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La hipoteca, una especie en extinción

Negocio alternativo a la hipoteca

Negocio alternativo a la hipoteca

No hacía falta que nos lo dijera el Instituto Nacional de Estadística,  porque ya lo sabíamos todos, pero el número de hipotecas concedidas durante este año 2011, y el importe medio de las que se concenden, sigue en picado. Posiblemente, a la gráfica que representa estas magnitudes haya que colgarle pronto el cartel de “sigue en el sótano”.

La diferencia entre las hipotecas concedidas este año y las que se concedieron en 2010, que ya fue un ejercicio penoso y lamentable, es nada menos que el 42,2 % La cantidad media por la que se hipotecan las viviendas no llega a los ciento diez mil euros, lo que también supone un descenso de algo menos del diez por ciento. En total, y para que os dé la risa con el dato, s eyhan concedido en todo loq ue llevamos de 2011, la ridícula cifra de 32600 hipotecas nuevas, con un descenso acumulado del capital total prestado por los bancos para la compra de vienda de alrededor del cuarenta y dos por ciento. La cifra total de lo prestado es de tres mil quinientos millones de euros. Una risa para lo que acostumbraba a manejar este sector en otros tiempos.

La conclusión, es obvia: no hay un duro. Los bancos tienen poco dinero, y el poco que tienen prefieron cobijarlo bajo tres capas de hoirmigíon antes que prestárselo a nadie.

Ahora ya no se trata de ser solvente, de asegurar que devolverás el dinero ni de garantizar que el inmueble que quieres comprar no se va a depreciar por debajo del valor del préstamo solicitado: se trata de competir, pidiendo dinero, con dos docenas de gobiernos, centenares de empresas ymanadas de otros bancos, que lloran desesperados a la puerta de cualquiera que tenga un duro en busca de la capitalización que les falta.

Y competir con semejantes adversarios es difícil, sobre todo con el Estado, que sigue emitiendo deuda pública asegurando, ya con un artículo de la Constitución, que lo va a devolver puniualmente. ¿Puede alguien competir con eso? Yo creo que no.

Por eso la hipoteca es un negocio obsoleto, como la venta de hielo puerta  a puerta…

Quién lo dijera.

¿Pero de quién son los bancos y las hipotecas?

Le llamamos trastos hasta que nos enteramos de que son nuestros.

Le llamamos trastos hasta que nos enteramos de que son nuestros.

Una de las frases que con más frecuencia escucho en las últimas fechas en boca de cierta progresía es que la banca es culpable de la crisis y la banca debe pagar esta crisis. 

Suena bonito. Suena justicieros. Suena Robin Hood y Curro Jiménez, y por eso nos encanta esa idea a los españoles, tan partidarios siempre de tempanillos, Dionis y otros bandoleros.

Y el caso es que tienen razón, porque la banca puede estar en el origen de esta crisis, por su política errática de prestar a quien no va a devolverlo, de permitir gastar lo que no se tiene y de permitir endeudarse al que nunca ganará lo bastante para cubrir la deuda. La banca es culpable, sí, ¿pero quién puñetas es la banca?

Pues nosotros. La banca somos nosotros, porque la mayoría de los bancos pertenecen en un porcentaje ínfimo a un grupo de accionistas, y el resto a los depositantes de dinero, y a miles, millones de pequeños accionistas. 

Qué parte creéis que tiene toda la familia Botín en el Banco de Santander, por ejemplo? Pues entre todos no suman el 1 %. Y en los demás  bancos, igual, o menos.

¿Y quién es el dueño de las Cajas de Ahorros? Nadie en absoluto. Son entidades que pertenecen a los depositantes, las instituciones y los trabajadores.

Por tanto, cuando decimos alegremente que la culpa de esta crisis es de la banca y que la banca la va a pagar, acertamos de pleno por una vez: la culpa es de todos y la vamos a pagar todos, porque no hay otra bola que rascar. Si pagan los bancos, pagarán los que tengan en ellos su ahorros y sus fondos de pensiones. Pagará tu abuela, mi padre y tú. Pagará mi tío, tu cuñada y yo. Porque esa es la única banca que en realidad existe.

