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Cavando nuestra propia fosa común

Nuestra fosa común

Nuestra fosa común

Son tiempos inciertos y confusos, de eso no hay duda, y basta con echar un vistazo a lo que está sucediendo con las hipotecas que se están concediendo para darnos cuenta de que la situación se nos está yendo claramente de las manos, convirtiéndose en nuestra propia fosa común.

El Euríbor se encuentra en mínimos históricos, y lo que podía ser una buena noticia se está convirtiendo en pésima como consecuencia de la actitud de las entidades financieras que están intentando proteger sus beneficios con diferenciales muy elevados.

El problema es que estos diferenciales a día de hoy no son un problema, pero lo serán en el futuro. Hoy, con unos diferenciales altos las familias están pagando intereses que rondan el 2,5-3%, perfectamente asumible y entendible como un buen tipo de interés.

Pero, ¿qué sucederá cuando el Euríbor recupere unos valores normales?

Imaginemos que nos encontramos en un escenario con un Euríbor sobre el 2,5%. Entonces estaríamos hablando de tipos de interés en las hipotecas, una vez añadido el diferencial, que oscilaría entre el 4-5%, sino más. En esa situación las familias que podían permitirse un interés del 3% es probable que no puedan con el 5%.

Por tanto, sin saberlo, y ante la connivencia de los poderes políticos que están permitiendo que las entidades financieras, otra vez, vuelvan a hacer lo mismo que ya hicieron con la ciudadanía antes de la crisis, y están sentando las bases de una nueva crisis financiera.

La solución sería relativamente sencilla ya que bastaría que el Gobierno limitara por ley los diferenciales a aplicar sobre el Euríbor en las hipotecas, al menos en aquellas entidades que han recibido dinero público para poder sanear sus cuentas, porque si no los ciudadanos nos quedamos con la sensación de que nos están tomando el pelo.

Básicamente, hemos desembolsado nuestro dinero en forma de impuestos para que las entidades financieras fueran salvadas y saneadas, y ahora nos encontramos con que éstas, lejos de intentar devolver parte de la ayuda que recibieron se están enrocando en una posición difícilmente asumible por una economía que se encuentra en el camino de la salida de su letargo.

Esa extraña mejoría

Vieja gloria

Vieja gloria

Parece que la nueva oleada de esfuerzos publicitarios se dirige a convencernos de que todo está mejorando, y el esfuerzo es encomiable porque en una economía de expectativas la mitad de la recuperación tiene que provenir, necesariamente,m de la recuperación de la confianza.

Mejoramos porque se han incrementado nuestras exportaciones.

Mejoramos porque al reducirse nuestras importaciones la balanza de pagos ser equilibra.

Mejoramos porque la destrucción de empleo parece haberse ralentizado, aun a pesar de que los datos que lo demuestran son más falsos que una Gioconda con mostacho. (Estoy seguro de que este enlace os gustará tanto como a mí y os dejará claro, un poco más claro, en manos de quién estamos)

Mejoramos porque algunos sectores han conseguido magníficas facturaciones en los últimos meses.

Sí, vale, todo estupendo, pero la vivienda sigue cayendo, con lo que se acentúa el efecto pobreza y se disuelve el principal depósito de ahorro de las familias españolas. Las hipotecas pesan más cada vez a pesar de la suavidad del EURIBOR, y todos sabemos lo que pasaría si subiesen lso tipos de interés…

Sí, vale, pero exportar más no significa necesariamente ganar más con lo que exportas, sino que también existe la posibilidad de que se estén tirando los precios, con lo que mueves más mercancías pero ganas menos dinero.

Sí, bien, pero importar menos es consecuencia de la crisis, porque somos más pobres, y decir que estamos a punto de salir de la crisis porque los datos dicen que somos más pobres ya es el colmo del recochineo.

Sí, bueno, el turismo ha mejorado, pero el caso es que hay grandes movidas en Egipto, islamistas en Túnez, jaleos en Turquía… Hemos mejorado porque hay otros que empeoran y el turismo, por ejemplo se aprovecha de esta circunstancia. ¿Es esto algún mérito nuestro o de nuesttro modelo productivo?

