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No podemos pagar, ¿cómo no vamos a deber?

Por más vueltas que le demos...

Por más vueltas que le demos...

La deuda privada, principal causante de la crisis, parecía comportarse bien cuando se trataba de familias y particulares que debían sus hipotecas y préstamos personales, pero últimamente parece que esta tendencia se está empezando a romper con un crecimiento inequívoco de la tasa de morosidad de los préstamos de estos particulares.

Concretamente, la tasa de morosidad hipotecaria se encuentra ya en un 5,1% y todo apunta a que no hará otra cosa sino incrementarse como consecuencia de que la situación límite se sigue extendiendo en el tiempo, con cada vez más familias en situación cercana a la pobreza y a tener que elegir entre comer o pagar la cuota hipotecaria.

Así, la Asociación de Afectados por Embargos y Subastas calcula que para el año 2014 esta cifra de morosidad podría situarse en el 6%, como consecuencia de que cada vez hay menos hipotecas, y por tanto el porcentaje de deudores aumenta, a la vez que los ingresos de las familias siguen cayendo sin solución de continuidad.

El problema es que a medida que aumenta la mora el diferencial aplicado por las entidades financieras se incrementa de manera proporcional, ya que las entidades financieras buscan su seguridad, sus garantías, para asegurarse el cobro o, al menos, ganar el suficiente dinero antes como para que le compense la pérdida final.

Pero el verdadero trauma de toda esta situación es una vez más el estado de las familias que están abocadas a seguir debiendo dinero a las entidades financieras hasta el fin de los tiempos, sin que parezca que pueda haber alguna solución en el corto-medio plazo. Todo ello provoca el estancamiento general del mercado inmobiliario y del consumo de las familias que sin renta disponible no tienen otra alternativa más que no gastar.

Y en este círculo vicioso nos encontramos anclados sin que parezca que ninguna autoridad o gobierno pueda hacer algo por remediarlo. Ya que al no haber consumo, no se genera crecimiento, y al no haber crecimiento no hay liquidez en la sociedad y al no haber liquidez no hay consumo.

La hipoteca como parte de otra guerra

Los bancos también están muy cachas...

Los bancos también están muy cachas...

Se suceden sin descanso las demandas y los casos de bancos que litigan incansablemente por causa de las hipotecas y las prácticas fraudulentas en este campo. Sin ir más lejos, JP Morgan acaba de ser multado con la sabrosa cifra de  cuatro mil millones de dólares por prácticas irregulares con las hipotecas basura. ¿Y qué ha dicho el gran banco americano? Pues que este tipo de sanciones forman parte de los costes de su negocio. Ni más ni menos, por si a alguien le quedaba alguna duda sobre la mecánica de este tipo de negocios.

Pero entonces, nos queda una pregunta: ¿Qué es lo que pasa con las hipotecas para que ni con este tipo de multas deje de merecer la pena hacer cierto tipo de marranadas?

La respuesta, para mí, pasa por darse cuenta de que las hipotecas no son un negocio aislado, como solemos verlo a veces, consistente en prestar un dinero y quedarse a cambio con la garantía de que el inmueble responderá por ese dinero prestado. Las hipotecas son un paso intermedio, una cañería que permite trasvasar dinero de la economía real a la economía financiera, y esa capacidad de transformación de un mecanismos a otro tiene un valor en sí mismo que para la gran banca es muy superior al de las hipotecas en sí.

Para entender esto no hay que perder de vista un hecho fundamental: por cada euro que se mueve en la llamada economía real, y que se destina al pago de bienes o servicios, se mueven trescientos cincuenta euros en la economía financiera, intercambiando valores, swaps, deuda u otros instrumentos financieros.

Resulta que, así ,as cosas, la economía real no es más que una parte minúscula, casi insignificante, del dinero que se mueve en el mundo, y pro eso la hipoteca, si permite apalancar deuda o moverse en el mercado de capitales cumpliendo las normas de ese juego, tiene un valor muy superior a la hipoteca en sí, pase lo que pase con el piso y pase lo que pase con su pago.