Y a esa banca es a la que se le pide que se quede los pisos y se olvide de la hipoteca a cambio de entregarle las llaves, con eso que llaman dación en pago. Cuando se pide una cosa así, no se está perjudicando a Emilio Botín: se está perjudicando a la abuela, al currela, a todo el que tenga un duro ahorrado.

De lo que pasa en un país donde no vale la pena ahorrar no os voy a hablar ahora. Ya lo hice en una novela, y no quiero repetirme aquí.

Los fantasmas de los pisos. Hipoteca, abandono y soledad

El fantasma de Seseña

El fantasma de Seseña

A la prensa internacional, y muy en particular a la anglosajona, le encanta hablar del problema de ladrillo español, por una parte porque muchos de sus compatriotas tienen dinero metido aquí y por otra, hablando claramente, porque es su modo de decir “mira esos mierdas, que pensaban que eran alguien…”.

La más famosa y emblemática de estas urbanizaciones es la de Seseña, por supuesto, diseñada para miles de familias y con menos de un centenar de vecinos en la actualidad. La otra que les encanta, por el batacazo que se metió, es Ciudad Valdeluz, en Guadalajara. Y lo que más risa les da, quizás para no mirar hacia dentro, es que hay miles de familias hipotecadas pro treinta años en unas urbanizaciones que no se habitarán nunca, lo que implica que la banca española, supuestamente saneada, tiene metidos ahí sus activos y sólo se salva de la quema porque nadie les obliga a valorar esos bienes a su valor actual.

Las otras presas elegidas por The Guradian, el New York Times y el Business Insider son Horche (junto a Ciudad Valdeluz, en  Yebes), las de Quer, Alovera y Chiloeches (también en Guadalajara), Yuncos (Toledo), La Serena (Murcia) o la urbanización granadina de Ojo del Salado y Chimborazo.

Y hay más. Seguimos nosotros:

Costa Esuri (Ayamonte, Huelva), La Muela (Zaragoza), Costa Miño (A Coruña), , El Toyo en Almería, , parte del Señorío de Illescas (Toledo) o La Torre Golf Resort (de Polaris) en Murcia.

Y lo peor de todo es que estas urbanizaciones fallidas son sólo la parte más visible del problema.  Lo malo, lo verdaderamente malo es que en cada ciudad, grande mediana o pequeña, hay dos o tres barrios a medio construir, con bloques deshabitados, o batidos por el viento. En León, tenemos La Lastra. 

¿Quién se anima a hablarnos de lo que hay en su ciudad?

P.D:  Hemingway, que era norteamericano, vino a escribir sobre la guerra civil española porque no tenía ni coraje ni vergüenza para hablar de la discriminación racial ni del exterminio de los pueblos indígenas en su país. Sí, en aquel mismo año 36. O sea que la cosa, con ser cierta, no es nueva.

Más dureza en las hipotecas

Tienen las hipotecas prisioneras aquí.

Tienen las hipotecas prisioneras aquí.

Lo hemos dicho muchas veces: mientras no se abra el grifo del crédito, la economía seguirá anémica, porque los empresarios no tienen circulante y los particulares no tienen renta. Con el dinero necrosado, el infarto es inevitable. De ahí a la autólisis queda un paso, pero no quiero ponerme fúnebre…

En ese sentido, las hipotecas van por el mismo camino cuesta arriba, porque las condiciones para concederlas no dejan de endurecerse, lo que repercute y mucho en el mercado inmobiliario y en la reactivación, que no llega, del sector constructor.

Según datos del Banco Central Europeo, la banca impuso en el primer trimestre de 2011 unas condiciones moderadamente más estrictas en la concesión de préstamos a los hogares y empresas y se prevén aún mayores apreturas para el segundo semestre de este año.

De todas las entidades europeas, un 13 % informaron de un endurecimiento de las concesiones, ya sea en la subida de diferenciales o en una mayor exigencia de garantías, ratios de solvencia o capacidad de endeudamiento. O sea, que como hay menos dinero, se pone más caro, o se presta con menor riesgpo: nada mágico en esto.

La buena noticia, y reíos conmigo, es que esto le parece al BCE menos importante porque al mismo tiempo se redujo también la demanda de hipotecas, hasta un 23 % del total sobre el año pasado, lo que, en el colmo del optimismo, significa que el problema es más grave pero afecta a menos gente.

