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El hachazo de Draghi y la hipoteca saludable

El tío que siempre llega tarde

El tío que siempre llega tarde

A estas alturas ya lo sabéis todos: el Banco Centra Europeo ha reducido el tipo oficial de interés a un simbólico 0,05% y ha colocado el tipo del préstamo interbancario al -0,2%, o sea, en negativo.

Un tipo de interés negativo quiere decir que quien presta dinero tiene que pagar por hacerlo, en vez de recibir una retribución a cambio, y eso es lo que sucede ahora con los bancos que prefieren dejar su capital depositado en la entidad emisora: que deberán pagar por hacerlo. ¿Y cual es la intención de esto? Que los bancos se decidan de una buena vez a poner el dinero en circulación, puesto que  no sacarle rendimiento alguno es mejor que tenerlo parado.

¿Conseguirá esto revitalizar las hipotecas? Yo creo que no. Y tengo varios motivos para ser de esta opinión, por mucho que otros medios digan que las hipotecas solicitadas aumentaron un 19% en junio

-Ausencia de demanda solvente. Con los salarios reales cayendo, no es previsible que la banca encuentre buenos candidatos para préstamos a plazos tan largos como requiere un préstamo hipotecario. La tan cacareada recuperación del empleo pasa sólo por la contabilidad de cabezas, pero no pro la contabilidad de horas trabajadas. En España trabajan hoy algunos cientos de miles más de personas que hace un año, pero el factor trabajo, en su conjunto, se sigue reduciendo, ya que se han sustituido contratos a tiempo completo por contratos basura a tiempo parcial. Tres personas que trabajaban cuarenta horas semanales parecen menos que cinco que trabajan a media jornada, pero no es cierto. El gobierno dirá que el paro ha disminuido en dos trabajadores, pero en lugar de 120 horas semanales ahora se están trabajando 100. Multiplicar es fácil, pero casi siempre nos escamotean este dato. Ojo al asunto, por favor.

¿De dónde van a salir los clientes cualificados para las hipotecas en estas condiciones?

Exposición al ladrillo. La banca sigue intentando quitarse los activos inmobiliarios de su balance, tan sospechosos desde hace años. Pueden contarnos cualquier milonga, pero lo cierto es que invertirán antes en plantaciones de aguacates que en nuevas bolsas de inmuebles. Aunque sólo sea para que sus accionistas puedan hacer como que se creen que todo es diferente a lo que era.

Expectativas de deflación. La economía parece irse hacia el hoyo de la deflación, con lo que cada deudor puede ser una fuente de sorpresas. Esa cosa maldita que nadie tiene en cuenta al hablar de los empresarios, esa cosa que se llama riesgo, tiene un coste muy determinado y las compañías de seguros se dedican a pasarlo a cifras. Si las circunstancias macroeconómicas señalan la posibilidad de que los deudores puedan irse volviendo cada vez más frágiles con el tiempo, los bancos sólo podrán prestar a largo plazo con diferenciales muy altos y garantías muy concretas.

O sea que no, que no veo que esto vaya a reflotar el mercado hipotecario. Y tampoco veo la buena noticia por ninguna parte.

Las bolsas la celebran porque les concede tiempo, no porque les conceda salud.

De momento, existen diferentes portales para encontrar la mejor hipoteca, pero nosotros seguiremos dedicándonos a su análisis y al calculo de las cuotas, a las cláusulas y a toda esa letra pequeña que hay que vigilar.

Mucho ojo.

 

Hipoteca, miedo y sensatez

Ratio entre hipoteca e ingresos

Ratio entre hipoteca e ingresos

Comenzamos el artículo con un gráfico de la Web Idealista.com en el que se nos muestra la evolución de la carga que supone la hipoteca para las personas que la pagan y la evolución de este esfuerzo económico.

Según la Universidad Pompeu Fabra, Tecnocasa y la asesoría de gestión www.gesdocument.com  la cuota media que pagan los hipotecados ha pasado desde los 976 Euros de media en 2007 a los 378 € que se pagan en la actualidad.

Pero ojo, que semejante dato es engañoso: no se trata de que se haya reducido el EURIBOR, que también, sino que se refieren fundamentalmente a las hipotecas nuevas concedidas.