Y si lo dudamos, quizás sea bueno recordar que el problema de las subprime no llegó cuando las hipotecas dejaron de pagarse, sino mucho antes, cuando esas hipotecas se convirtieron en paquetes, en fondos de inversión que nadie sabía lo que contenían, y se expandieron por todo el mercado mundial intoxicando de insolvencia el sistema entero.

La hipoteca, en suma, es para nosotros una vivienda en la que vivir y una factura que pagar a fin de mes. Pero para los bancos es más, mucho más, y esa diferencia de conceptos es lo que en realidad nos lleva por la Calle de la Amargura.

¿Aguantaremos otra ronda de rescates?

Sangría...

Sangría...

Hay un hecho médico comprobado: un enfermo que no empeora, pero tampoco mejora, se acaba muriendo. Las razones son múltiples, pero se basan sobre todo en los efectos nocivos de la vida en el hospital: inactividad, llagas de tanto estar en la cama, problemas circulatorios, riesgo de infecciones hospitalarias, generación de resistencias a los medicamentos y un largo etcétera.

Pues con la economía pasa lo mismo. La mejoría de la que habla el Gobierno es imaginaria, o tan baja, que no puede esperarse de ella que produzca cambios significativos. De hecho, la mejoría anunciada es tan escuálida, que puede deberse al margen de error en las mediciones. Si es que queremos pensar bien y llamarle error, por supuesto.

Al final, el problema del que partíamos se convierte en otro muy distinto, aunque parezca el mismo: los pisos dieron un gran batacazo, y la economía detrás de ellos al pararse un sector tan sensible como el de la construcción. Con la economía en la UVI, mucha gente se quedó sin trabajo y comenzaron a crecer las tasas de morosidad, y no sólo las hipotecarias. Así se aceleró la destrucción de valor acumulada en los inmuebles, lo que llevó al efecto pobreza del que hemos hablado aquí muchas veces y a la consiguiente reducción del consumo que, obviamente, generó más paro, iniciando así una nueva ronda en la danza macabra.

El Gobierno, entonces decidió rescatar a los bancos con dinero de todos, creó el banco malo y le llamó Sareb como le podía haber llamado Sauron. ¿Pero se acabó ahí el problema? Yo creo que no.

Como no se ha creado empleo, y hasta consideramos buena noticia que se destruya más despacio, las insolvencias seguirán creciendo, más que nada porque muchos que han pagado hasta ahora su hipoteca con los ahorros se irán quedando sin ahorros hasta llegar a la insolvencia. De ese modo, los bancos que parecían saneados, dejarán pronto de estarlo, porque sus balances deberán reflejar este nuevo goteo de insolvencias.

La prueba de que esto es así, y no me ha dado un ataque de pesimismo, es el comportamiento de la deuda pública. Si la deuda no deja de crecer y lo hace a marchas aceleradas no sólo es porque el Gobierno se aun manirroto, que puede que también, sino porque la situación de la economía no permite recuperar los niveles de recaudación.

Pues lo que le pasa al Estado le pasa al resto, sólo que el resto no puede volver a endeudarse este año para pagar las letras del año pasado como hace el Gobierno.

Y no, ya no se pueden seguir bajando los tipos de interés. Por ese lado, mejor no esperar noticias. Ninguna. Las únicas que pueden llegar son malas, peores o devastadoras.

Cavando nuestra propia fosa común

Nuestra fosa común

Nuestra fosa común

Son tiempos inciertos y confusos, de eso no hay duda, y basta con echar un vistazo a lo que está sucediendo con las hipotecas que se están concediendo para darnos cuenta de que la situación se nos está yendo claramente de las manos, convirtiéndose en nuestra propia fosa común.

El Euríbor se encuentra en mínimos históricos, y lo que podía ser una buena noticia se está convirtiendo en pésima como consecuencia de la actitud de las entidades financieras que están intentando proteger sus beneficios con diferenciales muy elevados.