Es lo que digo siempre: lo bueno de los cementerios es que la gente que está allí no coge la gripe.

 

Hay que jod…

🙂

El interés de la deuda se come el ahorro.

Ojo a este, que nos la prepara...

Ojo a este, que nos la prepara... ¿Adivina alguno quién es?

No estamos en fechas para pronósticos negativos, pero se acaba de saber que la subida de los intereses de la deuda pública española en 2010 ya supera los 1.500 millones que el Estado esperaba obtener de congelar las pensiones en 2011.

Sin maquillajes, la cosa viene a significar que cuando se debe mucho, las fluctuaciones en el tipo de interés que se está pagando pueden destrozar cualquier previsión, y eso lo sabemos muy bien los hipotecados, que miramos el Euribor cada poco para saber en qué parará nuestra hipoteca y tememos que una subida nos apriete aún más la soga. Calcular una hipoteca es eso también y sobre todo: saber lo que pagaremos y si lo podremos pagar con un tipo de interés distinto al actual.

La credibilidad de España baja, las medidas que solicitan (con razón o sin ella) no se toman y eso que para muchos significa una gracieta o un reflejo más de la incapacidad del Gobierno, para los mercados internacionales significa, ni má s ni menos, que pretarnos a nosotros tiene que dar más rendimiento, o es mejor irse a otro lado.

Si los inversores y la banca extranjera consideran a España como un riesgo, el dinero que presten a nuestros bancos será cada vez más caro y eso, sin dudarlo, se reflejará más pronto que tarde en el Euribor, que es el tipo de interés al que los bancos se prestan entre sí.

O sea que tenedlo claro: si la marca España se devalúa, las hipotecas se encarecerán. Tanto las que ya están concedidas como las pocas que se concedan en el futuro.

Estas son las consecuencias, las consecuencias reales y cotidianas, de no conseguir dar una imagen de solvencia. O peor aún, de no ir muy sobrados de ella.

 

 

Hipoteca y cédula de habitabilidad

Nos pastorean

Nos pastorean

Todavía hay quien lo duda, peor yo lo tengo claro: hay normas que no se crean para mejorar nada, ni siquiera la seguridad, sino para estorbar al ciudadano y generar pretextos cuando la caja está vacía.

Una de las últimas normas del Banco de España indica que se debe aportar la cédula de habitabilidad o licencia de primera ocupación de una vivienda para que se pueda hipotecar una vivienda. En principio esto parece muy apropiado pues así se evita que la vivienda hipotecada incumpla algún tipo de normativa urbanística, esté en un terreno no edificable y pequeños cholletes por el estilo que luego crearían problemas al banco.

El problema, como siempre, está en que el mundo real no se la coge con papel de fumar con tanto ahínco y la cédula de habitabilidad sólo existe y se exige, en muchas localidades, para las viviendas de construcción reciente. Aquellos inmuebles con más de veinte o treinta años de antigüedad no cuenta con semejante documento ni pueden llegar a obtenerlo sin una serie de gastos, plazos, papeleos, mamoneos, firmas y jabones difíciles de creer para quien no se ha enfrentado a ellos.

Y si la hipoteca se intenta constituir en el medio rural, ya nos podemos morir de la risa, pues los ayuntamientos peque os, al no contar con técnicos propios, pueden tardar hasta más de un a o en realizar todo el papeleo necesario para decir que sí, que hace ochenta años que en esa casa viven dos familias.

Al final, nos sucede lo que tantas veces: que la normativa está pensada para el gran promotor que ha terminado un edifico de cincuenta viviendas y quiere venderlas. Ese lo tiene todo en regla y a él se le trata de favorecer. A él y a los bancos, para que deshagan de su stock. A los demás, entre tanto, para vender nuestro pisito, o aún peor, la casa de la abuela, nos piden cada día más papeles y más absurdos.

Y encima se creen defensores de lo correcto. Yo me parto

Euribor más vete a saber…

Comprad, malditos...

Comprad, malditos...

El Euribor nunca lo fue todo, y cada día que pasa, menos. Seguramente se deba a que el Euribor es una variable más o menos transparente, que podemos conocer todos, y los bancos han visto que donde hay mucho conocimiento hay mucho dolor, y donde hay mucha ciencia hay mucho sufrimiento. Para ellos.