Mientras que antes de la crisis se financiaba el 110% o el 120 % del inmueble, ahora la media gira entorno al 75% con algunos casos puntuales en que se puede llegar a un porcentaje superior, sobre todo cuando el inmueble adquirido forma parte del inmenso almacén de invendibles de la propia banca. Cosas de tener que sanear el balance como sea,  no os quepa duda.

Pero en esta gráfica podemos ver algo más que el simple desplome del crédito: vemos también cómo, por arte de magia, llegó la prudencia al mundo de la banca. Antes del estallido de la burbuja a nadie le parecía extraño comprometer el 60% de sus ingresos futuros, ¡y para treinta años!, mientras que ahora estamos hablando de alrededor del 25% de los ingresos medios, cuando en otros países la cifra es del 35%.

Sucede por tanto como siempre, que vamos dando bandazos, unas veces por exceso y otras por defecto, pero sin ser capaces de hacer que las cosas funcionen razonablemente.

Lo mismo sucede con el plazo de las hipotecas. Antes de la crisis, las hipotecas ultralargas, esas que llamaba yo “hipoteca biznieto”, y que se concedían a 40 años, eran casi la mitad. Hoy son solamente un 8%.

Y todo esto, no lo olvidéis, en un escenario e el que el BCE Europeo no sólo regala el dinero a la banca, sino que le cobra por depositarlo allí en vez de prestarlo al mundo real.

O sea que vosotros veréis si es creíble o no esa cantinela de que nos estamos recuperando…

Y veremos lo que pasa a nivel fiscal con las desgravaciones a la vivienda cuando el Estado tenga que dar una nueva vuelta de tuerca a los recortes porque el endeudamiento, cada día en nuevos records, no puede dar más de sí…

El Gobierno como agente inmobiliario

A ver si era eso...

A ver si era eso…

Todavía no he conseguido encontrar un tema que el Gobierno de Mariano Rajoy no haya considerado oportuno dejar para mañana. De hecho, he entrado en sospechas de que esos tíos querían ganar las elecciones precisamente parea no gobernar, y les salió la gran jugada de poder permitirse no gobernar con mayoría absoluta.

Un ejemplo glorioso de esto que digo es el tema de poner a la venta los edificios públicos que consideraban sobrantes: en octubre de 2012 el gobierno hizo pública una de las medidas estrella de la denominada “comisión para la reforma de las administraciones públicas”: la puesta en el mercado de más de 15.000 edificios públicos, y además con plazo. Sería entre 2013 y 2015.

¿Qué fue de la reforma de las administraciones? Pues no lo sabemos, porque al final nadie quería reformar nada, pro aquello de que una reforma perjudica a alguien, el perjudicado se cabrea y al Gobierno no le gustan los cabreados en su bando. El caso es que en el tema de los inmuebles, a día de hoy sólo ha vendido 2.134 inmuebles, un 14% del total. ¿Pensarán venderlos todos de un golpe en el año entrante o querrán colocárselos en paquete a algún amigazo?

La idea, en teoría, era utilizar estas ventas para sanear las cuentas públicas (mala idea vender para gastar, pero bueno) y para ello se creó un listado de 15.135 inmuebles a enajenar. En ese catálogo había un poco de todo, pero resulta que todos los edificios están en alguna parte, y entre alcaldes, diputaciones autoridades autonómicas y chupatintas varios, parece ser que siempre sale alguien que le ve mejor destino ale edificio. O que tiene una idea mejor, lo que da más miedo todavía. Al parecer, los edificios se pueden pudrir y llenar de ratones hasta que alguien piensa venderlos: a partir de ese momento, salen cien amigos del ladrillo mohoso para reclamarlos y loare su infinita utilidad social. Curioso, ¿no?

También estaban previstas reubicaciones de servicios públicos, pero ahí sí que ha sido peor: ¿os creéis que es fácil conseguir mover a los funcionarios de un  lado de la ciudad a otro, cuando muchos se han comprado una vivienda que quede cerca de su puesto de trabajo? Como os podéis imaginar, ha habido trabas e impedimentos de todo tipo y la cosa, en la mayor parte de los casos, se ha quedado en nada. Ya os hablaré un día del “nuevo” hospital de Salamanca, por poner un ejemplo…

En este tiempo el número de edificios enajenados ha sido  de 2.134, de los que 1.587 se vendieron mediante subasta o concurso público y los otros 547 de forma directa. Además, según dice el Gobierno, en 2013 se dedicaron sobre todo a mejorarlos y rehabilitarlos para sacares mejor precio.

