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Impacto de la Inflación en las Hipotecas

La inflación es un fenómeno económico que afecta a todos los aspectos de la vida, y el mercado de hipotecas no es una excepción. En un entorno inflacionario, los precios de bienes y servicios aumentan, lo que a su vez puede influir en las tasas de interés de las hipotecas. Comprender cómo la inflación impacta las hipotecas es esencial para los prestatarios que buscan tomar decisiones informadas sobre la compra de una vivienda.

¿Qué es la Inflación?

La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía durante un período de tiempo. Este fenómeno puede ser causado por diversos factores, como un aumento en la demanda de productos, un aumento en los costos de producción o una expansión de la oferta monetaria. Cuando la inflación es elevada, el poder adquisitivo de los consumidores disminuye, lo que significa que necesitarán más dinero para comprar los mismos bienes y servicios.

Inflación y Tasas de Interés

Las tasas de interés de las hipotecas están estrechamente relacionadas con la inflación. En general, cuando la inflación aumenta, las tasas de interés también tienden a aumentar. Esto se debe a que los prestamistas buscan compensar el riesgo de pérdida de poder adquisitivo. Si prestan dinero a un interés fijo y la inflación se dispara, el valor real del dinero que recibirán de vuelta disminuirá. Por lo tanto, es probable que ajusten las tasas de interés a la alza para protegerse de este riesgo.

Cómo Afecta la Inflación a los Prestatarios

Para los prestatarios, un aumento en las tasas de interés significa que el costo de la hipoteca será más elevado. Esto puede tener un impacto significativo en su capacidad para calificar para un préstamo y el monto total que pagarán a lo largo del tiempo. Además, si ya tienen una hipoteca a tasa fija, es posible que se sientan aliviados, ya que sus pagos mensuales no cambiarán, pero el valor de su propiedad podría estar afectado por la inflación.

El Impacto en el Mercado Inmobiliario

La inflación también puede influir en el mercado inmobiliario en general. A medida que los costos de construcción aumentan, los precios de las viviendas tienden a subir. Esto puede hacer que la compra de una vivienda sea menos asequible para los compradores, especialmente los primeros compradores que están tratando de ingresar al mercado. Aumentos en los precios de las viviendas pueden llevar a una disminución en la demanda, ya que muchos potenciales compradores se ven desalentados por los precios elevados.

Consideraciones para los Prestatarios

Los prestatarios deben tener en cuenta varios factores cuando la inflación está en aumento. Primero, deben considerar el tipo de hipoteca que eligen. Las hipotecas a tasa fija pueden ser beneficiosas en un entorno inflacionario, ya que los pagos mensuales se mantienen constantes. Por otro lado, las hipotecas a tasa variable pueden resultar en pagos mensuales más altos si las tasas de interés aumentan.

El Momento del Préstamo

El momento de obtener un préstamo hipotecario también es crucial. Si se anticipa que las tasas de interés aumentarán debido a la inflación, puede ser ventajoso asegurar una hipoteca lo antes posible. Esto permitirá a los prestatarios fijar tasas más bajas antes de que el costo del dinero aumente. Sin embargo, también es importante considerar las condiciones económicas generales y no apresurarse en una decisión sin evaluar todas las variables.

Refinanciar en Tiempos de Inflación

Algunos prestatarios pueden considerar refinanciar su hipoteca en tiempos de inflación. Refinanciar a una tasa fija puede resultar beneficioso si las tasas siguen aumentando. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta los costos de cierre y otros gastos asociados con el proceso de refinanciamiento, ya que estos pueden anular los ahorros potenciales.

Impacto a Largo Plazo

El impacto de la inflación en las hipotecas no solo es inmediato, sino que también tiene implicaciones a largo plazo. A medida que los precios siguen aumentando, los propietarios con hipotecas fijas pueden beneficiarse al pagar una cantidad fija mientras que los salarios y otros costos aumentan. Esto puede resultar en un aumento del valor neto a largo plazo, ya que el pago de la hipoteca no cambia, pero el valor de la propiedad puede apreciarse con el tiempo.