Y sobre to, ¿qué demonios pasa con la deuda? ¿Por qué seguimos batiendo records? Las respuesta, me temo, no es muy alentadora: porque los gastos del Estado siguen por las nubes y los ingresos no han podido incrementarse.

Ayer mismos se hablaba de que el Estado recaudará este año, como mínimo, 10.000 millones de euros menos por IRPF. Y esto es así no sólo porque haya mucha gente sin renta y sin empleo, sino porque la bajada general de salarios lleva aparejada una reducción de la recaudación y una disminución del monto total de las cotizaciones a la Seguridad Social.

No. No es recuperación.  Es el reconocimiento de que ganamos menos, podemos gastar menos y pagar menos impuestos, con lo que nos veremos abocados a nueva ronda de recortes.

No es mejoría: Es estabilización en la pobreza.

Que se hipotequen los bancos

Vieja estampa del caciquismo

Vieja estampa del caciquismo

Hay muchas soluciones alternativas para el saneamiento del sistema financiero, pero la mayoría de ellas no se nos pasan por la cabeza al común de los ciudadanos mientras, como es obvio, los que están en el ajo pasan de puntillas sobre ellas para que no calen en la opinión pública.

Como siempre, creo que el problema viene de falta de claridad en los conceptos, y por eso me pongo tan pesado con ese tema.

Una hipoteca es simplemente una garantía sobre un préstamo. Ni más ni menos. Los ciudadanos hemos comprado pisos a mansalva suscribiendo hipotecas que permiten a los bancos quedarse directamente con su titularidad en caso de impago. Pero el caso es que ahora se ha dado la vuelta la tortilla y son los bancos los que tienen problemas de liquidez, tanto para devolver lo que recibieron prestado de la banca extranjera como para responder ante los depositantes. ¿Y pretenden que cubramos nosotros su obligaciones?

Bien, puede interesarnos, por muchas razones que ya se han comentado aquí y sobre las que sin duda volveremos. Pero en las mismas condiciones que ellos nos aplicaron. Si quieren dinero, que se hipotequen, como hacemos los demás..

Los bancos pueden hipotecar sus activos y sus acciones igual que nosotros podemos hipotecar nuestros pisos. Cada vez que el Estado les dé un dinero, que suscriba una hipoteca sobre una parte de sus acciones, de sus edificios y de sus empresas participadas. Y si no cumplen, el Estado se queda con ellas. Y entre tanto, si quieren vender algo o hacer alguna operación, que pidan permiso al dueño de la hipoteca, como tenemos que hacer nosotros si queremos vender una casa hipotecada.

Y, por supuesto, que se les cobre el notario a la misma cuota que a nosotros, y el impuesto de actos jurídicos correspondiente, para que sepan lo que cuesta pedir dinero cuando no se tiene.

Y que el Estado les exija un seguro sobre esos activos, como nos exigen a nosotros un seguro de la vivienda en las condiciones que mejor les parecen.

Luego, en cómodos plazos y con un interés del Euríbor más un punto o dos, que devuelvan el dinero de ese rescate, hasta el último duro y sin retrasarse un mes, porque en caso contrario se les aplicaría el desahucio de sus consejos de administración, sus oficinas y sus poltronas.

De esa manera, entenderían lo que han hecho hasta ahora, escarmentarían más de cuatro y quizás llegaríamos a ver condiciones más razonables en la hipotecas. Aunque sólo fuera para que se las aplicasen luego a ellos.

Hipoteca y clientes de dudoso cobro

Hay etiquetas que son premoniciones...

Hay etiquetas que son premoniciones...

El Plan General Contable, que tien las mismas siglas que los coches de la Guardia civil (PGC) se creó para que las cosas estuviesen claras, se pudiesen realizar comparaciones homogéneas de balances y las transacciones económicas se imbuyeran un poco, sólo un poco, de claridad, prudencia y transparencia.