No sé yo.. ¿Vosotros les daríais a estos tipos una hipoteca?

Hipoteca en chino

Pues no sé si dice hipoteca o no por aquí, pero creo que algo de eso hay.

Pues no sé si dice hipoteca o no por aquí, pero creo que algo de eso hay.

Dicen por ahí que España empieza a ser una ganga para los compradores extranjeros, y algo de verdad tiene que haber en semejante afirmación cuando la compra de vivienda en España por parte de extranjeros ha subido un 21% en los íltiumos tres meses.

El caso más peculiar es el de los compradores chinos, que han desembarcado con fuerza en nuestro país, por varias razones:

-En primer lugar, el mercado inmobiliario español está relativamente barato desde su punto de vista, sobre todo si se compara con la enorme, descomunal burbuja inmobiliaria que está viviendo el gigante asiático. De esa burbuja hablaremos en mejor ocasión, pero su estallido, y todas las burbujas estallan, puede tener consecuencias devastadoras para la economía global.

-En segundo lugar, se busca la rentabilidad. Dados los paupérrimos tipos de interés, la abundancia de liquidez provocada por la expansión monetaria de los bancos emisores y la aversión al riesgo de los inversores mundiales, la compra de un piso en España puede ser una salida para conseguir rentabilidades un poco superiores a las que ofrecen otros productos. Esto, unido a que el mercado inmobiliario español tiene recorrido a la baja, pero mucho menos que el que podrían tener los pisos en otros países, puede convertir a nuestro mercado inmobiliario en un mercado atractivo. O al menos, en una solución menos mala.

-En tercer lugar, y no menos importante, para los compradores chinos es especialmente atractivo comprar un piso en España porque a partir de ciertas cantidades esto les otorga el permiso de residencia. De hecho, al comprar el piso están comprando también el acceso a nuestra sanidad, nuestra educación y nuestras infraestructuras, y todo en el mismo paquete, pagando al que vende el piso y sin que el resto de españoles veamos un duro. No niego que puede ser una idea positiva, sobre todo tratándose de gente emprendedora como suelen ser los chinos, pero sigue rechinando un poco que la posibilidad de comprar un piso o suscribir una hipoteca otorgue derechos civiles al que lo hace.

En resumen, en muchas zonas, sobre todo en la costa y en las grandes ciudades, las inmobiliarias están empezando a contratar personal que hable chino. Hay que adaptarse al cliente, y no se puede desaprovechar ninguna oportunidad de deshacerse del excedente de todos estos años.

La hipoteca y el cojón de mulo (con perdón)

Celebración por la venta de un piso

Celebración por la venta de un piso

Además del fútbol, que eso se da por descontado, la pasión más furibunda que compartimos los españoles es la de ser más listos que nuestros vecinos y no dar nuestro brazo a torcer en cuanto a aceptar que hemos hecho un mal negocio o nos hemos equivocado gravemente en algo.

En ese sentido, los brujos que manipulan la contabilidad nacional aprovechan el asunto para valorar las carteras inmobiliarias de los bancos por el precio de compra de los inmuebles, y no por su valor actual de mercado.

¿Y qué hacen los particulares? Pues lo mismo. Es el signo del país.

Hablando con varios sufridos agentes inmobiliarios, una de las cosas que más a menudo he escuchado es que los vendedores de una vivienda no se bajan del burro si no es a la fuerza, casi a tiros, y por causas de extrema necesidad. Si no, repiten una y otra vez: yo este piso lo compré por doscientos mil euros y no lo vendo no por un céntimo menos. ¿O me voy a dejar robar yo?

La realidad,. a muchos vendedores, les importa un huevo. Así, sin paliativos.

Lo mismo sucede con el trato a los posibles compradores: ahora no cojo el teléfono, el precio no lo digo más que personalmente, se lo enseño solamente los domingos por la tarde,, o quiero verle a usted personalmente antes de decidir si se lo vendo o no.