Consejos para Navegar en un Entorno Inflacionario

Para los prestatarios, es esencial mantenerse informados sobre la inflación y las tasas de interés. Buscar asesoramiento financiero puede ser útil para tomar decisiones informadas. Además, es recomendable evaluar el presupuesto personal y preparar un plan financiero que contemple posibles aumentos en las tasas de interés y en los costos de vida.

La Importancia de la Educación Financiera

Finalmente, la educación financiera juega un papel crucial en cómo los prestatarios manejan la inflación y sus hipotecas. Comprender los conceptos básicos de la economía, las tasas de interés y la influencia de la inflación en el mercado inmobiliario permitirá a los prestatarios tomar decisiones más inteligentes y alineadas con sus metas financieras.

La inflación es un factor que influye en múltiples aspectos de la economía y, por ende, en el mercado de hipotecas. Los prestatarios deben estar atentos a las tasas de interés y a las condiciones del mercado, considerando cuidadosamente sus opciones y estrategias para navegar en un entorno inflacionario. Al final, la clave está en la preparación y la educación, que permitirán a los prestatarios enfrentar los desafíos que la inflación pueda presentar en su camino hacia la compra de una vivienda.

La preocupación de todos

Pues no sé...

Pues no sé…

No es lo que suelo hacer habitualmente, pero como en este caso resulta que el comentario de un lector yu mis propias inquietudes van en la misma dirección, me animo a comentar el asunto y someterlo al juicio, o la reflexión de todos.

Decía Dabeman lo siguiente en un comentario ( su texto va en cursiva):

– El principal factor de este euríbor tan bajo es la desmedida liquidez que el BCE está soltando a bancos para que la traspasen a gobiernos que la consumen en mantener sus estructuras ineficientes e improductivas.

Pues yo creo que no exactamente. Si miramos la evolución del Euríbor, creo que podemos ver que su descenso es muy anterior a la ronda de Quantittive Easing decretada por Draghi. O dicho de otro modo, sí se trata de liquidez inducida, pero no directamente, sino cargándose prácticamente el mercado interbancario, pues a nadie le interesa ir a pedir dinero a otro banco cuando se lo puede pedir prestado al propio banco emisor a precios ridículos. La principal consecuencia de esto es que a los bancos tampoco les interesa una puñeta el dinero de los ahorradores, pues nuestra cuenta corriente ya no es ni mucho menos un factor clave para sus operaciones. Y lo que es peor: tampoco les interesa gran cosa arriesgar su dinero en hipotecas, porque la gran jugada está en pedir prestado al BCE para luego prestar ese dinero a los gobiernos a través de la deuda pública con un diferencial importante.

Es un juego siniestro: el BCE presta a los bancos para que luego estos lo inviertan en deuda pública que acaba en manos del BCE en forma de garantías. No sé lo que opinará Dabeman sobre esto (espero leerlo), pero tengo la impresión de que alguien está hinchando una enorme burbuja sin ningún respaldo real… Ni siquiera tulipanes, vaya…

– Ante tal situación de liquidez la subida de inflación debería ser acorde a la laxitud del BCE, pero eso no ocurre porque 1/ la demanda sigue muy contraida y 2/ la liquidez del BCE no llega a los ciudadanos (se la quedan los gobiernos).

Estamos de nuevo ante el punto anterior, quizás porque la crisis no es de liquidez, sino de demanda. Sé que es un ejemplo tonto, pero ¿cuántos puentes más se vana construir por mucho que baje el hierro? ¿Cuántas hogazas más vamos a comer por mucho que baje el pan? En cambio, los Gobiernos, tienen un apetito desmedido de crédito para sostener sus estructuras, unas estructuras que cada día se desvelan más extractivas. De todos modos, la liquidez no puede llegar a los ciudadanos si lo que estos ciudadanos producen no aporta riqueza real. Es importante recordar que está tirado crear empleo (barrer la raya blanca de las autopistas), pero lo difícil es generar riqueza…

– la política tan laxa de liquidez del BCE no puede extenderse indefinidamente. Si lo hace, la devaluación del € sería un problemón, entre otros porque nuestra balanza de importación energética es deficitaria. Si no lo hace y corta la liquidez antes de una reactivación sólida de la demanda (que no se observa ni de lejos) la subida del euríbor está garantizada con la consecuente leche que se llevarán los hipotecados.