Los que hemos tenido la desgracia de estudiar semejante batiburrillo, podemos asegurar que algunos principios como el de Prudencia, o el de devengo, serían muy útiles si se aplicasen a todo el mundo, pero resulta que, poco a poco, pasa con la contabilidad como con la mayoría de las cosas: que se aplican solamente a algunos.

Llegados a este punto,e stoy por contaros el chiste de los asientos prohibidos en un libro de cuentas y la excepción de las funerarias, pero como espero que no haya muchos contables por aquí, y no se entendería, me limito a centrarme en el asunto de los clientes de dudoso cobro y cómo se provisionan o se contabilizan en pérdidas.

Un cliente de dudoso cobro es aquel que por su situación contable y financiera, o por documentos aportables, tenemos el convencimiento de que es más difícil de cobrar de lo común o, dicho de otro modo, va a termiunar como pufo con más probabilidad.

Hasta ahí, todo muy prudente: si pensamos que no vamos a cobrar, hay que ir apuntando ese negocio como posible pérdida. ¿Pero qué pasa con los ayuntamientos, las comunidades autónomas y las diputaciones, entre otros Perroflautas Públicos: pues que no pueden ser provisionados en clientes de dudoso cobro porque la Ley entiende quye las entidades públicas siempre pagan. Conclusión: que no sólo no cobras, sino que además pagas el Impuesto de Sociedades por lo que no cobras.

¿Y qué pasa con las hipotecas que los bancos saben que nunca cobrarán? Que no se provisionan tampoco, porque en ese caso saldrían como pérdidas en el balance y los pisos, valorados a su precio real de liquidación, crearían tal boquete contable que muchos bancos estarían ya en quiebra.

Mientras a los bancos no se les OBLIGUE a contabilizar como clientes de dudoso cobro a los hipotecados que hayan dejado de pagar un número de recibos, nuestra banca seguirá sin inspirar confianza a nadie. o loq ue e slo mismo, seguirá siendo banca tóxica.

Y nuestra salud financiera no está ya para muchos adelgazamientos…

Los impuestos no se pueden repartir a base de leyes

Dependiendo de la altura a la que vivas, el efecto no es el mismo...

Dependiendo de la altura a la que vivas, el efecto no es el mismo...

Para tratar este tema hay que saber ya algo más de economía, de lo que son las elasticidades de la oferta y la demanda y otras porquerías por el estilo, así que disculpadme si hoy estoy un poco más oscuro que de costumbre.

El precio de algo se fija mediante el cruce entre oferta y demanda. Cuanto más abundante sea algo, menor será su precio, y viceversa. Las leyes que se oponen a esto generan escasez, o estraperlo. El caso más conocido es el de la Ley Seca: se redujo drásticamente la oferta de alcohol, con lo que subió tremendamente su precio, dando lugar a un importante caudal de muertos, en el lado negativo, y a un montón de buenos libros y películas, en el positivo.

Lo que parece más difícil de comprender es que cualquier subvención o impuesto que se introduzca en el sistema es inmediatamente absorbido por el sistema mismo. En el mismo instante en que se da una ayuda al alquiler, suben los alquileres. En el mismo instante en que se aumentan las indemnizaciones por despido, bajan los salarios y las contrataciones.

En qué medida absorbe la oferta y en cual la demanda este efecto depende de la elasticidad, o dicho de otro modo, de lo necesario que sea el bien y de los sustitutos que tenga. Pero en general, estamos ante una redistribución que no siempre va a parar a quien se espera y que, la mayoría de las veces, sale de nuestros bolsillo de una manera o de otra.

Y si no lo creéis, pensadlo un instante: ¿Quién paga un aumento en los impuestos del gasóleo?, ¿el camionero? NO. Todo el mundo que consuma algo que deba ser transportado.

Pues como con eso, pasa con todo.

El impuesto recae en su mayor parte sobre quien tenga menor poder de negociación, y la subvención la absorbe quien tenga mayor poder de negociación. No hay otra.