El problema es que estos diferenciales a día de hoy no son un problema, pero lo serán en el futuro. Hoy, con unos diferenciales altos las familias están pagando intereses que rondan el 2,5-3%, perfectamente asumible y entendible como un buen tipo de interés.

Pero, ¿qué sucederá cuando el Euríbor recupere unos valores normales?

Imaginemos que nos encontramos en un escenario con un Euríbor sobre el 2,5%. Entonces estaríamos hablando de tipos de interés en las hipotecas, una vez añadido el diferencial, que oscilaría entre el 4-5%, sino más. En esa situación las familias que podían permitirse un interés del 3% es probable que no puedan con el 5%.

Por tanto, sin saberlo, y ante la connivencia de los poderes políticos que están permitiendo que las entidades financieras, otra vez, vuelvan a hacer lo mismo que ya hicieron con la ciudadanía antes de la crisis, y están sentando las bases de una nueva crisis financiera.

La solución sería relativamente sencilla ya que bastaría que el Gobierno limitara por ley los diferenciales a aplicar sobre el Euríbor en las hipotecas, al menos en aquellas entidades que han recibido dinero público para poder sanear sus cuentas, porque si no los ciudadanos nos quedamos con la sensación de que nos están tomando el pelo.

Básicamente, hemos desembolsado nuestro dinero en forma de impuestos para que las entidades financieras fueran salvadas y saneadas, y ahora nos encontramos con que éstas, lejos de intentar devolver parte de la ayuda que recibieron se están enrocando en una posición difícilmente asumible por una economía que se encuentra en el camino de la salida de su letargo.

Vivienda y emigración

Las barbas del vecino

Las barbas del vecino

Muchos ya los sospechábamos, aunque fuera sólo a base de echar cuentas con los dedos y comprobar que quien más y quien menos conoce a alguien que se ha ido al extranjero en los últimos tiempos, pero ahora ha venido el Gobierno, con sus fastuosos Presupuestos Generales del Estado a confirmarlo: la emigración se acentúa, y se espera que la tendencia continúe durante los próximos años.

La cosa sería de risa si no fuese por su gravedad: el Gobierno nos cuenta que va a disminuir el paro en el año 2014, y lo anuncia a bombo y platillo en la presentación de los presupuestos, pero cuando uno se pone a bucear en los miles de folios de las cuentas públicas, descubre que el tan cacareado descenso del paro no se corresponde por ninguna parte con una previsión de incremento del número de personas que trabajan, ni tampoco con una reducción de las prestaciones por desempleo.

¿Qué está pasando aquí, entonces, para que el paro se reduzca pero no trabaje más gente?

Pues obviamente que la gente se muere, se jubila, se muere, o se marcha. Los muertos y los jubilados están perfectamente calculados y ya contábamos con ellos (a nivel general y por inferencia estadística), pero el descenso del número de desempleados procede de la emigración. No en vano, en este año 2013 es el primero desde la guerra civil en que España pierde población, nada menos que 200.000 habitantes, y se espera que la tendencia continúe.

¿Y la vivienda? Pues lo obvio: si las casas siguen ahí, sin venderse, y cada vez hay menos gente, no cabe esperar que el mercado inmobiliario se recupere, ni se recupere la construcción, ni se recupere la concesión de hipotecas ni tampoco los maltrechos balances de los bancos.

En algunas ciudades de gran demanda se podrán ir vendiendo los pisos, pero otras, donde la población ya escaseaba, verán que cada vez hay más viviendas vacías, a la venta, en alquiler, o simplemente abandonadas.

Un panorama estilo Detroit, si no lo remediamos antes.

Polémica con la herencia del IRPH

¡Alto, peligro!

¡Alto, peligro!