Cosas de leer la Biblia, vaya…

Así las cosas, el tipo de interés medio aplicado en septiembre a las hipotecas recién constituidas fue del 3,75%, lo que es una mejora frente al año pasado pero un empeoramiento respecto a meses anteriores de este 2010.

En cuanto al plazo de las hipotecas, la media se sitúa en 23 años, y casi todas ellas se han concedido a un interés variable. El tipo de interés fijo sigue siendo prohibitivamente caro y tanto los bancos como los clientes se resisten a asumir el riesgo de la falta de riesgo, más que nada porque la póliza a pagar por escapar de ese riesgo es demasiado costosa.

Lo difícil, dadas las circunstancias, es una vez más leer al letra pequeña. A medida que las condiciones bancarias se estabilizan, los bancos, en lugar de competir con los diferenciales, tratan de centrar su competencia en eso que llamo yo a veces los daños colaterlaes: seguros, exigencias de tarjetas, comisiones de apertura y cancelación anticipada y toda esa pirotecnia que tanto nos molesta leer una vez que por fin hemos conseguido que nos concedan una hipoteca.

Por eso, una vez más, hay que hacer hincapié en que no vale sólo centrarse en el Euribor y el diferencial, sino fijarse en esas otras condiciones añadidas.

Un dato más, ante de terminar: parece que, según los datos publicados, el importe de las hipotecas concedidas ha subido un 4,2 % de media, lo que seguramente sea una buena forma de medir la evolución de los precios de los pisos que realmente se venden. Porque no se venden mejor los más baratos, sino los mejor financiados. Y los mejor financiados no son los más baratos, sino los que quiere comprar la gente con más facilidades para conseguir la hipoteca.

Parece un trabalenguas, pero es fácil: los pisos baratos son para gente con poco dinero, pero la gente con poco dinero no consigue ninguna hipoteca, ni grande, ni pequeña. Esto hace que finalmente las hipotecas que realmente se conceden no sean para pisos del todo baratos, sino para la clase de piso que desea el que puede pagarlo.

¿Cómo lo veis?, ¿qué clase de piso creéis que tiene mejor salida en estos momentos?

Condiciones para la jubilación

Hay cosas que no cuadran...

Hay cosas que no cuadran...

Hoy vamos a hablar de la jubilación y las condiciones que se precisan para alcanzar esa isla deseada. Aunque las medidas del Gobierno sólo alcanzan a la jubilación parcial me gustaría que entre todos debatiésemos el tema un poco más en profundidad.

Lo concreto es que se elimina el régimen transitorio para la jubilación parcial previsto en la Ley 40/2007. Os pondría un enlace a ella, pero no creo que haya nadie por aquí con tanto coraje ni aburrimiento parea leérsela, o sea que paso.

En 2007 se endureció la normativa sobre el modo en que algunas personas pueden reducir su jornada antes de jubilarse a los sesenta y cinco años, uniendo los ingresos de su trabajo a los que aportase la Seguridad Social.

Ahora, la posibilidad de la jubilación parcial se elimina completamente, con lo que quien quiera jubilarse de modo parcial tendrá que hacerlo a sus expensas.

Y me pregunto y os pregunto yo: ¿y no sería más lógico que en vez de entrar a por el chocolate del loro acabaran de una vez con las prejubilaciones masivas en bancos, entes públicos y sectores elegidos por la mano divina?, ¿no se dan cuenta de que esas prejubilaciones reducen costes a unos pocos y las pagamos entre todos?

¿No será que ya le dieron la prejubilación a todo el que se la querían dar y ahora toca la hora de apechugar hasta el final a los que quedan?

Una vez más nos encontramos ante la dualidad de los que se jubilan con cuarenta y cinco años (los hay, creedme) y consiguen que paguemos sus pensiones de dos mil euros a escote, y los que tienen que aguantar a los sesenta y cuatro encima del andamio, porque no tienen detrás un grupo de presión que los socorra.

Como siempre, nos vemos ante la duplicidad del embudo: al que pilló a tiempo, todo. Al que llegó demasiado tarde, cuarenta latigazos.

¿Cómo veis vosotros el tema de las prejubilaciones?

 

Banco, hipoteca y perro.