Que pague el Estado

Que sí no podemos, que si la abuela fuma...

Que sí no podemos, que si la abuela fuma...

Una de las frases más recurrentes que escuchamos pro ahí, al hablar de cualquier cosa, es “que pague el Estado “esto, o aquello. O que tal o cual gasto debería correr por cuenta del Estado.

No sé qué concepto de Estado tendrá la gente, pero empiezo a pensar que muchos no entienden lo que es el Estado, o lo imaginan como un ente divino y paternalista, al que sólo le falta el símbolo del ojo metido en el triángulo para ser eterno y todopoderoso.

El Estado somos nosotros, entendidos como población trabajadora y contribuyente, y cuando decimos que algo, lo que sea, es del Estado, estamos diciendo que es nuestro. Del mismo modo, cuando pedimos que el Estado pague algo lo que estamos pidiendo en realidad es pagarlo nosotros.

Luego, en la práctica, sabemos que el Estado es más de unos que de otros (como la granja de Orwell, donde unos animales eran más iguales que otros), sabemos que siempre pagan los mismos para que los mismos pongan el cazo, y sabemos muchas otras cosas que se apartan de la teoría, pero si no tenemos claro el concepto inicial nos acaban vendiendo cualquier moto por el simple procedimiento de inducirnos a pedir aquello mismo que nos perjudica. Cuando pedimos que pague algo el Estado pensamos automáticamente que se le pedirá el dinero a otros, pero la verdad, la sangrante verdad es que nos lo van a pedir a nosotros, proque lo de hacer quepaguen los ricos para que los demá s recibamos es un truco cainita que se basa en excitar nuestra enviadia para hacernos pagar más. No a los ricos, proque ricos hay pcoos: a la mayoría.

Por tanto, hay que tener bien claro que cuando el Estado estimula la economía con inversiones, o reventando aceras para ponerlas de nuevo, lo que está haciendo en realidad es tomar nuestro dinero y ponerlo a trabajar en unos fines que se entienden mejores que los que nosotros o los empresarios tendríamos para ese dinero.

Cuando el Estado mueve la Economía en vez de ser la Economía la que mueve el Estado, nos encontramos con la paradoja del ciclista que dice que a él lo mueve la bicicleta, en vez de ser al contrario.

Y quizás, cuesta abajo, sea cierto.

En llano, o cuesta arriba, es una chorrada.

 

Subir los impuestos a los ricos

Ricos indefensos ante las medidas del Gobierno.

Ricos indefensos ante los impuestos

La última de las medidas adoptadas, o anunciadas, por el gobierno para reducir el déficit es el aumento de los impuestos a las rentas más altas.

En este sentido, me gustaría que me permitieseis, excepcionalmente, tratar de razonar con el cerebro en vez de con el hígado o con el bazo. Y si alguno tiene incluso el valor de acompañarme, pues muchas gracias, porque me temo que me sentiré muy solo.

En principio parece justo y razonable que en vez de recortar servicios que normalmente aprovechan los más humildes se apriete un poco más a los ricos, pues a ellos se les pide una parte mayor de su sobrante, y no una parte de lo que inexcusablemente necesitan para vivir. Hasta ahí, de acuerdo.

El Gobierno, a la llamada de la parte más ultramontana de la catacumba izquierdista, ha tratado de compensar la impopularidad de los recortes que hemos descrito durante las semanas anteriores anunciando que subirá los impuestos a los ricos, para que colaboren más. Vale.

Ahora, por favor, veamos dos cosas:

-1- La ecuación básica de la economía es que la inversión sólo procede del capital. Todo lo que sea detraer capital, y más aún detraerlo para el gasto corriente y moliente, reduce la inversión. Seamos serios, amigos: los pobres no ponen empresas ni dan empleo, porque bastante tienen para ellos con buscarse la vida y llegara fin de mes. Si se aumentan los impuestos a los ricos, aun en el supuesto de que el dinero estuviese en una vasija estanca, la inversión disminuye y crece el paro.

