 € la hora, y a ese precio es mejor que la nave me la limpie el dentista.

Sin embargo, el trabajador dice: cobro 14 pagas de 1000 €. Trabajo 1800 horas. Total que cobro a 7,77 € la hora. A ese precio me sale mejor limpiar escaparates o fregar escaleras.

El trabajador no quiere trabajar más de lo que le pagan y el empresario no quiere recibir menos de lo que paga. ¿Dónde está el problema? Como siempre, en el intermediario.

Por eso se inventó el sobre en negro: porque a muchos empresarios no les importa pagar más a sus trabajadores, para que estén contentos y trabajen mejor. Pero el dinero que sale del bolsillo del patrón y no va al bolsillo del empleado es el peor y más radical causante de tensiones, porque uno paga, y se cabrea; y el otro no recibe, y también se cabrea.

Y al final, la única cuenta que sale es la de la diferencia entre trabajar y cobrar un sueldo o estar en el paro y hacer chapuzas en negro.

Y así estamos.

Para cerrar este artículo, me permito añadiros una gráfica que espero que sea de utilidad: se trata del coin fiscal en distintos paises, dividido en tres apartados. Lo verde son las cotizaciones de los empresarios a la Seguridad Social. Lo rojo son las cotizaciones de los trabajadores a la Seguridad Social. Lo azul, son las retenciones del Impuesto sobre la Renta.

Espero que os resulte interesante

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Aspectos positivos de la subida del IVA

Poder sentarse previene las varices. Todo tiene su parte buena....

Poder sentarse previene las varices. Todo tiene su parte buena....

Prometí hace unos días que hablaría de las repercusiones positivas que puede tener una subida del IVA, y aquí me tenéis, más valiente que un domador de virus.

Aunque cueste creerlo, si se hace bien, (y eso es lo más dudoso) una subida del IVA puede tener alguna repercusión positiva en nuestra economía. Voy a ello:

-1- Del IVA no se escapa nadie. Es injusto que todos paguemos lo mismo, pero al menos hay un impuesto que sabemos que sale a escote de todos y va para todos.  No se presta al escaqueo tanto como otros impuestos.

-2- España tiene, junto a Luxemburgo, el tipo más reducido de la Unión Eropea, y como ya iba siendo hora de subirlo, ningún momento mejor que este, cuando la subida del IPC que traerá consigo va a ser menos dolorosa que nunca.

-3- Muchos, muchísimos convenios colectivos están referenciados al IPC. Con el IPC en números negativos, una subida del IVA provocará una subida de salarios y pensiones que beneficiará a los que más ahorren y menos gasten, porque el IVA sólo se paga cuando se gasta, pero no cuando se ahorra.

-4- Parte del hundimiento del consumo viene precisamente de la bajada de precios y de que la gente espera a comprar precisamente porque cree que dentro de unos meses comprará más barato. Si la subida del IVA se anuncia con tiempo, eso puede inducir a comprar ANTES de la subida, lo que desencadenará un repunte de las ventas en comercios y quizás también en pisos, reanimando un poco la economía.

-5- Al tener un IVA más pequeño que los países de nuestro entorno, nos salía más barato importar porque sus precios eran más competitivos aquí que en su país. Una subida del IVA ayudará a mejorar la balanza comercial reduciendo las importaciones. Se reducen también las exportaciones, pero como son menos (y por eso hay déficit comercial) pues afecta menos.

-6- Por último, una subida del IVA servirá para abriles los ojos a unos cuantos incautos y hacerles ver de una vez qué es lo que algunos entienden por políticas solidarias, medidas redistributivas y defensa de las clases humildes. Parece cosa menor, pero no lo es: quitarle el disfraz al lobo nunca fue cosa menor.

Si se os ocurre alguna razón más, cuento con ella en los comentarios.

La subida del IVA

El trabajo os hará libres. Un lema antiguo y de escasa credibilidad.

El trabajo os hará libres. Un lema antiguo y de escasa credibilidad.