Probablemente si te hablo del IRPH me mirarás sorprendido y no sabrás muy bien lo que te estoy contando, o bien al contrario, mostrarás toda tu indignación contra todo lo que se mueva porque llevarás años y años sufriendo las consecuencias de los incrementos de este índica que no hace sino dañar las economías domésticas de una parte de los españoles, concretamente un 13% de las familias hipotecadas cuyos préstamos están referenciados a este índice.

Pero, ¿cómo se calcula exactamente el IRPH?

Se trata de una especie de media de los tipos de interés ofrecidos por los bancos o cajas, es decir de una cesta de entidades financieras con un tipo de préstamo similar se realiza la media y ese resultado es lo que arroja el IRPH.

¿Cuál era el problema con este índice?

A diferencia del Euríbor que viene marcado por el mercado y, por tanto, no es manipulable, o al menos no de manera sencilla, el IRPH puede sufrir variaciones en función de los intereses de las propias entidades financieras que son, al fin y al cabo, las que facilitan la información al organismo que se encarga de publicar este índice.

De esta manera se puede conseguir que durante todos estos años de crisis, en los que el Euríbor ha estado bajando de manera sistemática, el IRPH, por su parte, no ha sufrido más que aumentos. Por ejemplo, mientras que el pasado mes de agosto el Euríbor estaba situado en un más que apetecible 0,542 nos encontrábamos con un IRPH en el 3,911, para las Cajas y en el 3,298 para los bancos, una media de tres puntos porcentuales de diferencia.

Ante estas diferencias claramente abusivas, la Unión Europea determinó la supresión de este índice y su sustitución por otro más transparente. El problema es que lejos de atender esta transparencia ahora el Gobierno español ha actualizado el índice de manera que sólo las hipotecas que llevaran una cláusula al respecto podrán recalcularse en base al Euríbor. El resto se mantendrán como hasta ahora añadiéndole, por si fuera poco, un diferencial discrecional del propio banco.

En definitiva, el Gobierno ha dejado una nueva oportunidad de demostrarnos que los políticos no se deben a las entidades financieras que, según sigue pareciendo, son las que de verdad gobiernan este país.

Recuperar una casa embargada. La hipoteca de ida y vuelta

Los derechos que otros escribieron para nosotros

Los derechos que otros escribieron para nosotros

Una de las situaciones más trágicas a las que puede llegar una hipoteca es el desahucio, y en los últimos años hemos asistido a un importante aumento de su incidencia. Después de darle mil vueltas al asunto, de escraches, protestas más o menos folclóricas y llantos diversos, se ha llegado a una situación en la que, como casi siempre, parece que lo mejor es aprovechar losa resquicios que deja la ley.

Vamos a ver una de estas opciones: el derecho al retracto.

Cuando el banco nos ha quitado la casa, al final la acaba subastando, primero por el valor de la deuda total y luego por cantidades cada vez más pequeñas hasta que nos queda la impresión de que además de haber perdido la vivienda nos han tomado miserablemente el pelo, porque con el importe de la venta (que nos corresponde) no se cubre más que una mísera parte de lo que debíamos, lo que hace que la deuda permanezca mucho tiempo incluso después de haber perdido la casa.

La clave está en que los bancos, para deshacerse de estas viviendas desahuciadas, las venden a veces a fondos, o simplemente las venden con grandes rebajas para no tenerlas en su balance. Y ahí es donde el anterior propietario puede echar mano de los derechos de tanteo de retracto, recogidos en el Código Civil desde tiempos inmemoriales, y quedarse la casa de nuevo por el mismo precio que ha pagado el nuevo comprador. De lo que se trata en suma es de aprovechar los descuentos que los fondos buitres o los fondos de inversión obtienen, porque al antiguo propietario le sigue asistiendo el derecho a comprar la casa por el mismo precio al que la compra otra entidad o persona cualquiera.

Os copio aquí lo que dice el Código Civil:

El retracto legal, según el artículo 1521 del Código Civil, “es el derecho de subrogarse, con las mismas condiciones estipuladas en el contrato, en lugar del que adquiere una cosa por compra o dación en pago”.