¿Quien le iba a decir a este pobre oso que lo cazaría un submarino? Pues eso nos pasa a nosotros...

¿Quien le iba a decir a este pobre oso que lo cazaría un submarino? Pues eso nos pasa a nosotros...

No es cierto que los políticos siempre mientan. Algunos, como los de la Unión Europea, con eso de que son nombrados a dedo y no dependen de los electores, pueden permitirse decir la verdad y quedarse tan anchos, porque su puesto no está en función de que nos gusten o nos caigan antipáticos.

Eso fue seguramente lo que pensó el socialista francés Michel Rocard, cuando afirmó desde su tribuna en el parlamento europeo que la culpa de la actual crisis financiera la tienen las clases medias y bajas, por su apetencia de capital. ¡Nada menos!

En principio parece una burla, pero luego, si se piensa bien, además de una injuria es un desliz, una indiscreción de quien ha dicho más de lo que debería. O sea: que en el fondo ha dicho la verdad y de una manera que seguramente no gustó a sus compañeros.

Porque el caso es que es cierto, y ahí está lo triste. Es verdad porque el sistema financiero es un mecanismo pensado para que unos pocos obtengan beneficio de los demás a través de artificios aparentemente equilibrados pero casi siempre viciados de alguna carga o tara que da sustancial ventaja a quien los maneja. Por tanto, si el mecanismo pensado para que unos pocos se enriqueciesen a costa de muchos, lo utilizan esos muchos, resulta que el artefacto entero salta en pedazos. Por tanto, el francés tenía razón: el sistema financiero se ha ido a la porra porque todos nos hemos enterado de su funcionamiento y todos hemos querido participar, cuando no estaba pensado para eso.

Y eso es lo que ha habido: que el taxista, el peluquero, el labrador, el dentista y el profesor de latín empezaron a invertir en la bolsa, y a comprar pisos para revenderlos seis meses después con una plusvalía del diez o el veinte por ciento. Ya hablamos de ello el otro día y no voy a repetirme más.

Y entonces, al generalizarse en la calle el interés pro las operaciones financieras, es cuando se ha visto, dolorosamente y en la práctica, que semejante tinglado no estaba preparado para que lo usáramos todos, sino sólo para que unos pocos lo usasen a costa de los demás.

Y vino el batacazo, sobre todo para la banca.

Pero alegrémonos, porque a lo mejor es verdad aquello que dijo en su día Strasser refiriéndose a la quiebra financiera del año veintinueve: que cuando se mueren las pulgas no tiene por que ser mala época para el perro.

Hipoteca y abuso. El supremo declara 13 cláusulas nula por abusivas.

Ya estaba bien de tanto cachondeo...

Ya estaba bien de tanto cachondeo...

Parece que por fin los tribunales han metido mano a las cláusulas abusivas de las hipotecas, declarando nulas nada menos que 13 de esas cláusulas. Una cláusula nula es aquella que, aun figurando en el contrato y aun habiendo sido aceptada por ambas partes, no tiene fuerza de aplicación.

La razón de esta nulidad está en que según el Supremo son desproporcionadas, abusivas o confusas.

Muy por encima, vamos a hacer un recorrido pro las que más os pueden interesar.

En primer lugar, pasa a ser nulo “reservarse la posibilidad de rescindir un contrato de préstamo hipotecario por cualquier causa“. Esto le gustaba mucho a los bancos por el miedo que metía, y significaba que, en cualquier momento, y sin razones, te podía pedir que devolvieses todo el dinero. Con eso se garantizaban que no te quejabas demasiado y que serías blandito en cualquier protesta o negociación. Por supuesto, eso no deja de ser terrorismo bancario y ha quedado anulado.  Ya era hora.

Queda también anulada la posibilidad de “resolver anticipadamente el préstamo por la posible disminución patrimonial del prestatario“. Hasta ahora, si sospechaban que te habías quedado sin trabajo o que ibas a dejar de pagar, podían pedirte que lo devolvieses todo, sin más razones. Otra causa acogida a esta cláusula podía ser la bajada del precio del piso. Nula también por ser un abuso.