Ya anunció el Gobierno que el IVA super-reducido del 4 % no va a aumentar. Y es normal, porque de ese IVA, que se aplica a unos cuantos productos privilegiados, no da tajada para la carne que hace falta en esta olla de gasto y sopa boba para todos.

El IVA que aumentará, sin duda alguna, será el tipo general, que actualmente es del 16%, porque ahí es donde de veras está el dinero.

Si me aceptáis un consejo para conocer mejor la mecánica de las cosas y distinguir los globos sonda de las verdaderas intenciones de un gobierno, tratad de averiguar siempre cuales son sus verdaderas intenciones y luego enlazad esa pretensión con los medios que mejor la cumplan. Y lo demás, es relleno.

Por ejemplo, en este caso, tenemos un déficit verdaderamente apabullante que alcanza un diez por ciento del PIB. Bestial, vale. Por tanto, antes de entrar en bancarrota hay que reducir el gasto o aumentar los ingresos en quince mil millones de euros, que son como dos billones y medio de las antiguas pesetas. Para sacar una cifra así, no basta con subirles los impuestos a los ricos, porque ricos hay pocos, y resulta que subir los impuestos a las plusvalías y a los rendimientos del capital cinco puntos, no serviría para recaudar más de mil quinientos millones de euros, y sólo en teoría.

Lo explico: según las cuentas presupuestarias, por cada punto que se suba el impuesto de plusvalías y los rendimientos del capital se recaudan trescientos millones de euros más, pero eso sólo es así en teoría, porque por cada punto que se sube hay un puñado de ricos que se van con su dinero a otra parte y, además de dejarte en pelotas, pasan de pagar lo que antes pagaban a no pagar ni un duro. O ser a que si subes muchos puntos, puede incluso que baje la recaudación.

Lo mismo pasa con las rentas más altas: si el tipo máximo pasa del 45% actual para los que ganan más de 50.000 € a un tipo, digamos, del 60% se puede recaudar un poco más, como mil millones de euros, dicen, pero con el peligro de que algunos profesionales que pagan esa cantidad se empadronen en Andorra, en Francia, o en Portugal o abran una sociedad para librarse del palo.

Así las cosas, y aun creyendo que recaudaría el máximo, tendríamos el impuesto sobre el capital al 23 % y el IRPF máximo al 60 % y abríamos recaudado sólo tres mil de los quince mil millones necesarios. ¿De dónde saldría el resto?

De los ricos no, porque hay pocos. El resto nos lo van a sacar a los pobres currelas, porque somos muchos y porque es donde de veras está la pasta gorda. Contar la milonga de que les van a subir más los impuestos a los ricos es sólo un jarabe para que traguemos mejor, como zoquetes, lo que nos van a subir a nosotros. Si en vez de preocuparnos pro lo que pagan los demás nos preocupásemos pro lo que vamos a pagar nosotros, entonces dejaríamos de hacer el primo y sabríamos la verdadera dimensión de esta subida.

Porque la subida será del IVA, no lo dudéis. Por cada punto que se suba el IVA, se recaudan cinco mil millones más. Dos puntos, diez mil millones, y de eso no hay quien se escape.

Es poco social, regresivo, injusto e insolidario, pero es eficaz y da pasta. A vosotros qué os parece, ¿que se hará o que no?

Admito apuestas.

Comercio justo y contabilidad de costes (mal matrimonio)

Hay mucho fntasma con necesidad urgente de un exorcismo

Hay mucho fntasma con necesidad urgente de un exorcismo

Como creo que ya vais viendo que no escribo aquí para caer simpático, voy a abordar hoy un tema que suele darme problemas cada vez que lo explico. Se trata del comercio justo, y su particular entendimiento de lo que es la política de costes y la fijación de precios

 

  Suele entenderse por comercio justo aquel que paga un precio superior por las materias primas al que habitualmente suelen pagarle las grandes multinacionales al productor.