La gran pregunta que algunos se hacen es ¿por qué esa política no puede extenderse indefinidamente? Si inyectando dinero a espuertas estamos en deflación (-0,4% IPC agosto) y todo el mundo se halla en medio de una descomunal guerra de divisas, ¿quién será el primero que deje de bailar? No hay inflación alguna, ni devaluación posible cuando unas monedas fluctúan frente a otras que están haciendo lo mismo. Lo único que hay es una enorme burbuja de activos, especialmente financieros, con unas bolsas de valores enormemente sobrevaloradas. El primero que grite que el rey está desnudo se meterá un batacazo de impresión, con lo que todos tienen maravillosos incentivos para seguir callados y bailando en torno a las sillas.

El problema de los hipotecados es ese precisamente: que no hay inflación, que reduciría anualmente el valor de sus deudas, sino todo lo contrario. Y esa es una piedra dura de roer.

En definitiva, que esto parece una bomba de relojería y la posición del BCE una escena de Misión Imposible en la que hay que cortar el cable adecuado en el momento justo si no quiere volar por los aires.

Lo malo, respondo aquí, es que antes de que lleguen los artificieros puede suceder cualquier accidente…

De cómo dar dinero a los banqueros sin que lo parezca

Habitual postura de la clase política, ataviada en este caso con ropajes históricos. Y baste a buen entendedor.

Habitual postura de la clase política, ataviada en este caso con ropajes históricos. Y baste a buen entendedor.

Ya habíamos hablado antes por aquí de la reforma fiscal del Gobierno, y del salvaje palo que supone para los pequeños ahorradores y para la sufrida clase media, pero como no es cosa de extenderse a lo largo y ancho de esta normativa, vamos a centrarnos en lo nuestro, que es la vivienda.

La cuestión principal, y la más sangrante, es que desaparecen de pronto los coeficientes de actualización y abatimiento a la hora de calcular las plusvalías en la venta de una vivienda.

¿Y qué significa eso? Que si compraste una casa en 1980 por un millón de pesetas (equivalentes a 6000 €) y la vendes hoy por ciento veinte mil euros, tributas en plusvalías como si hubieses ganados la diferencia, o sea, ciento catorce mil euros, sin tener en cuenta que aquellas pesetas y estos euros tienen un valor muy diferente, porque para eso está la inflación.

Esto, como se puede ver, es un ataque directo a todos los españoles que consideraron que la vivienda era un modo de ahorrar para el futuro y resulta, a mi juicio, una estafa intolerable y un ataque al sentido común, ya que considerar equivalente el dinero en términos nominales es una barbaridad sin paliativos.

¿Quienes podrían salvarse de la quema?

Aún no está muy claro, pero se habla de tres colectivos:

-Los mayores de 65 años, siempre que empleen el dinero para complementar la pensión a través de un fondo de pensiones.

-Los que reinviertan el dinero obtenido en la venta de unja vivienda habitual en la compra de otra vivienda habitual.

-Los que empleen lo obtenido en la suscripción de planes de vivienda para comprar otra vivienda.

En el fondo, si os fijáis, lo que viene a suceder es que te libran de los impuestos si bancariza tu dinero: es decir, si la riqueza pasa de tu vivienda a productos bancarios, ya sean fondos de pensiones o fondos de vivienda.

Con esto, a mi entender, lo que se pretende es  que todo el mundo que venda una casa vaya con el dinero como loco a los bancos, que allí ya los trasquilarán convenientemente con una hipoteca sobre la nueva vivienda o uno de esos productos imaginativos como las participaciones preferentes que tan famosos se han hecho en los últimos tiempos.

 

Hipotecas y recortes: pasar de todo como solución aceptable.

La estrategia del castor: sumergirse y esperar.

La estrategia del castor: sumergirse y esperar.