El derecho de tanteo es la capacidad de una persona de exigir a otra, con relación a la compraventa de un bien concreto, que se lo venda a él por el precio que ya tenía acordado con un tercero.

El derecho de tanteo puede nacer por una obligación legal o contractual, siendo una de los casos más frecuentes el derecho de tanteo sobre el inmueble arrendado.

Así las cosas. la ley ya prevé la posibilidad de quedarse con una casa que fue nuestra, con lo que sólo hay que echarle paciencia y pedir suerte. La ventaja es que podemos aprovecharnos de esos precios que las compañías financieras negocian entre bellas y de lso que tienen buen cuidado de mantenernos siempre apartados.

¿Cuándo tocaremos fondo?

Más caída, es la guerra

Más caída, es la guerra

Lo malo de las estadísticas es que si quieres que sean fiables tardan en llegar, cosas del rigor, supongo, y ahora nos encontramos con que acabamos de conocer los datos de las hipotecas contratadas durante el pasado mes de julio y no tenemos que otra que llevarnos las manos a la cabeza al encontrarnos con la certificación de que todo lo que pensábamos se había hecho realidad.

Durante el séptimo mes del año se firmaron un total de 13.777 préstamos únicamente, lo que supone un caída del 42,7% con respecto al mismo período de hace un año, es decir, que en apenas 12 meses se han firmado la mitad de hipotecas, en un momento en el que se suponía que se empezaba a vislumbrar la recuperación nos damos cuenta de que no solo estamos muy lejos de ello, sino que seguimos cayendo en picado y sin solución de continuidad.

Para que podamos tener los datos en perspectiva hay que recordar que el máximo durante la burbuja inmobiliaria, allá por enero de 2007, fue de 124.826 hipotecas, una auténtica barbaridad de caída, un desplome que no hay economía que pueda llegar a aguantarlo por muy fuerte y sólida que ésta sea.

Y es que uno de los problemas con los que se está enfrentando la economía española a la hora de replantearse una posible recuperación se centra precisamente en esta falta de crédito, de financiación, que nadie parece estar dispuesto a resolver. Y no solo eso, porque además de haber poca financiación esta es artificialmente cara.

En un escenario en el que nos encontramos con un Euríbor por los suelos, a punto de cerrar el mes de septiembre ligeramente por encima del 0,5% tenemos que el importe medio del tipo de interés de las hipotecas se disparó en el mes de julio al 4,4%, es decir, un diferencial de casi 4 puntos porcentuales, un auténtico robo a mano armada.

En definitiva, hasta que el sector financiero español no empiece a comprender que debe de iniciar la rebaja del coste de la financiación y a conceder préstamos con naturalidad no podremos empezar a plantearnos la recuperación de una manera seria.

La extraña subida de las bolsas y otros mercados

Evolución de la deuda americana hasta 2010. Hoy estamos por 17,62

Evolución de la deuda americana hasta 2010. Hoy estamos por 17,62

En estos momentos asistimos a una subida constante y sostenida de los mercados bursátiles, y algunos creen que se trata de un anuncio, de un pistoletazo de salida para la recuperación del mercado inmobiliario. En esta ocasión, podría estar de acuerdo, pero con algunas salvedades importantes relacionadas con el origen de estas subidas.

Por una parte, hay que tener en cuenta que la subida de los mercados financieros y la recuperación de algunos valores en mercado como el IBEX no se debe tanto a la mejoría de la actividad o de los beneficios de las empresas como a que el mercado financiero está inundado de dinero y hay que meterlo en alguna parte.

¿Que sobra dinero? ¿He dicho eso?

Pues sí. En ciertos estamentos, sí.

Las continuas intenciones de liquidez del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal americana van a alguna parte. Y no van a la economía real porque la rentabilidad que ofrece es demasiado baja comparada con el riesgo que representa.  Así que, ¿a dónde va todo ese dinero que se imprime a manos llenas? A los mercados financieros, y esa es la razón pro la que suben las bolsa.