 En principio, la idea es encomiable, y si se pagasen mejores precios en origen se lucharía con más eficacia contra la producción de drogas, por ejemplo, porque es un hecho innegable que en algunas partes del mundo se cultiva coca o amapola para la heroína porque es lo único que deja un margen para la subsistencia a los agricultores locales.

O sea, que hasta ahí, muy bien, y tres hurras por la idea.

La cuestión viene luego, y si me lo permitís, ponemos el café como ejemplo.

Un paquete de café molido de 250 g. cuesta en el Corte Inglés 1,65 €, y como todos sabéis, este establecimiento se distingue por otras cosas, pero no por tirar los precios.

Un paquete de café molido de 250 g., en una tienda solidaria de comercio justo (Intermon, por ejemplo), cuesta 2,20€ . La diferencia es de 55 céntimos, un 33 %, o lo que es lo mismo, de 2,2 € en kilo de DIFERENCIA.

Esto, de momento, no ofrece ningún problema, pues estamos colaborando a que se le pague un precio justo al productor. Vayamos ahora al origen de la cadena.

Según datos del gobierno colombiano, el precio del café en origen en agosto de 2009 era de 2,15 $ por kilo. Eso, para que nos entendamos, equivale a 1,53 € por kilo, aproximadamente.

Según los datos que hemos podido recabar, porque no es fácil, las organizaciones de comercio justo pagan 2,53 $ por kilo, lo que son 1,81 € por kilo.

Ahora, analicemos: las organizaciones de comercio justo pagan un 17,67 % más por el café a los productores, y nos consta que en algunos casos llegan a pagar hasta el 20 % más del precio de mercado. Nuestro aplauso por ello.

Y entonces, después de aplaudir, nos frotamos los ojos, y pensamos un momento:   ¡Pero coño!, ¿aquí qué está pasando?

Si pagan un 20 % más en origen y nos cobran un 33 % más en destino, ¿quién se está forrando aquí?  Pagan 28 céntimos más en kilo, y nos cobran 2,2 € más en kilo. ¿qué cachondeo es este?

¿Será que también pagan más a los camioneros, los tostadores, los almacenistas y las tiendas de distribución?, ¿pagarán más también por el alquiler de sus locales o por el recibo de la luz? Me temo que NO.

¿A qué se debe entonces esa diferencia? Se debe, simplemente, a que los promotores del comercio justo son justos con los productores, pero le atizan de lo lindo a los consumidores.

Esa modalidad de comercio justo, por tanto, es justa de un sólo lado, y justa únicamente a nuestra costa, que pagamos, pero no a costa suya, que mantienen e incrementan notablemente los márgenes comerciales, obteniendo así un beneficio de explotación por unidad muy superior al de las grandes multinacionales. 

¿Cómo justifican ese incremento de precio? Supongo que como donativo para una buena causa. Para otra cualquiera que se les ocurra.

Pues si ellos lo dicen pues vale. Pero está bien que sepamos cómo funcionan las cosas, porque a veces, al hacer cuentas, o por no hacerlas, nos dejamos en el tintero demasiadas cosas.

Y se calla demasiado. Se calla por ejemplo que pagar más al productor no impide tener más beneficio a costa del consumidor bienintencionado.

¿Cuándo se reactivará la construcción?

Acabaremos echando de menos aquellos andamios eternos...

Acabaremos echando de menos aquellos andamios eternos...

Acaba de publicarse un estudio sobre el mercado inmobiliario, concretamente de RR Acuña y Asociados, y aunque todos sabemos de sobra que hay más de mil opiniones, todas distintas y todas con un punto de Nostradamus, me parece que esta gente lo razona un poco mejor de lo corriente y por eso me he centrado en su opinión.

Según sus cuentas, el abaratamiento de los pisos llegará este año a un 9,55 % y se espera que siguen bajando al menos durante dos años más hasta llegar a una rebaja de más del 22 %, que ya es una rebaja sustancial.

El motivo, por supuesto, es la gran cantidad de viviendas sin vender que quedan en “el almacén”, y pasa con las viviendas igual que con las patatas, que si hay muchas, pues bajan. O aún peor, porque el que tiene almacenadas las patatas no paga IBI por ellas.