Decía un comisario de infausta memoria, que a veces saber mantener el orden es no hacer nada, y un político no mucho mejor valorado que una de las artes más difíciles de aprender a la hora de gobernar es la de no hacer nada en absoluto y dejar que los problemas se resuelvan solos.

Por supuesto, conociendo al personal, esta política de brazos cruzados le parecerá encantadoramente eficaz a más de cuatro, pero antes de apoyarla con todo entusiasmo conviene saber por qué, en el caso de los bancos y las hipotecas, todos los esfuerzos tienden a ella.

En este blog y en otros muchos, hace años que se viene hablando de la parálisis de las instituciones europeas y de su incapacidad para llegar a acuerdos o diseñar planes de acción que resuelvan de una vez por todas la falta de credibilidad de los mercados.

Sin embargo, el problema consiste en que los pisos valen cada vez menos, los bancos tiene buena parte de sus activos convertidos en ladrillos y vigas de bovedilla, y las hipotecas de sus balances son activos tóxicos, o lo que es lo mismo, activos que pueden convertirse en impagados en cualquier momento.

Pero resulta que los que tenemos una hipoteca sabemos que hay que pagarla mes a mes, y eso lo saben también los bancos. Por tanto, cada mes que pasa, el riesgo de los bancos disminuye porque hay una serie de cuotas que se han pagado, y unas cantidades de dinero que se han recibido. Los bancos, por tanto, están tan pillados como nosotros y por el mismo plazo.

Por eso, una solución posible es esperar a que la sucesión de cuotas pagadas vaya aminorando el riesgo, diluyendo los impagos, y con ayuda del IPC en unos pocos años, cinco o seis, tendremos que el dinero vale un 20 % menos, y la deuda total de los hipotecados es un poco menor, con lo que resucitarán pro sí mismos los balances de los bancos.

¿Optimismo? No. Simplemente reconocer que a veces la solución menos traumática es la más larga. Veremos si llega a funcionar o todo salta por los aires mucho antes…

Cayendo en la estanflación

De lleno en la estanflación

De lleno en la estanflación

Con los últimos datos de IPC adelantado que hemos conocido esta semana, y con la certeza de que estamos en un momento de estancamiento económico, podemos estar ya seguros de que nos encontramos de lleno en la estanflación económica, un fenómeno preocupante desde todo punto de vista.

Los economistas denominan estanflación a la situación económica en la que se conjuga una situación de no crecimiento económico junto a una situación de crecimiento de precios, o inflación. Sería algo similar a lo que ocurrió durante la crisis del petróleo de los años 70 del siglo pasado.

Algo similar parece estar sucediendo en nuestro país en estos momentos, y además con causas similares. La inflación, como entonces, viene producida, fundamentalmente, por el incremento en el precio del petróleo, y las elevadas tasas de desempleo certifican el estancamiento económico.

Además, estamos en un momento muy delicado para la economía a nivel europeo, ya no sólo a nivel español, ya que el Banco Central Europeo se encuentra muy cerca de aprobar una subida de tipos de interés que condenaría definitivamente a la economía española a la vuelta a la recesión, de la que le está costando tanto escapar.

Si como prevén algunos analistas, el Banco Central Europeo contiene sus ganas de incrementar los tipos de interés hasta otoño, España tendría un período de cuatro-cinco meses para generar crecimiento económico que compensara la inflación que se va a seguir produciendo como consecuencia de las revueltas del norte de África, con posibilidad de que se extiendan a Oriente próximo.

En definitiva, la situación es realmente preocupante porque estamos embarcados en una carrera sin final hacia ningún lado. Los ciudadanos españoles no tienen trabajo, tienen que pagar más por los productos que adquieren, las cuotas hipotecarias siguen creciendo, y no parece que haya cambios en el horizonte.

La única opción plausible que podría ayudar a solucionar la situación sería la creación de empleo de forma que la tasa de desempleo recuperara valores cercanos al 10%, asumibles por nuestra economía, aunque para ello se necesita tomar una serie de medidas que no están apareciendo en el ideario político del Gobierno.