-2-Pero tenemos además la gran, grandísima putada, de que el dinero no está prisionero en una vasija estanca, sino que puede salir, y a toda leche, en la dirección que más le apetezca. Por esta razón existe lo que llamamos competencia en el mercado de capitales, y por eso los bancos centrales fijan un tipo de interés que afecta al cambio de las distintas monedas, etc.

Así las cosas, y como los distintos estados compiten entre sí por los capitales, una subida de impuestos a los que tienen el dinero hará que, de inmediato, a una velocidad tres veces superior a la de la luz, los capitales se desplacen a un sitio donde los impuestos sean menores y la rentabilidad aproximadamente la misma. Como en la zona euro el tipo de interñés es igual para todos, ¿qué le cuesta al dinero que está en España marcharse a Francia, o peor aún, a Luxemburgo? NADA.

Por tanto, cualquier subida de impuestos a los ricos, produce los siguientes efectos:

Descapitalización del país.

Reducción de la inversión y aumento del paro.

Dificultades de la banca para prestar dinero y para cumplir sus compromisos. O sea, menos y más duras hipotecas

-Y finalmente, una menor recaudación, porque por cada euro que cobras a mayores al que se quedó, pierdes tres que has dejado de cobrarle al que se ha ido.

O sea, una idea genial.

Por lo menos, para suicidarse es genial. Os lo aseguro.

 

 

 

 

Hipoteca entre particulares

Nuestra prima se volvió un poco siniestra cuando nos hizo la hipoteca...

Nuestra prima se volvió un poco siniestra cuando nos hizo la hipoteca...

Este artículo tiene un poco de mala fe, así que espero que sepáis perdonarme.

¿Cansados de los bancos?, ¿hartos de sus artimañas?, ¿hasta el gorro de que todo se convierta en comisiones, en letra pequeña o en cláusulas incomprensibles que siempre nos acaban perjudicando?

Pues el que quiera, que pruebe esto, porque también es posible.

Para constituir una hipoteca no es necesario que haya un banco de por medio: la hipoteca la pueden constituir dos particulares entre sí e inscribirla en el registro con los mismos derechos y obligaciones que las hipotecas normales, en las que participa una entidad bancaria.

En este caso, hay que saber que el que recibe el dinero para comprar el piso responde con el inmueble adquirido ante el que  da el dinero de igual modo que ante respondería ante el banco. Los impuestos, especialmente el de Actos Jurídicos Documentados, deben pagarse también.

Y ojo al dato, porque el que da el dinero debe declarar entre sus rendimientos lo que obtiene por los intereses del dinero que prestó ya que son un ingreso financiero, sin que se tenga en cuenta el riesgo o posible riesgo en el que incurre.

Y ahora vienen las preguntas malvadas:

¿Le darías vosotros una hipoteca a un pariente o un amigo sustituyendo al banco para cobrar vuestro dinero en 30 años con un tipo de interés del Euribor más unas décimas?

¿Asumiríais el riesgo, aun cuando os produjera ese beneficio del Euribor más otro poco y os pudieseis quedar con el piso si dejara de pagar?

¿Qué seguridades le pediríais en cuestión de trabajo y posibles ingresos?

La gracia del asunto está en que todas las veces que lo he preguntado me he acabado convenciendo de que, comparados con nosotros, los bancos son casi Hermanitas de la Caridad. Y si no lo creéis, probad a pedirle una hipoteca a un particular, aunque sea amigo o de la familia.

Y veréis.

 

El origen del empleo


Monumento al último empleado fijo.

Monumento al último empleado fijo.

Todos hablamos de crear empleo. Muy bien. Pero para eso hay que hacerse una pregunta: ¿quién lo crea? La respuesta obvia es que los empresarios y emprendedores del país, ya sean públicos o privados. Ya veis que no me meto hoy en ideologías.

El empleo, pro tanto, no se crea solo. Se necesita que alguien, un empresario, lo genere.