El efecto de estos movimientos especulativos sobre nuestras hipotecas y nuestras casas sin vender puede ser doble:

-Por una parte, se empezarán a vender más pisos, pero aquellos que sean ya verdaderas gangas y en lugares donde la legislación sobre el alquiler y la demanda de alquiler sean lo bastante atractivas para convertir estos pisos en activos rentables. Es decir: mientras los pisos puedan dar dinero en forma de alquileres, se venderán, pero ya no como depósito de valor o lugar donde atesorar unos ahorros.

-El exceso de liquidez se va a cortar en algún momento, y esto puede suponer que al cortarse el grifo aumenten los tipos de interés. Una economía con tipos de interés por debajo de la inflación es una economía que no pasa el control antidoping. ¿Hasta cuándo puede estar el EURIBOR por los suelos? Ya veremos, pero cuando suba veremos lo que verdaderamente nos ha quedado en los bolsillos después de la crisis.

Leyendo la letra pequeña

¿Puedes leer la letra pequeña? Pues deberías

¿Puedes leer la letra pequeña? Pues deberías

Las hipotecas tienen grandes cifras, grandes letras, grandes cuestiones que todos entendemos, más o menos, y que son las que acabamos por usar a la hora de comparar hipotecas entre sí, pero mucho me temo que pocos se preocupan por leer realmente la letra pequeña, esa que al fin y al cabo es la que termina por encadenarnos a condiciones que desconocíamos.

Unas condiciones que en época de vacas gordas nadie echa en cuenta porque cuando el dinero fluye pocos se paran a mirar por que vías se les está escapando, pero que aparecen como una permanente espada de Damocles cuando las vacas empiezan a adelgazar y todos nos tenemos que agarrar a cualquier clavo ardiendo.

Esta letra pequeña es la que nos habla de la cláusula suelo, de la cláusula techo, de las comisiones escondidas, de la imposibilidad de permuta, etc., toda una serie de disposiciones que nos afectan, y mucho, cuando nos tenemos que enfrentar a la realidad de nuestra hipoteca.

Pues bien, ahora algunas asociaciones de consumidores están empezando a realizar algo realmente positivo por la ciudadanía, más allá del derecho al pataleo que en ocasiones funciona, como es el ayudarles a comprender el significado de la letra pequeña de las hipotecas que firman de manera que dejarán de estar indefensos ante los posibles abusos de las entidades financieras.

Esta iniciativa es realmente positiva ya que se trata de una acción proactiva para ayudar a los ciudadanos de verdad, de manera preventiva, para que no vuelvan a cometer el mismo error que tantos y tantos cometieron, ese error de no leer, o al menos no leer bien, la letra pequeña y quedar, por tanto, encadenados a un contrato hipotecario que no se esperaban.

De hecho, es evidente que a medida que la complejidad en los contratos financieros aumenta y la economía se ha convertido en el pan nuestro de cada día parece claro que se debería de reforzar esta asignatura en la educación obligatoria, convirtiéndola en una asignatura troncal, como pueden ser las matemáticas o la lengua.

Otro gallo nos cantaría si así fuera.

Y de repente, se vende todo (los misterios del mundo del ladrillo)

No sé... no me da buen fario. Creo que se avecina un truco...

No sé... no me da buen fario. Creo que se avecina un truco...

No es que se haya desatascado el mercado de las hipotecas, no, ni que de pronto haya vuelto la liquidez al mercado inmobiliario, sino que por muy diversas y algunas misteriosas razones parece que los fondos de inversión internacionales han fijado su depredadora vista en España y están empezando a comprar a manos llenas. Eso sí, a lo grande, en conjunto, y nunca de manera individual.  Hago una recensión o resumen de lo leído y luego, si os parece, nos preguntamos juntos qué puede estar pasando aquí:

La Generalitat de Cataluña ha vendido al francés AXA 13 edificios por 172 millones, con el compromiso de ocuparlos acto seguido y pagar un alquiler. La rentabilidad exigida fue del 9,45%, lo que implica que en poco más de una década Axa habrá recuperado su inversión solo con las rentas que abona la Generalitat. Lo que gana AXA es lo que palma la Generalitat. Parece obvio, peor hay que decirlo.