Todas estas frases, por extraño que parezca, se siguen repitiendo diariamente por toda España. Esas y otras aún más duras como “el que necesita donde vivir es él, así que le pueden ir dando por, etc., etc.

¿Cuento esto por folclore? En absoluto. Lo cuento, porque la resistencia psicológica a ajustar los precios a la realidad del mercado es lo que ha hecho y hace que el descenso de los precios inmobiliarios en España haya sido menor y más lenta de lo que todos los expertos esperaban. Y también, que se haya prolongado más en el tiempo, sin una verdadera y sana corrección que permita hacer borrón y cuenta nueva.

Los españole se niegan rotundamente a reconocer que fueron el último tonto de la cadena, el que compró caro y no va a poder vender más caro, el que compró mal y tendrá que vender peor. “Antes que venderlo en eso, lo quemo”, dijo esta misma semana un vendedor a la inmobiliaria como respuesta a una oferta.

En ese sentido, y aunque resulte doloroso reconocerlo, son las hipotecas las que ponen un punto de cordura: el que tiene que pagar una hipoteca mes a mes, ya no es tan cabezota, ya no tiene tanto orgullo y es mucho más fácil que se avenga a negociar.

Pero es duro que tenga que ser así…

 

El plan de vivienda y las VPO

VPO (Vísperas Para Órgano)

VPO (Vísperas Para Órgano)

Bueno, pues parece que el Gobierno se ha decidido de una vez a cumplir la vieja expectativa de algunos sectores sociales, aunque todavía no hay nada hecho y se trata de un plan, uno de esos planes que acaban en leyes, en aguas de borrajas o en inquilinos mediopensionistas sin derecho a desayuno.

¿Y de qué se trata? De acabar con la construcción de Viviendas de Protección Oficial en régimen de propiedad para poner todo el énfasis en la Vivienda de Protección Oficial en régimen de alquiler.

Como siempre, en estos casos, hay opiniones para todos los gustos, pero a mí, personalmente, me parece una medida positiva, sobre todo en un momento en el que la vivienda ha dejado de ser un bien exclusivamente de utilidad para convertirse en un refugio de capital.

Precisamente por eso, el bien debe ofrecer su utilidad, que es servir para que la gente viva en él, peor me parece injusto, y hasta diría aberrante, que el resto de españoles paguemos a escote la propiedad de unos frente a la de otros.

La vivienda de protección oficial no deja de ser una subvención que unos ciudadanos, por unas determinadas circunstancias y condiciones, reciben del erario público. Que se permita su utilización en condiciones ventajosas puede ser justo, pero que se convierta en una riqueza familiar por el hecho de que alguien haya ganado un sorteo (o más frecuentemente porque haya tenido cierto tipo de mano entre quienes la concedían) no es de recibo.

Lo que, de todas maneras, no se termina de entender es que siga subvencionando pro un lado la creación de un parque de viviendas públicas en alquiler y por otro se rescate a los bancos con dinero público sin obligarlos a que todas esas hipotecas que lastran sus balances y sus carteras no pasen precisamente a engrosar el parque público de vivienda.

¿En qué quedamos? O necesitamos vivienda pública, y en ese caso podemos quedarnos con toda la que queramos a cambio de las jugosas, chorreantes, catarátricas ayudas públicas a la banca, o no la necesitamos, y en ese caso no queda claro qué pintan estas promociones.

Lo que se sospecha, al final, es que necesitamos que se construyan viviendas, porque el cemento es la droga que pide en vena nuestra economía, llena de políticos que no saben hacer otra cosa y, pro qué no decirlo, millones de trabajadores que tampoco saben hacer otra cosa.

Pena, oigan…

 

La hipoteca y el crowding out

Obreros trabajando en busca de la fuga por la que se escapa la pasta...

Obreros trabajando en busca de la fuga por la que se escapa la pasta…

Que sí, que el mercado de la vivienda está muy mal y que los bancos andan como locos buscando clientes solventes para darle una hipoteca porque su negocio consiste en eso, prestar dinero y cobrar un interés por ello.

De todas maneras, dicen que  las hipotecas solicitadas aumentaron un 19% en junio. Ya veremos…

Todo esto suena muy bien en teoría y es muy razonable, pero hoy voy a tirar de un concepto de libro de texto para explicar lo que tantas veces he venido repitiendo: el crowding out.