Pasamos a la pregunta segunda: ¿cuándo se convierte alguien en empresario? Cuando cree que el riesgo que va a correr le va a merecer la pena, pues ganará más con su empresa de lo que ganaría dejando el dinero en una cuenta corriente o en bonos del Estado.

Tenemos, por tanto, que el empleo se crea sólo cuando hay gente dispuesta a arriesgarse a cambio de un beneficio que puede ser cierto o no.

La situación real, por tanto, y que nadie menciona por su nombre, no es que España necesite empleos. España lo que necesita es empresarios, y mientras se les demonice con manifestaciones, insultos y acusaciones de codicia, no habrás más empresarios.

España necesita empresarios y mientras sea más rentable y más seguro preparar unas oposiciones que montar un negocio, no saldremos del paro estructural y crónico que padecemos desde tiempos del rey Witiza.

España necesita empresarios, y mientras el lucro esté socialmente mal visto, conseguiremos sólo iglesias y sacristías, me da igual si católicas, de una ONG, o de partidos apegados a la misma idea de ensalzar la pobreza porque es guay, mola, y nos iguala.

España necesita empresarios, y mientras el Gobierno le ofrezca mayor rentabilidad a lso que meten su dinero en deuda pública que a los que lo ponen a crear empleo, tendremos cada vez más deuda y cada vez menos empresas, por aquello de los incentivos perversos que animan a cualquier sistema.

O lo entendemos de una vez o nos vamos a tomar por saco.

IVA y vivienda

Cada vez inventan cosas más raras para vendernos la moto...

Cada vez inventan cosas más raras para vendernos la moto...

Con eso de que nos van a subir el IVA en julio, me parece que es buen momento para darle un repaso a lo que este impuesto supone en la compra de una vivienda.

Por lo pronto, supone un palo, que se llevará posiblemente lo que tengamos ahorrado si no contábamos con esta gracia.

Debéis tener en cuenta que el IVA es independiente del uso que se le vaya a dar a la vivienda. Se trata, pro caso, de un impuesto real, que grava la cosa en sí, y no de un impuesto subjetivo, que pueda depender de las circunstancias de uso. Un particular paga el mismo IVA por una vivienda que una empresa, y se paga el mismo IVA por la vivienda habitual que por una vivienda de vacaciones o por una que se vaya a usar como negocio para ponerla en alquiler.

Los tipos de IVA para vivienda, son los siguientes:

7 % con carácter general para las viviendas nuevas. Pasará al 8 % a partir de julio.

0% para las viviendas de segunda mano, peor no os emocionéis, porque en el caso de vivienda usada hay que pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que curiosamente, es el 7 %.

4 % para las Viviendas de Protección Oficial. Este tipo, según parece, no se verá modificado de momento.

Y aunque no convenga hablar de eso, ya sabéis ahora pro qué a veces se piden algunas cantidades en negro y por qué acepta el comprador. Porque todo lo que no se declara es un 7 % más barato.

¿A que la tentación es poderosa?



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El Robin Hood anticrisis

ZP a lomos de los bancos para sortear la crisis

ZP a lomos de los bancos para sortear la crisis

Obama los tiene bien puestos… Los impuestos, quiero decir. El presidente de Estados Unidos se ha tomado muy a pecho que le dieran el Nobel de la Paz, sobre todo con varias guerras abiertas, y para justificar un poco la decisión de los suecos acaba de anunciar una medida más populista que las de Chávez pero con más razón que un santo.

El buen señor, que fue a todas las clases en las que Zapatero hizo pellas, ha decidido gravar durante 10 años con un impuesto especial a las 50 entidades financieras más poderosas de Estados Unidos para que devuelvan al pueblo los 700.000 millones de dólares que, en la recta final de la Administración Bush, se  aprobó que el Gobierno invirtiera en salvar Wall Street de un crack peor que el que se vende adulterado en los garitos de la city.

Es más, Obameitor cree que con este impuesto hace un poquito de Robin Hood, sacando la pasta a los ricos para devolverla a los ciudadanos que en 2008 hicieron un esfuerzo impositivo y fiscal para que ahora las entidades financieras se repartan el botín en forma de bonos incedentemente altos.