-El fondo HIG se llevó el pasado 6 de agosto la operación Toro, la primera gran venta de viviendas de la Sareb, el Banco Malo. El fondo compró por 50 millones el 50% de un millar de viviendas. El resto se lo queda la Sareb. Son pisos baratos en las afueras de las ciudades en Andalucía, Valencia, Madrid, Murcia y Canarias de un futuro incierto. El rendimiento va a estar en la gestión.

El 24 de junio, la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS) anunció que había vendido a Blackstone, asociado con el español Magic Real Estate, 1.860 viviendas en alquiler social por 128,5 millones.

-El Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid (Ivima) adjudicó en Agosto a Goldman Sachs y Azora 2.935 pisos de protección oficial por 201,2 millones. Unos 15 fondos se interesaron y la Comunidad organizó una visita en autobús a las viviendas protegidas en Parla. Azora es, una empresa que ya tiene 7.000 viviendas de VPO en alquiler, 25 residencias de estudiantes, hoteles… valorados en 1.300 millones.

Y sigue, podría seguir un buen rato, porque se han cerrado muchas operaciones de este tipo. La gran pregunta, que os dejo para los comentarios, es ¿qué está pasando aquí?

¿España va a ir bien o cualquier cosa, a nivel internacional, es mejor que tener dinero en efectivo?

Muchas de estas operaciones se han hecho sobre viviendas sociales, viviendas protegidas o VPO, lo cual conduce a la segunda pregunta: ¿Somos de fiar, de pronto, o hay mucha gente por ahí que cree que se les puede sacar la pasta los pobres de las VPO, que no pagan proque no les da la gana?

No sé yo…

Nuevo curso, mismas expectativas

Nuevo curso, pero nada cambia

Nuevo curso, pero nada cambia

Empezamos el mes de septiembre en lo que pareciera ser como un nuevo curso, pero en el fondo nos encontramos con los mismos problemas que ya arrastrábamos el año pasado, problemas que tienen relación con la falta casi absoluta de crédito a todos los niveles que sigue arrastrando a la economía por el fango de la recesión.

Es cierto que se empiezan a observar ciertos brotes verdes, por utilizar el término de nuestros políticos, pero son todavía muy débiles y sin una repercusión directa en la economía real, en la de los ciudadanos, que siguen sufriendo las consecuencias de un desempleo demasiado elevado, y de una falta de crédito alarmante.

El problema es que esta falta de crédito es la pescadilla que se muerde la cola, ya que afecta directamente al desempleo. Las pequeñas empresas no realizan nuevas inversiones porque no tienen el dinero suficiente para hacerlas ni cuentan con el soporte crediticio necesario para ello, lo cuál repercute en que no se cree nuevos empleos.

Pero lo más grave es como afecta a la recuperación de la construcción, que pasa por ser la verdadera vía de escape para la economía española, al menos siempre lo ha sido, aunque ahora esté sufriendo un atasco de dimensiones siderales. Un atasco que hace que los precios sigan bajando su precio a la espera de que las entidades financieras apuesten definitivamente por crédito barato que ayude a la recuperación.

Un crédito barato que ellas sí están recibiendo desde el Banco Central Europeo, con lo que están haciendo el negocio del siglo. Consiguen dinero barato y lo prestan caro, sin que nadie esté haciendo nada al respecto, con todo lo que ello supone de perjudicial para los ciudadanos de a pie que son los que al final sufren las consecuencias.

En definitiva, más de lo mismo para el curso que ahora comienza, con los políticos lanzándose piedras entre ellos, con el Banco Central Europeo manteniendo un tipo de interés bajo, bajísimo, y con las entidades financieras dispuestas a seguir ganando dinero a costa de lo que sea, y a pesar de haber sido rescatadas con el dinero de todos.