En España hay un millón setecientas mil viviendas sin vender y la demanda anual no llega a las doscientas veinte mil viviendas. Por tanto, y contando con que la cosa siga por los cauces normales, hay pisos aún en stock para otros ocho años, como poco, con lo que eso supone de parón en un sector tan importante para la economía, la nuestra, en general.

Lo que menos me gustó, y menos os va a gustar a vosotros de este informe, es la idea de que los pisos iniciados tardan una media de dos años en construirse, con lo que todavía estamos disfrutando del tirón de los que se empezaron antes del comienzo del naufragio económico al que llamamos crisis. Así las cosas, el mayor efecto del parón inmobiliario en el desempleo lo veremos a partir de junio de 2010, y muy posiblemente no se pueda contar con la construcción como motor de la economía hasta el 2014 o aún más adelante.

Y todo esto, sin contar con algunos factores que echo yo en falta, como la contracción demográfica y la reducción de la demanda por la expectativa de nuevas bajadas. Contando con ellos, calculo que hasta el 2016 o el 2018 no veremos a la construcción tirando dle país como ha hecho siempre.

Y me parece normal. Un país que produce máquinas, puede esperar que las máquinas produzcan algo. Un país que produzca vacas puede esperar que las vacas den carne, leche y terneros, pero un país que produce pisos, qué espera que den después, salvo hipotecas, IBI y cuotas de comunidad?

Socialismo y morosidad hipotecaria

Tranquilos, que otro día os pongo una gaviota muerta.

Aunque resulte difícil, os ruego que no interpretéis en este artículo ninguna animosidad partidista. Vaya por delante que en las cuatro veces que he acudido a votar en las elecciones generales he votado a cuatro partidos distintos, y busco desesperadamente un quinto para las siguientes.

Sea como fuere, y voy al toro, el hecho es que en España hay una clara relación entre el socialismo y la ruina económica. Lo que no me atrevo a afirmar es que sea el socialismo el que la provoque: también podría ser que la gente prefiriese a este partido político cuando cree que las cosas van a ir mal, que el socialismo traiga mala suerte a las empresas, o que, simplemente, no guste a los empresarios, que esperan a mejores tiempos para invertir y crear puestos de trabajo.

Si el socialismo en su definición(que no llega a tanto el nuestro) cree en la lucha de clases y considera enemigo al patrono, tampoco es de extrañar que nadie quiera hacerse patrono y que el necesite un salario tenga que que ir a pedirlo a la ventanilla del INEM.

La otra posibilidad, por supuesto, es que SI haya relación causa efecto entre la destrucción de empleo, el deterioro de la economía y las políticas, medidas y procedimientos socialistas de gasto, inversión y fiscalidad. Eso ya es muy opinable y no creo que sea competencia mía meterme en tales berenjenales.

Como este no es un blog político, sino económico, me limito a ofreceros una interesantísima gráfica sobre la evolución histórica de la morosidad hipotecaria. Como sabéis todos, los socialistas dejaron de gobernar en España en 1996 y regresaron en 2004. Lo digo para los lectores más jóvenes, si los hay, que espero que sí.

Juzgad vosotros mismos.

 

 

 

morosidad por años

 

¿Cómo se sale de la crisis?

Piedrea filosofal del Gobierno y remedio de nuestros males.

Piedra filosofal del Gobierno y remedio de nuestros males.

Podéis llamarme osado, si queréis, pero voy a tratar de explicar una receta para salir de la crisis, y además, con las razones por las que prefiero esta y no otra cualquiera de las muchas que circulan en los corrillos económicos. Esta vez, más que nunca, espero vuestros comentarios para que entre todos consigamos hacernos una idea real del problema que padecemos y no lo atribuyamos a cosas flotantes o ectoplasmas celestiales.