¿No os suena todo a exactamente lo contrario de lo que está pasando en España? Los bancos colapsan el sistema financiero, entorpecen el crédito y en lugar de deber dinero al Gobierno, es el Gobierno el que está endeudado hasta las cejas, que tal y como las tiene ZP eso es mucho endeudarse, y encima nos toca pagar la crisis a nosotros. ¿Ein?

Los bancos de EEUU se quejan de que son injustamente gravados y nosotros quejándonos por unos eurillos de la tasa de basuras y una leve subida de impuestos… ¡¡Esto sí que es para quejarse, manifestarse e incluso para que Michael Moore haga un documental al respecto!! Bowling for basuraing

A ver si nuestro Gobierno toma buenos apuntes de esto o presiento que vamos a terminar como una finca de vecinos de Jaén, que ha pedido a Unicaja que pague los gastos de mantenimiento de la comunidad. O si no, en lugar de vivir en la casa de nuestros sueños tendremos que conformarnos con vivir donde otros echan el último sueño. ¡Atención! Ahora también se subastan nichos por impago de los dueños! ¿Ande vamos a ir a parar? Hagan juego, señores, se abre el turno de apuestas y respuestas.

Presión fiscal y sudor hipotecario

 

Sólo puedo prometer sangre, sudor y lágrimas. ¿Pero eso lo dijo Churchill o el director de un banco antes de conceder una hipoteca?

Sólo puedo prometer sangre, sudor y lágrimas. ¿Pero eso lo dijo Churchill o el director de un banco antes de conceder una hipoteca?

En plena crisis, hay que decirlo, el esfuerzo hipotecario ha decrecido en términos generales, tras la bajada de los tipos generales de interés y el Euribor en particular hasta las ridículas cotas actuales. Cierto es que el no puede pagar la hipoteca por haberse quedado sin empleo está peor que nunca, pero, crucemos los dedos, estos siguen siendo una minoría.

Lo que no mejora ni a tiros es la presión fiscal. Todo el mundo habla de las malditas subidas de impuestos del Gobierno, pero lo que casi nadie se para a pensar es que ese aumento de impuestos supone un esfuerzo o sudor fiscal muy superior al que en principio parece.

Los impuestos, por definición, se llevan una parte de nuestro remanente económico. Por tanto, no es lo mismo pagar mil euros de impuestos cuando nos sobran cinco mil después de pagar los gastos corrientes, que pagar esos mil euros cuando a duras penas llegamos a fin de mes.

En teoría, cuando las cosas  van mal los impuestos deberían bajar, pero en la práctica sabemos todos que no es así, porque la progresividad tiene un efecto limitado con lo que la presión, como tal presión, se incrementa mucho más de lo que aparenta por subirse los impuestos en una época de recesión. Porque la subida de impuestos en recesión es un peso doble: el gasto, y el esfuerzo. Es como si en la Edad Media subiesen los impuestos en años de malas cosechas. Hambruna asegurada.

Los impuestos deberían subirse en las épocas de prosperidad para dar tiempo a las familias a ajustarse a este sobrecoste. Hacerlo a traición, y cuando peor están las cosas, es como pedirle a alguien que te devuelva el paraguas que le prestaste. Legítimo, vale, pero pedírselo cuando empieza a llover es una canallada.

Por lo demás, hablamos otro día de lo que nos dan a cambio de esos impuestos. Si queréis consolaros, imaginad que vivieseis en Estados Unidos, donde pagas lo mismo que aquí y además no te dan nada de nada, porque es todo privado. Siempre hay modos de consolarse .

O de cabrearse, porque también hay casos mucho más ventajosos que el nuestro. Por si queréis comparar para mudaros a otro país, o por si queréis saber qué impuestos se pagan por ahí afuera, os dejo un enlace a una tabla de presión fiscal e impuestos que se pagan en distintos países del mundo.

Echadle un ojo, porque ayuda a entender muchas cosas.