El crowding out es el efecto que se produce en la economía financiera cuando del sector privado es expulsado del mercado por la voracidad del sector público a la hora de captar recursos financieros. Cuando un estado, como por ejemplo España, está desesperado por captar los recursos de los ahorradores, o de los bancos emisores, para cubrir sus emisiones de deuda pública, los particulares y las empresas se ven expulsado del mercado, ya que los bancos ven un menor riesgo en la deuda pública, un negocio seguro (piden al banco central a un tipo bajo y prestan al Gobierno a un tipo alto), y piden, además, utilizar esa deuda pública como colateral (garantía) para pedir nuevos préstamos a los bancos emisores.

El negocio es redondo para todos, excepto para los ciudadanos, que se ven perjudicados de varias maneras:

-Por una parte, quedan fuera de los mercados financieros, con lo que ni logran una hipoteca ni consiguen que se renueva o conceda una póliza de crédito para sus empresas o negocios.

-Por otro, a través de impuestos y presupuesto público, son los ciudadanos los que tendrán que devolver esos préstamos que tan alegremente piden los Gobiernos, y que tan ricamente y con tanta facilidad conceden los bancos.

-Por último, los bancos se capitalizan de manera ficticia, utilizando la garantía del Estado, que es la de todos, para pedir mayores préstamos. Eso e slo que significa, ni más ni menos, que la deuda pública pueda ser colateral de nueva deuda pública.

En nuestro caso, sólo os daré un dato: en 2008 debíamos 401.000 millones de euros. Hoy debemos 982.000 millones.

Otro día, cuando queráis, hablamos de dónde ido a parar ese dinero…

 

El diferencial que baja con la subida del Euríbor

EVO rompe el mercado

EVO rompe el mercado

Y seguimos a vueltas con el diferencial, y mira que le estamos dando rodeos a la cosa, pero claro, es que no se trata de algo de poca importancia, más bien al contrario, ya que el diferencial es una de las partes más determinantes a la hora de calcular la cuota mensual a abonar, con lo que más nos vale prestarle atención y atarle bien en corto.

Pues bien, ante la sensación generalizada, claramente justificada y justificable, de que los diferenciales se están elevando a valores excesivos, EVO, la marca comercial de Novagalicia fuera de su ámbito de influencia, ha decidido lanzar un órdago a la grande con este aspecto ofreciendo el diferencial flexible en sentido contrario al Euríbor.

Es decir, si el Euríbor sube, el diferencial baja, y viceversa. De esa manera intentan que la cuota de los hipotecados se mantenga lo más constante posible, garantizando así cierta estabilidad y asegurándose de que los hipotecados sigan pagando sus cuotas religiosamente, sin sobresaltos de última hora, que tanto daño hacen a los balances de las propias entidades financieras, por no decir a las propias familias, claro está.

El punto de partida de esta hipoteca sería el 2,85% fijo durante el primer año, y luego se empezaría a aplicar el diferencial de la manera que han anunciado a bombo y platillo, por lo que sinceramente parece una hipoteca más que interesante, ya que ofrece a los hipotecados ciertas garantías que hasta ahora no tenían.

Ahora es probable que otras entidades financieras apuesten igualmente por esta opción, con el objetivo de poder competir con la hipoteca EVO, ya que sí que está claro que la opción elegida por las entidades financieras en estos momentos es sedimentar su negocio sobre la base hipotecaria, sabedores de que de esa manera conseguirán estabilidad para el futuro.

Porque los bancos han comprendido, y mira que han tardado, que los españoles pagamos las hipotecas, es lo último que dejamos de pagar, y claro, ahí hay un filón para ellas, ya que tienen garantías de cobro casi al máximo, con una morosidad mínima y con clientes de muy larga duración a los que se les puede endosar otro tipo de productos. Sin duda, el mejor negocio del mundo.

El estacazo que se prepara contra la vivienda. Un extraño impuesto sobre la inflación

Política fiscal

Política fiscal

La clase dirigente lo tiene claro: buena parte de nuestro problemas y de la burbuja hipotecaria proceden de eso que se dio en llamar “apetencia de capital” por parte de las clases medias y bajas.