En primer lugar, hay que salvar los bancos a toda costa, porque su hundimiento llevaría aparejado el naufragio de una parte del tejido económico que no podemos permitirnos. Un colapso bancario de grandes proporciones pondría al país a pedir a las puertas del Fondo Monetario Internacional, como ha quedado Islandia, por ejemplo. Todas las razones que demos sobre lo injusto que es esto me parecen bien y las suscribo, pero son como decirle que se joda al fumador cuando contrae un cáncer. Sea culpable o no, hay que hacer lo posible por curarlo. Sobre todo si su muerte nos lleva a todos con él. El ejemplo ideal es el del piloto fumador: si le da un infarto en pleno vuelo, no hay que decir que es culpa suya y que lo tenía merecido: hay que reanimarlo como sea o nos vamos todos a tomar por culo. Espero haber sido claro.

En segundo lugar, hay que contener el déficit público como sea, porque si las empresas que quieren invertir se ven en la obligación de competir por los recursos con el Estado (vía Letras del Tesoro, Bonos, etc.) esto retrasará la recuperación, llevará la inversión a otro lado y hará que el paro aumente. Como el capital puede moverse con más facilidad que las personas, hay que darles todas las facilidades para que cree empleo, o de lo contrario se irá con la inversión a otra parte.

En tercer lugar, es necesario facilitar la liquidación de los activos muertos. Si los pisos valen la mitad de lo que valían hace tres años, hay que poner todo el empeño en que de una vez se vendan a ese precio, y no se queden en el limbo esperando la recuperación para poder venderlos con menos pérdidas. Permitir que esos activos queden en la inopia nos perjudica a todos, y hay que incentivar su liquidación inmediata.

En cuarto y no menos importante lugar, hay que dirigir la inversión pública a aquellos sectores donde cada euro que se invierta devuelva un beneficio mayor, ya sea en dinero o en rentabilidad social. Invertir en carreteras es bueno, pero puede haber cosas mejores, como la energía (sin chorradas de renovables, por supuesto, sino energía de verdad), la reducción de la administración y la prevención sanitaria.

Último: casi todo el tejido productivo tiene exceso de capacidad sobre la demanda actual. Mientras los salarios reales no caigan, no se contratará más personal. Los sindicatos deben decidir si defienden exclusivamente a los que tienen un trabajo, o consideran también trabajadores representados a los que están en el paro.

Todos los intentos de salir de la crisis estimulando la demanda están destinados al fracaso. Siguiendo un símil agrícola sobre la creación de regadíos, estimular la demanda es la construcción de los canales y estimular la inversión la construcción de los embalses. Los embalses sin canales, hacen poco, porque sólo riegan unos cuantos miles de hectáreas cercanas a la presa. Los canales, sin embalse, no hacen nada en absoluto. Primero se construyen los embalses y después los canales. En esto, es lo mismo: primero se incentiva la producción, y luego la demanda.

Y ahora, espero vuestras opiniones, por favor.

 

Hipoteca, vivienda y desempleo (un caliente menage a trois)

La distancia es importante. La movilidad aún más.

La distancia es importante. La movilidad aún más.

A algunos les parecerá raro lo que voy a decir, pero os aseguro que la compra de vivienda en propiedad genera desempleo, y quizás una de las causas del disparatado aumento del paro en España haya sido el disparatado número de viviendas que se vendieron en los años precedentes.

Imaginad a dos familias cualquiera, los Chúrrez y los Rosquíllez, trabajando en una ciudad mediana, de las que se están yendo poco a poco a la porra. Pongamos León, la mía. Los Chúrrez viven en su casa y les quedan doce años de hipoteca, pues ya han pagado ocho, y los Rosquíllez viven de alquiler. Supongamos que pagan exactamente lo mismo.

Bien. Ya tenemos el modelo y por hoy vamos a dejar a un lado quién se va a enriquecer más a la larga.

Hoy vamos a ver lo que pasa si una industria local, o un conjunto de industrias de las que depende un gran número de puestos de trabajo, se va a tomar por el saco. Una fábrica de coches, por ejemplo, o una fábrica de medicamentos como la que había aquí.