Se anula asimismo esta otra: “hacer vencer un préstamo hipotecario cuando se deniegue la inscripción de la escritura aunque la no inscripción sea culpa de la entidad“. Antes, pasara lo que pasase, si había problemas con la inscripción registral, te jorobabas tú. Ahora se empiezan a jorobar ellos.

Otra: “prohibir vender o enajenar el bien que garantiza la hipoteca“. Esta es MUY importante, porque si estabas ahogado y ellos no te permitían vender el piso, tenías que jorobarte. Ahora tienes la obligación de darles el dinero a ellos, pero no se pueden oponer. Esta cláusula era particularmente venenosa, porque servía para poder quedarse un piso de mucho valor por poco dinero que debiese el hipotecado, de manera que tenían ya buscado un comprador (normalmente un empleado del propio banco, o un amigote del pelotazo) y hacían un negocio maravilloso impidiéndote a ti salir del agujero vendiéndolo por su verdadero valor a quien quisieras.

Una más: “eximirse de la obligación de comunicar la cesión del préstamo a terceros“. Ahora no podrán cederle la hipoteca a otro sin que lo sepas, de modo que sabes con quién estás hipotecado y qué es lo que te pueden hacer.

Se ha pedido también que se incluyan las cláusulas suelo, y se está estudiando.

En todo caso, se trata de una buena noticia que nos deja un poco menos indefensos de la hipoteca y sus abusos.

Por fin.

Donde dije digo, digo cambio (y corto)

Hipotecado negociando con el banco el cambio de hipoteca con las fuerzas armadas (y las que se van a armar)

Hipotecado negociando con el banco el cambio de hipoteca con las fuerzas armadas (y las que se van a armar)

– Españolito Hipotecado (EH) llamando a entidad financiera, ¿me oye?

– Entidad financiera (EF): sí, alto y claro. Cambio.

– EH: Eso digo yo: cambio…  La hipoteca de banco.

– EF: ¿mande? No oigo nada. Cambio.

– EH: es mi Scattergories-hipoteca y me la llevo. Cambio.

– EF: te pierdo, no oigo nada. Cambio.

– EH: que digo que ya no te acepto como animal de compañía. Cambio y corto.

Aunque no lo parezca, esta conversación se produjo más de 60.000 veces el año pasado en lo que supone una cifra récord de subrogación de hipotecas según el INE, ese Zeus de las estadísticas que dice que el número de hipotecados que hicieron un corte de mangas a su entidad financiera creció un 16% respecto a 2008, cuando ya había crecido un 7% respecto a 2007.

En estos tiempos de crisis, en los que la pela es la pela más que nunca, muchos hipotecados han pasado de estar con su banco como Pili y Mili a estar como Pimpinela y marcharse atraídos por los cantos de sirena de otra entidad.

Así es el capitalismo: sin piedad y sin escrúpulos; yo te robo los clientes, tú me robas los clientes y aquí paz y después gloria, porque el “yo te doy cremita, tú me das cremita” se queda sólo para los anuncios.

Lo mejor de todo es que ponerle los cuernos al banco está bien visto, ya sea porque te quieres deshacer del suelo de la hipoteca, para encontrar un diferencial más benévolo o porque los otros te prometen el oro y el moro: los muebles de la casa, un crucero, perdonarte parte de la hipoteca… Y próximamente una cita con Elsa Pataky y un tour por el Vaticano.

Otra parte curiosa es que todos creen que ganan, aunque en el caso de los hipotecados está por ver porque mi instinto de espía me dice que estas entidades son todas el mismo perro con distinto collar.

En su caso sí está clara la ganancia: ¿qué es condonar una insignificante parte de la hipoteca a cambio de conseguir un cliente que sabes que paga religiosamente sus cuotas desde hace años y que el departamento de riesgos verá solvente? No tiene precio.

Aunque no se concedan casi hipotecas, con las subrogaciones las que ya hay se mueven más que un palomo cojo. Qué le vamos a hacer si está de moda. Si la madre de la Pajín es tránsfuga, ¿por qué no lo podemos ser los hipotecados?

Ale, a pertrecharse y buscar el mejor postor, prometo que los hay que te dan hipotecas a 45 euros, pero cuidado al adentraros en el lado oscuro porque, aunque no lo parezca, los bancos siguen estando más agarraos que un chotis. Sí, pi. Palabra de Matahari.