Archivo de la etiqueta: crisis

Se sigue viendo la luz con el incremento en la compraventa de viviendas

La luz al final del túnel de la crisis

La luz al final del túnel de la crisis

El silogismo es evidente, si la crisis vino provocada por el sector inmobiliario, tan pronto como como éste comience a recuperarse la crisis comenzará a quedar atrás y todos veremos el final del túnel, un final que nos viene indicado por la luz, la luz de la recuperación, la luz de la esperanza.

Una esperanza que ha quedado reflejada en los datos que hemos recibido sobre la compraventa de viviendas en el mes de febrero, con un repunte claro. Concretamente, estamos hablando de un 18,6% de incremento con respecto a las cifras de febrero de 2009, lo cuál es una buena noticia, pero que debe de ser analizada con cuidado.

Está claro que la cosa está mejor que hace un año, pero también hay que analizar el mes con el que estamos comparando, porque cualquier estadística que se quiera comparar con cifras del primer semestre del año 2009 arrojarán, necesariamente, datos positivos.

Porque un análisis comparativo no depende tan sólo de la cifra objetiva, sino también de la cifra con la que se compara. Por tanto, parece claro que estamos mejorando, pero tampoco podemos echar las campanas al vuelo y siempre debemos de tener en cuenta los factores externos que están distorsionando la compra-venta de viviendas.

El primero, y más evidente, es la subida del IVA prevista para este verano. Todas aquellas personas que tenían en la cabeza el comprar una vivienda durante este año 2010, lo están acelerando para adquirirla antes de la subida del IVA, por el evidente ahorro que ello supone. Por ejemplo, en una vivienda de 200.000 euros supondría un ahorro para el comprador de 2.000 euros.

Por otro lado, está la eliminación de las deducciones por vivienda que el Gobierno tiene prevista para el año venidero, por lo que todo aquél que se quiera aprovechar de estas deducciones está obligado a comprar este mismo año 2010, claro está, siempre y cuando tenga la capacidad adquisitiva para ello.

Por tanto, los datos que hemos recibido son positivos, y como tales deben de ser recibidos, aunque siempre hay que realizar un análisis crítico de cualquier estadística para no caer en los mismos errores del pasado, para seguir mirando a la luz al final del túnel como una salida de la crisis y no como un objetivo inalcanzable.

La jugada del pacto

Nos encontramos a veces ante extraños laberintos

Nos encontramos a veces ante extraños laberintos

Llevamos un tiempo en el que todo el mundo habla de la necesidad de un pacto entre Gobierno y oposición y de lo bueno que sería para el interés común que todos los partidos pusiesen de una vez sus desacuerdos en barbecho para tratar de sacarnos del hoyo en el que nos eternizamos.

Puede que así sea, pero permitidme un análisis distinto de las cosas, ya que para eso estoy aquí, firmando el artículo del día.

Hablemos claro: un pacto de unidad nacional, que es lo que piden en realidad esas voces, es más propio de los sistemas totalitarios que de una democracia. Los pactos de ese tipo, de hecho, son antidemocráticos siempre, pues presuponen que todas las fuerzas políticas deben renunciar a sus ideas, sus proyectos y sus intereses por el bien de un interés general que, curiosamente, no coincide con esas ideas. ¿Quién demonios va a reconocer que abandona su programa para hacer otra cosa que es mejor?, ¿quién va a suicidarse de ese modo dando a entender que sabe que hay cosas mejoras que las que lleva años proponiendo?

En democracia, existen distintos partidos porque existen distintas soluciones posibles para los mismos problemas. Pero si en el momento de la necesidad estamos todos de acuerdo en que existe una sola solución, ¿para qué sirven los partidos y para qué sirve la democracia?

¿Os dais cuenta del sindiós filosófico que esos pactos entrañan? Significan, ni más ni menos, que hay alguien que conoce la verdad, alguien que conoce la solución buena y que los demás deben dejar de mentir por unos meses para aceptar esa solución divina, por el bien de la nación.

Se puede hablar de pactar, se puede mencionar el diálogo, la transigencia y el acercamiento. Todo cojonudo, vale. Pero a la hora de la verdad, cuando haya que materializar toda esa palabrería en hechos concretos, ¿quién reconocerá que lo suyo es un error y que lo verdaderamente bueno para la comunidad es lo de los otros?

Por eso, como sabéis, se habla mucho pero no se concreta nada. Porque no se puede concretar. Porque los que gobiernan no quieren gobernar y los que están en la oposición no pueden gobernar, precisamente porque están en la oposición tras haber perdido unas elecciones.

La solución es obvia: si el que gobierna no quiere gobernar, que convoque elecciones. Si el que está en la oposición quiere llegar al gobierno, que las gane.

Cualquier otra solución es pasarse la voluntad del pueblo por el forro.

Y ya lo hacen lo bastante por su cuenta como para encima animarlos.

Acuerdos y alianzas entre los partidos para solventar la crisis

Debajo de la alfombra no cabe ni una deuda más...

Debajo de la alfombra no cabe ni una deuda más...

Estos días, ya lo habréis oído, hasta el rey pide un acuerdo entre los principales partidos para sacar adelante un plan común que nos ayude a salir de la crisis. Es hora de salvar diferencias y arrimar todos el hombro en aras de un bien común. Es hora de olvidar los intereses particulares y tratar de salir unidos de esta situación preocupante. Es hora de aportar voluntad de diálogo y de tomar medidas valientes y eficaces que hagan a España más fuere y más competitiva.

Es hora de todo eso, y de los peces de colores. Y de que Marco encuentre a su madre, de paso.

De lo que es hora es de determinar de una vez qué puñetas hacemos, porque hay varios puntos de vista. Os los expongo, y me dais vuestra opinión:

-1- Si el Gobierno existente se encuentra incapaz de resolver los problemas con los que se encuentra, que dimita de una puñetera vez, cobre su pensión vitalicia por no hacer nada y que se vaya a tomar daikiris a las Bahamas, pero que no joda.

-2- Si la oposición no tiene nada mejor que proponer que la dimisión del gobierno, para eso nos quedamos como estamos. Y si lo tiene, ya nos contarán a qué coño están esperando, porque no han abierto la boca para proponer nada, acertado o equivocado, aunque sólo sea por miedo a encontrarse con el rechazo de una parte de la población.

El partido del gobierno se aferra a la opción 2, para seguir gobernando con la ayuda de la oposición, y la oposición se aferra a la opción 1 para que se convoquen elecciones anticipadas. El gobierno sabe que tendrá que tomar decisiones impopulares y quiere repatir la mierda con la opsición. La oposición sabe que se deben tomar medidas impopulares, y quiere quie el gobierno corra con todo el gasto, que para eso gobierna.

¿Y cómo se concilian ambas opciones?

El que lo sepa que lo diga, porque va a ser necesario, y enseguida.

Por cierto: queda la opción 3 que no menciona nadie: que da igual quién gobierne, porque nuestro problema no viene de los políticos, que son nefastos, sino del modelo administrativo del país, que ha hecho incontrolable el gasto e inaplicable cualquier reforma.

Esa es la mía, por cierto.