Las cosas van mal y despiden a Chúrrez y a Rosquíllez. Chúrrez sólo estará dispuesto a aceptar un trabajo en la zona, o a una hora como mucho, porque vender su piso le puede llevar años y mudarse a otro lado mientras sigue pagando la hipoteca es misión imposible. Chúrrez se irá al paro el tiempo que haga falta y cada vez estará más dispuesto a aceptar un trabajo de lo que sea, aunque él fuese analista de laboratorio.

Rosquíllez también es analista de laboratorio y también está en la calle, pero ha oído que en Puertollano, provincia de Ciudad Real, se necesitan técnicos de laboratorio para las refinerías petroleras. Tiene veinte años de experiencia y enseguida le proponen una entrevista. A los cuarenta días, Rosquíllez está trabajando otra vez, y en un empleo acorde a sus conocimientos.

El caso es más o menos real, y la empreesa que cerró fue Antibióticos SA.

Conclusiones del ejemplo:

-1- Que comprar puede ser más rentable a largo plazo, pero resta movilidad a corto y medio plazo.

 -2- Cualquier organismo vivo al que se le resta movilidad, sale perdiendo. Y tal y como están las cosas, con las empresas mudándose rápidamente de un lado a otro, anclarse a un trozo de mapa tiene un coste tremendo, para la persona en particular y para la sociedad en general. Porque no sólo Chúrrez está frustrado y deprimido al no encontrar nada de lo suyo: la economía en su conjunto se resiente cuando los buenos profesionales, con experiencia, tiene que ser sustituidos por otros menos cualificados.

Por tanto, ojo: la hipoteca no es sólo una losa. También es un ancla.

O una estaca para atar el caballo en el prado. Y quien dude qué es prefrible, que le pregunte al cabalo si es mejor poder comer sólo dónde te llega la cuerda o en todo el prado.

De esas cosas los caballos entienden. Hasta los del ajedrez.

 

La hipoteca marrón

             Las condiciones, a primera vista, parecen buenas para el que quiere comprar vivienda: los propietarios y constructores necesitan liquidez, y el Euribor sigue batiendo records a la baja.

Ven, que soy un geranio

Ven, que soy un geranio

 Las últimas noticias hablan de que los mercados, entre ellos el hipotecario, están perdiendo el miedo y al fin se ha detenido el declive de las contrataciones hipotecarias. Más de medio millón de españoles se han hipotecado ya en el último año, atraídos muchos de ellos por los bajos tipos de interés y los saldos que están realizando promotores y propietarios.

 

 

            Así las cosas, y con la calculadora en la mano, los que no temen tanto como el resto perder su trabajo, han visto que esta puede ser su ocasión y han dado un paso al frente.

            Lo que quizás no han visto, o no han calculado adecuadamente, es que pueden estar a punto de firmar la hipoteca marrón.

            Todos hemos oído hablar de la hipoteca naranja, la hipoteca azul, y hasta la hipoteca verde, pero esta modalidad es nueva y amenaza con convertirse en muy popular.

            Una hipoteca marrón es aquella que se puede pagar tranquilamente si la economía no cambia, y que en un momento dado puede engordar hasta convertirse en una losa. O en una fosa, como más os guste. Los economistas parten de una mentira llamada “coeteris paribus” que significa que sólo cambia una condición en el análisis, pero si se aplica ala realidad el riesgo es mortal.

            Los tipos de interés bajos en un ambiente internacional de déficits  (gobiernos que gastan más de lo que ingresan) son un cebo terrorífico que puede conducir a más de uno a la tragedia si llega ap`roducirse un cambio drástico.