¿Y eso qué es? Pues dicho en cristiano viene a significar que todo se jorobó el día que las clases medias y bajas dejaron de interesarse solamente por sus sueldos y su nivel de vida y empezaron a meterse en temas financieros, tales como bonos, acciones, mercados de capitales y e inversiones. Lo disfrazan de bonito porque la frase, en el fondo, significa que los pobres empezaron a meterse donde nadie les llamaba.

Ahora, y quizás por esa causa, se suceden las declaraciones y consejos sobre la necesidad de gravar la propiedad y no sólo la renta, seguramente porque las casas no son tan propensas a salir corriendo de un país como pueda serlo el dinero u otras formas de riqueza.

¿Y qué creéis que ha pensado nuestro ínclito Gobierno, ahora, en plena reforma fiscal? Pues m´ñas o menos lo mismo, pero tratando de disimular la cosa para que la gente no se cabree, ya que el año que viene es año electoral.

Al leer la letra pequeña de la reforma, nos encontramos con algunas joyas que van a afectar, y mucho, al mercado de la vivienda. Por ejemplo, y es crucial, Hacienda elimina los coeficientes de inflación y actualización que corregían a la baja las plusvalías y por lo tanto reducían de manera muy sustancial  la tributación en el Impuesto de la Renta por la venta de un inmueble.

Lo explico: antes, pagabas plusvalías pro la diferencia entre el valor al que compraste una vivienda y el valor por el que la vendías, ya que eso se consideraba plusvalía. Pro claro, como los dineros del año noventa no valen como los de hoy, había una serie de coeficientes de actualización. Esos coeficientes son los que desaparecen en muchos casos, o se reducen en otros, para que pagues el gran estacazo cuando vendas, porque se entiende que tienes unos beneficios muy superiores a los que disfrutas en realidad, ya que buena parte de la subida no es enriquecimiento, sino inflacióm

En principio parece una medida que va exclusivamente contra el vendedor, pero estas cosas siempre se trasladan al mismo: al pagano.

Si, ya sé que parece una barbaridad, pero el caso es que va en serio…

¡Qué llega lo bueno!

diferencial hipotecario

Ya llevamos unas semanas hablando de la guerra de hipotecas que venimos observando entre las entidades financieras, una guerra que tiene como objetivo captar a las familias solventes, cada vez menos, pero una tabla de salvación para los bancos ya que las hipotecas son la mejor forma de obtener clientes a medio-largo plazo.

Pues bien, esta guerra por fin está teniendo consecuencias positivas para los bolsillos de las familias españolas, y es que los diferenciales, aunque siguen siendo claramente abusivos a todas luces, por lo menos han comenzado a descender y ya se empiezan a observar diferenciales por debajo del 3%.

Esto marca claramente una tendencia que puede llevar a que estos diferenciales sigan bajando, ya que los clientes con cierto grado de solvencia son los que, en definitiva, tienen la sartén por el mango, son pocos y los bancos se los rifan.

Y es importante obtener un diferencial bajo porque ahora mismo nos encontramos en una situación en la que el Euríbor está por los suelos, con lo que puede que no se note tanto, pero poco a poco el indicador se irá incrementando de manera paulatina y empezaremos a sufrir los diferenciales que se han venido firmando durante estos meses.

Porque basta con hacer una pequeña cuenta para darse cuenta de hasta donde podemos llegar. Si nos planteamos un Euríbor normalizado sobre el 2%, que viene a ser lo que determina la estabilidad, según la mayoría de los expertos, si le añadimos un diferencial por encima del 3%, nos estaríamos yendo a un tipo de interés superior al 5%, claramente insostenible con los precios de hoy en día.

Por lo que si no queremos caer de nuevo en el estallido de una nueva burbuja inmobiliaria que nos lleve a hundirnos aún más en el fango en el que nos encontramos ya recluidos es conveniente apostar por esta caída de diferenciales que nos lleve a una situación aceptable en el futuro.

En definitiva, todos los indicadores parecen marcar una tendencia de mejora de la situación y la ligera caída de los diferenciales no hace sino ahondar en esta tendencia observada por la que debemos alegrarnos sin duda alguna.

Hipoteca no, y ahora, alquiler tampoco

San Pedro se está pensando entregar las llaves...