            Echando mano a la calculadora de esta misma web, he calculado cuánto hay que pagar por cada 1000 € solicitados, con una hipoteca a 30 años y un diferencial del 0,5 % (que es aceptable). Cada cual multiplique los datos por el número de miles que ha pedido o va a pedir, y sabe su cuenta. La primera columna es el tipo de interés, con el diferencial ya sumado, y la segunda, la cuota que sale:

 

Euribor (+0,5%)                        Cuota por cada mil €

 

1,7——————————- 3,55

2,2——————————   3,8

2,7——————————- 4,06

3,2——————————-  4,32

3,7——————————– 4,6

4,2——————————– 4,89

4,7——————————– 5,19

5,2——————————– 5,49

5,7———————————5,8

6,2——————————– 6,12

6,7——————————– 6,45

7,2———————————6,79

7,7———————————7,13

 

Y ahora, a la vista de los datos, ¿quién es capaz de apostar aquí un pincho de tortilla y unas cañas a que el Euribor no se pondrá en cuatro o cinco años al 6%?

            Pues, como podéis ver en la tabla, una persona que pida HOY una hipoteca por doscientos mil euros, paga 710 € al mes, pero si el Euribor llegase al 5,2 % pagaría 1160 € al mes.

            O sea que mucho ojo al hacer las cuentas y cuidado con no firmar la hipoteca marrón.

            Todo el mundo sabe que la pura lana virgen se obtiene de las ovejas que corren más que los pastores, y en este caso parece que los pastores corren que se las pelan, así que no jugemos a la lechera y salvemos nuestro vellón.

Inmigración y motivación

Para una vaca, son comida.

Para una vaca, son comida.

Como dijo hace tiempo un comentarista de esta web, lo desconocido pone nervioso al ignorante, con lo que la falta de cultura y el miedo a lo distinto son dos de las principales causas del reachazo al inmigrante.

No obstante, hay que ser honesto y reconocer también que el extranjero, necesariamente, tiene otros fines que el nacional y que está dispuesto a aceptar condiciones  que el autóctono rechazaría de plano: por eso hay una granparte de verdad en que esa docilidad ayuda a empeorar los condiciones y salario de todos.

 Echar la culpa al empresario de esta bajada de precios es como echarnos a nosotros, a todos, la culpa de esta crisis por comprar la ropa en Zara (que produce parte de su catálogo en el extranjero) o comprar los lapiceros en los chinos en vez de en las papelerías de siempre. Todos tenemos la obligación de defender nuestros intereses, y el Estado, el deber de regular el mercado para que no se produzcan ciertas distorsiones que acaben perjudicándonos a todos. El empresario intenta pagar menos lo mismo que el obrero intenta cobrar más, y ambas conductas son legítimas y sanas.

Por eso quiero insistir en que el problema, a mi ver, vine de la disparidad de motivaciones entre el inmigrante extranjero y el trabajador nacional.

Os pondré el ejemplo de los árboles, para que todos nos entendamos sin ponernos muy espesos ni meternos en conceptos técnicos: los nacionales podan los árboles, porque esperan volver a podarlos dentro de diez años, y así se aseguran tener leña de manera sostenible y sin que se acabe. El extranjero prefiere talar el árbol, porque la leña de tronco vale más, y como dentro de diez años espera estar en su país, le da igual que para entonces ya no haya árbol ni leña, ni nada en absoluto.

La planificación tiene estas cosas, y la conocemos todos: el que vive en una casa que piensa abandonar dentro de seis meses no la cuida igual que el que piensa quedarse en ella treinta años. Mientras se pueda cambiar gratis de país, aprovechando lo que uno no construyó, nos seguiremos preguntando por qué a la gente que lleva toda la vida residiendo en el el inmueble le molesta tanto que haya quien se permita mear en el portal, aunque pague la comunidad y el recibo de la limpieza.

La respuesta es clara: porque los que piensan quedarse ven el país de un modo distinto a los que planean juntar algo de dinero y salir corriendo. Y eso, nos guste o no reconocerlo, es lo que tienen en mente muchos de los que han venido a trabajar a nuestro país.

Ahora es el turno, por favor, de los que dicen que “hay de todo”, que “no se puede generalizar” y esa clase de frases que jamás pasarían el test de Turing . ¿A que sí?, ¿a que nos pide el cuerpo decir esa clase de cosas?

🙂

Por mi parte, vale.

 

P.D: Hablaré del Coin Fiscal. Pero paciencia.