San Pedro se está pensando entregar las llaves…

Desde hace ya algunos años la hipoteca es una aspiración casi ilusoria para muchos españoles, en primer lugar porque el trabajo se ha convertido en algo precario y en segundo, y no menos importante, porque el grifo del crédito no es que esté cerrado, sino que parece llevar a una cañería atascada por mil bichos, porquerías y podredumbres diversas.

La ausencia de eso que los bancos llaman demanda solvente, y que no es otra cosa que gente con capacidad para devolver el dinero que se le presta, ha acabado de anquilosar a un mercado inmobiliario ya medio defenestrado por el exceso de oferta.

¿Cual era la salida? El alquiler. Hasta hace poco se ha hablado del alquiler de la vivienda habitual como la opción más razonable y que más aleja a un bien básico del mercado especulativo.

Pero ahora resulta que el Gobierno, loco por meter mano en alguna parte sin que se note mucho, ha anunciado que terminará con la deducción por alquiler de vivienda para los inquilinos, lo que desincentiva también el alquiler de vivienda y deja una nueva puerta abierta para el fraude fiscal.

Desde el momento en que los inquilinos no pueden desgravarse de algún modo el importe pagado pro su vivienda están en franca desventaja frente a quienes consiguieron comprarla en propiedad, lo que dificulta la emancipación de los más jóvenes. Además, hasta la fecha, al declarar los inquilinos el contrato de alquiler para poder desgravarse una parta de lo pagados, los caseros se veían obligados a declarar, por su parte, estos ingresos, generando de este modo un control de los contratos. ¿Qué impide ahora al casero volver a los viejos tiempos en que se alquilaba en negro?

¿Por qué va ahora el inquilino a declarar su contrato, si no recibe nada a cambio? Con la nueva situación, el casero puede negociar mucho más fácilmente, y con menos coste, la posibilidad de mantener ocultar la vivienda alquilada, pues nadie tiene un verdadero interés personal en dar a conocer a Hacienda el verdadero importe de lo cobrado.

Así, lo que se ahorra con el importe de las deducciones desaparecidas, se esfumará por el camino de los ingresos no declarados. O sea que el mismo dinero, o menos, para las arcas del Estado, y un ladrillo más de injusticia en este muro que parece no tener techo.

 

Hipotecas sí, pero ¿para quién?

Pisos, sí, pero no para todos

Ya llevamos varias semanas resaltando este hecho que no hace sino proteger a las propias entidades financieras ante otro posible fiasco económico en el futuro y, no nos engañemos, acaba por protegernos también a los ciudadanos que, en demasiadas ocasiones, nos dejamos cegar por el becerro de oro y caemos en las redes de los bancos y cajas con su crédito fácil.

Con esta selección más eficaz y pertinente de todo lo relacionado con el perfil financiero de los posibles candidatos a obtener hipotecas se conseguirá que en el futuro las crisis no sean tan duras con este sector, ya que los ciudadanos que sí están accediendo al crédito hipotecario lo hacen con las espaldas bien cubiertas.

Ello supone, no hay duda, que una gran parte de la ciudadanía se queda fuera de las reglas del juego y se tienen que decantar por el alquiler en lugar de por la compra, una opción claramente mayoritaria en el resto de Europa pero que aquí, por un cariz puramente cultural, no ha calado hondo entre nosotros que seguimos prefiriendo comprar a alquiler.

Por tanto, el futuro que nos espera es bastante claro en el corto-medio plazo. Poco a poco los ciudadanos iremos comprendiendo que solo podemos aspirar a alquilar en lugar de a comprar, las hipotecas quedarán para unos pocos que sí se lo pueden permitir y el conjunto de la economía española estará más protegida ante nuevos ciclos adversos.

¿Es bueno o malo que no todo el mundo pueda comprar?

Sin duda, es bueno, porque no es lógico mantener el elevado porcentaje de ciudadanos que compraban una vivienda años atrás, incluso en sus primeros años laborales. Es decir, antes de lograr la estabilidad laboral ya habían conseguido ser propietarios de una vivienda, algo totalmente impensable en el resto de Europa y del mundo en general.

En definitiva, algo que podría entenderse como negativo, al evitarse que todo el mundo pueda llegar a obtener préstamos hipotecarios podría convertirse en algo positivo desde el momento que pueda proteger el sistema ante futuras crisis venideras.